Debes rolearlo.
Es decir, narrar en la escena principal que haces algún gesto para obtener algo suyo. Vale cualquier cosa. Pelos, una prenda, carne, sangre, lo que sea. Ahora mismo le has posado una mano sobre el hombro. Eso puede valer, si me dices por aquí, en tu escena, que te has llevado un par de pelos que tenía sobre la ropa con ese gesto.
No sé si me he explicado bien. En resumen, haces un gesto aparentemente "inocente" en la escena general, y aquí me dices "pues al hacer esto me he quedado con nosequé" y te lo comes. O puedes ser directamente turbio y morderle a alguien la cara XD como quieras.
Si Dire, esa era la idea... Poner mi mano en su hombro para poder coger algo de él que llevarme, en otro momento, a la boca... Seguramente pelo ya que poco más me podría llevar de Roderigo sin que se note...
Ingieres el cabello de Roderigo, sin notar ningún sabor especial al hacerlo. Contrariado, por un momento te preguntas si habrás obrado mal, malentendiendo los dones de la difunta Lucrezia, pero de pronto, te ves envuelto en un mar de recuerdos que no te pertenecen.
La desazón por no tener descendencia os corroe a ti y a tu mujer. Lo habéis intentado, pero nada parece funcionar, y Dios no responde a vuestras oraciones. La pesadumbre continúa durante muchos años. Tu esposa teme perder la fertilidad antes de poder engendrar un hijo, y de pronto un rayo de luz ilumina tu casa.
Ves a una muchacha desamparada con el vientre hinchado, a la que recoges en tu seno. Y poco después, de nuevo estás con tu esposa, y esta vez, acompañado por una hermosa niña de a penas unos meses a la que habéis llamado Patricia.
La felicidad no podía ser mayor cuando Camelia, aparece de nuevo ante tus ojos, en cinta, llevando en su vientre a tu pequeña Fionna, tu verdadera primogénita, que trae más felicidad a tu hogar.
Los años transcurren, a pesar de que has cumplido tus anhleos, la culpabilidad y la deshazón te invaden a ratos. Admiras el crecimiento de tus pequeñas pero, eres incapaz de tratarlas por igual. Patricia... Oh, pobre Patricia... ¿Qué habéis hecho?
Bueno dire, vamos a ver que "poder" escondía Patricia....
Tras sonar las campanadas del mediodía, intentas recomponerte, evadiendo el miedo irracional, aferrándote a tu cordura.Sin embargo, a pesar de tus intentos, notas que algo no encaja. Algo no marcha bien.
Un escalofrío recorre tu cuerpo y parece decidido a no abandonarte, y de pronto la simple tarea de respirar se vuelve costosa. Te sientes débil, y estás seguro de que si alguien tocase tu frente notaría que arde en mares de fiebre. Estás enfermo, y no puedes evitar preguntarte si la Muerte Roja también ha decidido abrazarte. No puedes evitar preguntarte qué harán los demás si se enteran y sin embargo conoces la respuesta. Sólo el abandono es lo que aguarda a cualquiera sobre el que pese la marca de la Muerte Roja.
Por ahora te sientes capaz de actuar como si símplemente te encontrases de pronto cansado. Pero, ¿empeorarás? ¿serás capaz de mantener tu ardid? Y más importante aún, ¿es este tu fin? Algo en tu interior, un presentimiento casi tangible, te dice que has sido sentenciado, y durante algunos instantes, al parpadear, eres capaz de ver tus propias manos teñidas en carmesí.
Al mismo tiempo que aquel escalofrío enfermizo te recorre, llega a ti una certeza acerca de Patricia.
Heraldo de la Muerte Roja
Lo sientes en tu sangre, que ahora hierve clamando Justicia. La Muerte te ha señalado, pero no para que debas recibir su mortífero abrazo. Te ha señalado para que te unas a ella, para que la ayudes a castigar a los que se creyeron a salvo en su osada insensatez e ignoraron el dolor ajeno sin mostrar arrepentimiento.
Cada noche, te reunirás con aquellos que, al igual que tú, han sido escogidos, y entre todos decidiréis quien debe pagar por su insolencia.
Ser el heraldo de la Muerte te hace inmune a su toque mortecino, pero si las iras de otros se sublevan contra ti, deberás afrontar las consecuencias.
En cuanto recibes esta revelación, tus manos se tiñen de carmesí durante unos instantes, y de pronto, el escalofrío desaparece. Sabes que has enfermado de nuevo, pero al parecer, has sanado.
¡Tachán!
En tu caso, el poder de Heraldo de la Muerte es independiente. No debes confabular con nadie, y me puedes dar un nombre, para que ésta persona enferme durante el próximo cambio.
Y tan tachán!!!! O sea que realmente lo era... uffffffffff tenía mis dudas... Pero bueno ya puestos a elegir que alguien enferme.... Vamos a ver como reacciona la gente cuando vean enfermar a Enzo.... Tengo curiosidad por ver cómo se toma la gente que el romance de la partida se vea dramáticamente truncado... jejejeje
Por cierto... estoy enfermo verdaderamente o es parte del poder de Patricia?
Ibas a enfermar, pero obtuviste el poder de Patricia, volviéndote inmune. Así que en resumen, no estás enfermo.
Así que el heraldo que queda viene a por mi eh???? Que jodio.... jajajajajajajaj
Dire... Giuseppe se concentra en observar a Fionna... Nunca me he tragado su candidez y su posibilidad de rotar entre los dos mundos a voluntad pero nunca la voté por su utilidad... Sin embargo... en la sala negra se fundió con su alter ego carmesí y me gustaría observar cada detalle de ella, cada gesto y cada movimiento...
Dire... cuando digo observar me refiero a "vigilar" con la mirada... no a usar ningún poder XDXDXD.
Vi la aclaración de las reglas y no pretendía usar un poder, sólo "vigilar" al más puro estilo mortal XD