Partida Rol por web

Nadie notó el cambio.

Tan solo fueron un par de segundos. Quizá tres. Pero lo que hubiera en mi cabeza se regodeó como si disfrutara de un buen vino durante horas.

- [Mindy, Mindy, Mindy]- La voz no se materializó en mis labios, más si en mi cabeza.- [Por fin eres el centro de atención de las masas]- La risa retumbó en el interior de mi cabeza.- [Lástima no haber podido chatear más en profundidad contigo, rubita]

Cuando recuperé el control, a los pocos segundos, no podía más que intentar salir de allí.

Casi se me cae el móvil de las manos por el respingo que di cuando escuché la voz de los altavoces.

Con un par de malabares en el aire _{que terminaron mucho mejor que los de Scott con el iphone de Nichole}, bloquee la pantalla e intenté mirar arriba -¡Ghostface!

Por lógica, el asesino debía encontrarse en la sala de proyección (que era desde donde tendría acceso a manipular tanto la película como el sonido).

-¿Estás de coña?- girándome hacia Scott, me negué en rotundo a dejar que se llevase a Kristian consigo. ¡Solos! –Oh no. No- repetí por... ¿la potestad que me daba haber sido _{junto a mi madre,} objeto de las calumnias de Larson?

-Rowdy, Daphne, Lara, Kristian... Scott. Cogeos las manos y agacharos- dije obligándole a darme dándole primero la mano a mi hermanastro. Quien me acompañó obligado a coger el extintor de la pared.

Mi idea no tenía nada que ver con montar la fiesta de la espuma, pero era innegable que haber barrido tantas veces esa sala, debía darme al fin una ventaja: ¿Sería la de moverme de memoria _{(y gracias al humo blanco)} en dirección a la puerta de emergencia?

—¡Okey, todos abajo entonces! ¡Tu también Scott! Drea, crees que puedas llevarnos a salvó hasta sala de proyección? Al grito de Drea salimos todos!

Ya que Scott sujetaba a Larson, Daphne le tiró el paquete de palomitas al que estuviera más cercano de los que se acercaban y cogió de un brazo a Scott para obligarlo, junto con Larson de seguirlas. Con el otro brazo cogió a Lara esperando que está se agarrase de Drea o de Martha. Lista para que Drea y Rowdy cogieran los extintores convertidos en chorros antidisturbios.

Las palabras de la chica hicieron que la mirara y que se acercara a ella. Aún tenía los ojos húmedos pero al menos las lágrimas ya no le caían descontroladas.

- Ese... ese... Pinche malnacido - la última expresión salió en marcado acento mejicano - se ha metido en mi móvil. Él evitó que mi mensaje para Lilliana se borrará. Yo le escribí ayer para ofrecerle mi ayuda, tras lo del parque...- en ese momento se agarraró del antebrazo de Sydney como si necesitara el consuelo y apoyo de aquel efímero contacto

- Ahora me ha escrito para decírmelo. ¡Y al momento se ha borrado! - le angustiaba saber que podía controlarla de aquella manera - Dice que tiene gente en todos lados - de repente miró de nuevo a la chica y cerró la boca, como si una idea se le hubiera pasado por la cabeza. La soltó con suavidad

Kristian Larson se había quedado petrificado en el sitio, de hecho estaba más pálido que la máscara de Ghostface. - _{Yo... Yo... Yo... No quería. Quiero ayudar. Yo...} - murmuraba de forma casi imperceptible, reaccionando solo cuando Scott le agarró. Estaba a punto de subirse encima cuando Drea y su extintor pareciera que tuvieron la idea más acertada y tras el llamado palomitero de Daphne, bajaron.

Kristian seguía sin saber muy bien como reaccionar, por lo que se lo podían llevar como si de un peluche se tratara.

Rowdy estaba por salir por patas, pero teniendo allí a su hermana y habiendo jurado protegerla a cambio de que esta le ofreciera a sus amigas en bandeja, no podía dejarla atrás. - Joder tía, como esto me estropee el pelo, me las vas a pagar, pero bien pagadas. - la ayudó a cumplir su plan y poco a poco todo empezó a llenarse de un humo blanco que impedía visibilizar con claridad.

Martha también parecía perfectamente de acuerdo con el plan, algo muy positivo pues era de las más listas de clase. - Menos mal que te tenemos con nosotros Drea, si no creo que no podríamos salir de aquí enteros. - su tono, aunque lo que decía era alegre, sonaba bastante triste. - Nos va ha volver locos a todos...

Cuando la cadena parecía montada y el plan ya había empezado, se paró en seco. Por lo visto uno de los integrantes decidió no avanzar más y dicha integrante no era ni más ni menos que Lara. - Chicos... ¿De verdad vamos a dejar atrás a Mindy? - hablaba con un tono bastante neutral a pesar de la situación, se notaba que por su cabeza pasaban muchas cosas. - Sé que es una imbécil y se ha portado muy mal con nosotros muchas veces... ¿Pero la vamos a dejar aquí para que le hagan a saber qué?

A pesar de la neblina que se estaba formando, todos pudieron ver como Lara miraba hacia el suelo. - Haré lo que digáis. - admitió finalmente. Si decidían abandonar a Mindy a su suerte, Lara no pondría más quejas y huiría con el grupo.

Pero qué coño...

Aquello parecía una noche en pleno apogeo fiestero, con espuma y todo, como en una Rave de Benidorm. Y si no fuera por los gritos, seguro que entre la espuma no me sorprendería ver el típico balón hinchable volando por encima de la peña. 

Lara se paró para pedir una plegaria por Mindy. 

- ¡Amos, no me jodas, hermana!- repliqué tirando de Larson y estrellándolo, prácticamente contra Daphne- ¡Llévatelo, Holmes!

Porque, sí, el negro iba a hacer el capullo para que se lo cepillara el primer asesino de la noche.

- ¡Rowdy!- Grité buscando con la mirada a Mindy- ¡La rubia dijo que estabas bueno y que quería hacerte, no sé qué cosas! ¡Así que, entre tú y yo... quien antes la salve... ya me entiendes, hermano!

Le hice un gesto para, al menos, no tener que ir solo a por la rubia de bote. O a lo mejor no era de bote, porque tonta era un rato. Y así, el imbécil de Scott, se perdió entre la neblina buscando a... esa idiota. Eso si, Rowdy la encontraría antes que si quería... bueno, ya sabéis. Agradecimiento con final feliz por parte de la rubiales.

- [Scott, eres mi héroe. Espero que la encontremos antes de que ese chulo piscina, porque no estoy seguro de poder dejarte a ti toda la diversión. Ya me entiendes]-

Tanto Renata como Sydney pudieron ver a lo lejos a Ghostface, dentro del cine. No tenían muy claro de dónde había salido, pero allí estaba caminando lentamente hacia lo que podían suponer que era el cuarto de contadores. Se quedó mirando a las chicas a través del cristal de las puertas, durante unos segundos, pero las ignoró por completo y continuó su marcha.

Estaba claro que se avecinaba algo... Aunque quizá se planteaban algo ¿Cómo había llegado tan rápido desde el ayuntamiento hasta el cine? Si alguna de las dos intentaba entrar, se encontraría con una desagradable sorpresa, las puertas estaban cerradas electrónicamente.

Renata sintió que el corazón se le estremecía de miedo. Aún tenía el móvil en la mano así que buscó a Scott entre las llamadas recientes para volver a marcar.

- Busca ayuda - le dijo a Sydney con urgencia mientras esperaba respuesta al otro lado, luego buscó con la mirada por si algún agente de policía andaba cerca.

Como parecía evidente después del mensaje que Renata recibió, Ghostface se encargó que los teléfonos en el interior del cine no funcionaran, por lo que intentar llamar a Scott era inútil.

Revisando los alrededores, también se observaba que la mayoría de locales de los alrededores estaban cerrados, pues habían acudido al evento de la plaza del ayuntamiento. Respecto a objetos que habían en el suelo, al menos en las inmediaciones, era la basura que habían sacado del cine la noche anterior.

Aún así, algo llamó la atención de ambas, parecía que había alguien en la zona del aparcamiento, farfullando de forma sonora.

¡Y una mierda! - replicó Rowdy ante la propuesta de Scott. - ¡Prefiero mantener mi pelo y mi cara en su sitio antes que jugármela por esa golfa, por buena que esté! - le dio un ligero empujón a Drea. - Además, de que tengo que vigilar que no le pase nada a mi hermanastra y tal, que al final vine para cuidarla. - se excusó, de forma muy obvia.

Lara sin embargo, asintió un par de veces. - Iré yo. - murmuró por lo bajo. - Iré yo. - dijo más determinada en esta ocasión. Parecía que Scott iba a tener que contar solo con ella, por lo que antes de que el humo se esparciera aún más, avanzaron hacia donde recordaban que estaba Mindy.

El humo cada vez llenaba más la sala y no solo eso, la gente al menos en su mayoría, por miedo a ahogarse empezaron a salir también en estampida, por lo que debido al humo, el grupo no podía reagruparse.

Scott y Lara avanzaban a medida que lo hacía el humo, lo cual les proporcionaba cierta cobertura visual. Al llegar allí a donde estaba Mindy, pudieron ver que aún estaban sin demasiada neblina por esa zona. Además, Mindy estaba cogida por los brazos por dos de sus "amigos" de grupo, mientras Emily Richards, delante de ella, hablaba tranquila.

Nos tienes hartos Mindy. - decía con un tono completamente neutro. - Vas de lo que no eres, siempre detrás de Nichole y vacilando de todas las mierdas que le sacas, pero no eres más que una zorra estúpida que no sabe cuando callar. - le dio una bofetada enorme que le cruzó la cara. - No eres nada, no eres nadie. Solo alguien que se cree importante por saber lamer un culo pelirrojo, pero lo de hoy ya es el colmo. - chasqueó los dedos y aquellos dos tipos que la sujetaban empezaron a retorcerle los brazos. - ¿Por qué una don nadie como tú tiene el favoritismo de poder postear gratis en las redes? No eres nadie. - le chafó con el tacón uno de sus pies. - ¡Nadie!

Por otra parte, Mindy se quejaba por lo bajo. Parecía que no quería darle la satisfacción a nadie de oírla quejarse ni suplicar. Lara y Scott sabían que para cuando llegaran a aquél sitio, el humo lo inundaría todo, por lo que debían pensar rápido en cómo hacerlo y huir sin ser perseguidos*.

Martha parecía estar empezando a ponerse nerviosa al ver como el grupo se estaba separando y más aún cuando perdieron de vista a Scott y a Lara. Suspiró de forma bastante sonora. - Chicos, seguir aquí solo va a servir para que nos aplasten aquellos que están huyendo también, debemos salir y esconder a Kristian. - le apenaba dejar atrás a gente, pero parecía que no tenían más remedio.

Drea, por favor, contamos contigo. - agarró entonces de la mano a Daphne, con el objetivo de recuperar la cadena humana que habían quebrado y también para intentar reconfortarla en caso de que se preocupara por su compañera de habitación.

Sydney palideció ante lo que Renata le contó. Así que Ghostface estaba hackeando móviles ajenos, y se jactaba de tener gente en todos lados. La cosa no pintaba bien, pero pensaba que no llegaría más allá. Y entonces-

Le vio.

Aquel famoso encapuchado, como si nada, paseando por el cine y haciendo contacto visual con ellas. Como si fuera el rey del mundo, como si se supiera invencible. Durante un momento que le pareció eterno tuvo la sensación de que no podía ser real, por lo surreal de la situación, pero tuvo claro que Renata también lo estaba viendo cuando le pidió ayuda.

-Voy.-respondió, pero lejos de lo esperado, se dirigió a la entrada del cine. Se sentía como si su cuerpo funcionara solo, sus manos moviéndose por cuenta propia, golpeando los cristales cuando se encontró las puertas cerradas. Sintió un escalofrío. Más le valía alcanzar a Ghostface antes de que hiciera lo que temía que fuera a hacer. Así que se dio la vuelta, y sin pensarlo más, cogió un cubo que encontró entre la basura y lo estampó contra la puerta.

Aquél estruendoso ruido llamó la atención de quien estaba en el parking farfullando, quien llegó rápidamente a la zona. Era ni más ni menos que Arthur Oldman, uno de los pocos empleados, además del dueño de aquél cine. - ¿Pero qué coño? - se cruzó de brazos mirando muy malamente a las dos chicas.

¿Qué os pensáis que por ser viejo me podéis tomar el pelo? ¡Pues aún me quedan muchos años para dar la lata! ¡No me voy a achantar porque dos vándalas como vosotras me hayáis roto el coche y luego una puerta! - se le notaba realmente enfadado. - ¡En cuanto llegue la policía os vais a enterar y ni penséis en huir!

Renata estaba al lado de Arthur, sin embargo Sydney estaba ya dentro, por lo que podía simplemente salir corriendo hacia donde quisiera para ignorar la situación.