Partida Rol por web

Sydney ni se giró para reconocer la presencia de aquel hombre que acababa de aparecer. Nada más romper la puerta, sorteó los cristales rotos y echó a correr en la dirección en la que había visto a Ghostface por última vez. Solo cuando ya llevaba varios pasos dentro empezó a preguntarse que qué casualidad que le hubieran roto el coche al dueño justo antes de que Ghostface apareciera y las encerrara fuera.

Quitando la anilla, pulsé el botón y ¡pum! todo se convirtió en Silent Hill.

-Venga Drea- El plan de avanzar hacia la gente que nos buscaba _{rollo la pelea épica del señor de los anillos}, no podía afirmar que este caso fuera una vía de escape majestuosa _{o al menos eso no es lo que pensaría la persona a la que estuve a punto de volarle la cabeza con la presión a la que salía el humo del extintor.} Pero... ¡bueno!, podía conformarme con salir vivos. (Y a Rowdy le bastaría con no haber sido él a quien le despeiné el pelo).

-¿Mindy?- en medio de la tos, los gritos y la polvareda que nos camuflaba la cara, traté de rebatir la propuesta de Scott. Con el problema de no saber si lo tenía en frente a él, o estaba de cara a la pared.

-Cogedla pero no os- se iban- No os separéis.

Con los pasos alejándose, realmente no sabía como sentirme. ¿Alegre por escuchar que Rowdy prefería quedarse conmigo para "defenderme"? ¿Molesta por estar poniendo en peligro a Lara? ¿Nerviosa de tener al asesino cerca?

Drea, por favor, contamos contigo

Atendiendo a la voz de Martha, miré de nuevo las luces del suelo -Sí eh... Sí. A ver. Continuamos- dije volviendo a avanzar en dirección a la salida de emergencia (con una respiración comedida _{no fuera a marearme de aspirar aquellas motas del ambiente).}

—¡Lara no vayas a... ! —pero ya era tarde, la chica se había soltado del agarre de Daphne e iba a ciegas hacia Scott, al mismo tiempo la mano de Martha reemplazo a la de si compañera de cuarto.

—¡Scott! ¡¡Lara va detrás tuyo!! —gritó para advertir a Scott y que pudieran encontrarse en medio de esa niebla que habían provocado unos extintores sorprendentemente eficaces y percibió el picor del anhídrido carbónico en su lengua lo que le provocó un leve acceso de tos.  Sintió el tirón del grupo y se dejó llevar sin dejar de mirar atrás, pero no en silencio precisamente —Dejennos en paz imbéciles, ya llamamos a la policía y están en camino, si no quieren acabar en el camión es mejor que se vayan de aquí ahora mismo.

Porque alguien habría llamado a la policía con todo este caos ¿No?

Tomé de la mano a la pequeña Lara, y la hice agacharse entre las butacas. De momento no nos veían, y lo que lo hacían a Mindy, era cuanto menos una capullada.

¿Pensaban matarla allí? La verdad, no era de mi simpatía, pero la puta conciencia llamada Lara Miller no me dejaría dormir tranquilo si no hacíamos algo.

- Lara- Llamé su atención, con un susurro, a mi lado. - Voy a ir a por Mindy. Y oigas lo que oigas que sepas que es solo una actuación para sacarla de allí. ¿Vale? Solo es una actuación. Dame un minuto, y quiero que desde aquí tires hacia ellos lo que pilles: Bebidas, palomitas... lo que te dé la gana. Y grites tan fuerte como puedas "Tenemos a Larson, corred que se nos escapa". ¿Me entiendes? Y después, que salgas cagando leches.- Miré a la chica de medio lado para ver si lo había entendido.- Y por favor, intenta atinar con lo que tires, aunque un negro entre blanquitos es un puto blanco perfecto, ¿sabes?

No sé si funcionaría, pero tenía que hacer algo y el mejor para eso, no era yo, exactamente.

Me levanté de mi sitio y dejé a Lara allí atrás, esperando que el plan funcionara.

- [Hey, motherfukers.]- Llegué con las manos en los bolsillos y la sonrisa bastante amplia. Me acerqué impasiblemente hasta Mindy, que parecía completamente derrotada.- [Ella si es alguien. Es mi putita ahora mismo]- Me pasé la lengua por los dientes como su saboreara ese momento.-[¿Por qué no dejáis esto a un profesional?]- En mi paso aparté a un lado a la otra rubia tonta del bote. Y con una mano, tomé el mentón de Mindy para que me mirara.- [Oh, cielos. Estás hecha una mierda, Mindy. Y te dije que dejaras de hacer el imbécil. ¿No te lo dije?]- Miré de muy mala ostia a los que la tenían sujeta para que la soltaran- [Esta puta es mía. Y si no me dejáis hacer mi trabajo con ella, os juro que os hago una corbata Colombiana. ¿Sabéis lo que es? Os rajo el cuello hasta que la lengua salga por fuera.]-

No esperé ni un segundo a que la soltaran o no. Simplemente, le arrebaté la mano de uno de ellos y la llevé hasta mi boca.

- [Te dije, querida, que si te portabas mal, empezaría por los dedos.]- Miré a los otros, entre la bruma, esperando que se creyeran la trola, pero por si acaso...- [Cariño... di adiós al meñique... de momento]

Mordí tan fuerte su dedo que lo hice sangrar, esperando que la pobre chica gritara cuanto pudiera.

¡¡Vamos, Lara, cojones! ¡Es tu turno! ¡Ya solo le quedan 9 dedos!!

Mindy no pudo hacer otra cosa excepto gritar de puro dolor al ver su dedo sangrando de aquella forma. - ¡JODER ME LO VA A ARRANCAR! ¡PARA ENFERMO, POR FAVOR, PARA! - todos los que estaban al rededor, se quedaron bastante perplejos, pero de hecho Scott estaba siendo un incentivo para ellos, su actuación tan bruta les estaba animando a darle con más ganas y de formas más grotescas.

Lara estaba atónita ante la actuación de Scott, pero decidió que tenía algún tipo de plan en mente, por lo que iba a seguir lo que le había dicho. Lazó una bebida, que no llegó a empapar a nadie, quizá las botas de alguno de ellos. - ¡Hey vosotros! ¡Dejadle a Scott a esa, que le tenía ganas! - empezó a toser, el humo se estaba metiendo cada vez más en sus pulmones.

¡A Larson lo tenemos por aquí, ayudadnos con él, no sabemos que hacerle! - a Lara le costaba respirar, más aún gritar, pero parecía que fue suficiente para convencerlos y dejarlos solos tanto a Scott como a Mindy.

Cuando Lara y los demás se perdieron en la nube blanca formada por aquél extintor, Scott le contó sus verdaderas intenciones a Mindy y entre los dos, escaparon por la zona del proyector. Scott subió a Mindy, la cual rompió el cristal usando su bolso, luego ella, usando la mano que no había sido mordida, ayudó a Scott.

Una vez en la sala de proyecciones, se sentó en el suelo y se echó las manos a la cara, ocultando su rostro. - Me duele mucho Scott... Pero creo que iban a matarme. - su voz estaba completamente quebrada, no por el hecho de que la fueran a asesinar, si no porque le acababa de salvar el culo gente con la que ella solía meterse. - No me lo merezco Scott...

Pero no daba tiempo a ponerse sentimental, pues toda la habitación se tornó de rojo y un sonido muy desagradable empezó a sonar.

Atención, se ha detectado un incendio. Por favor, evacuen el edificio por las salidas de emergencia.

Joder... - sollozó. - El humo llegó a los detectores. 

Sydney y Renata vieron salir a Rowdy, Kristian, Martha, Drea y Daphne de una de las salas de aquél cine, acompañados de un montón de humo. Detrás de ellos, más gente iba saliendo tosiendo o apoyándose en las paredes como podían, pues la falta de visión y el respirar gases ciertamente nocivos, les había perjudicado en exceso.

Toda la estancia empezó a tornarse de un color rojizo y una alarma empezó a sonar por todas partes.

Pero no daba tiempo a ponerse sentimental, pues toda la habitación se tornó de rojo y un sonido muy desagradable empezó a sonar.

Atención, se ha detectado un incendio. Por favor, evacuen el edificio por las salidas de emergencia.

Sin embargo, contrario a lo que aquella voz de emergencia indicaba, unas verjas cayeron, sellando a los que estaban dentro y separando a Sydney y Renata, siendo esta última la que quedara fuera con Arthur Oldman. 

Por si fuera poca aquella situación, caminando tranquilamente y con paso firme, desde la sala de contadores, apareció ni más ni menos que Ghostface. Observó a Sydney a un lateral y a la gente que abandonaba la sala desde el otro, pero ignorando completamente a Sydney, se dirigió hacia el grupo de Daphne y Drea.

¿Pero qué demonios? - se notaba que Arthur estaba más confundido que nadie en aquella situación. - ¡Esas son las verjas para cerrar el negocio, no deberían bajar cuando hay una emergencia! - miró entonces a Renata. - ¿¡Tú tienes algo que ver con esto!? 

Negó con la cabeza, intentando ignorar las conclusiones a las que estaba llegando. - ¡Da igual, tu amiga está dentro, acompáñame, con mi tarjeta podemos entrar desde el parking!

- No señor! Le juro que ha sido Gosthface! Ha visto la noticias? Pero creo que hay varias personas disfrazadas de ese sádico - la joven mejicana iba hablando con rapidez y mucha angustia a la par que intentaba mantenerse al lado del hombre mientras andaban.

- Ese hombre es peligroso, así que necesitaremos algo para defendernos. También para protegernos del humo - en la universidad habían dado algún que otro curso anti incendios. Se quitó la sudadera y envolvió parte de su mano zurda en ella para cuando hiciera falta una vez dentro. 

- Los sistemas de seguridad estarán hackeados... No se si la tarjeta funcionará. Hay alguna forma de entrar manual? Una simple llave o una ventana grande...- 

¡Ja! - dijo orgulloso. - Mi hijo siempre andaba diciendo "¡Papá, tira esa llave vieja y roñosa, ahora todo va por tarjeta!" entre risas. - sacó un llavero de su bolsillo. - Y él está muy orgulloso, vacilaba incluso a sus amigos que podía abrir la puerta sin manos, pues en cuanto detecta el sensor la llave a menos de veinte centímetros, se abre ¡pero ya sabía yo que estas cosas fallaban!

Reía feliz, a pesar de la situación, parecía que la satisfacción de tener razón era superior al problema que tenían ahora mismo. - ¡Lo que nunca falla es una buena llave, por eso tengo la del coche, la de casa y evidentemente, la de mi negocio! - se encaminó apresurado hacia aquella puerta, si Renata lo seguía, parecía que iba a poder seguirle al interior.

Algo que salía bien. Bueno, si con salir bien significaba entrar en la boca del lobo.

Le siguió, aunque hizo una parada fugaz cuando se agachó a recoger algo del suelo*.

- Tenga cuidado, señor, por si nos encontramos con el - sus ojos iban atentos por si lo veía. O a sus amigos

El pánico de Sydney aumentó cuando reconoció caras conocidas entre la multitud que salía de la sala. No no NO. Esto no podía estar pasando.

-¡Andrea, Daphne, corred!-llamó Sidyney a sus amigas, señalándoles a Ghostface como si temiera que no lo hubieran visto todavía. Ghostface, que seguía paseando por el lugar con toda la tranquilidad del mundo, ni se había inmutado ante su presencia. 

Repitiendo su modus operandi para entrar en el cine, Sidney cogió el mismo cubo que había usado para romper los cristales y lo lanzó contra Ghostface.

-¡Cabrón, ven a por mí!

- [Crees bien, Mindy]-Solté como si un escupitajo fuera, en pleno rostro.

Sus palabras eran mis palabras. Y eso me daba miedo. Parecía que quisiera el dolor de Mindy. Él la había hecho sangrar y ahora mi boca tenía un sabor cobrizo a sangre, con un regusto a pintaúñas con purpurina. Un asco, os lo aseguro. Pero entro todo aquello resonaba en mi cabeza, aún, los gritos de la chica.

Y eso me había gustado.

La alarma sonaba, impidiéndome pensar adecuadamente, pero sabía que era un gran fake. El humo no era el humo como tal, aunque el anhídrido carbónico del extintor no fuera precisamente helio de lo los globitos. Pronto se disiparía, y además allí arriba, poco de eso había.

- [No... no te lo mereces, cariño. Pero el tío de aquí dentro...]- señalé mi cabeza con un dedo.-[... cree que tienes aún salvación.]

Me acerqué a los cristales rotos y cogí uno de ellos, el más grande, si podía ser. Despacio, me acerqué a la rubia y me agaché, poniéndome a su lado. Tan cerca como pude, y el cristal subió hasta su mejilla como si quisiera amenazarla con algo más.

- [¿Tienes salvación, Mindy? ¿O solo es que quieres vivir a toda costa a base de darle pena a Nichole?]- Sonreí pasándome la lengua entre los dientes.- [Rezarías a Samedi solo por salvar tu pellejo, puta]- El cristal hizo un leve movimiento hasta bajar a su cuello y apretarlo levemente.- [Si crees que no puedes servir para nada... si de verdad crees que te lo mereces... solo tienes que pedírmelo, Mindy. Siempre me ha gustado ser complaciente.]

Deseaba que me dijera que quería morir. En el fondo de mi mente lo deseaba. Pero mi propio ser intentaba arañar esa superficie dentro de mi cabeza para evitar que alguien más muriera. 

- [Solo tienes que pedírmelo, Mindy]

-La idea del extintor ha sido buena. Buena. Muy buena- fui diciéndome como método de ánimo hasta escuchar el sonido de la metálica puerta abriéndose.

- ¿Arthur, Renata, Sydney? ¿Estamos fuera? ¿¡En serio ha funcionado!?

La humareda blanca salía hacia la calle trasera del cine y mi sorpresa de ver a caras conocidas con ambos ojos _{porque todavía no me había salido ningún tercero de aspirar los productos químicos que llevara el polvo del extintor}, me hizo exhalar el aire más tranquila. Soltando incluso la mano de Rowdy.

-E...- 

Atención, se ha detectado un incendio. Por favor, evacuen el edificio por las salidas de emergencia.

 Sin acabar de decir nada _{o jugando a aquello de "con la E"}, una verja cayó a escasos centímetros de mi cara.

-...- instantes de loading- Lo sabía...- _{loading again}- No era una buena idea.

Girándome hacia atrás, vislumbré el cubo y la silueta de Ghostface -Sydney ¡no!- que la chica se expusiera sólo conseguiría acabar con más de una víctima -Venga, venga, ¿Qué vas a hacer Drea...?- miré el extintor. Podía pasearlo por los barrotes como si tuviese hambre y le pidiera algo de comer (?). O podía utilizarlo como, ¿escudo protector?

Era triste pensar que mi vida dependía de la voluntad de un asesino _{cuya cartelera había perdido el interés} y un objeto contra incendios _{que lo mismo no había pasado ni la última revisión,} pero aun así me puse delante de todos (Daphne, Rowdy, Kristian y Martha) abrazada al corta fuegos.

-¡Ella no te interesa!. Yo sé lo que buscas.

Ver a Drea levantarse con aquél extintor resultó en cierta medida heroico, pero la tos le entró rápidamente e hizo que soltara aquél instrumento ya vacío en el suelo. Martha viendo el panorama, comprendió que estaban demasiado mal como para hacer frente a nadie. - Quizá deberíamos haber puesto una puerta de por medio. - decía a duras penas pudiendo hablar.

Quizá en los baños o. - tosió. - ¿La sala de vestuarios? - como fuera, ahora era demasiado tarde para recurrir a aquella opción, aunque Kristian pareció recuperarse levemente del shock y empezó a gritar.

¡Te-te-teníamos un trato! - decía tremendamente asustado, arrastrándose hacia atrás lentamente. - ¡Aléjate si no quieres que todos sepan la verdad! ¡Lo vas a lamentar!

Ghostface seguía caminado con paso firme e inmutable hacia el grupo recién salido del cine. El resto de espectadores de la película parecían estatuas, pues no movían ni un ápice de su cuerpo, esperaban que no molestándolo, pasara de ellos, además de que clamaban la sangre de Kristian. - ¿De verdad te piensas que soy ese gilipollas? - le respondió, sin dejar de avanzar.

Lo único que paró su incesante avance fue el cubo que le lanzó Sydney, la única que no estaba bajo los efectos del gas del humo del extintor. - Deberías aprender a estarte quietecita. Pero no te preocupes, a partir de ahora lo vas a estar para siempre. - movió su cuchillo ágilmente a través de los dedos de su mano y se abalanzó a acuchillar a Sydney, pero esta, con una precisión digna de un artista marcial, logró no solo desviar el golpe, si no que consiguió arrebatarle el cuchillo a Ghostface.

Impresionante. - sin dudar ni un instante, sacó otro cuchillo y se dispuso a seguir aquél duelo. Parecía que la cosa, contra todo pronóstico, estaba igualada.

Renata agarró un fragmento de vidrio lo suficientemente grande como para usarlo de puñal y se apresuró tras Arthur, el cual desbloqueó la puerta. - ¡Ajá! - decía contento. - ¡Ya podemos pasar y sacar a todos de allí! - pero poco duró la alegría, pues mientras estaban observando la puerta, una puñalada por la espalda alcanzó de lleno a Arthur.

Por suerte, Renata logró menear la cadera de tal forma que le permitió esquivar con gran agilidad. Menos mal que era una bailarina entrenada.