Partida Rol por web

¿Estás de puta coña? - decía resoplando aún de la risa. - Claro que prefiero que sigas viva, pero un millón de veces. Así puedes seguir demostrando a los demás lo falsa y mentirosa que eres. Desde que Mindy te miró he podido oír el segundo exacto en el que se le rompía su corazoncito. Oooh. - le agarró de un moflete y la pellizcó, burlándose de ella, a lo que Mindy replicó apartándole con brusquedad la mano.

Agitó su diestra, mostrando que le había hecho algo de daño. - ¿Y qué te ha prometido cuando salgas de aquí? Porque ya sabemos todos que tienes aún más cosas por recibir, aparte de un billete de cien y el favor de ser inmune a la silla de la muerte. ¿Te distanciaste porque te gusta hablar con asesinos aparte de ser una falsa que se juntaba por la gente por interés? - alzó los hombros. - Aunque supongo que ya no podrás ir tras la princesita Emily... A no ser que quieras ser la sirenita.

Suficiente. - sentenció en un tono seco, cortando a Billy. - No vale la pena seguir discutiendo por algo que pasará en el futuro, el problema que tenemos ahora es la última silla.

Se cruzó de brazos. - El tal Erick Hallwinter no está aquí, así que no le podemos llevar ante la justicia, por lo que solo queda elegir entre alguien con problemas mentales que perdió el control, alguien que vende armas y disfraces a tutiplén, alguien que se calló lo que sabía mientras ocurría un asesinato y... - suspiró, con gran pesadez. - Un genio disfrazado de imbécil... O simplemente un imbécil. Como sea, acaba de darnos más tiempo a todos, pero las sospechas en que haya sido él quien cambió las pastillas siguen existiendo...

Negó con la cabeza. - ¿Qué es más justo votar? - dejó caer la pregunta al aire, esperando que los demás supieran qué responder.

Klaudia seguía derrotada y había visto el egoísmo de la gente, nadie iba a hacer nada por salvarlos. - Klaudia, Scott... - murmuró por lo bajo, cabizbaja. - Sí salís de esta ¿me prometéis dejar de perseguir a Ghostface?

Yo... - tragó saliva, le costaba mucho hablar. - Ahora lo veo. Veo que esto no va a acabar nunca y que van a seguir existiendo las mentiras, las acusaciones contra los amigos, el seguir haciendo daño a la gente que quieres, a pesar de que te rueguen que vayas con ellos a un lugar más seguro y tranquilo...

No quiero seguir sufriendo cada día, no quiero pasarme cada día preguntándome si vais a volver sanos y salvos de vuestras putas persecuciones. - suspiró y señaló la silla. - Esa es mi única forma de dejar de sufrir por vosotros cada día.

Por parte de Jack Anderson, este hombre parecía estar tan tranquilo en su "trono", hasta que escuchó el comentario de Terrance Hill, algo que no le dio importancia en absoluto hasta que este terminó y siguió sin darle ningún tipo de importancia y mientras aquella mujer hablaba sobre liberarse en una silla, este finalmente se percató.

-¡Ey!. -Gritó señalando a Terrance Hill- ¡No me llames imbécil!. ¡El imbécil es quien primero lo huele, debajo lo tiene!. ¡Y porque soy un genio y sé que no lo entenderías, te lo explico: Tu eres el imbécil!.

Jack Anderson era el imbécil. Pero quizás uno con la suficiente suerte como para salvar al resto al sentar a Nichole Bloomer en la silla y salir, dentro de lo que cabría, impune por aquello. Ahora tan solo quedaba encontrar al último culpable.

-¿Y que tienen que ver las pastillas con todo esto?. -Preguntó un poco confundido- ¿Quién entró en la casa de Scott, si es que su auto-caravana se puede llamar una casa a cambiarle las pastillitas?.

- No te va a servir fingir que no sabes dónde vive Scott - l latina había alzado la voz pero sin moverse de donde estaba y sin mirar al pijo a la cara

-¿Donde vive Scott?. -Preguntó a Renata sin siquiera despeinarse, al menos no más de la cuenta- Me refiero, si todos saben donde vive Scott, yo también quiero saberlo... Id pasando la lista de vuestras pocilgas y estercoleros... no iré allí porque seguro que huele mal, es decir, a pobre; pero al parecer tengo que saberme vuestras direcciones porque sí... porque Renata, la niñata, lo dice.

Danno lanzó una mirada de superioridad a Nichole al llamarle "don nadie" y se rio divertido - ¿Estás segura de eso, guapa? El mundo no es tan sencillo como tu cabecita de estúpida niña rica piensa.

Luego se giró hacia Sydney levantando una ceja - ya te he dicho todo lo que sé, creerlo o no es asunto tuyo, Sydy. Si quieres ponerme de culpable es cosa tuya, pero te recuerdo que eres tu quien se enfrentó a a Ghostface en los cines, ¿o fueron dos Ghostface? y sobreviviste. Algo extraño teniendo en cuenta la alta mortalidad que tienen todos aquellos que se enfrentan a él. Debía ser un doble francamente muy malo.

Y por cierto, las chapas de metal no las vendí yo al hospital, sino otra persona.

Aún levantó más la ceja al ver que Sydney lo defendía ante Nichole. Le lanzó un guiñó antes echarse un carcajada por la contestación de Scott.

- Señor Lessard, será bienvenido a seguir comprando mis recetas siempre que quiera y siempre que salgamos vivos de aquí - incluso inclinó la cabeza cuando este también lo defendió ante las acusaciones que volaban hacia él.

Y no tardó en salir el oportunista que quiso echarle todo el marrón encima. Danno fulminó con la mirada a Jack - y supongo que que hay que votar por mi porque sino se te despeina ese pelo teñido que tienes, ¿no? - Sin embargo, el desprecio de Danno por Jack no tuvo límites al ver lo que hacía contra la persona que según él iba a ser su prometida y ¿amaba? - ¿Y tu te haces llamar hombre, despreciable gusano cobarde? ¿No decías amarla y querer comprometerte con ella y mil chorradas más? Vaya manera de arriesgar la vida de tu novia, ni siquiera ella se merece a una escoria como tu.

Cuando vio a Jack lanzar a Nichole contra la silla, dio un paso hacía atrás y apartó la mirada. Por suerte la silla no se había puesto en funcionamiento, pero Sydney tenía la sensación de que el aire había empezado a oler a carne quemada. Se subió la camiseta hasta cubrirle la nariz, mientras un leve temblor empezaba a nacer en su mano.

Entonces Klaudia propuso sentarse en la silla. Sidyney se giró hacía ella con el mismo pánico que si hubiera oído una explosión. 

-¡No!-gritó aferrando su mano para impedírselo, con el gesto deformado por el pánico.-No puedo vivir lo de Austin una segunda vez. No quiero volver a viajar sola, solo con los recuerdos de lo que fue una vez. Yo también quiero una vida tranquila, feliz, con tu compañía. Yo te protegeré, abandonaré la persecución a Ghostface, lo que me pidas.-tragó saliva, consciente de que su promesa venía con un gran "pero".- Pero primero tenemos que salir de esta. Y más nos vale dejar todos los cabos atados antes.

Lo del cuchillo seguía inquietándola. Había tenido tan claro que el cuchillo de Jack sería una réplica del de Ghostface... y había resultado ser todo lo contrario. ¿Por qué nada encajaba como quería? ¿Por qué no podía ser más lista, más perspicaz? Nunca había sido su fuerte, ella siempre había sido más de... Se miró los puños, concretamente el cuchillo que no era una replica. Porque Jack no se lo tomaba en serio, no como el Ghostface del cine.

Danno también le recordó el evento del cine. Y aunque lo decía con claras intenciones de acusarla, cuando no de menospreciar sus habilidades, Sydney no se lo tomó así.

-¿Un doble muy malo? Al contrario. El Ghostface del cine llevaba una réplica del cuchillo original y sabía usarlo.

Sydney abrió los ojos como platos, mientras una idea se formaba en su mente. ¿Y si era él?

-Ese es el Ghostface original. El que nos tiene encerrados y se comunica con Gabbi.

Sydney corrió a abrir su mochila, mientras repasaba mentalmente lo que había hablado con él en su breve encuentro. Se concentró en su voz, en su forma de hablar y de actuar. Su frialdad y parquedad con las palabras. En quien Martha había identificado. De la mochila sacó un cuchillo, que sujetó apenas un segundo en alto para que todos pudieran ver que parecía sacado de la película de Puñalada, antes de lanzarse sobre Terrance con un cuchillo en cada mano.

-¿Reconoces esto?-le preguntó deteniendo el cuchillo a escasos centímetros de su cara.

Quizá el decir "lo dejaré todo por ti" justo antes de abalanzarse con dos cuchillos en mano encima de otra persona, no era precisamente lo que más necesitaba ver Klaudia en aquél momento.

Terrance no podía estar menos prevenido ante aquél ataque sorpresa, cayó al suelo y sus pupilas se dilataron enormemente. - ¡Pero puta loca! ¿¡Qué haces!? ¿¡Y por qué tienes el cuchillo de los asesinos!? - empezó a forcejear de forma muy poco ágil. Se notaba mucho que no tenía ni idea de luchar, menos aún de forcejear, a pesar de lo imponente que podía parecer el reservado chico.

En cuanto a Jack Anderson, este parecía estar bastante tranquilo mirando como aquellos dos empezaban a forcejear por el cuchillo, a decir verdad, Jack Anderson apenas reconocía a Terrance Hill porque no había tenido ningún tipo de contacto con este hombre, pero... ¡Estaba entusiasmado!.

-Si alguien es apuñalado, que lo pongan en la silla eléctrica. -Indicó el muchacho desde su "sitio de poder"- Y si era inocente, poned al apuñalador. Que seguro que uno de los dos es culpable, y si no... que estuvieran más tranquilos. Que no es momento de jugar con los cuchillos...

En efecto, haber salvado a todos y recibir un "Más inteligente de lo que parece" por parte de Nichole Bloomer le había subido la moral lo suficiente como para creerse intocable, o al menos lo suficiente superior a cualquier problema de los mortales, al menos hasta que un gas extraño empezara a amenazar su cabello.

-Vale. Lo pillo.

Nadie respondía ante la pregunta de si se toparon con Gabrielle. Y Jack me parecía cada vez más sospechoso... porque ¿Qué sabía la gente de él? _{Aparte de su obsesión con el pelo, Scott y la aporofobia.}

Cerré los ojos al ver cómo tiraba sobre la silla a su novia. Pero los abrí _{primero uno y tras un par de parpadeos el otro} después de notar que no sólo no se expandía el olor a quemado, sino que encima se disipaba el del humo verdoso _{#Recuerdos de un extintor.} 

-A ver... A VER- dije extendiendo los brazos, tratando de frenar la intimidación de Sydney hacia Terrance _{y que Klaudia no se autochamuscara.}

-¡Centrémonos un poco! En central park buscaban a Lara. Y en mi casa _{bueno, en la de mi ex casera} hablaron de crear un conflicto político. Pero a Steve y Nichole nadie les ha hecho nada. ¿No será mejor hablar de eso que estar acusándonos sin ton ni son?- _{¿Sin ton ni son...? ¿Se decía así?}

La verdad es que parecía un culebrón de los buenos.

Desde mi sitio y esa sonrisa ciertamente burlona podía ver como, aun a pesar del gas verde, a lo Joker, la gente parecía inquietarse a punto de cometer una locura. Algo que no tardó en pasar.

- ¡¡NOooo!!- Algo de dentro de mí salió de forma inconsciente al ver como el payaso de Jack empujaba a Nichole a la silla electrificada.

Pocas cosas podían hacer que el "otro Scott" volviera a quedar sepultado dentro de su propia mente. Se mantuvo impasible mientras Jack le daba ese manotazo, a lo cual le respondió simplemente meneando la cabeza y riendo como Mr. T lo hubiera hecho si hubiera tirado a Murdok de un rascacielos. Era fuerte, listo y calculador. Pero no estaba preparado para esto: Mis ganas de luchar por Nichole.

El dolor de cabeza se hizo intenso, insufrible hasta que conseguí volver a tener control de mi propio cuerpo y acudir hasta Nichole. La tomé de las manos mirándola de arriba abajo, para comprobar que realmente estaba bien, a pesar de lo mal que lo habría podido pasar con ese susto.

- Hey, hey, hey... Estás bien, ¿Nikki?- Busqué su mirada con la mía.-¡Joder, que puto susto!.- La abracé con fuerza, pese a quien le pesara que lo hiciera. - Voy a matarte, Jack.- Giré levemente la mirada hacia el pijo, cargado de odio hacia ese imbécil.- ¡Si salimos de aquí te voy a colgar de los cataplines usando esos minicondones, gilipollas!

Si, Nichole era inocente, después de todo, aunque su culpabilidad fuera indirecta. Algo que no podía saberse y menos Jack. Salvo que él fuera el propio Ghostface, sabedor de todo, y nos hubiera dado un "empujón" para seguir, sabiendo que a ella no la pasaría nada.

- ¿Estáis bien?- Pregunté mirando a todos tras ver como el gas desaparecía.- ¿Todos?¿Ren?¿Holmes?¿Drea? Joder, lo siento... no ...no podía hacer nada. Tan solo... mirar a través de mis propios ojos... yo... yo...  - me sentía impotente cuando el otro tomaba el control. 

Solté despacio a Nichole, evitando que su debilidad pasase a algún desmayo, y me dirigí hacia Klaudia y Sydney, que tenían esa especie de conversación que se tiene por las mañana antes de un desayuno continental en la cama.

- Lo siento, Klaudia. No voy a dejar que te sacrifiques por nosotros. Lamento ... Todo- Dije con cara de pena.- Hay muchas dudas en el aire, y él...- señalé con el índice mi cabeza.-... tengo que reconocer que es listo. En cierta manera lo necesitamos para parar esto.

Lo odiaba, pero si frialdad puede que fuera clave para pensar con claridad.  Pero Sydney parecía que quería hacer un Riddick con los cuchillos.

- Hey, hey, Syd... Vale, vale.- Toqué el brazo de la chica intentando controlarla.- Dame eso- Esperaba que bajara los cuchillos o al menos me diera alguno, no fuera que se le fuera a ir la mano a alguien de verdad.- Tranquilízate, ¿vale? Dame eso o tíralo ... Me da igual...

-Normal que no le hicieran nada, porque los he protegido. -Dijo Jack bastante indignado por los comentarios de Drea- A diferencia del que se quiere llevar todos los méritos de allí, yo sí que he estado salvando a mi novia y a mi mejor amigo. Primero en Central Park me mandaron vestirme de Ghostface para ir junto a Nichole para que Scott se hiciera el héroe y ella me mirara mal; luego entregarle ese traje de Ghostface a Nichole (traje que se le olvidó) y luego de eso me mandaron ir a recoger un paquete en el parque de caravanas o sino iban a hacerle algo malo al pelo de Nichole, dijeron que iba a "perder la cabeza", y ahí es donde está su pelo. Todo mientras al parecer me ponían una diana en la cabeza. Suerte que mandé a mi jardinero.

Era cierto que Jack quería pegar a Scott Lessard pero sabía que si hacía esto, lo más probable es que terminara con el pelo enmarañado o peor aún, con su cabello con partes arrancadas; por lo que decidió mantenerse en su sitio, firme y atento de cualquiera que le pudiera tocar la cabeza.

-Por eso digo yo que Scott es el culpable de ser Ghostface y probablemente de otras cosas que no sé pero que alguien de aquí sí que sabe... -Indicó lo que para él era evidente- O en su defecto Danno por VENDERLE EL TRAJE A DARKO, traje que por culpa de tenerlo él, fue disparado por la policía que Nichole llamó a través de su tío.

Nichole le lanzó una mirada fulminante a Billy. ¿Por qué era tan capullo con ella? Sí, bueno, vale que en el pasado ella se había portado un poquito mal con él, pero no era justo...

— Te odio... — Le dijo, con la voz rasgada por toda la rabia y el dolor que sentía. Aunque lo más seguro era que acabaría arrepintiéndose de decirle eso. Apretó los labios en una fina línea y se dio la vuelta, dejando que su largo cabello pelirrojo flotara a su espalda. 

´Todavía temblaba por el miedo que había pasado cuando Jack la había empujado contra la silla y estaba haciendo un enorme esfuerzo por no echarse a llorar de nuevo. No quería darle esa satisfacción al tonto de Billy. Apretó con fuerza los puños, se sentía tan perdida e impotente, cuando sintió las manos de Scott cogiendo las suyas. Le miró a los ojos y no pudo retener más las lágrimas.

— Scott... — Musitó cuando él la abrazó y enterró el rostro en su pecho mientras se escapaba de sus labios un sollozo entrecortado. Había vuelto, lo había hecho por ella... 

Quería retenerle allí, no quería que se fuera y volviera a dejarla sola... Quería seguir abrazada a él mientras los demás se mataban entre ellos, ya le daba igual, todos estaban locos... Pero Scott se separó poco a poco y ella le dejó ir, secando rápidamente las lágrimas de sus mejillas.

Sus ojos se abrieron como platos al ver a Sidney sacar un cuchillo como el de esas horribles pelis y arremeter contra Terrance. Pero... ¿Qué...? 

— Él no puede ser Ghostface... — Le dijo cuando Scott fue a evitar que cometiera una locura. — A no ser que tenga un control remoto desde aquí y no lo hayamos visto... — Dijo y se volvió a mirar a Drea, sin comprender qué quería insinuar con sus palabras. — ¿Qué quieres decir con eso? No somos los únicos a los que Ghostface no ha atacado. — Le dijo, señalando a las hermanas chinas y a Klaudia. 

Y entonces Jack volvió a arremeter contra Scott. Nichole se volvió a mirarle y entrecerró los ojos. 

— Basta ya, Jack, para de mentir. Estás tergiversándolo todo a propósito. Creo que el Ghostface que se me acercó en Central Park en realidad eras tú, intentando asustarme. Se fue por donde luego apareciste tú, diciendo que habías encontrado el traje abandonado. Es imposible que en el tiempo en el que él se fue y tú viniste diera tiempo a que se quitara el traje y te lo diera. Y si es verdad lo que dices, ¿Quién te mandó a rescatarme? — Le preguntó con un tono de voz afilado

Al parecer Jack Anderson no comprendía demasiado bien lo que Nichole Bloomer le estaba diciendo, o quizás no quería comprenderlo; pero teniendo en cuenta que cada vez que este hablaba parecía que se hundía cada vez más en la miseria, no parecía ser demasiado inteligente seguir hablando, mucho menos reconocer eso como cierto.

-Sí, fui yo. -Reconoció como cierto y como si aquello no fue la gran cosa- Y terminé con un golpe en la nariz. No entiendo qué es lo que tratas de decir, si incluso me quité la máscara cuando nos encontramos. ¿Eso se supone que tendría que haber sido un secreto o algo?. Si incluso la policía me requisó el traje, tu tío el fiscal y eso... Pensaba que ya todos lo sabían...

Respecto a lo otro, Jack no fue de demasiada ayuda.

-Nadie me mandó rescatarte, lo hice porque pensaba que sería lo que un novio haría. -Comentó un poco confuso del porqué se quejaba de que este hiciera cosas por ella- ¿Querías que no te rescatara?. Lo siento, a la próxima no te rescato... pero si te pasa algo en el pelo usarás la peluca que yo te diga, ¿Vale?.

A pesar de que Nichole Bloomer fuera calva o terminara con calvicie, Jack parecía querer luchar por su relación.

Martha gritó como una loca al ver el cuchillo. - ¡Es ella, es ella! - decía señalándo a Sydney, llena de pánico. - ¡Jamás olvidaré ese cuchillo, es igual que usaron para rajar a Kristian! ¡Ella es Ghostface! - corrió también hacia el piso de arriba, para esconderse de Sydney, junto con Lara y Daphne, dejando por el camino un voto contra Sydney.

Jack es un imbécil y una mala persona... Pero precisamente por eso creo que es más fácil pillarle fuera, ya acabará entre rejas. - admitió, mirando aun dubitativa a Nichole. - Pero demostrar lo de Danno roza lo imposible, además de que tampoco es que haya sido él quien haya evitado que alguien muera ahora mismo...

Thomas corrió a socorrer a su amigo. - ¡Pero bueno, que ya tenemos bastante con una loca, no nos hacen falta más! - estiró del brazo de Sydney, inútilmente, pues ella era bastante más fuerte que él. Finalmente suspiró y renegó, viendo que al menos a su amigo no le estaba pasando nada más, aparte de estar siendo amenazado.

Yo... Opino igual que Mindy, no sé que pensarán los demás, pero tanto me da uno que otro, los dos han demostrado ser unos interesados y unas malas personas... - suspiró, para entonces dedicar su mirada a Drea.

Me llama mucho la atención lo que dices... Recuerdo que Ghostface andaba buscando a Lara, pero ¿luego fue a por ti en busca de conflicto político? - se echó una mano al mentón. - ¿Qué tendrá que ver Lara con todo esto? O con la política... Porque ¿Anthony tenía algo que ver con política? - le inquirió, intentando saber más al respecto. Lara por otra parte, parecía estar ignorando el asunto mientras se quedaba con Daphne esperando a que todo aquello pasara.

Daphne miró de reojo a su amiga mientras Mindy subía junto a ellas. 

—¿Por qué huiste cuando escuchaste el nombre de Ryan Mui? Lara... Cualquier cosa que sepas podría ayudarnos en todo esto. Podrías decirme que es lo sabes ¿Por favor?

Hasta ahora había querido ignorar los detalles. Si bien ella había estado todo el rato con ella en central Park, uno de los. Ghostface había preguntado por ella. Se había perdido mucho rato antes de lo del Angelika's, aunque durante el ataque en sí, sí había estado con ellos. Sin embargo cuando llegó la hora de escapar ella se había separado para ayudar a Mindy. Luego ese extraño coma que había tenido sin razón aparente, igual que el hijo del dueño del cine.  Y estaba el hecho de que nunca quisiera hablar de dónde venía.

No la creía culpable, o no quería creer en su culpabilidad, pero algo sabía que no les había contado aún.

Estaba cansada y asustada, apretó la mano de su amiga en señal de apoyo. Puede que no tuvieran otra oportunidad de hablar de ello.

—¿No crees que ya es hora de que lo eches fuera? O al menos nos cuentes por qué no puedes decirlo si es que no quieres entrar en detalles. ¿Te pasó algo malo allá?

Lara normalmente se encontraba muy tranquila, de hecho cuando Daphne le preguntó por primera vez por su pasado, se mosqueó por las sospechas, pero aquella vez fue bastante distinto, se la veía claramente nerviosa, algo que todos pudieron ver con claridad y que la mostraba como la habían conocido en un principio y no como estaba demostrando ser ahora que estaban ocurriendo todos los ataques de Ghostface.

Su lado valiente y determinado, desapareció, para volver a ser la chica tímida y asustadiza que conocían. - Yo... N-no. No sé nada. - balbuceó. - M-m-me fui porque tenía miedo y bueno eso que-quería investigar sobre los asesinos de otros casos. - asintió, como si realmente se lo estuviera creyendo. - ¡Si, justo eso! - dijo ligeramente más animada. - Sabiendo sobre el pasado, podemos prevenirnos un poco más ahora. - suspiró, mirando con cara de circunstancia a los demás.