Partida Rol por web

Asintió a la profesora y se colgó su mochila de un hombro para salir al pasillo junto a sus compañeros. Hizo un gesto a sus compañeros para que esperaran allí con ella mientras se aseguraba que la profesora se alejara

Había dudado de su inocencia. De ahí que le preguntase a Arthur por él.

Tenía ciertas interrogantes sobre Anthony, _{sí, así suena mejor.}

-Joder- no obstante _{y como si estuviese drogada de sueño (quitándole el "como si estuviese"),} supuse que yo tampoco lo hice del todo bien con Riley -¿He sido una idiota, verdad?

¿Estábamos de acuerdo a que en el fondo seguía creyendo que su historia escondía algo más? Sí. ¿Pero que mis capacidades para socializar se encontraban bastante limitadas? Pues también.

-No, no. No tienes que disculparte. Sólo...- breve silencio- pensaba que pasabas de mí. Al irte con Nichole y no volver a hablarme... - Drea, ahora va a pensar que estás celosa.

-¡A ver!- solté -Que no me importa con quien te marches o lo que bebas - Y ahora que eres una pasota. ¿Por qué naciste así?- E...

Miré sus ojos con una sonrisa incómoda - Decía que me alegro que estés bien. Tú estás bien. Yo estoy bien. Todo está bien- la amplié- No... sé. No quisiera molestarte con cosas triviales, _{si no te apetece}- dije eso último por lo bajo. Queriendo realmente hablar con él- Aunque no deberías irte solo... ¿No?

Poco a poco la conversación fue dando vuelta cada vez más en temas menos útiles hasta que finalmente llegó la hora de dejar el salón. Al menos nadie se agarró del pelo —pensó Daphne a manera de consuelo. Definitivamente no era así como lo había visto en su mente, no era para nada como se leía en los libros o se veía en la televisión.

Salió al pasillo y vió a Elsie marcharse con sus cosas. Atendiendo al gesto de Renata se quedó con ella a la salida del aula, mientras los demás se marchaban. 

—¿Sacaste algo en claro? —le preguntó en voz baja, toda ella decía "frustración" por todo su cuerpo. Había visto a Renata tomar apuntes y, por como los miraba, no dudaba que estaba también tratando de llegar a alguna conclusión—Ni siquiera pudimos contrastar nada... No los entiendo. 

Renata sacó su móvil y les mostró como desactivaba el micrófono de su teléfono dándole a NO PERMITIR. Luego esperó a que todos hicieran lo mismo. Solo hablaria cuando lo hicieran.

¿Exceso de paranoia? Quizás, pero mejor prevenir que curar. Y más con dos psicopatas sueltos por la ciudad

Tal cual Renata quitaba los permisos, se volvían a activar.

Una solución más eficaz y rudimentaria sería apagar del todo el teléfono o dejarlo en algún lugar algo alejado, como por ejemplo, dentro de una taquilla.

Fuera lo que fuera lo que tuviera aquél teléfono, tenía bastante control.

Anthony rio al ver como se ponía Drea. - Que rarita eres, Drea Martin. - admitió sin que se le borrara aquella sonrisa tonta de la cara. Negó con la cabeza, volviendo a mostrar cierto síntoma de dolor. - Sí, tranquila me iré solo, al final lo que necesito es eso, un poco de paz y calma, con eso se me pasará todo... Aunque...

Parecía dudar, estaba meditándolo bastante, se relamió los labios hacia dentro, sin sacar la lengua y finalmente volvió a hablar. - Está bien, haré una excepción contigo. Mi plan va a ser el mismo, estar en casa y hacer algo tranquilo, pero si me acompañas te quedarás más tranquila ¿verdad? - inquirió. - De hecho. - sacó el móvil. - ¿Qué te parece si le decimos a alguien que vamos a estar tu y yo juntos? Así si palma alguno de los dos, van a sospechar del otro. - sonrió levemente. - Porque con todo esto, hasta de ti se puede sospechar, en especial con lo que te gustan las películas de puñalada ¡podrías querer hacer un reboot o algo así!

El tono jocoso mostraba que no dudaba de ella, aún así no guardó el móvil, pues la propuesta iba en serio. Si Drea aceptaba, debían mandar cada uno un mensaje a alguien de su elección.

Steve había estado absorto de toda la conversación, una teoría empezaba a aparecer en su cabeza y por lo tanto todo lo que dijeron o pasaba no lo escuchó. Tenía demasiado que pensar, demasiado que resolver como para hacer caso a lo que decían en la clase sus compañeros. Al punto que no se dio cuenta cuando dejaron de hablar de memes para hablar de sospechosos, ni tampoco cuando la clase terminó, hasta que se dio cuenta que el salón comenzaba a quedar vació y eso le trajo de nuevo al presente, justo a tiempo para ver el tutorial de como desactivar el micrófono de su celular, que no entendía bien por qué lo debía hacer pero no quería molestar a su amigo, así que lo hizo. 

-¿Contenta? Le dijo con una leve sonrisa que pronto se borró. Por más de que tratara de aparentar no tenía muchos ánimos ese día. 

Tal y como pasó con el móvil de Renata, el micrófono del móvil de Steve se volvió a reactivar casi al instante.

Steve alzó la ceja sorprendido. Al parecer lo que le había dicho su amiga la noche anterior no era tan descabellado y si podían estar espiándolo. Así que como si de un bicho venenoso se tratara Steve apagó su celular y lo arrojó dentro de su maleta. Más que preocupado por Ghostface, preocupado de que su padre estuviera siguiendo sus pasos. 

-¡¿Tu casa?!- cualquiera podría haber deducido que Anthony me acababa de hacer una propuesta incomprensible por la forma en que me quedé sin habla.

-¿Y a quién avisarías?- Fijando la vista en la pantalla bloqueada de su móvil, balbuceé un par de palabras incomprensibles -ohoyyo, puedequé...

Tragué saliva, atascada. No era capaz de dilucidar si el tono jocoso era jocoso de verdad, si desconfiaba o... si le daba tanta rabia mi personalidad que quería matarme tenderme una trampa.

-No...-  estaba nerviosa -No me fío de los teléfonos- reí por los nervios.

-Además, si fueras el asesino y me matases, dudo que alguien me echase en falta. Rowdy me odia y el 98% de la gente sólo sabe mi nombre "gracias" al hate, _{no porque les caiga bien}- justifiqué para evitar que... ¿Qué iba a evitar?

-Pero si tú prefieres avisar, ¡hazlo! No soy nadie para interponerme- levanté la mirada y las manos haciendo alusión al ¿Quién soy yo? -Eso sí, ¿te importaría que fuera mi casa?- achiqué el ojo izquierdo con miedo a quedar mal.

-No es por ti eh, es por mi. ¡Manías!, me gusta quitarme los zapatos y poner los pies sobre el sofá- ¿para qué cuentas eso? - Volví a abrir los ojos de par en par -Ta-ta-también tengo palomitas.

Daphne arrugó las cejas. 

—Sera mejor que vayamos todos juntos a central Park a buscar más pistas. No podemos estar así con...

Mientras hablaba había sacado el móvil y lo apagó antes de terminar de hablar. Luego lo guardo en la mochila negando con la cabeza, dando a entender que no tenía intenciones de ir a Central Park, para nada y que solo lo había dicho por si había alguien escuchando. 

Espero a que los demás apagaran los teléfonos también, para seguir con la conversación.

¿No te fías de los teléfonos? - su cara expresaba un gran asombro. - No serás una de esas negacionistas que va diciendo que con el 6G nos están controlando mentalmente ¿verdad? - la examinó de arriba a abajo. - Te tengo como una friki, pero friki de las guays de las que se saben cosas chulas y detalles de películas que nadie se sabe. No me plantes ahora la idea de que eres friki en plan mal... - se notaba que Anthony estaba de broma, tenía... Cierto rollo curioso con Drea, algo que ella misma no había experimentado en otro chico. Aunque quizá es que él era así simplemente.

Pero aquél rollo se cortó rápido, pues volvió a mostrar una cara de auténtico dolor. - Ugh. - se empezó a masajear con suavidad la sien con la mano que tenía libre. - Sí, está bien, vamos a tu casa y pon los pies donde quieras, mientras haya algún ibuprofeno o algo para el dolor de cabeza, me vale. - abrió los ojos bastante, intentando hacer que eso menguara el dolor de su cabeza, resopló y finalmente, desbloqueó el móvil.

Yo voy a ser un poquito más precavido. Voy a escribirle a Sydney, ya que bebimos ayer juntos y antes de eso estuvo dándose de leches con los enmascarados, la tomo como alguien de fiar. - durante unos segundos, estuvo escribiendo en su teléfono. Drea pudo ver que era de última generación, algo a lo que ella solo podía aspirar en sueños. Guardó finalmente el móvil. - A tu señal, capitana Kirk.

- Hijo de la g... - gruñó frustrada sin acabar la frase mientras veia nuevamente como su celular volvía a ser violado sin escrúpulo ni disimulo ninguno

Sus ojos se encogieron dolidos al escuchar a Steve - ¿Contenta? - murmuró volviendo a repetir la preguntar de su amigo como si no supiera si le estaba reprochando algo o que.

Apagó el móvil con todo el dolor de su corazón. Si su hermanito la necesitaba no podría saberlo, pero aquello era importante. Mucho. Asintió ante la astucia de Daphne mientras Sydney apagaba el teléfono*

- Pues no. No estoy contenta. Tu vida corre peligro, más de lo que tú crees, y la de mucha gente también - se tragó el dolor que destilaban sus palabras para poder seguir hablando, ahora mirando a la joven que parecía querer buscar una solución de verdad

- Tengo algunas sospechas. Martha. La pendeja sabe de todo. Quizás no sea un hacha de la informática pero con un poco de instrucción... el caso es que no tiene coartada para lo de Central Park. Y en el cine... apareció sola, por la puerta que abrió el dueño de los cines. Una puerta que nadie suele usar y por donde entró Gosthface poco antes. Que mejor coartada que fingir escapar por un conducto de ventilación cuando en realidad estas saliendo por otra via como si fueras una victima.. - se abrazó así misma porque le costaba lanzar aquellas acusaciones  - Y la profesora... - miró alrededor de nuevo para asegurarse - Ya veis como suelen ir sus clases, la poca autoestima que tiene y lo poco que infunde respeto... y si recordais las palabras del ayuntamiento del psicopata... bueno, yo creo que podría encajar en el perfil - Apoyó la espalda contra la pared como si hubiera corrido cien millas y estuviera agotada

- Nichole estuvo en Central Park con Scott por lo que ellos están descartados. Además que la pija estuvo con Steve en lo del Ayuntamiento -  evitó la mirada de su amigo - Jacks... es muy listo. Un hijo de puta disfrazado de payaso rico, pero no se si podría ser Gosthface... Asi que... de nuestra clase los únicos que no tienen coartada son... - Fue elevando dedos uno a uno - Martha. Dorcus. Billy Wilder... - dejó que el resto añadiera algún nombre más..

Steve miró preocupado a su amiga, Ren estaba más involucrada de lo que había imaginado y eso también era peligroso. Pero lo peor de todo, es que ya no contaba con la protección de los Evans para estar algo más seguro. *-Pues creo que en mala hora me he hecho botar de casa por mi padre, así que ni guardaespaldas, ni dinero, ni departamento blindado, ni nada.- Hubiera preferido contar eso en privado, pero a la final todo el mundo se enteraba de todo así que no importaba si Sydney o Daphne lo escuchaban. 

-Yo no descartaría a Jack, él llegó tarde a clases el día que asesinaron a su tía abuela, además lo encontraron con una máscara de Ghostface cuando lo de Central Park y luego abrió un paraguas con la cara de Ghostface cuando lo del ayuntamiento. Puede que él no sea necesariamente el asesino, pero tiene los recursos como para financiarlos. Se hace el tonto y la víctima, pero créanme cuando les digo que de tonto no tiene un pelo y que sabe jugar sucio para conseguir lo que quiere.- Finalmente había compartido la teoría que tan intranquilo lo tenía. 

-Ren, tu también tienes que tener cuidado. Como te dije, ya van dos veces que casi no la cuentas. No quiero que fuerces las cosas para comprobar si la tercera es la vencida.-

Sydney frunció el ceño cuando Jack se fue mencionando el "parque de caravanas". ¿Qué tenía que hacer un ricachón como él en un sitio así? Imaginarse a Jack paseando cerca de su camper le hacía sentir ganas de echarlo de vuelta a sus mansiones y grandes jardines, o lo que fuera que tuvieran los ricachones como él.

Todavía tenía el ceño fruncido cuando salió de la clase, mientras respondía a un mensaje en el móvil. Se detuvo cuando aquel grupo que se había quedado fuera le impidió el paso.

-¿Qué?-preguntó, sin entender por qué se dedicaban a hacerse gestos entre ellos y señalarse las pantallas apagadas del móvil. Por fin la neurona le funcionó, y comprendió que querían huir del espionaje de Ghostface.-Oh.

Tras un segundo de duda, envió el mensaje y apagó el móvil. Lo hizo con la pantalla hacía el resto, para que lo vieran. 

-¿Cuántos Ghostface crees que son? Si son dos Ghostface, a los únicos que podemos descartar son a los que tengan coartadas fuertes en ambos ataques. Si son tres, o más... la cosa se pone más difícil. Podrían turnarse para conseguir coartadas.

Conque Martha estaba entre la lista de sospechosos... Ahora Sydney veía que se había dejado llevar por las sospechas de la chica, pero que no se había detenido a pensar en que no tenía coartada como tal.

-Esto sonará raro, pero... ¿os suena de algo si os digo "taser", "sangre falsa" y "pistola de fogueo"?

La duda ofendía -Claro que nos controlan y observan desde el 6g-. Como mi nombre decía _{o bueno, mi nombre tal vez no}, creía a pies juntillas la veracidad de esas teorías donde nada es lo que parece. Ni siquiera Joe Biden... Pero como Anthony se parecía al de juego de tronos _{y no me ponía la zancadilla ni tiraba mi desayuno como el resto} pues estiré los labios.

-¿Sydney?- su "precaución" me desorientó -¿Te refieres a Sydney, Sydney?- repetir el nombre dos veces parecía darle más énfasis.

-Anda, ¿Y de qué os conocéis? Aparte de lo de beber- porque no me daba demasiada tranquilidad que mandase ese mensaje...

¿Y si el destinatario era más bien Ghostface?

Señalé la salida de la universidad -H-hay que ir por ahí- solté. Tan enfrascada en la casualidad de su referencia al capitán Kirk _{dado que Scott ya me dijo venusiana Drea en el mensaje}, que apenas le presté atención a la obviedad que acababa de hacer.

- No puedo quedarme quieta, Steve. - cabeceó con suavidad. Sabía que era arriesgado, pero no quería un mundo donde Juancho tuviera que convivir con un psicopata asesino. Bastante que tenia que aprender a convivir con camellos, mafiosos y rateros de poca monta - Además, solo ha sido una vez. En Central Park creo que fue Jacks quien usó el cuchillo falso -

Se volvió hacia Sydney y su cuerpo se encogió un poquito ante la verdad de sus palabras. Si eran más de dos... Mala cosa.

- No me suena de nada.. pero parecen elementos de cine. O más bien herramientas para fingir una muerte. ¿Puedes explicar algo más? - Aquello podría ser una pista. Una buena quizás. Dependiendo de cuanto más pudiera decirles su compañera

Daphne miró a Sidney con seriedad. 

—También lo he pensado... Osea, si es que estás pensando en lo que yo estoy pensado. Que alguno de los que se han hecho esto ha fingido su propia muerte... Como José por ejemplo. Pero también hay otra opción... El hijo del dueño del cine está extrañamente inconsciente, lo dijeron en las noticias, así como Lara —le dolió agregarlo, pero había quedado de dar toda la información—, pero Lata estuvo conmigo en ambos ataques... Bueno, durante el segundo se separó cuando salíamos del cine para ir a ayudar a Mindy, más se desmayó a mitad de camino... La encontraron entre los asientos inconsciente.

Bajo la voz y se acercó a ellos con el móvil bien adentro de su mochila por si acaso.

—Ya no podemos confiar en los mensajes y necesitamos volver a reunirnos para discutir lo que podamos descubrir, ojalá algún lugar donde no nadie fuera a ir normalmente para que sepamos que quien está ahí lo está intencionalmente y no por casualidad... O podríamos cambiar los nombres, por ejemplo si mando un mensaje que diga central Park, significa que voy al hospital... 

Para sorpresa de todos los que seguían debatiendo en los pasillos de la universidad, justo en la entrada de la clase de historia del arte, hizo acto de presencia Danno Miller, quien no hacía demasiado que se había marchado.

Danno llegó con paso apresurado por el pasillo, pero al ver a Sydney perfectamente bien en compañía de otros de clase, redujo la marcha y su actitud cambió un poco a algo más cool, o al menos lo que él considera cool. Se levantó el cuello de la chupa, adoptó caminar chulesco y encendió un cigarro tranquilamente mientras saludaba con un breve gesto de la cabeza.

- Sydney, ¿qué le pasó a tu móvil? - preguntó con voz calmada echando el humo.