Partida Rol por web

Era un miércoles por la mañana, a penas habían pasado cinco minutos desde que empezó la clase de historia del arte, impartido por la joven profesora Mccarthy, quien muchos alumnos e incluso algunos profesores, la confundían con una alumna más, pero a mitad de lección, alguien llamó a la puerta. - ¡Adelante! - gritó desde su asiento la profesora, dando paso a un alumno que parecía haber llegado tarde, el cual se apoyó en una de las blancas paredes de aquella aula, a la espera de que le cayera una pequeña regañina por su puntualidad.

Elsie suspiró e hizo un leve gesto. - Vaya a su sitio, señor Anderson, pero por favor, intente no llegar tarde la próxima vez. - miró al resto, con cara ciertamente triste. - Sé que la mayoría de los presentes está aquí simplemente porque esta asignatura es considerada una de las "fáciles" y se apuntaron para conseguir los créditos que no han sido capaces de conseguir en sus asignaturas obligatorias. - se levantó, puso las manos a su espalda y miró a la pizarra electrónica. - Pero por respeto a mí y a los pocos compañeros que realmente se han apuntado porque les interesa esta asignatura optativa, intenten no interrumpir el ritmo de la clase.

Se frotó la frente con dos de su mano izquierda. - A ver ¿por dónde nos habíamos quedado? - preguntó, esperando que alguno de los alumnos tomara iniciativa.

Estuvimos hablando de... - se quedó pensando un segundo, intentando recordar la palabra. - _害怕... - murmuraba para sí misma, intentando recordar la palabra en el nuevo idioma que estaba intentando dominar. - ¡Miedo! ¡El miedo en el arte! - dijo al final, orgullosa de sí misma.

¡Muy bien Julie! - la animó. - De hecho, estuvimos viendo importantes obras de artes basadas en el miedo o que pudieran expresar miedo, como por ejemplo el Guernica de Picasso, Saturno devorando a su hijo, de Goya. - parecía entusiasmada a seguir, quería ir a por la máxima nota y demostrar que se había preparado el temario, por suerte alguien la interrumpió antes de que nombrara todo cuadro macabro que existía a lo largo de la historia.

Y la fotografía. - cortó en seco a Martha. - Muchos fotógrafos van a la guerra para captar los horres de esta y es considerado arte. ¡Mis fotos favoritas son aquellas que captan la mirada de las mil yardas! - parecía que estaba rebuscando en su dispositivo para intentar mandarla al resto por mensaje.

Aaron también decidió participar. - También quería añadir en la última clase que hay cosas de miedo muy interesantes por la red ¡cómo las creepy pastas! De hecho quería poneros un par de vídeos que hizo José hace unos años, al final el entretenimiento es arte ¡así que todo lo que hace José debería exponerse en esta clase!

Por Dios no... - negó con la cabeza. - Alguien, quien sea ¿puede hablar de algo relacionado con el tema y a su vez que sea muy alejado de los vídeos del señor Santomé? - parecía buscar desesperada a algún alumno que la sacara de aquél pequeño entuerto.

-Las marionetas. -Comentó de forma muy seria aquel hombre- Es arte por el cómo lo hacen, y es arte por lo que hacen con ello. Además de que algunas dan un mal yuyu que acojonan bastante. ¡La taxidermia también es arte!. Pero no quiero ver a la yaya de nadie disecada... ¿Las momias son arte?. Según vi en la tele, algunas se usaban para hacer pinturas, por lo que doblemente arte... y otras las comían, por lo que es arte culinario.

—Las novelas —dijo Daphne levantando una mano, era uno de esos pocos alumnos que estaba  en la clase porque de verdad le interesaba—, las de horror y misterio, claro. Puede que no busquen asustar como las películas de terror o generar un sobresalto cómo esos ridículos Jumpscares que ocupan en los virales, pero si están logrados logran generar un impacto mucho más profundo y duradero en los lectores.

El móvil vibró, no se preocupó de ocultarlo, después de todo la profesora había hecho compartirse el número entre todo el grupo para efectos "académicos".⁽¹⁾ Observó la imagen que Liliana habia compartido con el grupo y no pudo evitar hacer una mueca de disgusto. 

Jack había participado y por lo mismo no podía quedarse atrás. Ya tenía suficiente con que le haya quitado la novia y con que su padre lo compare siempre con él como para permitir que también le ganara en una clase tan...sencilla. Así que sin ser un experto en el tema lanzó lo único que se le ocurrió -El cine de terror o suspenso. El cine es arte y creo que es el más visto actualmente.- Claro que para él ese era el caso y más aún cuando su padre había instalado un cine en casa espectacular porque "que asco sentarse donde se sienta cualquier muerto de hambre". A Steve realmente eso le parecía una exageración, pero no podía quejarse porque si que era cómodo el disfrutar de eso en su casa. -Aunque bueno, creo que no todas las películas de terror son arte, esas últimas últimas de puñalada son una perdida de tiempo y no dan miedo.- Indicó con cierta indignación, todavía recordando esas horas de su vida que nunca recuperaría por culpa de esas pelis tan malas. 

Al terminar su intervención bajo la mirada discretamente para revisar su celular y se encontró con la escalofriante foto que mandó Liliana. Miró con cierto desprecio a su compañera y eliminó la foto, que no quería tener eso en su celular. Además, hizo una nota mental de bloquear a Liliana apenas terminara el semestre, que no quería correr el riesgo de que le envíe cosas raras. Ahí si que le daba la razón a su padre, de que no todo el mundo debería tener el número de un Evans. 

Renata estaba sentada de forma desenfadada, con las piernas estiradas cruzadas a la altura de los tobillos, como si estuviera a punto de resbalar del asiento. Pero a pesar de lo que pudiera parecer prestaba mucha atención a todo lo que se hablaba en aquella clase.

Compuso un mohín de reprimenda silenciosa al ver llegar tarde a Steve, pero desvió rápido la mirada, pues sabía que a él no le gustaba mucho que supieran que eran amigos. Sacó el móvil del bolsillo trasero de sus shorts y miró la foto enviada por su compañera

- Si no fuera por qué el flash ha captado de una forma muy creepy los ojos del soldado, me parece bastante inspiradora. Incluso en los momentos más jodidos se puede sonreír -

Se quedó observando la imagen un poco más para luego asentir a los demás comentarios.

​​​​​​- Realmente cualquier forma artística puede expresar o generar auténtico terror si así lo quiere el artista. Aunque también es importante el receptor de ese arte.. - dejó esa idea en el aire como si fuera una suave vibración del final de una canción 

Historia del arte tenía su punto. Aunque como siempre ese día estaba un tanto perdida en mis pensamientos. Dibujando varios garabatos en la libreta que, afortunadamente, nadie más vería.

De siempre se me había dado muy mal pintar las caras. Y ese boceto no iba a ser una excepción. ¿Que mi versión del David de Miguel Ángel tenía un aire bastante cercano a la obra del Ecce Homo? Sí. Quizás.

¡Miedo! ¡El miedo en el arte!

Frenando de golpe el último trazo, levanté la mirada. Como si una iluminación divina se colara a través de las ventanas de clase.

-¿Miedo?- Esa palabra era mágica.

–Joder- era capaz de aportar tantos datos sin importancia, que apenas supe cómo empezar. El tema salió de una forma tan sorpresiva, que no pude hacer otra cosa más que escuchar a quienes intervinieron, (eso sí, sin ni siquiera mirar por la ligera sonrisa que dejé junto a la mirada perdida).

–Annabelle- musité en base a las novelas, títeres y películas. Porque… ¡Menudo miedo daban las muñecas! Sobre todo esas de porcelana. Sí, las que tenía la mujer que me alquilaba la “casa”.

Bip bip

Sin querer desviar la atención de “mi momento” por un ataque de whatsapp colectivo, fijé la vista en la profesora –El miedo es una emoción primaria. De pequeños tememos a la oscuridad. Y diría que al crecer ya forma parte de nuestra adrenalina. La buscamos. Por eso nos rodea en esculturas, cuadros, películas…- no creía que fuera a secundar muchas más veces la opinión de Steve.

El pijo de los Evans resultaba un tanto horroroso con sus estereotipos (igual que los Anderson). Pero coincidía en lo de puñalada. Últimamente sus pelis estaban perdiendo intensidad.

—Eso, buscamos el miedo instintivamente, es la señal de algo es peligroso y si aprendemos a reconocer el peligro de manera efectiva nuestras chances de sobrevivir aumentan. Es mera biología.

Nichole era una de esas alumnas que se había apuntado a Historia del Arte para poder cumplir con los créditos. Todo el mundo le había dicho que era una de las asignaturas "fáciles" pero se olvidaron de comentar lo tostón que era. Estaba sentada junto a su amiga Mindy y ambas estaban más atentas al iphone de Nicky que a la clase. Miraban el último catálogo de chanel, enamorándose de los bolsos que habían salido en la nueva temporada. 

— ¡Madre mía, madre mía, madre mía! ¡Muero por él...! — Hablaban en susurros, aunque de vez en cuando dejaban escapar alguna risita cómplice. 

Al abrirse la puerta, Nichole levantó la mirada del móvil y la dirigió en esa dirección. Al ver que se trataba de Jack, puso los ojos en blanco, dándole a entender que estaba aburridísima y le guiñó un ojo, antes de volver de nuevo su atención al móvil.

Tras llamarle la atención, la profesora retomó la clase y Nichole y Mindy volvieron nuevamente su atención al iphone. En ese momento apareció una notificación en la pantalla y la joven Bloomer abrió el mensaje, borrándosele la sonrisa de sus labios.

— Pero... — Levantó la mirada del teléfono, con expresión asqueada y la dirigió hacia Liliana. — Osea... ¿Cómo te llamabas...? Bueno, no me importa... Acabas de fastidiarme la mañana, no necesitaba ver la foto de tu novio. Me da grima, osea... Eres taaan mediocre... — Le dijo, con un tono de voz cínico y sin importarle interrumpir a sus compañeros. Aquella foto era tan horrible...

Renata estrechó los ojos con desprecio al escuchar a Nichole quejarse pero ni siquiera le dirigió la mirada. 

- Parece ser que hay gente que no tiene estómago para este en una conversación de adultos - habia girado el rostro levemente hacia el lado de su amigo Scott, como si le contara una confidencia pero habiendo hablado en un tono de voz audible para todos, aunque su tono de voz era más divertido que enfadado

Mientras Renata estaba haciendo "equilibrios" mi cuerpo estaba, literalmente, despanzurrado sobre la mesa, con las manos apoyadas y la barbilla en las mismas manos.

Me faltaba realmente muy poco para cerrar los ojos, pero en vez de eso miraba al trío de pedorras, y tras el comentario de Renata sonreí levemente mientras negaba con la cabeza. Desde luego con aquellas pijas no había más remedio. Eran odiosas y punto.

Cerré mis ojos con fuerza, y un gruñido silencioso salió de mí. Esta noche no había dormido bien. A decir verdad no recordaba lo que había soñado, pero sabía que no era algo bueno. Y ahora esa punzada en mi cráneo amenazaba con no darme buen día.

Me reincorporé en mi asiento apoyando la espalda en el respaldo mientras ladeaba a cabeza hacia mi amiga.

- ¿Ah, pero que son adultos?- Bromeé añadiendo irónicamente el comentario al de ella, mostrándole el puño para que lo chocara, como si hubiéramos dicho alguna cosa entre colegas. Y tras eso una leve sonrisilla.

Y la clase, joder... menudo tostón. Cuando me apunté creí que iba de dibujar penes sobre la frente de los retratos que pintara la gente, pero la verdad era que la cosa era más profunda.

- No tenéis ni puta idea.- Dije a la clase en general, poniendo las palmas boca arriba.- El verdadero miedo es ir al baño y darse cuenta de que no hay papel higiénico justo cuando tu culo se sienta sobre el señor Roca - Antes que dijeran nada alcé un dedo para puntualizar- Y el arte está en cómo salir de allí sin que nadie se dé cuenta de ello.

Di una palmada, satisfecho con mi intervención, pero tenía algo más. Me levanté de mi asiento y levanté mi mano para llamar la atención de la profesora.

- Profe, fuera de cachondeo, si me deja un segundo, le puedo dar un ejemplo perfecto de como el Arte y el miedo se funden en un solo acto. ¿Puedo? Solo necesito 3 móviles de algunos de mis compañeros. Venga, ¿Quién me los deja un segundo? 

Desde luego con aquellas pijas no había más remedio. Eran odiosas y punto.

-[Vaaamos Scott, ¿ahora las odias? ¿No te gustaba esa tal Nikki? No te gustaría verla en otra postura, por ejemplo... ¿Abierta en canal? Jajajaj]-

Cerré mis ojos con fuerza...

José Santomé abre la puerta y entra en clase de espaldas mientras sujeta su móvil en alto, haciendo una panorámica de la estancia mientras todos están sentados y atendiendo. -Chavales, terminamos el videovlog que voy a entrar a clase, saludad a mis compis. -Se empiezan a escuchar pitidos mientras se desplaza el chat a toda velocidad hacia arriba. -No, no, a la Profe yo le daba un 6 la verdad pero hay cada compañera... -Hace una pausa mirando alrededor para ver a sus compañeras con una sonrisa. -Bueno 'Pepeliers', nos vemos por la tarde donde tendremos reto de Fortnite armas aleatorias no terminamos stream hasta que no me haga 20 kills. ¡Wabalabadubdub!

-José apaga la pantalla del móvil, saluda con la mano a todos y hace como si no hubiera ocurrido nada mientras se sienta en su sitio y saca los libros. -Perdone, profe que me ha pillado mucho tráfico.

Por los clavos de Cristo... - comentó por lo bajo, echándose una mano a la frente. Miró directamente a Scott Lessard. - Señor Lessard, le ofrecería como "voluntarios" a el señor Santomé, al señor Gray y a... - se quedó callada un segundo, faltaba alguien en clase, alguien que antes si estaba.

Entre las piernas de Steve apareció gritando Dorcus. - ¡BUUUU! - puede que le diera un susto inicial, pero a nadie de la clase le pareció divertido o gracioso, de hecho un silencio garrafal ante aquella tan infantil actitud fue lo que aconteció, pero esto no paró a aquél chico. - ¡Eso por decir que las películas de puñalada son una pérdida de tiempo! ¡Son las mejores y punto!

¡Suficiente! - gritó aquella pequeña profesora, a quien parecía que le costaba imponer su autoridad. - Señor Cao. - continuó con un tono más tranquilo. - Abandone la clase ahora mismo. De hecho, no vuelva en un par de semanas, no se merece estar aquí. - esperaba que aquél castigo no solo le sirviera de reprimenda a Dorcus, si no como advertencia para los demás.