Partida Rol por web

Iba a contestar a las preguntas, pero al ver llegar a Danno, se calló. Imaginaba que llevaría el móvil encendido.
-Ah... Lo apagué un segundo, por evitar que nos espíen. ¿Todo bien?

- Algo así me había imaginado - el hecho de que hubiera llegado corriendo nada tenía que ver - buena idea.

Se apoyó en la pared y miró al grupito. No estaba seguro de si fiarse de aquella gente, pero parecía que Sydney se fiaba, por lo que decidió confiar por el momento.

- ¿Tenéis algo pensado hacer?

Daphne guardó silencio mientras Danni y Sidney se ponían al día. No podía decir que la llegada imprevista de Miller la había puesta nerviosa —y por el silencio de los demás seguro que a ellos también—, pero a medida que se desarrollaba su conversación fue tranquilizándose. Aún así no se quiso confiar y le hizo una seña a Sidney para que le dijese a Danno que apagara su teléfono también. Quería ir a ver a Lara al hospital, pero tampoco quería dejar la conversación a medias. 

Sydney pilló el mensaje de Daphne.
-¿Puedes apagarlo tú también, Danno? No queremos arriesgarnos a que Ghostface nos escuche.

Ya le parecía que estaban muy calladitos.

- No puedo apagar mi móvil, me lo dejé en mi habitación - respondió tranquilamente - recibí un mensaje de mi padre pidiéndome ir a alguna parte y pues me pareció algo sospechoso con todo lo que estaba pasando. Y como no contestabas tu teléfono decidí buscarte dejando el teléfono en casa por si alguien me esperaba por ahí para que se pensara que aún seguía en casa.

—Espera... ¿Puedes estar seguro que era de tu padre? —Daphne no se aguantó más en silencio—, sabemos que el psicópata ese puede enviarnos mensajes falsos y borrar los mensajes antiguos. 

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- Parecía mi padre, pero no me fío. Hablaré directamente con él ante de hacer cualquier cosa y, aunque fuera un mensaje real de mi padre, el encargo que le han dado podría ser cosa de Ghostface, así que no pienso ir ni dejaré que lo haga mi padre.

Cuando lo vió aparecer enganchó sus pulgares del borde de los bolsillos de sus anchos pantalones mientras el peso de su menudo cuerpo descansaba sobre la cadera derecha. Dejó que fuera quienes mejor lo conocían las que le dieran las indicaciones precisas.

A pesar de que aquel chico parecía estar siempre cazando moscas, su respuesta mostraba que era más listo que eso. Aunque sus últimas palabras encendieron nuevas alarmas confiriendo cierta urgencia en su voz - ¿Qué le han pedido a tu padre? - apretó los labios con fuerza y preocupada. Tras su respuesta, le hizo un resumen de lo que habían hablado

- Estabamos hablando que quienes no tiene coartada en Central Park son Martha, Dorcus y Billy Wilder. A mi también me huele a pelo quemao la profe.  Jacks es un recabrón más listo de lo que aparenta y si no es Gosthface, está buscando su favor para hacer más daño. Creemos que son dos los asesinos, pero quizás sean más y entonces si que estamos bien jodidos -  miró a todos por si alguno añadía algo antes de seguir - Sydney también nos ha arrojado un... ¿acertijo? que nos ha hecho pensar en fingir una muerte o accidente pero cuando iba a responder has venido tú - ahí clavó la vista en la chica para ver si ahora podía ampliar la información sobre la pregunta que les habia lanzado

Había estado callado desde que llegó Danno, le daba una impresión de completo impresentable y sospechoso. No era muy normal que apareciera cuando decidieron incomunicarse, tampoco despues de decir que no le interesaba el tema y que dejara el celular en casa era de lo más raro.

Miró sorprendido a su amiga Ren, sentia que habia confiado demasiado rápido, pero Steve no iba a caer. - ¿Y cómo sabemos que no llevas el celular encima y realmente esta en tu casa?

Danno evaluó hasta qué punto podía dar información, pero al final decidió que no merecía la pena ocultarlo.

- Un amigo de un amigo, o algo así, le ofreció piezas de coche para su negocio de coches de segunda mano a muy buen precio y me pidió ir a recogerlos hoy a las 11 de la noche en el parque de caravanas. E incluso insistió en que fuera cuando me negué. Puede que no sea nada, pero más vale prevenir.

Tras escuchar las ideas que tenían asintió pensativo. No había pensado en la profesora, pero tenía su punto. Demasiado buena, tal vez. Jack era sospechoso por todos lados, algo olia mal con él.

- Yo sospeché de Santomé porque hacerse el muerto era la mejor manera de moverse libremente sin que nadie te echara de menos, pero no descubrí nada.

Se interrumpió en medio de sus explicaciones al escuchar a Steve Evans. Al parecer el músculitos necesitaba explicaciones extra o es que sentía que su posición de macho alfa entre tanta fémina estaba siendo amenazada por la imponente presencia de Danno. 

- ¿Quieres cachearme para comprobarlo, campeón? - dijo tranquilamente con tono burlón tomando una calada y echándole el humo en la cara - pero sin mariconadas, tengo suficiente con el empalagoso de Gusano.

Lo haré yo. - sentenció de forma tajante. Tenía más experiencia y algo más de confianza con Danno, a pesar de que no lo consideraba un fiel amigo. Se acercó a él con calma y empezó a cachearle en busca del teléfono.

—Jack antes de salir mencionó que necesitaba saber cómo llegar al parque de caravanas. Pero me resisto a pensar en que le pueda dar la cabeza para hacer algo así. Aún así es muy extraño que alguien como el se vaya a meter allá. Igual es como dicen y solo quiere sacar una tajada de pastel que los psicópatas están repartiendo. Con sus recursos no le habría costado nada conseguir a alguien que haga las cosas por él.

Sydney empezó a cachear a Danno de arriba a abajo, por los laterales y el frontal no encontró nada, pero cuando llegó a la espalda, la pobre Doyle se quedó petrificada en el sitio, su respiración empezó a ir más agitada y su mano tembló levemente.

Has encontrado una Pistola en la parte trasera del pantalón de Danno, oculta con la chaqueta.

Se estaba acercando el final del día, pero aun así la universidad seguía abierta, por lo que Nichole decidió visitarla para encontrarse por los pasillos de alrededor de la clase de Historia del arte a Daphne, Renata, Steve, los cuales miraban intrigados a Danno y Sydney. Esta última parecía haberse quedado paralizada justo al lado de Danno, de hecho sus ojos expresaban cierto terror, sus manos temblaban y su respiración estaba agitada.

-Austin-el nombre se le escapó. Sydney negó con la cabeza, recordandose que estaba en Nueva York, en la universidad, que el de delante era Danno y no su hermano. La mano le temblaba. Odiaba el tacto, los recuerdos que le traía, y sin embargo, sus dedos se habían cerrado alrededor del extremo de la empuñadura. No sabía qué hacía allí, y temía que la cosa fuera a peor si la soltaba.

-D-danno. ¿Q-qué es esto?

Al ver a sus compañeros de clase, Nichole aceleró el paso hasta llegar a ellos. 

— Estáis bien... Tenéis los teléfonos desconectados... — Dijo, con cierto alivio y un leve tono a reproche, al posar su mirada en Steve, Renata y Daphne. En ese momento se dio cuenta de que algo le estaba pasando a Sidney y, aunque en el fondo no le importaba lo que le ocurriera, sintió curiosidad y la miró alzando ligeramente una ceja.

— ¿Qué está pasando...? — Preguntó, deslizando su mirada a lo que fuera que estaba sosteniendo la chica. Parecía estar alterada ¿Qué demonios estaba ocurriendo allí?

Desde su posición Daphne solo podía verlos de lado e ignoraba que pudiese estar aferrando Sidney con tanta fuerza, pero su cuerpo si era más fácil de leer y todo indicaban que como mínimo estaba nerviosa sino claramente asustada. En ese momento Nichole hizo su aparición, también preocupada por los teléfonos apagados... ¿O no?

—¿Sidney? —comenzó a moverse hacía el lado para tener mejor vista de sus manos y de la espalda de Danno.

Danno notó como Sydney temblaba al registrar su espalda y colocó la mano sobre las suya.

- Sydy, ¿tanto miedo te da? ¿Porque pronuncias el nombre de Austin al tocarlo? - preguntó con voz curiosa y algo preocupado. Suavemente, retiró su mano y él mismo sacó lo que la había asustado, una pistola, que alejó de ella - no tienes que preocuparte por esto - comentó despreocupado.

- Danno tiene coartada en Central Park - fue su escueta respuesta ante la mirada de Steve de porque confiaba tan rápido.

Y de nuevo ignoraba su pregunta. Renata se estaba enfadando bastante. - Sydney. No te escaquees. ¿Porque has hecho esa pregunta? - su enfado se paralizó en el tiempo al ver su cara mientras cacheaba el trasero de Danno. Sus ojos fueron un momento más allá al ver llegar a Nichole

- Apaga el teléfono si te quedas con nosotros. Sabes porque te lo pido - tras eso, se colocó al lado de la morena mientras le rodeaba los hombros con un brazo y se llevaba un dedo a los labios pidiendo silencio mientras la pelirroja tuviera encendido el móvil. Realmente no le había sorprendido ver un arma. De hecho sonrió. Se sentía más tranquila ahora que contaban con algo como aquello. Su explicación de la quedada en el parque de caravanas le hizo pensar pero había otras prioridades

- Sydney. Mirame. No pasa nada - Viendo su estado de shock tenia que distraerla para que no pensara en aquello que parecía dañarla de aquella manera