Partida Rol por web

Las muecas de Lictea ante las palabras de Kranjstar lo decían todo sobre la opinión que le causaban. El amor volvía a la gente una melindrosa. No quería hacer daño a su amiga, pero lo que decía Kranjstar no tenía sentido. Negaba con la cabeza.

Muy incómoda por la situación se dirigió junto a los dos hombres a hablar con el embajador de los hombres lagarto. Por el camino pinchó al sacerdote, uno de sus entretenimientos preferidos.

- Donde tengas la olla no metas la polla. Ñek,ñek,ñek- Rió de forma desagradable ante su ocurrencia. Y es que mezclar amor y negocios no iba bien.  Lomenar podía usar al hombre para satisfacer sus necesidades fisiológicas, pero dejar que se ocupara él de todo ya era otra cosa.-Todo lo que has dicho no va a sostenerse. Silark ya tiene toda la información que el dí. No me pagó para que le diga una y otra vez lo mismo. A ver cómo te las apañas. Eso quiero verlo.- En cualquier otra ocasión Lictea no hubiera dejado que un hombre hablara por ella, pero que´ria ver cómo discurría la conversación. Frente a Silark, tras saludar solemnemente con al cabeza se quedó a la espera de la reacción del embajador, dispuesta a intervenir si hacía falta.

No le pareció que Krajstar empezara mal. Daba posibilidad de ver si al embajador le importaba un comino el bosque, y le tentaba a morder el anzuelo de dirigir la conversación por ese tema.

El soldado siguió a sus compañeros, no tenía mucha esperanzas en que aquello funcionase, pero no perdían nada por dejar que Kranjstar lo intentase. De todos modos  Andrey se ponía en lo peor, aquella situación entre embajadores y nobleza no podía acabar bien, ambas partes sacrificarían sin pudor alguno a un druida descarriado en pos de conseguir sus metas. 

Silark miró con cara de muy pocos amigos a los piel seca que habían llegado a su embajada. Kranjstar solo recibió un siseo despectivo cuando se presentó y le dio los buenos días. Para ser un embajador no parecía muy amable. No me quita el ssueño, la verdad. Dijo secamente. Esstamoss acosstumbradoss al odio que noss tienen essass familiass. Se encogió de hombros y siguió hablando. El bossque lleva muchoss añoss ssiendo invadidoss por essa familia, pero no ess nuesstro problema. Nossotross vivimoss en essta ciudad y no noss preocupa lo que le ssuceda.

Lomenar paseaba silenciosa por el exterior de la embajada de los hombres lagarto, ignorando lo que estuvieran hablando en el interior. No quería traicionar al druida de la cascada, no ya porque fuera o no su padre sino simplemente porque le había dado su palabra y la muchacha quería ser fiel a ello.

Necesitaba consejo, quizás sería bueno ver a Liria, la druida de la ciudad que vive en la Isla del Roble, con suerte podría hablar con ella.

Además, recordaba que su madre podía cambiar de forma. Desde hacía un tiempo Lomenar notaba como su poder se iba incrementando, también sería bueno preguntarle por ello.

Se acercó a uno de los guardias.

- Unos compañeros están reunidos en el interior con Silark, ¿sería tan amable de decirles que he ido a la isla del Roble a hablar con la druida de allí?

- Pues debería.- Intervino Lictea, tan ruda como el embajador, incapaz de dejar que los hombres continuaran llevando la voz cantante.- Los destrozos en los viñedos sirven a "esas familias" para debilitar más aún vuestra débil posición en esta ciudad. - Pocos eran los que confraternizaban con los hombre-lagarto, mucho menos cuando se escuchaban noticias de ataques en los caminos provocados por sus primos hermanos.- Los destrozos en los campos de los Licorambarino son reales, lo hemos comprobado, pero también que los hombres lagarto son inocentes. Nosotros podemos ir a hablar con ellos y exculparlos pero, ¿será suficiente? ¿ O querrán hacerse las víctimas y así matar dos pájaros de un flechazo? Si de verdad queréis que os dejen en paz hay que soluciona el problema de raíz, y eso implica ponerles unos límites a esos engreídos.- Los licorambarino le caían mal e imaginaba que también a Silark. Tenia cara de que todo el mundo le caía mal.- Cosa que, por otro lado, no creo que os viniera mal. El bosque sólo está respondiendo a los ataques. Ojo por ojo y diente por diente. 

Dadas las formas del embajador no le sorprendía que se relacionara con Lictea, y que aquella mujer le tratara en ese modo. Decidió permanecer al margen, puesto que Andrey no conocía que relación tenían entre ellos o las confianzas que podían tomarse el uno con el otro. Mejor dejarles hacer a su modo y con sus modales.

El guardia asintió ante las palabras de Lomenar.

Cualquier ayuda sserá agradecida, pero la mayoría de loss ssangre caliente de essta ciudad noss tienen odio y assco ssolo por sser quieness ssomoss. Sentención siseando sin mucho ánimo. Ssi no noss culpan de la tragedia de essa familia noss culparán de que hace frío o de que el cielo ess azul. Necessitamoss algo máss para que la gente deje de odiarnoss, Kailee está haciendo todo lo possible por nossotros pero tampoco es ssuficiente. 

Inssissto en que no me importa lo que le passe al bossque, nossotros hace eoness que dejamoss de vivir allí, assí que sse preocupen elloss.

Lomenar paseaba con Arvak por las inmediaciones de la embajada mientras esperaba a ver qué decidían hacer sus compañeros.

Teniendo claro que el embajador no haría nada por ayudar en la situación del druida renegado, Kranj supuso que revelar la información que encontraron en el bosque, sería faltar a lo prometido por Lomenar. Sin embargo, se resistía a creer la falta de interés del embajador sobre lo que estaba ocurriendo en el bosque y con la imagen mismas de su gente.

Embajador, sin duda alguna estamos cerca de reunir la evidencia suficiente para comprobar que ustedes no han tenido nada que ver con lo ocurrido en los viñedos y limpiar vuestro nombre, pero si poco le interesa esto para que nos ha contratado dijo de forma tajante y ya un poco gastado de hacer uso de un guion diplomático. Aceptamos esta misión porque estamos lejos de sentir el odio y el asco que dice que le profesamos los sangre caliente, mas halla de cualquier recompensa monetaria queremos ayudarles de verdad, pero debe entender que como seguidores Obad-Hai y de la naturaleza misma, es nuestro deber defender ese bosque. Así que tal vez usted sepa de alguna manera en la que nos podamos ayudar mutuamente. dice en tono de escuchar una posibilidad de alianza a favor del bienestar del bosque y del druida que habita en él. Esperando que las influencias políticas del embajador pudieran hacer algo para que todas las partes salieran ganando o al menos que le orientara para encontrar la forma de ayudar a que los Licorambarino no siguieran destruyendo las reservas de la naturaleza.

Hace ya cassi una ssemana de esso, comentó, y en ningún momento oss contraté. Ademáss, en todoss esstos díass ssolo veníss a contarme que los viñedoss sse esstán extendiendo demassiado, que loss desstrozos sson realess y que los hombress lagarto no esstamos implicadoss. El embajador se encogió de hombros. No noss habéiss dicho hassta ahora nada que no ssupiéramoss. 

Oss pedimoss que busscasseiss un culpable, y culpar al bossque de ssu defenssa... se encogió de hombros, no me parece un gran culpable, ssobre todo cuando la ssemana passada Lictea nos dijo que había encontrado huellass de alguien... Ssiento ser tan franco, pero como invesstigadores no valéiss mucho ssobre todo ssi habéiss tardado tanto en decirnoss que "el bossque sse esstá defendiendo"

Lictea no podía quitarle la razón a Silark, De hecho le daba vergüenza haber tenido que llegar allí a contar lo mismo que le había contado la otra vez. No pudo más que agachar las orejas y meter el rabo entre las piernas. Estaba cabreada, muy cabreada. Sobre todo con Lomenar por la ridícula situación que les había hecho vivir.

Agarró del brazo a Kranjstar y tiró de él como se hace de un chucho.- Vámonos.

Finalmente Lomenar vio como Liceta y Kranjstar salían de la embajada. La druida seguía allí esperándoles tal y como prometió.

La mujer se alegró de no tener que aguantar más la vegüenza ante el embajador. Al ver a Lomenar se apresuró a infrmarle de todo.

- No hemos dicho nada al final, pero hemos quedado como unos inútiles. - Lictea estaba enfadada, pero no tanto.- Bueno, al final, como él ha dicho, no nos había contratado. De todas formas no te creas que te sales con la tuya. Estoy segura de que ese druida encontrará su muerte más pronto que tarde.

Lomenar sonrió a sus compañeros en cuanto salieron de la embajada. Había estado paseando a Arvak y se mostraba relajada. No preguntó acerca de lo que habían hablado y tampoco quiso hacer mención a que Andrey ya no apareciera con ellos. Desde la noche anterior había mostrado mucha preocupación por su hermana y posiblemente había regresado a su lado. Le deseo la mejor de las suertes y esperó que algún día en el futuro volvieran a coincidir.

Escuchó el comentario de Lictea.

- Me equivoqué. Pensé que un varano era una criatura inusual y que sus huellas pudieran ser una diferencia sustancial y pudieran servir de prueba. Lo siento.

- Gracias por no implicar al druida, pero tienes razón en lo que dices, su comportamiento no es correcto y está causando demasiados problemas.

- Visto que nuestras pruebas no tienen valor, no tiene sentido ir a ver a los Licorambarino, simplemente se reirían de nosotros. Creo que deberíamos ir a ver a Liria a la isla del roble y pedir consejo. Yo no conozco la política de las ciudades ni las leyes que regulan la propiedad y el uso de los terrenos para ver si los Licorambarino se han excedido de sus dominios.

- También necesito equiparme, gasté todas mis raciones y las cuerdas que llevamos eran muy malas y están remendadas, preferiría unas nuevas. El mercado debe estar abierto.

En verdad no le gustaba de a mucho el pensar del embajador, pero que se le iba a ser...

Kranj dejó la embajada casi que empujado por la fuerza de Lictea, no sin antes agregar unas palabras antes el embajador -No espere que las cosas cambien si usted sigue con la misma actitud. Si quiere empezar a que las personas de esta ciudad y sus alrededores los vean de una manera diferente, entonces deje de darle la espalda a las buenas cosas que necesitan de su ayuda, el bosque necesita a cualquiera que pueda hacer algo por él y si usted puede hacer algo, entonces las buenas personas que aman la naturaleza, como nosotros, seriamos fuertes aliados.-

Aquello no sabía si haría eco en la mente del embajador, pero ya que no se perdía nada mas que palabras había que intentarlo.

Al salir vio como Lomenar estaba de mejor humor dandole un paseo a Arvak. Dejó que Lictea tomara la palabra y explicara lo sucedido. Sin duda la visita a la embajada no había sido del agrado de ninguno, hasta Andrey había decidido irse sin mas.

Pues bien, entonces marchemos a la Isla de Roble. Después de eso podríamos pensar en lo siguiente que vamos a hacer. dijo con algo de resignación.