Cástor cogió la carta que le tendía Lucrecia y la miró, frunciendo el ceño con aire pensativo. ¿Qué podría ser? ¿Y por qué les escribían desde aquel lugar? No lo sabía, pero tampoco podía estar perdiendo allí eternamente.
-Lo dicho, voy a la Catedral, nos vemos aquí o en la puerta, os buscaré en ambos lados-replicó el pelorita, abandonando el edificio camino al templo. Tenía que hacer al menos una compra, y de camino, siempre podría abrir aquella carta.
Salgo hacia la Catedral de Pelor, y de camino abro la carta para ver qué pone.
Huesos hizo un gesto a Cástor como si espantase una mosca como diciéndole que sí, que luego ke verían. Estaba demasiado intrigado con la carta que había llegado a la posada de parte del Consejo de Tormentos Cristalinos. Iba dirigida a Ramase, un nombre que hacía unos días que no empleaba. ¿Cómo sabían que estaba allí alojado? ¿Qué demonios querrían?
Cojo la carta y la leo en privado.
Zarus apenas despertó, se dio prisa por tomar un baño y bajar de inmediato. Había dormido más de lo que tenía planeado y seguro le estarían esperando.
Bajó y se encontró con la concurrida compañía de la noche anterior. Se dirigió directamente a Lucrencia y preguntó si había alguna novedad.
Sigo pensando que lo mejor sería que tomáramos todos el mismo camino, pero si nos vamos a separar al menos deberíamos equilibrar las cargas. Nuestro equipo contra los no muertos necesita un clérigo si o si.
Zarus esperaba que todos vieran lo que era obvio, los no muertos se multiplicaban con cada día que pasaba, los dragones no.
Deberíamos ponerle fin a este tema de los no muertos, ese dragón no se moverá de ahí, los no muertos, en cambio, se pueden propagar como una plaga.
Zarus estaba convencido de que algo muy malo iba a pasar con Punte Brandon sino hacían algo hoy. Esa idea persistió hasta que algo mas llamó su atención y vio que una carta llevaba su nombre y se acercó a recogerla y leerla.
Pues Zarus insistirá un poco más, pero si ya la mayoría quiere ir por el dragón el irá también, ya que poco o nada puede hacer contra no muertos.
Creo que el tema de los muertos vivientes es prioritario. Los dragones por regla general no se mueven de sus cubiles.
Estaba deseoso de ponerse en marcha cuanto antes. No sabía al final cuantos serían ni que demonios decían esas caartas. Puede que el contenido alejara a alguno de los aventureros de la misión durante un tiempo
Cólera aprovechó para dormir en el saco, el caminar de Huesos mecía al monstruo y, bien comodón, se retorció y estiró hasta encontrar la postura perfecta. En un lecho de piedrecitas preciosas, mondonguillos de carne a medio pudrir y esqueletos de ratas roídos Cólera no podría haber encontrado mayor comfort.
- Jrrr... Zzzz... Jrrr...
Querida Lucrecia,
Bienvenida a Tormentos Cristalinos, nos ha llegado a nuestros oídos algunas de las gestas que ha realizado en nuestra ciudad en los últimos días y queremos invitarle a reunirnse con nosotros en el Ayuntamiento cuando el sol se alce en lo más alto del cielo. Le invitaremos a comer y a una amistosa charla para conocerla mejor.
Deseamos que acepte nuestra invitación.
Un cordial saludo de parte del Sr. Timertikos, alcalde de la ciudad y el resto de miembros.
Querido Ramase,
Bienvenido a Tormentos Cristalinos, nos ha llegado a nuestros oídos algunas de las gestas que ha realizado en nuestra ciudad en los últimos días y queremos invitarle a reunirse con nosotros en el Ayuntamiento cuando el sol se alce en lo más alto del cielo. Le invitaremos a comer y a una amistosa charla para conocerle mejor.
Deseamos que acepte nuestra invitación.
Un cordial saludo de parte del Sr. Timertikos, alcalde de la ciudad y el resto de miembros.
Querido Lazarus,
Bienvenido a Tormentos Cristalinos, nos ha llegado a nuestros oídos algunas de las gestas que ha realizado en nuestra ciudad en los últimos días y queremos invitarle a reunirse con nosotros en el Ayuntamiento cuando el sol se alce en lo más alto del cielo. Le invitaremos a comer y a una amistosa charla para conocerle mejor.
Deseamos que acepte nuestra invitación.
Un cordial saludo de parte del Sr. Timertikos, alcalde de la ciudad y el resto de miembros.
Leonard se encogió de hombros mientras mantenía todas sus armas a mano. Ya no le importaba ir a cazar no muertos, o bien al cubil del dragón, pero quería partir cuanto antes de la taberna, puesto que la mañana se le había hecho larguísima. Miró a Zarus y a Lucrecia mientras esperaba que tomaran la decisión.
Los no muertos estaban en un lugar aislado, queridos, dijo Lucrecia. No creo que causen estragos todavía. Mientras tanto, damos tiempo al dragón para que busque secuaces. Pero todavía estamos a tiempos de separarnos. Un grupo a Puente Brandon a buscar a mis compañeras para peinar el área y buscar a los no muertos, y otro a acabar con el dragón. Vosotros decidís.
Mientras hablaba, Lucrecia leía la carta. Era un texto tan breve como inconveniente. Con suerte, sacaría algo más de ello que una oferta de trabajo no remunerado.
Supongo que es lo mismo, ¿no? preguntó a Zarus y al viejo, levantando la mirada del documento. Cástor ya se había marchado, así que él no podía confirmar su sospecha. Comida con las autoridades.
¿Qué gestas he realizado? se preguntó Lucrecia. Había atracado una mansión, había tirado piedras a la catedral... Y había conseguido escapar de una pozo lleno de cadáveres. Esa última podía considerarse una gesta, pero el imbécil del alcalde no se había tomado en serio su advertencia sobre dónde iban a parar los desaparecidos del puente.
Esto cambia algunas cosas. No es buena idea rechazar una invitación de las autoridades de la ciudad...
La situación no pintaba bien, seguían surgiendo nuevos inconvenientes a cada minuto, sin indicios de que se decidan por ningún plan de acción y con nuevos objetivos a cumplir, ¿podrían derrotar a una horda de muertos sin clérigos en el equipo?, ¿se separarían en más equipos de los planeados?, las dudas empezaban a crecer en la mente de Apolo, dirigiéndose a sus compañeros, solo dio unas palabras, mi opinión se queda contra el dragón.
Zarus sin mucho encanto aquella carta, no terminaba de convencerle la idea de ese tipo de eventos sociales, aunque bien, el que la ciudad le reconociera por sus proezas, le hizo sentir algo de satisfacción; al fin y al cabo había luchado contra un sapo gigante y encontrado información valiosa sobre la extraña enfermedad que acabó con la vida de Layla y muchos otros mas.
Sin embargo, sacudió su cabeza al escuchar un par de comentarios de los lugareños:
Dos brujas muy peligrosas están organizando un ejército de muertos vivientes a las afueras de la ciudad. Además, se han hecho con el control de unos extraños y poderoso necrarios que estaban merodeando por el Bosque del Norte. La Fortaleza de Mármol puede que tenga más detalles sobre lo sucedido. Además, el condado vecino, P. Brandon, puede estar en grave peligro.
-Esto no puede ser coincidencia- dijo mas que todo para si mismo. -Lucrecia, has escuchado eso? esos necrarios debieron escapar del templo. No podemos perder mas tiempo. Deberíamos ir a revisar que ha pasado.- por otro lado si los necrarios escaparon del templo entonces eso significaba que había via libre para acabar con los ladrones, si es que aún quedaba alguno vivo o quemar sus cuerpos antes de que se convirtieran en mas cosas de esas, auque tal vez debería consultar con un clérigo a ver si eso era lo mas efectivo. -Seguro el tesoro de esos ladrones se compare con el del dragón- dijo tocando, seguramente, la fibra mas sensible de muchos de los presentes... el bolsillo.
Lazarus también escuchó algo mas que le llamó la atención:
Un grupo de aventureros aparentemente maligno tiene engañado a un clérigo de Pelor y llevan como mascota una peligrosa cría de dragón negro. De momento no han causado ningún estrago que se sepa, pero será mejor tener cuidado con ellos.
No pudo evitar mirar de reojo al pequeño grupillo y recordar que, en todo caso, aquel clerigo no le terminaba de convencer.
Entiendo que la reunión con el alcalde es al medio día
Zarus se marcha a Puente Brando si no hay otra cosa que le detenga la idea es ir y volver al medio día a la ciudad.
"Querido Ramase"...- No pudo evitar cierto reflejo en su expresión del rostro ante las estupefacción que le generó la nota. "Querido Ramase". Nunca jmás recordaba que nadie se hubiera dirigido a él en aquel afectuoso tono. De ninguna de las maneras iba a ir a aquella comida. Desde hacía unos días llevaba usando el nombre de Huesos y pensaba que estaba teniendo relativo éxito. Sin embargo aquella nota demostraba su fracaso.
- Una comida, sí.- Respondió a la rubia. Estupenda idea para alguien...alguien como él.- Debemos acudir a terminar lo que iniciamos cuanto antes. El que no quiera venir que deje de retrasarnos.
por mí partimos ya.
No te confíes, si volvéis a la guardia de los ladrones, dijo a Zarus. Puede que no sea una coincidencia, pero eso no quiere decir que el lugar esté expédito.
Lucrecia se encontró ante la perspectiva de acompañar al anciano y el cachorro de dragón a por el dragón joven. Una compañía poco halagüeña, aunque era de esperar que al menos el pelorita se uniera a ellos a no mucho tardar. El otro joven no había aparecido aún, aunque algo le decía a la muchacha que no se perdería el asalto, malgastando todo el trabajo hasta el momento.
¿Qué hay de Cástor? preguntó al viejo. ¿No vamos a esperarle?
Pues los que quiera, con Zarus hacia P. Brandon, y los que quieran con Huesos, Cólera y Lucrecia hacia donde esté el dragón.
Al final parecía que se habían creado dos grupos diferentes. Decidió unirse al del dragón en primera instancia. El objetivo era a priori más peliroso y cuanta más gente mejor.
De acuerdo. Me uniré a la compañía que va a por el dragón.
Solo esperaba salir cuanto antes.
Apolo permaneció en silencio, pero indico su respuesta acercándose a Lucrecia, todo me parece peligroso desde mi perspectiva, pero al ser solo un oponente y al parecer será el grupo más grande, las probabilidades de supervivencia mejoran, espero que los rumores de la juventud de la criatura no sean exagerados, de otra forma aquella bestia será capa de eliminarnos a todos, por otro lado el grupo que llego parece tener mucha experiencia, eso puede jugar enormemente a nuestro favor.
Con el grupo del dragón.
Leonard se encogió de hombros. Si bien ciertamente lo atraía mucho más la idea de ir a acabar con los no muertos de inmediato, no iba a separar a su grupo por ello. Ante eso, decidió seguir al grupo de Lucrecia junto a Apolo para poner fin a la ambición del dragón, y ver si tenía algo de suerte para dejarse botín para él también.
Me voy con el grupo del dragón
Antes de irse, Lazarus pidió indicaciones de cómo llegar hasta la guarida del dragón. Al fin y al cabo, nadie le acompañaría hacia Puente Brandon.
Pero es que nadie va conmigo?
Pues creo que esto es una buena razón para cambiar de rumbo, aunque primero pasaré a Puente Brandon a avisar a los compañeros que quedaron allá.
PD: necesito las indicaciones para llegar a la guarida del dragón.
Está cerca de un pueblo llamado Acantilado Verde, respondió Lucrecia, y se encogió de hombros, pues nada más sabía.
Un ligera sonrisa se esbozó en el arrugado rostro de Huesos al ver que, finalmente, su grupo creía en número frente a su competidor directo. Introdujo la mano en su zurrón para acariciar el escamoso lomo de Cólera. Pronto tendría su venganza.
Pues a Acantilado Verde.