-... Es necesario reevaluar nuestro plan y opciones-dijo el clérigo, coincidiendo con la apreciación de Filos.
-Creo que ya sabemos por qué estos trasgos han podido cambiar. Es un señor cambio lo que nos ha soplado en la cara. ¿Alguna idea?
-Volver al pueblo y decirles que hemos solucionado el tema de los hobgoblins pero que ahora tienen otro con un dragon. Me parece que van a necesitar mas hombres.
Cólera trepó por la armadura de Huesos hasta posicionarse sobre su hombro, encogió su cuerpo para disimular lo mucho que te temblaba después del susto que se había llevado en la habitación contigua. Miró con disgusto el daño que había recibido su jauría entre jabalinazos y chorro de ácido antes de esconder su hocico entre el cuello y el hombro de su papá adoptivo.
- Hueeezoz... Uldrajón midiju kimekedaze konel, kizeríamos zignores ditudo, dilotrazgu, dilazjentez, diltarriturio... Piruyonokierozinuezkuntigu, tumeahizfurte, tumicuraz imeanimazarazgarimiatar ¿Lidamuzafilusicáztur piarakitepuedaz kidar túconmigu? - farfulló muy bajito el dragón al oído de Ramase, sabiendo que nadie más le entendería.
Tirada oculta
Motivo: Creo que se usa engañar para hablar bajito sin que otros te oigan, si al final se usase otra habilidad por favor aplica el modificador que creas conveniente
Tirada: 1d20
Resultado: 20(-1)=19 [20]
Podéis seguir roleando.
Y solo digo que la deducción de Filos no es correcta. Antes no había problemas con los tragos y ahora sí que los hay. Ahora hay un dragón en la cueva y antes no. ¿Casualidad?
Huesos no tenía mucha idea de lo que hacer. Ni siquiera había podido ver si el dragón era uno joven y asequible o adulto y , por lo tanto, más peligroso.
- Creo que estoy con Filos. Hemos reducido mucho el problema de los trasgos, pero el dragón...Quizá deban ocuparse otros. Deberían pagarnos al menos por contarles este hecho, información nada despreciable. Los dragones son muy inteligentes- Dijo mientras hacía un arrumaco a Cólera, que se había subido a su hombro.- y ha sido capaz de hacerse con esa hueste de trasgos. No tiene prisa. El pueblo tendrá un tiempo de tranquilidad con el que organizar la defensa o su caza mientras el dragón, demasiado soberbio para hacer el trabajo él mismo, recompone a su "ejército".
Giró el cuello para enfrentarse al rostro de la cría de dragón.
- ¿Cómo era ese dragón? ¿¿Adulto? ¿Muy grande? ¿Pudiste verlo bien?
Ramase ocultó una sonrisa de satisfacción pues aun estaba delante de sus compañeros. Tenía lo que quería, que era la fidelidad de Cólera y eso le satisfacía. Aquella cría de dragón era insaciable y se convertiría en una bestia peligrosa y mortal. Algo de lo que Nerull se complacería si Ramase conseguía llevarla al lado oscuro.
¿Sacrificar a Filos y Cástor?- El petulante sacerdote del Dios Sol le repugnaba hasta casi hacerlo vomitar, si es que pudiera hacer algo así con con su cuerpo putrefacto, pero Filos, en cabio, le hacía dudar. Tampoco se fiaba de que el dragón adulto le perdonara a él la vida y eso es lo que le hizo declinar la oferta de Cólera con un gesto de negación.
- Debemos esperar, pequeña. Tienes que crecer y hacerte fuerte. Verás entonces que no es oro todo lo que reluce. Ese dragón es muy poderoso y listo. Piénsalo. ¿Para qué iba a compartir contigo nada si puede devorarte de un solo bocado? Puede que esté tratando de engañarte para matarte y quedarse con todo. Todo tu tesoro y su tesoro. Quédate a mi lado y te prometo el placer de bañarte en vísceras y sangre aún caliente.
-Lo hemos reducido, pero el trabajo aún no está acabado-sentenció Cástor, considerando que tampoco hacía falta decir mucho más. La simpleza del argumento hablaba por sí misma.
- Dzíii... Yulobió vien - presumió Cólera, irguiéndose un poco sobre el hombro de Huesos al estar un poco más calmado todo ahora -. Abíaumdaragún nigurokomoyó pirugraaande, undostrés ¡Terés bezes mahz garaaande kiyó! - relató, tratando de recordar todo lo que había visto - Tamvienabía dusgaraaades tarasgus, lusdiantes ¿Zí? Ilkelanzabaixizos yelguirrero - balanceó la cabeza de izquierda a derecha mientras se miraba las zarpar y retiraba dedos, tratando de contar - Itazguznurmalis, nogaraandes, no; eranunounounouno... ¡Kuatro!
- ¡Emodeirnozyaaa! - bufó con nerviosismo Cólera mientras mordía de las telas de la pierna de Filos para sacarle de allí - Gjjjjjrrrr...
Tiró con todas sus fuerzas y arañó del suelo hasta que cediese la piedra o sus garritas, habían de escapar de aquel lugar tal y como habían dicho los demás e informar de lo que habían visto. Contarlo todo, era lo que parecía más importante por alguna razón... Más importante que el hecho que si el dragón le placía aquella puerta no le detendría de llegar hasta ellos.
VAMOS AL POBLADO, TODOS
El comportamiento siempre excitado de Cólera, fruto de su juventud, contrastaba con el del viejo Huesos.
- Sí, regresemos. Corremos demasiado riesgo. Hay que informar a Acantilado Verde.- Iban a pasarlo mal si tenían a un dragón en la zona, aunque fuera joven.
De regreso.
Dado que Filos y Cástor no han dicho nada, os dejo seguir roleando, porque a Cástor le veo dispuesto.
Y sinceramente, yo creo que podéis, quizá Cólera no ha visto bien al dragón, o se piensa que es más grande, a su lado cualquier cosa es muy grande.
Ahora, que sois libres de volver si queréis y reclutar a más gente, o abandonar la misión. También es que llamasteis mucho la atención al entrar esta vez y les dio tiempo a reagruparse...
-Necesitamos reagruparnos y repensarlo... Pero no abandonar-replicó Cástor con convicción. Es cierto que estaban heridos y habían sido pillados con el pie cambiado, pero solo tenían que volver siendo conscientes de lo que afrontaban.
-Ahora sabemos, definitivamente, que hay un dragón aquí abajo, aparte de Cólera claro. Y sabemos a qué nos enfrentamos. Solo tenemos que prepararnos y acabar con este problema.
- ¿Puké tantu daragune akí? - ahora que parecían tener claro que se retiraban había la suficiente confianza en que no iba a sufrir la vergüenza de ser aplastada por la versión sobredimensionada de sí misma - ¿Aljún bía pudré aspuntar autros demís duminus? Kijkijkijkij... - hasta se permitió su risita gorgoreante.
La idea de acabar así, cual dragón enorme, con sus propios trasgos de los que abusar y aventureros a los que hacer replegarse le hacía mucha ilusión. Ahora le tocaba padecerlo, lo cual era muy desagradable, pero puede que algún día le tocase estar en el otro lado de aquella situación y cómo se reiría cuando aquello ocurriese.
Ya Cástor le reconocía como un dragón "aparte", no tardaría en ser el dragón "que te parte".
Aquella línea de pensamiento llenó a Cólera de un calorcito agradable en el pecho, guardaría ese pensamiento feliz para sus momentos malos. Babeó copiosamente al sonreir en dirección al Paladín, era hora de irse para luego volver y matarlo todo, dragón en especial, para que entonces...
- Zólo kuede quidar Cólera - alegó, consciente de lo importante que sería el momento de matar un dragón más grande que ella.
Vámonos Átomos: Acantilado Verde.
-Volvamos. No podemos hacer nada más. Llevémonos todo lo que podamos vender y ya volveremos con refuerzos.
A Acantilado Verde, si
Afortunadamente Cólerano ataba cabos, al menos por ahora. Posiblemente ese dragón fuera uno de sus progenitores.
- Claro que podrás, pequeña.- Instó a la dragona. Soñar era bueno, hacía tener una meta, un fin. Huesos no dijo nada más, símplemente retomó el camino hacia el pueblo.
Regresemos pues.