Ya no!se te ha pasado un turno
Cástor, tras haber realizado en su cuarto los ritos matutinos en honor a Pélor, descendió las escaleras. Ya vestía la armadura y estaba listo para partir, a falta de que desayunaran algo si así lo requerían el resto de sus compañeros.
-Buenos días os de Pélor y que su luz os ilumine-saludó cordialmente a todos, asintiendo después ante las palabras de Filos-sin duda, es el momento de terminar el trabajo.
Las palabras de Castor le erizaron el pelo de la nuca.
- Vamos pues.
Ala guarida de los trasgos 2.
Fauces sangrantes tras el atracón que se había dado con la madriguera de alguna criatura cuyos restos de pelaje estaban apelmazados contra su hocico cólera apareció con un brinco alegre en su trote. Con las heridas sanadas y vigor mañanero se detuvo frente a sus compañeros para alzar su rostro hacia ellos y soltar un - ¡Raaajck! - a modo de cariñoso saludo a su manada antes de pegar un brinco para acomodarse en la apestosa bolsa portada por Ramase.
Un día más Mollie les recibió en la taberna a la que estaban acostumbrados a regresar cuando venían de la misión. ¡Hoy regresáis más pronto que otras veces! Comentó sorprendida aunque al verles la cara comprendió que la cosa no había ido mucho mejor. ¿Cómo ha ido esta vez la incursión?
-Frustrante. Muy frustrante -dijo Filos. Parece que hemos llegado a un punto de inflexión. No creo que podamos acaba de limpiar le cueva sin refuerzos.
Con intranquilidad y dudas atormentándola, la fieredilla se movía sin parar en la bolsa de Ramase. No podía dejar de darle vueltas a lo que había al otro lado del portón, de cuánto quería festejar sobre su cadáver y regodearse por haberle dado muerte.
- Jrrr gl gl gl- gruñía y babeaba copiosamente, empapando el fondo de la bolsa.
¿Hacia Tormentos Cristalinos?
- Parece que se reproducen como conejos y les dirige un dragón.- Añadió Huesos con el ceño fruncido. La gente del pueblo podría entrar en pánico al saber lo del dragón. Por otro lado, deberían decirlo, pues el precio por deshacer al Acantilado Verde de un dragón debía ser alto.- Como veis el problema es grave. El precio por el trabajo debe subir o no merecerá la pena arriesgarse.- Sin embargo por la cabeza de Huesos cabía la posibilidad de ir a Tormentos a reclutar carne fresca para la misión, sin decir que había un dragón, sino un problema de díscolos trasgos. Sentía la excitación de cólera retorciéndose en su zurrón.
En algún momento tendré que comprarle otro.
-Alto, alto... Solo necesitamos enfocar el problema mejor-replicó Cástor, poniendo una nota de color en aquel arranque de pesimismo-ahora ya sabemos lo que hay, y sabemos a qué nos enfrentamos. No negaré que un par de manos más nos vendrían bien, pero no hay que tirar la toalla tan rápido. Con los conjuros apropiados, podríamos plantar cara a ese bicho.
-Sigue hablando. ¿Qué conjuros?
-Algo que nos proteja contra su ácido... En todo caso, puede que tengáis razón y un par de manos extra no vengan mal-concedió, con gesto pensativo-señora Marcas, volveremos con más ayuda y terminaremos con este desagradable asunto. Al menos diría que ya sabemos por qué los trasgos estaban tan alborotados.
Parece que a Tormentos entonces.