Partida Rol por web

- Buenos días. Dijo Audo a las recién llegadas. Después les sirvió un fuerte café con un olor de lo más agradable y un puco de carne desmenuzada en salsa sobre un buen trozo de pan. Un desayuno contundente y fuerte para empezar el día.

-Buenos días, señor-replicó la muchacha, con una tímida sonrisa, antes de sentarse a dar buena cuenta del desayuno.

-No ha habido problemas de noche, ¿no? Ni nuevas noticias ni nada...-preguntó al posadero. Le preocupaba que hubiera pasado algo y ellas hubieran estado roncando en sus camas, ajenas a todo ello. Pero también era cierto que estaban solas, y necesitarían algo de apoyo para salir adelante en aquella situación.

Pues la verdad que me han llegado noticias desde vuestra ciudad que me han escamado bastante. No tiene buena pinta esto y parece que está relacionado con lo que os pasó ayer.

- Dos brujas muy peligrosas están organizando un ejército de muertos vivientes a las afueras de Tormentos Cristalinos. Además, se han hecho con el control de unos extraños y poderosos necrarios que estaban merodeando por el Bosque del Norte. La Fortaleza de Mármol puede que tenga más detalles sobre lo sucedido. Además, el condado vecino, P. Brandon, puede estar en grave peligro.

Quizá debáis ir a la Fortaleza de Mármol a preguntar y ver qué os pueden contar al respecto. Porque esto pinta francamente mal. 

Elianne empezaba a pensar que esa villa estaba maldita. Bandidos, harpías, necrarios y brujas en... ¿Cuando tiempo? ¿Una semana? Quizás menos. Al menos había logrado adivinar más o menos qué pasaría, pero eso no era bueno, porque claramente no eran buenas noticias.

—Preferiría pasar primero por donde Alberic, pero sin duda habrá que acercarse a la fortaleza más temprano que tarde ¿Sabes algo de ese lugar? ¿Si lo maneja un gobierno, o alguna iglesia, o algún otro detalle?

-Y, ¿a cuánta distancia de viaje está? No me gustaría que vinieran a por nosotras y que no nos encontraran aquí. Además, un viaje las dos solas puede ser mala idea...-replicó la muchacha, dándole vueltas a aquello. Desde luego, eran unas noticias nefastas, y más valía que el resto no se demorara mucho o aquello escalaría demasiado.

Entiendo. Dijo Audo. Solo os lo comentaba por si no os habíais enterado. La situación se está complicando y este pueblo no tiene brillantes guerreros como parece que los tiene Tormentos Cristalinos. En cuanto a la Fortaleza de Mármol, es un hermoso pueblo ce murallas blanquecinas y su alcaldesa es una mujer honesta, pero si ha solicitado ayuda es porque debe de ver que la situación se está volviendo insostenible. Comentó preocupado. Aunque entiendo que vosotras dos solas no podáis hacer nada, pero quizá tengáis que ir en busca de vuestros compañeros u otros aventureros... dijo mientras se dedicaba a limpiar la barra con gran gesto de preocupación.

—Supongo que lo mejor será volver por el camino a Tormentos y esperar al resto en la puerta más cercana aquí. Si se supone que van a volver, no deberían tomarse mucho rato más allá ¿No?— le preguntó a Raelia.

Decidieran lo que decidieran, lo seguro es que iban a dejarle claro a Audo a dónde iban, y pedirles que, en caso de que pasaran a buscarlas, les indicara al resto a dónde habían ido.

-Dijimos que les esperaríamos aquí... Además, no me perdonaría que alguien atacara el pueblo y os pillara desatendidos, señor Audo-replicó la muchacha, no muy convencida con aquello de irse. Si había problemas en el camino, solas podían pasarlo especialmente mal. Y si no se cruzaban con los otros, podrían perderles para siempre, como quien dice. 

Elianne toma asiento nuevamente y relaja la postura.

—Bueno, es verdad. Supongo que hay cosas peores que no tener que caminar— dice llevándose un pedazo de pan a la boca.

—Y charlar un rato tampoco puede estar tan mal. Llevamos los últimos 2 o 3 días juntas y apenas si nos conocemos ¿Qué tal una ronda rápida de preguntas y respuestas?

Muchas gracias por quedaros para defendernos. Espero que la cosa no se complique demasiado y confío en que no necesitemos nuestra ayuda... Dijo mientras sacaba un par de cervezas para que la charla y la espera se les hiciese más amena. A éstas invita la casa. Dijo con una sonrisa. Espero que no se demoren mucho más vuestros compañeros.

-¿Preguntas y respuestas? A... ¿A qué te refieres?-respondió la muchacha, antes de agradecer al hombre con una sonrisa la invitación.

-Yo también espero que solo tengamos que esperar, señor Audo. Y que todos estén bien y vuelvan pronto, claro...-añadió, con su gesto entristeciéndose visiblemente al pensar en que algo podría haber pasado. 

—Muchas gracias— dijo Elianne sonriéndole al posadero y levantando la jarra para un brindis de cortesía.

—De momento no hace falta preocuparse. Si andan comprando cosas o si se han despertado tarde, no me sorprende que no lleguen todavía— trató de relajar a su compañera para luego tratar de distraerla con más conversación.

—Preguntas y respuestas simplemente, no hay nada de mágico. Por ejemplo, tú crees en algo con suficiente fuerza como para que andes lanzando conjuros, pero ahora mismo se me escapa el nombre de tu deidad, y ni hablar de su credo. Es raro convivir tanto tiempo y saber poco más que nuestros nombres— explica Elianne— Pero si te intimida... bueno. Puedo contar algo yo primero. Plata y miedo nunca tuve, así que pregunta sin pena.

-Es Heironeous, dios del valor...-dijo la muchacha, con su timidez habitual, dándole otro pequeño sorbo a la bebida-es a quién servía el hombre que me salvó, y que me enseñó todo lo que sé-explicó, desarrollando algo más. 

-Eh... ¿Qué te llevo a la aventura?

—Suena como una historia... dramática— acotó Elianne ante la mención de un rescate— pero la idea es entretenernos un rato, no revolver viejas heridas, así que respira tranquila que no te voy a molestar con eso.

La pelirroja dio un trago a su bebida antes de responder.

—Mayormente aburrimiento. Nací en un pueblo chiquito y mamá es la posadera del lugar, y yo también lo habría sido hasta el fin de mis días si me hubiera quedado ahí. Nada de malo en eso eh ¡Alguien tiene que hacerlo!— aclaró mirando a Audo, sin querer ofender al dueño del lugar— Pero preferiría no ser yo. Años de ver aventureros ir y venir me picó la curiosidad, y de a poco me hice a la idea. Y cuando tuve edad y pasó un grupo que se me hizo simpático, me fui con ellos. Pienso volver a Piedra del Lago, pero quiero hacerlo con oro suficiente como para que mamá tenga la vida de lujos que se merece— Elianne ponderó los sucesos de los últimos días e hizo una mueca de arrepentimiento— Tormentos ha sido el lugar más agitado que he visitado, pero por los dioses si no hace lo imposible por vaciarte los bolsillos.

Elianne tamborilleó los dedos en la mesa, clavando una mirada exageradamente inquisitiva en Raellia.

—¿Tienes alguna flor favorita? A mi me encantan las lavandas.