Partida Rol por web

Llagron es un lugar pacífico y agradable. Sus gentes están seguras, bien alimentadas y contentas de su suerte. Sin embargo, cuando llega un desconocido parecen estar muy alerta, porque su bienestar ya ha sido amenazado anteriormente en el pasado. Sus habitantes siempre miran con mucho interés las ideas y venidas de los aventureros que llegan a sus puertas.

La aldea cuenta con unos cuantos edificios de interés, pero lo más probable es que cualquiera prefiera visitar primero la posada del pueblo, "La Bienvenida de la moza", o si es muy creyente, quizá prefiera ir a ver la Iglesia de S. Cuthbert, el Templo de Ehlonna o el de Pelor. 

Finalmente había llegado al poblado de Lladron. No le había costado llegar allí siguiendo las indicaciones del mediano que había encontrado en el camino. Notaba que la gente le miraba al pasar. Dejaban sus quehaceres para seguirle con la vista mientras seguía el camino principal.

Notaba sus ojos sobre él y algún cuchicheo entre mujeres que volvían del mercado. Suponía que si estaban amenazados por un culto secreto y cruel, los extraños eran mirados con recelo. Intentaba no prestar demasiada atención a aquellos cotilleos. Suponía que cuando se presentara como una posible solución a sus problemas, la gente le miraría de otra forma.

Primero tuvo la idea de pasar por la iglesia, pero no sabía como de profundo podría haber ahondado el culto en el poblado, así que mejor entrar en la posada.

Buenas tardes, posadero. Vengo desde la ciudad donde he escuchado rumores sobre este poblado. ¿Hay algo que un viajero pueda hacer para ayudarles?

La posada "La Bienvenida de la moza" era un edificio construido hacía más de una década. Para ser de un pequeño pueblo resulta ser una posada de buena calidad y comodidad y a cualquier horario del día siempre parece que haya gente por allí.

Hoy era muy temprano, y tan solo había una mujer atendiéndola. No lejos de allí había un hombre desayunando, pero por lo demás la posada parecía vacía.

El posadero, como Chaos había dicho, llegó hasta él con cara de pocos amigos:

Posadera. Si no te importa. Contestó. ¿Qué clase de rumores has oído? Preguntó la mujer en un tono desde luego nada amigable. 

El tipo que estaba allí desayunando parecía haber alzado la cabeza tratando de escuchar algo de la conversación que aquellos dos iban a mantener.

Le sorprendió ver a una mujer cuando esperaba a un gordo barbudo con un delantal lleno de machas de grasa. La vista, sin duda era mejor que lo que había imaginado.

Bueno. Rumores sobre cierto antiguo problema ya resuelto y que parece que vuelve a estar presente.

Miró de reojo al tipo de la barra y despejó el camino de salida de la espada por si acaso tuviera que desenfundar rápidamente.

Cosas sobre la propagación de nuevo de ciertos cultos religiosos.  dijo esto inclinado más hacia la barra para evitar que el tipo pudiera oirlo. No sabía por qué había confiado en la mujer, suponía que era la costumbre de desconfiar totalmente de los hombres y parcialmente de algunas mujeres.

No sé de qué estás hablando. Dijo la posadera en todo de sorpresa y menteniendo el tono bajo con el que Chaos estaba hablando. Creo que los rumores te han llegado con muchos años de retraso, aquel culto religioso desapareció hace mucho tiempo, ya fueron derrotados y ahora mismo no hay nada que temer. Así que supongo que quien te ha contado todo eso te ha engañado. Comentó la mujer apiadándose de aquel hombre que había hecho el viaje en balde.

Se quedó sorprendido con el comentario de la posadera respecto al tema del culto religioso. Quizás no estuviera aún demasiado extendido como para resultar un problema. Confiaba más en la palabras de Blagh que de aquella mujer, así que lo mejor que podía hacer era salir y dirigirse al templo.

Gracias de todas formas. Quizás me haya confundido.

Sin mirar atrás ni nada más, salió de la taberna para dirigirse hacia la Iglesia. Evitaría los templos por el momento y hablaría con el encargado de la iglesia. Si un culto extraño empezaba a florecer de nuevo allí, seguramente lo haría inicialmente en el templo que no en la Iglesia.

Seguramente allí podría encontrar las respuestas que la tabernera no sabía o no quería compartir.

Entró en la Iglesia dispuesto a hablar con el sacedote.

La Iglesia de S. Cuthbert es el mayor templo de la villa. Cuthbert se ve como un caballero de cabellos cortos algo canozos de rasgos oeridios de gran galantería y liderazgo, de armadura blanca y capa roja. Saint Cuthbert enseña a no rendirse jamás ante la oscuridad, luchar por tus ideales y defender tus sueños ante el mal, enseña a ser firme ante la debilidad como también promueve la defensa del bien y mantener la paz bajo cualquier costo.

Se adentró en el templo observando la arquitectura a mi alrededor. No era profundamente religioso, aunque en alguna ocasión, si el peligro era realmente grande quizás hubiera pensado en que alguna deidad le ofreciera su ayuda para salir airoso de lo que fuera en lo que estaba metido.

Se acercó a uno de los sacerdotes que había dentro y se presentó.

Saludos sacerdote. Vengo desde la ciudad siguiendo un rumor sobre cierto culto religioso que intenta extenderse por la región. ¿Sabe usted algo de eso?

Buenas tardes, señor. Dijo un sacerdote que había por ahí. Mi nombre es Calmer y soy el sacerdote ayudante de nuestra suma sacerdotisa Y'dey. Era un hombre alto y bien formado. Mi señora cree que tiene usted razón, señor. Pero le recomendamos que sea usted discreto y no llame la atención demasiado. Puede haber infiltrados en la ciudad y sospecho que están vigilando el pueblo de gente como vos. El hombre parecía temeroso y reacio a hablar demasiado alto.

El culto está resurgiendo pues hace tiempo ya cayó. Mi señora se encargó personalmente de ello, pero ahora no podrá hacerlo de nuevo si éste vuelve a resurgir. Se le conocía como el "Mal Elemental" y un terrible demonio parecía ser el líder de todo eso pero lograron derrotarlo. Aunque mi señora ahora duda de que él fuera realmente el líder.

¿Que le sucede a tu señora que no podría ocuparse? Si tuviera más información y algo de ayuda podría encargarme yo del asunto.

Mucho se temía Chaos que tendría quebocuparse solo de aquello. Además no sabía en quién podía confiar y en quién no como habían confirmado las palabras del sacerdote.

¿Que más puedes decirme de ese mal que pueda verme de ayuda? ¿Donde debería dirigirme y cómo podría combatirlo?

Mi señora ya es demasiado mayor para encargarse de aquello. Han pasado muchos años y entonces ella era una ágil aventurera, pero los años no pasan en balde y ahora la edad no se lo permitiría. 

No puedo darle mucha más información, tan solo sé que mi colega Spugnoir decidió irse hacía unos días a unas antiguas ruinas que no están lejos de aquí. En el pueblo las conocemos como "Las Ruinas del Foso", pero lo cierto es que nunca volvió y temo que le haya sucedido algo, o que haya muerto. Dijo con verdadera cara de preocupación. 

Al fin tenía una dirección a la que dirigirse. Además, si consguía averiguar qué le había ocurrido al sacerdote que había ido a las ruinas, tal vez el agradecimiento fuera superior.

De acuerdo. Iré a esas ruinas y averiguaré lo que le ha sucedido a Spugnoir. Leí el anuncio en la ciudad y vine en seguida a ver si podía ser de utilidad. ¿En qué dirección están esas ruinas?

Esperaba que el lugar no estuviera demasiado defendido y pudiera devolver con vida al sacerdote. En cuanto tuviera indicaciones de donde estaban esas ruinas, se dirigiría hacia allí sin esperar que se hiciera más tarde.

Llagron es un lugar pacífico y agradable. Sus gentes están seguras, bien alimentadas y contentas de su suerte. Sin embargo, cuando llega un desconocido parecen estar muy alerta, porque su bienestar ya ha sido amenazado anteriormente en el pasado. Sus habitantes siempre miran con mucho interés las ideas y venidas de los aventureros que llegan a sus puertas.

La aldea cuenta con unos cuantos edificios de interés, pero lo más probable es que cualquiera prefiera visitar primero la posada del pueblo, "La Bienvenida de la moza", o si es muy creyente, quizá prefiera ir a ver la Iglesia de S. Cuthbert, el Templo de Ehlonna o el de Pelor. 

Volvía a estar en la villa, pero sin ningún resultado y solo con las información sobre un dragón escondido en las ruinas. Ni rastro del culto ni nada parecido. Sólo dos cadáveres que no había podido inspeccionar.

Volvió de nuevo hacia la Iglesia para ver si encontraba de nuevo al hermano Calmer y podía decirle lo que había encontrado. No era mucho y no esperaba mucho, pero de momento es lo que tenía.

Hermano Calmer. ¿Está aquí?

- Buenas tardes, dijo Calmer, ¡qué pronto has regresado! Al menos lo has hecho con vida. Me alegro por ello. ¿Cuéntame, qué has averiguado? ¿Has encontrado algún rastro de mi fiel amigo Spugnoir?

Pues no estoy seguro. Lo que encontré allí fue un dragón azul que había hecho de las ruinas su guarida. A sus pies, había destrozados dos cuerpos. Un hombre y una mujer, ambos vestidos con ropas de color ocre. Supongo que serían guerreros, porque había también una maza en el suelo.

Miraba la cara del clérigo para ver si podía identificar alguna reacción al hecho de la existencia del dragón.

No pude acercarme más. El dragón defendía la zona y pude salir de allí de una pieza. Intenté hablar con él, pero no dijo ni una palabra. Necesitaré algo de ayuda para librarme de él.

¡Oh! ¡Por St. Cuthbert! ¡No puedo creer que un dragón haya hecho de nido a las Ruinas del foso! Es bastante probable que Spugnoir esté atrapado en ese lugar y por eso no ha regresado. Dijo lamentándose considerablemente. En la Villa de Llagron hay pocos aventureros y muy pocos dispuestos a ayudar en algo así. Quizá podrías preguntar en la posada a ver si alguien que quiera ayudar. O quizá, ¿no conocerás algún lugar donde pueda haber más aventureros que estén dispuestos a ayudarte? Spugnoir es un gran mago, y quizá pueda recompensaros con algún objeto mágico si le ayudáis a salir de allí.

Estaba visto que no podría hacer más si no iba a  buscar ayuda a la ciudad. Pensaba que podría encargarse el solo del asunto, pero no iba  a ser así.

En la ciudad podré encontrar a alguien que quiera acompañarme supongo. Volveré en unos días si todo va bien.

Salio de la Iglesia sin esperar respuesta y volvió a la ciudad, de nuevo a "La Pezuña". Quizás allí encontraría a alguien.