Partida Rol por web

Megan no tardó en comprender la situación y giró la cabeza hacia Nichole, para preguntarle con cierto tono serio que podía asustar al resto. - ¿Quién es la persona que peor te cae de esta habitación? - como era un robot, no le afectaba ningún tipo de gas, sin embargo, al ser parte de la obra de Elsie, quedaba excluida del juego.

Aún tenia las mejillas empapadas, pero al menos ya no lloraba. Asintió derrotada ante las instrucciones de Daphne, pues no le quedaba otra y le dejó hacer.

La voz de la profesora volvió a sonar, junto a esa musiquita. Que asco le estaba cogiendo a la tia, pero de momento solo había amargura en su alma. Al ver como a algunos se le iban cerrando los ojos reaccionó llevándose su mano enguantada a la cara, cubriendo  su boca y nariz.

Luego zarandeó con su mano libre y con fuerza a Denver, que lo tenia más o menos cerca - Chicos, Si nos mantenemos despiertos unos a otros será más fácil - dijo en voz alta, aunque algo amortiguada, mientras miraba a Daphne que si era quien estaba más cerca de ella, pero parecia ser la menos afectada

- Denver, no.. te.. duermas... - Renata soltó un segundo al chico para apretarse el lóbulo de su oreja con fuerza. El dolor la mantendria despierta y aquella zona era muy dolorosa. Una vez vió a una médico hacérselo a su hermano cuando sufrió una de sus crisis de ausencia y le explicó el motivo.

Daphne le devolvió la sonrisa a Lara, pero no pudo decirle nada más, pues parecía que el show volvía a comenzar. Escuchó las instrucciones de la loca en silencio mientras miraba alrededor.

—Tapense boca y nariz con una sábana o algo —

Sentía que el gas comenzaba a surtir efecto así que se arrodilló junto a la cama e hizo lo que había sugerido mientras miraba a Renata. Está había tenido una buena idea apretándose el lóbulo así que la imitó y aportó un poco más a su acción. 

—Perdoname Ren... —dijo, y le dió un golpe ligero en dónde los ojos estaban enterrados, lo suficiente como para que le doliese sin hacerle mas daño. Con algo de suerte el dolor la mantendría despierta. 

​​​​

Renata logró despertarse levemente tras retorcerse las orejas, pero el sueño pronto volvió a vencerla... Al menos hasta que Daphne le golpeó en la herida, lo cual hizo que gritara, pero en especial que se despertara. - El eslabón más débil es ahora nuestra llave de la esperanza. - con una sonrisa y tras ver que que Renata se había hecho daño a sí misma, además de haber sido golpeada por Daphne, decidió replicarla.

Esto te va a doler, pero salvará a Nichole. - se colocó detrás de ella y empezó a masajear los ojos con movimientos circulares, haciendo que las sábanas se tornaran completamente rojas. A pesar de los gritos, poco a poco todos los demás se fueron durmiendo, menos Renata, quien escuchó cada segundo de esa canción, además de los mecánicos dedos de M3gan moviéndose en sus piernas. El incesante dolor finalmente provocó en la latina ganas de vomitar, junto con un dolor de cabeza terrible... Hasta que terminó la canción y la pequeña robot terminó la tortura, fue corriendo hacia Nichole y la despertó con toda la suavidad del mundo.

Unos a otros se fueron despertando, habían logrado con el sacrificio de Renata sobrevivir a aquella habitación, aunque esta tenía las piernas completamente entumecidas. La última habitación quedó abierta.

Los gritos de Renata trajeron de vuelta a Scott.

Puede que la fuerza de los sentimientos del Scott bueno fueran lo suficientemente fuertes como para traerlo de vuelta. O puede que esos gritos fueran tan... como diría el Scott malo... patéticamente ruidosos, exasperantes y absurdamente divertidos (pues el dolor en todas sus formas era curiosamente divertido para él)

- Joder, ¿pero qué coño está...?- 

Estaba algo confuso, mareado. No me había enterado de nada desde que entré en la sala de Hannibal y ahora me encontraba con Renata a punto de desangrarse. *Las voces de Daphne me hicieron saltar como un resorte para, con ayuda de Holmes, subir a Renata a caballito, notando sus pechos en mi espalda. Menos mal que no le pasó nada en la cara *

Aun así, las piernas... joder. Las usaba para lo que más le gustaba a ella. Sí, eso que estáis pensando de abrirlas y... cerrarlas al son de la música. Vamos, para bailar. Tenía un don. Ahora tenía un crack muy poco armonioso. Era como si a Steve le hubieran roto un brazo para no poder ser Quaterback nunca jamás. Menos mal que nunca le rompieron nada. 

Afortunadamente, llegamos a la habitación del sueño... Joder, no podía ser otra que la de Psadilla. Por muchos que me alegrará de verlos todos allí, el sueño me empezó a vencer por un gas de mierda. A ver, que me había fumado cosas peores, pero, al final, salvo alguna que otra luz lanzada por los gritos de Renata... caí, como él resto, dormido.

- ¡¡Ren!!- Grité al despertarme.- ¿Estás bien?- Fui al encuentro de my Sistah mirando con cierta desconfianza a la muñeca, - ¿Cómo estáis el resto?

Era por una buena causa, pero hostia puta, como dolía. Y tener a la muñequita de los cojones con esa cara tan... Neutra, no ayudaba.

Renata aguantó estoicamente pero cuando Scott llegó a su lado tras despertar, se agarró a el con cierta fuerza

- Ayúdame a levantarme. Quiero salir ya de aquí - le habría gustado sonar más tipa dura, pero la verdad es que la voz le salió en un quejido

- Gracias Daphne - 

​​​​​

Al final se había quedado dormida igual. Le hubiese encantado que hubiese sido un sueño reparador, pero no. Se llevó la mano a la cara para espantarse lo que quedaba del efecto del gas y trató de incorporarse.

—Ah... ¿Ah funcionado? —miró la puerta abierta hacia la siguiente sala mientras le respondía a Scott, quien parecía haber vuelto a su anterior personalidad—, parece que si lo vemos logrado. 

De inmediato notó que las heridas de Renata se habían abierto. Tras enterarse de como está se había mantenido despierta (asumiendo que alguien se lo habría contado), volvió a cambiar los vendajes por otros nuevos, afirmando de nuevo el torniquete. Nunca más volvería a despotricar porque enseñaran primeros auxilios en la carrera de tecnología médica. 

No bien hubo terminado, se cambió de cama a la que compartían Lara y Drea y comenzó a despertarlas con suavidad. 

—Chicas... Vamos, arriba... Debemos movernos ya...​​​

Nichole intentó mantenerse despierta  pellizcándose el brazo, pero la musiquilla y el gas que iba inundando la habitación empezaron a enturbiar su mente. Justo antes de caer dormida miró a Megan sin comprender a qué se refería con lo de quién le caía peor, ¿qué pretendía hacer...? Pero no llegó a responderle, cerró los ojos y cayó en un profundo sueño. 

Al despertar sintió unas manitas suaves zarandeándola con cuidado. La música parecía haberse detenido y escuchó a Scott llamando a gritos a la Latin Queen. 

«¡Scott...!»

Abrió los ojos, se encontraba tendida en el suelo y Megan la sacudía con suavidad. 

— ¿Qué... Qué ha pasado...? — Musitó y se incorporó, recorriendo la estancia con la mirada y deteniéndola en las figuras de Scott y Renata. En cuanto sus pupilas enfocaron a su novio, supo que había vuelto, eran tan diferentes el uno del otro... Suspiró, aliviada y entonces su mirada se detuvo en la latina. Su pierna parecía haber sangrado más y ella parecía estar desgarrada de dolor. 

Volvió a mirar a la muñeca.

— ¿Has sido tú? — Le preguntó, intentando no sonar demasiado brusca. Empezaba a entender lo que había ocurrido, por qué le había preguntado quién le caía mal y el motivo que la había llevado a causarle dolor a Renata. Sabía que les había salvado, pero... Era tan cruel... 

— Nos has salvado... — Murmuró y se incorporó. Todavía sentía el cuerpo flojo y estaba ligeramente aturdida, pero estaba viva, todos ellos estaban vivos. Miró de nuevo a Scott y asintió con un leve gesto de cabeza.

— Estoy bien... — Le respondió y su mirada se dirigió hacia la puerta que acababa de desbloquearse. Mientras Daphne volvía a tratar las heridas de Renata, Nichole se acercó a Scott y posó con suavidad una mano sobre su brazo.

— ¿Tú cómo estás? —

Lara se frotó los ojos y se despertó alterada al escuchar los gritos de Renata. - ¡¿Qué pasa?! - fue lo primero que preguntó al levantarse de sopetón de aquella cama, lo cual hizo que Daphne no requiriera acercarse hasta ella. Forzó los ojos para mantenerlos abiertos y tras conseguir enfocar un poco, comprendió rápidamente todo lo que había pasado.

Suspiró con pena y caminó hacia Renata, le acarició la cabeza. - Gracias por aguantar por todos nosotros. - se notaba bastante pena en su voz. - Si quieres puedo llevarte hasta la próxima sala. - aunque aún andaba débil, al igual que Drea, sus ganas de ayudar eran superiores a su cansancio. Miró hacia Daphne y Mindy, sus mejores amigas. También posó su mirada en Scott, quien parecía haber vuelto en sí y otro de los pilares de su confianza. - Si la llevamos entre todos, podremos llevarla sin que le duela demasiado. - les dedicó una sonrisa piadosa, pues sabía que si la dejaban sola no iba a poder llevarla.

Ya contaba con que Scott le ayudaría, pero mientras más fueran, más fácil la podrían cargar. También se percató por primera vez de la presencia de la muñeca, le daba bastante mal rollo, pero decidió no decir nada sobre ella, después de todo había participado en esta última habitación y junto con Renata había sido un elemento clave en la resolución.

Mindy también se despertó y miró con pena a Renata, la cual había pasado por un gran sacrificio para mantenerlos a todos vivos. - Ayudaré... De hecho podríamos cargarla como en un entierro, así no tendrá que apoyar nada. - asintió, procediendo a acercarse a la zona de sus piernas para cogerla desde allí.

Denver tras recuperar la consciencia, no dijo nada y marchó, pistola en mano, a la siguiente sala, la última, la única sala donde podría estar la asesina de su hermana.

¡Si, he sido yo! - se la notaba feliz. - ¿A que lo he hecho bien? ¡Estás viva y eso es lo más importante! - esperaba algo de reconocimiento por parte de su usuaria y aunque lo recibió, la atención de esta se dirigió rápidamente a Scott, algo que hizo que la muñeca no estuviera muy contenta y le dedicara una mirada penetrante.

Señaló la siguiente puerta. - No deberíamos perder el tiempo y pasar cuanto antes, como hizo el hombre enfadado. - comentó, haciendo referencia a Denver. - No quedan más habitaciones, por lo que la única opción de librarnos del veneno de Nichole es ahí dentro.

Daphne se acercó también a ayudar a Renata por el otro lado. Con cuatro que ayudarán a transportarla, dos bajo los muslos y otros dos en la espalda haciendo una silla no deberían demorar mucho. Mientras uno de los "desafíos" de Elsie no fuese hacer parkour todo iría bien. 

—¿Estais bien?  —preguntó tímidamente Daphne a Mindy y a Lara mientras ayudaba a cargar a Renata, miró también a Drea, para que supiese que la pregunta iba también para ella. La sensación de culpa aún no se le quitaba del todo, al contrato, cada vez sumaba más al peso que iba cargando —¿Cómo habéis logrado superar las otras salas? 

—Si no hubiera sido por Megan seguramente el muñeco diabólico de Chucky nos habría rebanado a todos en la muestra. Seguro Nichole está muy agradecida de que haya salvado a sus amigos. 

No mentía, Scott era incluso más que un amigo, aunque no le había gustado la manera en la que la muñeca había mirado a Scott, en ningún casó podía pensar que él pudiera interponerse entre ella y su usuario alfa. 

—¿Cómo te sientes de qué Scott este a salvo, Nichole? ¿No te hace eso sentirte aún más agradecida con Megan?

Buscó la mirada de Nichole en un mudo ruego de apoyo. 

Dormida como un bebé. Así me volví a quedar con el gas _{y la nana.}

_{-Rowdy, calla...-} mi labor en la sala no podía decirse que fuera la más... ¿decisiva? ¿productiva?, pero gracias al dolor que le ocasionó la nueva amiga de Nichole a Renata, pasamos a la última habitación.

-¿Esto es... Ikea...?- incorporándome en la cama _{aturdida por la cantidad de gases, sangre y otro tipo de muestras}, vi a Daphne.

¿Cómo habéis logrado superar las otras salas? 

-¿Nosotros? Bueno. Sólo hemos tenido que rellenar el recipiente de un caldero con nuestra propia sangre y...- dije antes _{de descartar lo del Ikea} de detenerme un poco en la hemorragia de Renata _{y la muñeca esa tan contenta}. 

-Eh... un segundo, os ayudo- añadí _{sin terminar de contar la mezcla que hicimos en el caldero,} mientras me levantaba con la intención de aportar la fuerza que tuviera para llevar entre todos a la mejor amiga de Scott.

- Me siento como...- Dude unos instantes mientras ayudaba a Renata a reincorporarse algo.- ... Cuando sales de un sitio a oscuras y de repente te da la luz del sol en los ojos.- Respondí a mi chica como si estuviera realmente cansado. Pero sonreí al verla cerca.- Aturdido, pero me siento bien de ver que estás bien.

La quería abrazarme aunque solo fuera un instante, pero Renata estaba bien jodida y por como me miraba la muñeca, quizá no debiera hacerlo de momento. Miré al resto. Joder, al final el otro Scott lo había hecho bien, aunque no sabía como cojones lo había hecho.

- Así que esta... chica...- dije mirando a la muñeca- ... Es una buena amiga, ¿no?- Parecía una afirmación, pero, en realidad, invitaba a que alguien me lo afirmara. - Gracias, compi. Mi abuela tenía muchas muñecas en casa, pero ninguna tan... emm... tan... rubia.- Qué podría decirle a un muñeco con aparente IA para que se alegrara.

El modo de llevar a Renata, pasaba por un problema: Cuantos más fuéramos llevándola, más estaríamos indefensos.

- Ren, yo sé de una postura... un poco sexual, todo hay que decirlo...- Miré a Nichole con cierta culpabilidad. ¿O pidiendo permiso?- Se llama "El Fraile Gordo". ¿Habéis visto "El hombre de la máscara de hierro"? Cuando Porthos se lleva Philip de la prisión escondido bajo la capa como si fuera su barriga. ¿Me seguís, no? ¡Cómo el misionero, pero de pie! Si te cojo de frente, con tus piernas a los lados, tus piernas estarán libres, mientras te sujeto del culo y tú te agarras a mi cuello.

Además, no me pesaría mucho... era una canija. Y de no hacerlo, la pobre lissssiada se podría enfadar por llamarla indirectamente gorda.

- Venga, que yo te llevo. Pero nada de chupetones, ¿eh? Que a mí se me ponen directamente morado fluorescente.

Mierda...

Al ver como Megan miraba a Scott, Nichole suspiró y apartó la mano de su brazo. Quería acabar con todo eso cuanto antes y poder salir de aquel lugar. Poder abrazar a su novio sin tener a una muñeca sociópata, atenta a cualquier movimiento que hiciera. 

Al ver las buenas intenciones de Mindy y verla ofrecerse para llevar a la Latin Queen, arqueó ligeramente una ceja. No hacía ni una semana le había tirado un café por la cabeza a Daphne y ahora se estaba portando de una forma tan "beatica" que hasta daba asco. Ella no pensaba formar parte de la comitiva "¡Oh, seamos super buenos y amiguitos! ¡Todos a una!" Conseguirían salir todos de allí, pero cada uno en su sitio, vamos, era tan patético eso de llevar a la latina entre todos. Que sí, que la pobre estaba jodida, pero... ¿De verdad necesitaba la ayuda de todos...?

Pero no, ya estaba Scott ofreciéndose a llevarla en la postura de ¿El Fraile Gordo? Se volvió para mirarle, sin comprender, pero en cuanto nombró la película, la imagen se hizo muy clara en su mente. Esa película era uno de los clásicos que había visto con él, antes de casi joderlo por culpa de Jack. 

No le hacía mucha gracia que fueran así, aunque entendía por qué lo hacía. Le devolvió la mirada y una sombra de preocupación asomó a sus pupilas. estaba preocupada, no sabían qué les esperaría en la siguiente sala y él estaría indefenso. 

Miró hacia Daphne y volvió a mirar a Megan. Sí, esa bitch tenía razón, Megan estaba demasiado atenta a a Scott y debía comprender lo que había antes de que volviera a hacer algo como en la otra sala, dejándoles atrás por salvarla solo a ella. Se acercó a la muñeca y se acuclilló, cogiéndola de ambas manos y la miró a los ojos.

— Megan, vamos a ir enseguida, pero antes tengo que decirte una cosa. Tú quieres que yo esté a salvo y me hace feliz saber que puedo contar contigo, pero... Ellos son mis amigos, todos ellos son importantes para mi. Tienes que comprender que debemos intentar salir de aquí todos juntos. Si les pasara algo, yo... Me pondría muy triste... Y no podría soportarlo...  — ¡Oh my god...! ¿Por qué le había dicho que todos eran sus amigos? Pero... Si sólo le importaba Scott, no le importaba lo que les pasara al resto, ¿verdad? 

— Vayamos ya para allí... — Terminó diciéndole y le dedicó una suave sonrisa antes de incorporarse para dirigirse hacia la puerta que daba a la nueva sala. Del bolso sacó el spray de pimienta y lo medio ocultó con la mano. Esta vez procuró quedarse la última, no iba a volver a cometer el mismo error. 

Finalmente todos entraron en la última habitación, algunos cargando con más pesos que otros, de formas más divertidas de lo que se esperaría dada la situación. Como fuera, al pasar por la puerta pronto pudieron ver que no parecía haber un peligro inminente, más allá de que se encontraban en un lugar bastante lúgubre y no era para menos, pues se hallaban en una carnicería bastante descuidada.

¡Abre la puta puerta zorra de mierda! - aquél grito proveniente del lateral izquierdo de la sala, llamó la atención de todos. Allí estaba Denver, golpeando un cristal muy similar al que había en la habitación en la que rescataron a Lara y justo detrás se encontraba la mente maestra de todo aquello, Elsie McCarthy.

¡Sigue pequeño cowboy, ya casi lo tienes, solo un poquito más! - comentaba, burlándose de él. Pero pronto apartó su mirada y se dirigió al resto. - ¡Anda pero si habéis llegado un montón! - hablaba en un tono alegre, a pesar de que se notaba que lo decía con puro sarcasmo, había montado todo aquello precisamente para que murieran al menos unos cuantos.

Bueno, no pasa nada, porque ya contaba con que algunos llegarían al final de este juego al que estamos jugando. - rio levemente. - ¿Lo pilláis? En plan, estamos en la sala de Saw y como que he estado jugando con vosotros todo este tiempo... En fin. - negó con la cabeza.

Dio un par de pasos al frente y activó el modulador de voz, que tenía a mano, pero en vez de sonar como Ghostface, esta vez sonaba como el pequeño payaso de juguete que iba en bicicleta. - Hola alumnos de la clase de la historia del arte y compañía. Quiero jugar a un juego. - hablaba en un tono muy seco a la par que contundente, al igual que lo hacía Jigsaw en sus películas. - Hasta ahora a lo largo de vuestras vidas solo os habéis dedicado a mirar por vuestro propio bien y evidentemente, por vuestro propio beneficio. No habéis mirado a quién podríais estar dañando con vuestras egoístas acciones, como a una profesora que se estaba intentando esforzar por encajar, alumnos que solo se estaban centrando en sus estudios pero tachabais de "frikis", hermanos que acaban de perder de la forma más violenta y cruel frente a sus ojos a su familiar, chicos que aunque estaban obsesionados por un buen culo femenino, os ha tratado y cuidado como a un verdadero miembro de su familia, amigas que se han jugado el cuello por vosotras y ha visto traicionada su confianza casi al instante... Y podría alargar más la lista, pero creo que ya tenéis más que claro lo egoístas que habéis sido.

Tomó un poco de aire antes de continuar. - Os declaro indignos de vuestro cuerpo y de vuestras vidas actuales. Ahora vamos a ver si estáis dispuestos a mirar en vuestro interior y dejar de lado el egoísmo para realizar una buena acción. Solo uno saldrá de esa habitación con vida, solo uno entrará donde estoy yo y daremos por finalizado este juego. - se dio media vuelta sobre sí misma y pulsó un botón, entonces las pulseras de todos se pusieron de color rojo, les tocaba decidir quien iba a ser el o la único superviviente de aquél juego.

Lara miró con mucha pena a todos los presentes, después de todo, parecía evidente que Elsie no les iba a dejar ir a todos, evidentemente iría en contra de su falsa coartada... - Lo siento. - no podía evitar sentirse culpable, sentía que si ella no hubiera ido nunca a aquella ciudad, nada de esto habría pasado. - Lo siento de verdad, todo esto es culpa mía. No me puedo salvar, no puedo salir de aquí.

Pasó la vista por todos los presentes, hasta que finalmente se posó en Denver. - Él solo vino aquí para ayudar a su hermana y no digo a este museo, me refiero a la ciudad. Es el único que no se ha visto involucrado por las circunstancias, si no por el amor y el cariño que tenía por su hermana. Yo quiero que él se salve. - terminó por señalarle, alzando el brazo que tenía aquella roja pulsera apuntando hacia él.

No. - negó la robot al escuchar los comentarios de Lara y ver la pulsera roja de Nichole. - Sé lo que me has pedido Nichole, pero van a morir todos aquí. - caminó tranquilamente hacia el hacha que había clavada encima de una mesa y la cogió con bastante facilidad.

Llora todo lo que quieras, ya trataremos tu depresión al salir de aquí. - fue entonces cuando empezó a caminar hacia Scott, a quien le tenía tirria desde hacía bastante por quitarle la atención de su usuaria tantas veces. Aunque intentaran usar el spray que llevaban algunos de los supervivientes, a los ojos robóticos no les escuece la pimienta, por lo que simplemente estarían gastando aquél recurso.

Por suerte para todos los presentes, Scott había apoyado a Lara en su decisión de salvar a Mindy en el cine, lo cual permitió que esta siguiera con vida y se ganara su confianza, confianza que hizo que obtuviera la suficiente determinación para ir a rescatarla y robar el arma de fuego de su padre, arma que entregó en vano a Daphne. Por suerte para todos y a pesar del horrible estado mental que tenía, Denver guardó una bala de aquél arma de fuego y Drea evitó que la utilizara para suicidarse en la sala de Hereditary, bala que ahora volaba por el aire en dirección a la cabeza de aquella muñeca que hasta el momento había sido tan útil, pero que se había tornado una verdadera amenaza.

Cuando cayó al suelo, con su cabeza hecha pedazos, todos pudieron respirar tranquilos, pues aquella sucesión de decisiones a lo largo de toda aquella historia, les había llevado a evitar una carnicería.