En cuanto Agakor preguntó por la criatura que contenía la jaula quemada, las mejillas de Anmeh se sonrojaron, después se rascó el escaso pelo que tenía en su cabeza y se quedó pensativo sin tener muy claro lo que decir...
Ehm... se quedó pensando, y finalmente se atrevió a soltarlo, ahí había un monstruo, creo que algunos lo conocen como un ahogador. Le dijo al mediano. No sé si lo conoces, se parece mucho a los de tu raza, pero tienen sus extremidades mucho más largas, no lo anunciaba como tal, si no más bien como un mediano cuyas extremidades eran demasiado largas, no recuerdo bien qué cartel ponía. Ahora esa criatura... dijo mientras seguía pensando, ahora ha muerto quemada.
- Pues no. Pero me gustaría tener los brazos más largos. Así podría coger más cosas. - Miró la jaula, cruzandose de brazos y pensando un momento. Miró al techo, buscando algún agujero por el cual "cayera" o "saliera" aquella columna de fuego que pudo verse en todas partes. - Un momento... -
La fachada de este edificio está cubierta con docenas de carteles, muchos de ellos hechos jirones o pasados de fecha, que muestran extraños portentos de la naturaleza, monstruosa o reliquias extravagantes, con frases llamativas como "¡ Ved al asombros hombre-anguila!", "¡Contemplad el truco más cruel de la naturaleza: el perro con cara de rana!" o "¡Probad vuestra resistencia en el Pozo del cieno vil!"
Un gran cartel sobre la entrada proclama con orgullo que el lugar es el Salón de rarezas de Anmeh; dicho cartel titila con un fuego féerico permanente.
Este lugar es justo lo que parece: un circo de monstruos y museo que alberga lo exótico e inusual.
La entrada cuesta 1 pp, o 1 po para la "visita de invitados honorables", un periplo guiado por el museo a cargo del propio Anmeh que incluye el acceso a sus "piezas secretas". Éstas suelen ser algunas de sus futuras atracciones, que los ricos pagan por ver antes que los demás.
Aunque eso realmente era antes, ahora el edificio está cerrado, acordonado y en obras. Parece que allí hubo algún tipo de accidente y no se permite la entrada a nadie ajeno. El propio Anmeh supervisa las obras desde el exterior.
Parte del edificio está derruido y quemado. Aunque la jaula parece que se quemó debido al incendio que provocó la columna de fuego. No hay un agujero limpio como tal.
Ramase llegó con paso tranquilo apoyándose en su lanza a modo de bastón. Observó el museo desde las distancia un rato comprobando que estaba cerrado pro algún tipo de reformas. Aún así se decidió a acercarse y no se arrepintió. Pasó su esquelética mano por uno de los ajados carteles y lo que vio le pareció una maravilla. Se dirigió al que parecía ser Anmeh, intuyendo que sería el que dirigía las obras.
- Buenos días. Busco al que dirija este lugar.- Dejó que su interlocutor le confirmase que era él para continuar.- Mi nombre es Ramase y creo que mi oficio podría serle de utilidad aquí. ¿Qué ha pasado?- Le picaba la curiosidad por saber qué había ocurrido allí.- Soy taxidermista, ya sabe, naturaleza muerta. ¿Estaría interesado en mis servicios?- Ramase creía que aquel circo de los horrores era el sitio ideal para poner en prácticas sus conocimientos.
- Está todo roto... - murmuró para sí. en realidad, murmuró muchas más cosas pero no se escucharon a una mezcla de tono bajo con un idioma seguramente inventado y mal pronunciado. - ¿Alguien más estuvo por aquí buscando? - Preguntó al humano, mientras seguía escudriñando el lugar en busca de aquel objeto.
Si las llamas habían comenzado en algún punto, posiblemente estuviera allí la dichosa moneda. Así que cambió el objeto de la busqueda al posible origen del fuego o al menos, donde comenzó.
Motivo: Buscar (Agakor)
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+4)=13
Motivo: Buscar (Perro)
Tirada: 1d20
Resultado: 20
Tirada oculta
Motivo: Buscar (Agakor)
Tirada: 1d20
Resultado: 13(+4)=17
Tirada oculta
Motivo: Buscar (Perro)
Tirada: 1d20
Resultado: 10
Recuerda que las tiradas son en oculto.
Acabo de levantarme con una resaca del mil y acabo de recordar esto xD
Las hago por aquí en oculto otra vez por si no quieres tomar las primeras... aunque ese crítico para el perro me venía muy bien xD
Aparte de yo, creo que nadie más, o al menos nadie que yo hubiera visto. Dijo el propietario del local. Después un hombre de apariencia oscura se acercó a él en busca de trabajo. Ahora mismo no puedo plantearme en contratar a nadie, primero tengo que arreglar todo mi negocio, y más adelante ya veré qué podemos hacer. Concluyó declinando la oferta del recién llegado.
Agakor- Ya sé que te vendría muy bien - XD Pero para eso tendrías que haberlo hecho bien desde el principio XD Ademas que soy maléfico!!! XD Y lo siento, pero no encuentras nada.
- Aquí no hay nada... - Murmuró por lo bajo con una clara cara de decepción. entonces, y como si de varias personalidades dentro de la misma cabeza se tratara, dio una palmada - ¡No pasa nada! ¡Gracias por su ayuda! Si encuentra la moneda vaya al gremio de escribas, estamos buscando quien hizo esto y quien sabe, si nos ayuda bien podrían pagarle los destrozos... - Se encogió de hombros con una media sonrisa excesivamente infantil para alguien de su edad. - ¡Vamonos baobab! - Le gritó al perro, marchando una vez más hacia el gremio es escribas a informar de lo descubierto.
Al Gremio de Escribas.
Ramase se apartó del mediano como si le diera grima que le tocase al pasar.
- Entiendo. Malos tiempos para la ciudad. Volveré cuando oiga que se ha restablecido. - Por lo que iba viendo la vida estaba difícil en Tormentos Cristalinos. Antes de marcharse volvió a girarse hacia el amable humano.- Por cierto. ¿Qué ha pasado aquí?
Al 44-Matadero
Una extraña columna de fuego apareció a media noche y prendió parte de mi local. Dijo sin añadir nada más, pues aquel hombre parecía tener mucha prisa por irse.
La fachada de este edificio está cubierta con docenas de carteles, muchos de ellos hechos jirones o pasados de fecha, que muestran extraños portentos de la naturaleza, monstruosa o reliquias extravagantes, con frases llamativas como "¡ Ved al asombros hombre-anguila!", "¡Contemplad el truco más cruel de la naturaleza: el perro con cara de rana!" o "¡Probad vuestra resistencia en el Pozo del cieno vil!"
Un gran cartel sobre la entrada proclama con orgullo que el lugar es el Salón de rarezas de Anmeh; dicho cartel titila con un fuego féerico permanente.
Este lugar es justo lo que parece: un circo de monstruos y museo que alberga lo exótico e inusual.
La entrada cuesta 1 pp, o 1 po para la "visita de invitados honorables", un periplo guiado por el museo a cargo del propio Anmeh que incluye el acceso a sus "piezas secretas". Éstas suelen ser algunas de sus futuras atracciones, que los ricos pagan por ver antes que los demás.
Aunque eso realmente era antes, ahora el edificio está cerrado, acordonado y en obras. Parece que allí hubo algún tipo de accidente y no se permite la entrada a nadie ajeno. El propio Anmeh supervisa las obras desde el exterior.
Al parecer el salón era algún tipo de circo, sin embargo quizás fuera mi mejor opción para pasar desapercibido. Lamentablemente, las obras que se desempeñaban imposibilitaba que pudiera entrar con sigilo, o incluso captar la atención de Anmeh. Además quizás intentara encerrarme como una nueva fuente de ingresos.
Asquerosa ciudad...
Al parecer no había ningún sitio al que pudiera ir, dado que no podía fiarme de los humanos.
¿Los hombres lagarto?
La idea se me cruzó por la cabeza de improviso. Provablemente mi única opción, pero no debería intentar engañarles o todo podría complicarse.
A la embajada lagartil :P