Partida Rol por web

Glennis no era exactamente una urbanita. Había nacido en un pequeño pueblo donde la mayoría de la gente vivían del campo y había pasado gran parte de su vida viajando de un sitio a otro y de un trabajo a otro. A veces en ciudades, pero también a menudo en pueblos y pequeñas aldeas, e incluso a veces en enclaves apartados con no más de un par de chozas donde alguien la había contratado para resolver sus problemas.

Si le hubieran preguntado a alguien de la gran ciudad, probablemente hubieran pensado que debería ser una experta en todo lo que tenía que ver con desenvolverse en bosques y otras zonas salvajes. Mucha gente que vivía su vida rodeada de piedra y adoquines, sin ver más verde que el que puedes encontrar en una maceta, imaginaban que todo lo que no era la "civilización" de las urbes, era igualmente salvaje y silvestre. Pero lo cierto es que incluso el más pequeño asentamiento era un mundo completamente distinto que los bosques sin tocar por los humanos. Hay alimentos almacenados, hay agua limpia, hay fuego para darte calor, herramientas, luz y paredes para evitar que las cosas que salen a cazar por la noche decidan hacerte su cena. Allí fuera, sólo contabas con lo que pudieras transportar, y lo que lograras reunir.

Lo que explicaba que, por mucho que a Glennis le gustase caminar por el bosque en pleno día y con los caminos cerca, no estuviese ansiosa de meterse entre los árboles cuando estaba a punto de caer la noche y sin saber exactamente a donde se dirigían.

-¡Hola!-Gritó, haciendose bocina con las manos-¡Buscamos a Lira!¡Los magos del templo de Boccob necesitan ayuda!

Bajó las manos y miró a su alrededor, intentando ver si podía ver algún camino u otra indicación de cómo llegar a donde los druidas tuvieran su campamento.

-Si ellos no nos oyen y no vienen hacia aquí, tendremos que ir a ellos.-les dijo a sus compañeros-Y no sé vosotros, pero yo no soy de las que saben hacerse camas con cortezas de árboles y cazar la cena con los dientes. Si no hay un camino claro, y sin luz, lo más probable es que nos perdamos entre los árboles de noche. Y no vamos a ayudar a nadie si tienen que rescatarnos porque nos hemos perdido o si acabamos en el estómago de una manada de lobos. Si no vemos el camino pronto, sugiero que hagamos campamento, comamos algo de nuestras raciones y empecemos por la mañana a buscar a los druidas.

-¡Hola!-Gritó, haciendose bocina con las manos-¡Buscamos a Lira!¡Los magos del templo de Boccob necesitan ayuda!

Dagarth puso una mueca de inconformismo ante los gritos de su compañera- quizas no deberiamos gritar esas cosas a los cuatro vientos y menos sin saber que hay realmente en esta isla- le dice verdaderamente preocupado de que haya oidos poco gratos en los alrededores 

Damos una vuelta por los alrededores ,  seguro que encontramos a alguien sin tener que atraer a quien sabe que junto nuestra - despues hace una ademan señalando la fortaleza como opción de comienzo de busqueda

Tiempo atrás habría compartido la preocupación de Glennis, pero en aquel momento estaba tranquila. No sería la primera vez que Gaëlle había acabado pasando la noche de manera inesperada en un sitio desconocido. En los últimos años le había ocurrido más veces de las que podía enumerar. La vida ambulante traía ese tipo de situaciones con bastante asiduidad. 

-No os preocupéis por la oscuridad. No creo que este sitio fuera peligroso, y al menos por un rato podré mantenernos iluminados. Lo suficiente para montar ese campamento - explicó a sus compañeros. 

Los gritos de Glennis seguramente habían alertado a quien pudiera estar allí, pero no estaba de más buscar como sugería Dagarth. Los druidas podían ser gente bastante huidiza, y podrían preferir no acudir a su llamada. 

-Deberían estar en el faro ¿no? - Era lo que les habían dicho* - Debería ser el primer lugar en que busquemos. 

Inició la marcha en dirección al faro, confiando en que los druidas estuviesen donde deberían estar. 

Glennis se encogió de hombros.

-Como quieras. Al menos será dificil perderse llegando hasta allí. Pero estemos alerta.

Una mediana se acerca hasta los aventureros, observándoles de arriba a abajo. No daba la sensación de ser muy amable y tampoco temerosa del grupo. ¿Podría hacer algo por ustedes? Preguntó tratando de ser simpática pero con cierto tono de reproche. ¿Qué les ha sucedido a esos magos de los que habláis? ¿Y por qué necesitan mi ayuda?

Vaya, parecía que los habían encontrado con más dacilidad de lo que había creído. Pues estupendo.

-Uno de los magos del gremio, Mylor, así como dos de sus aprendices fueron atacados. Los convirtieron en ovejas y los dejaron malheridos. Otra de sus aprendices está desaparecida, creemos que es la culpable. No estamos absoluta y completamente seguros, porque lo de ser ovejas les complica bastante la comunicación, pero antes de perder la facultad de hablar dijo "ha sido ella". En todo caso, sea la culpable o no, esperábamos que pudieses ayudarles y devolverles su forma humana. Sentimos venir a molestaros en vuestro refugio, pero Emirat, del templo de Boccob, dijo que eras la única que podría hacerlo, ya que el druida de la Capilla de Obad-hai también ha desaparecido.

Explicó Glennis. Y luego se quedó esperando ansiosamente la respuesta. Esperaba no tener que volver con las manos vacías.

Encontraron a Liria con más facilidad de la que habría esperado. Por sus palabras parecía acostumbrada a que pasaran personas por allí, aunque quizá no contenta de ello. 

Glennis tomó la palabra, directa al grano. Explicó la situación, aunque por el camino pareció olvidarse incluso de presentarse. Gaëlle sonrió divertida ante la falta de tacto de su compañera. Aunque en aquella situación quizá no fuese algo necesariamente malo. 

-Disculpe los modales de mi compañera, es impulsiva y no le gusta perder el tiempo, aunque mi intuición me dice que es algo que podrían tener en común - intervino Gaëlle después de Glennis - Mi nombre es Gaëlle, y ella es Glennis. Nuestro compañero se llama Dagarth. Por lo que supongo, usted es Liria - hizo un pequeño gesto de saludo - Lo que ha explicado mi compañera es correcto. Esas personas necesitan ayuda, y parece que usted es la única persona en condiciones de prestarla. Sería importante que pudiese acompañarnos a verlos. Su magia podría ser lo único que los devolviese a su forma anterior. ¿Podría por favor ayudarnos? 

la suerte se tornaba buena para ellos o eso creia Dagarth al ver que habian encontrado a quien biscaban rapidamente.

Hola..-saludo Dagarth  secamente cuando fue presentado, la explicación de sus compañeras habian dado eta lo bastante completa coml para no tener que aportar nada mas , pero antes de que la mediana contestar añadio- si no es curarlos al menos necesitamos que alguien sepa interpretar sus balidos 

Liria asintió ante todo lo que le estaban contando. Sí, yo soy Liria, disculpad mis modales pues tampoco me presenté. Además soy miembro del concejo de la ciudad. Y sí, dejadme que descanse esta noche, y prepare alguno de los conjuros para poder poliformarles de nuevo y ayudarles. Después podremos hablar con ellos. Luego hizo una pausa y miró al cielo.

Pero ya es tarde, mi energía se ha agotado por hoy y necesitaré descansar. Espero que durante la noche no suceda nada más, pero hasta mañana me va a ser imposible ayudaros. Id a descansar y mañana al alba nos encontraremos a los pies de la Catedral de Boccob, ¿os parece bien? Ahora mismo no serviría de mucha ayuda...

Se lo agradecemos - dijo Dagarth amablemente, aunque decepcionado de que tuvieran que esperar hasta el dia siguiente para poder hablar con las ovejas mago, aquello significaba que el pago tenia que esperar - una ultima cosa somos nuevos en estas calles , hay algun sitio seguro donde pasar la noche y economico  no lejos de aqui.- sobre todo economico se dijo para si cuanto terminaba la  pregunta

-Siempre podemos acampar al raso en la isla. Más barato que eso, no nos va a salir. Y dudo que haya guardas que se molesten porque estemos durmiendo fuera. Podemos encender un fuego con algunas ramas y dormir sobre la hierba, o con la espalda contra un arbol.-No es que le apeteciese dormir fuera, pero tampoco tenían mucho dinero, y así podrían acompañar a Liria en cuanto despuntase el día, sin tener que ir y venir de ninguna posada.

Igual que Dagarth, Gaëlle agradeció la ayuda ofrecida por Liria. 

-Pese a que no me desagrade la idea de dormir aquí al raso, creo que deberíamos volver al templo - había dormido muchas veces con el cielo como único techo sobre su cabeza. Pese a la incomodidad, era algo que le gustaba. Contemplar las estrellas hasta caer rendida había sido en más de una ocasión una fuente de inspiración - Alguien debe llevar las buenas nuevas - se refirió a que por la mañana seguramente tuviesen una solución a su problema. 

Gaëlle tampoco descartaba que en el templo les ofreciesen un lugar donde pasar la noche. Al fin y al cabo poseían habitaciones para los estudiantes. 

- Como miembro del consejo no os puedo dejar dormir al raso en mi isla. Primero porque esta ciudad puede ser muy peligrosa por las noches, y segundo porque nuestra labor es fomentar los negocios de la ciudad y si dormís al raso estaríais haciendo perder dinero a nuestros hosteleros. Además del frío que hace, que no os lo recomiendo...

Así que, me temo que aquí no os podéis quedar. Lo mejor que podéis hacer es ir a dormir a la Pezuña en la Boca o al Bote del Lagarto, hay otra posada un poco más cara, y había dos más, pero salieron ardiendo misteriosamente hace unos días. 

Si al raso no podemos hacer noche quizas es mejor volve entonces - dice Dagarth  ante las palabras de la druida, se veia venir que sus dineros iban a bajar de nuevo precipitadamente hacia la absoluta pobreza.

Podemos pasar por el templo a dar noticias , quizas nos ofrezcan cobijo y podamos pasar la noche alli esperando la reunion de mañana, de todos modos esas posadas que arden no nos ofrecen mucha seguridad - le comento a sus compañeras esperand tener suerte con lo del templo

La mención a las posadas en llamas hizo que se le torciese el gesto durante un momento. En aquel momento estaban centrados en ayudar a los magos, pero aquello sonaba a competencia desleal o  alguna mafia local ajustando cuentas. Un asunto donde se sentía muy tentada a meter las narices... pero no antes de acabar lo que tenían entre manos. 

-Está decidido entonces ¿no? Volvemos al templo - Gaélle miró a sus compañeros. Si no podían quedarse allí, no quedaba más remedio que volver y no tenían mejor destino por el momento que el mismo templo.

Se despidió de Liria y comenzó la marcha de vuelta hacia el templo. Esperaba llegar antes de que todos se hubiesen retirado a dormir. 

Le gustaría creer que en el templo les ofrecerían cobijo, pero a pesar de que estaban trabajando para ellos, dudaba de que le hicieran el favor. Ya sentía sus bolsillos aligerarse. Y aún no tenían asegurada la paga. Pero que se le iba a hacer.

-Al templo, entonces. Y esperemos que valoren lo que estamos haciendo.

Al menos, le quedaba el consuelo de saber que si este trabajo no daba fruto, parecía que en esta ciudad siempre estaba ocurriendo algo. Usuarios de magia que desaparecían, posadas ardiendo, magos transformados en ovejas...Que ciudad tan interesante. Y peligrosa.