Namárie y Nienor durante un buen rato dejaron de ser dos entidades distintas para ser una sola. Más brillante y más intensa. Cuando el fin inevitable de todas las cosas los alcanzó, el silencio dominó en aquél lugar, mas no entre ellos cuyo vínculo era extrañamente más fuerte. Dejaron las mentes en blanco, cediendo las riendas a los sentidos e intentando que aquella paz llenase aquél vacío insondable que había quedado.
En un eterno abrazo que la rodeaba por la cintura, muy cerca de él. Estuvo un rato pensativo acariciando su pelo, dejando que en sus cabellos se perdiera el tacto, sintiendo el calor de su cabeza contra su pecho. Con la mente aún llena de imágenes, deseos y caricias que anhelaba y buscaba con mayor tenacidad que quién se agarra a la vida, para que no terminasen nunca.
Rojo y negro. Colores de máximo contraste que encajaban y se entrelazaban en perfecta armonía. En una deliciosa combinación.
Las manos entrelazadas, las cornamentas juntas y los besos eternos en sus recuerdos solo se inclinaban para dejar paso a la realidad, una intimidad compartida menos intensa, menos cegadora pero mucho más reveladora, dos almas que se fusionaban más allá de lo físico.
Se apropió de una de aquellas manos rojas, suaves como un pétalo de rosa, y la besó cuidadosamente en los dedos antes de atesorarla entre las suyas. Entonces su melódica voz lo devolvió.
En respuesta sonrió anchamente y la besó de nuevo. Estrechándola con más energía pero sin provocar daño alguno, y atendiendo y bebiendo de sus palabras.
Y yo que fueras tú. Respondió con convicción. Nadie podría llenarme y complementarme igual. Y nadie lo hizo, ni en mis vidas como humano ni en mi existencia como hijo de Fäe. ¿Cuántos años viviste sola en esa vida humana? ¿cuánto daño te hicieron? ¿Cuánto te apartaron?
Sintió aquél dedo travieso recorriendo por el centro de su pecho y se estremeció, aun sensible. Me has dado lo que nadie me ha dado antes. Comprensión. Besar puede resultar muy fácil pero nadie me besó como lo has hecho tú. Con palabras amables, escuchando mis ideas y abriendo tú alma. Gracias, mi amada Namárie.
Escuchó sus inseguridades y dejó sentir más sus caricias. No temas, no dejaré que te pase nada. Aun así la cautela es buena. Notó como se movía y le devolvió la mirada leyendo en ella no solo temor. Nienor juntó levemente las cejas dibujando una fina línea de preocupación. Y una idea lo inundó: Dudaba de él. No podía culparla con lo que estaban pasando y viviendo, pero a pesar de ello, le dolía aunque no se permitiese decir que acabase de adivinarlo.
Siempre has estado invitada a dormir a mí lado. Respondió sin pensarlo. Iremos juntos, buscaremos un lugar para nosotros, un palacio, un jardín o nuestro propio paraíso en este valle de ruinas. Y mis sombras no solo te protegerán, te cubrirán y darán calor, y no temeremos a la muerte traiga la máscara que traiga.
Entonces pensó en aquella maldición, se situó en su piel, y la comprendió como tal por completo. En algo así: ¿A quién elegir? Él no lo sabía aun, por más que buscaba no conseguía discernir quienes mentían y quienes no. Todos tan ansiosos por morderse, por clavarse las uñas entre ellos, más desesperados a salvar el pellejo que a buscar la verdad.
Suspiró.
Luego resolvió ayudarla no solo en palabras sino en hechos, se lanzó al vacío a cerrar entorno de ellos aquél círculo de confianza y pensó que para combatir aquella inseguridad era mejor compartir sus ideas y que supiera así que realmente no estaba sola. ¿Qué quieres saber? Preguntó con voz ronca y amable. Pregunta y te lo diré, siempre y cuando quede entre nosotros y no lo compartas con tus hermanos, pues si bien puedo confiar en ti. Y eso quería creer o todo carecía de sentido. No consigo confiar en nadie más del todo.
¿Me dirás lo que sea? ¿Tanto confías en mí? - preguntó sorprendida, aunque dentro suyo sabía la respuesta desde antes de compartir el lecho - Yo... te lo agradezco, más de lo que crees... no les diré nada - añadió con una leve sonrisa, pero con una felicidad irrepetible en su mirada. Sus gestos solían ser mucho más tenues que sus sentimientos, algo que había aprendido a golpes en el camino - ¿Cuál es tu parte en todo esto? ¿Qué debes y que puedes hacer? - preguntó sin dar más rodeos. Pero una última pregunta se le quedaba en el tintero, y antes que la olvidara, debía preguntarle. Era una pregunta importante. - ¿Necesitas algo para completarte? Quiero ayudar.
Continuó acariciando su torso con suavidad mientras escuchaba su respuesta, su dedo tensándose y clavando un poco la uña tras unos minutos - ¿Sentiste eso? - fue todo lo que dijo antes de dejar de estar ahí en conciencia, aunque su imagen siguiese representada. Hizo falta un buen rato dentro de su carcasa mortal, hasta que vio a Lyman frente a Lera, para que Namárie volviera en sí. - Mi familia, dañaron a mi familia... te lo dije, te dije que pasaría. - dijo rápidamente, en un ataque de ansiedad, clavando ahora sí sus uñas con mayor profundidad involuntariamente - No debí haber dejado su lado, no debí separarme de ellos - volvió a hablar, parándose de pronto, caminando como león enjaulado, enfurecida por el atrevimiento de los asesinos - ¿Quién fue? Voy a desollarlo vivo... ¡Nadie toca a mi familia! ¡¿Cómo se atreve?!
Tranquila, Namárie, tranquila - se hablo a sí misma - Adam está bien, Allegra está bien, tus hermanos están con vida aún. Tu hermano está de buen humor dentro de todo, tu hermana intacta, todo va a estar bien - se repitió en voz alta lo que no podía expresar ni en aquel lugar común ni junto a sus hermanos, dónde ella era quien aportaba estabilidad, sensatez y cordura al grupo. Respiró profundo y aunque volvió cerca de Nienor, no buscó refugio en sus brazos. En cuanto sintió a Jane revivir, miró a Nienor, haciendo un esfuerzo por sonreírle.
Está de vuelta, Jane... - sus ojos le miraron con una alegría pura y sincera, aunque obviamente opacada por las circunstancias y lo que pasaba a su alrededor - Debería decirte ahora que no confío en Paul, ni yo ni mis hermanos. No creemos que sea quien dice ser, por lo que no creería lo que te aseguró con respecto a ella. Pero he escuchado cosas sobre la pequeña, sobre el fata que mora en su interior. No puedo asegurar que sea inocente, pero creo que lo es. ¿Te gustaría que te contara o ya lo sabes?
He escuchado muchas cosas sobre distintos fatas. Incluso sé que hay algunos, entre los cuales me incluyo, que han accedido a un sueño perdido. Actualmente nos encontramos frente a un oráculo, que nos permite preguntar cualquier cosa que se pueda responder con un sí o un no. - movió los ojos, como mirando a su alrededor en otro lugar - La mayoría de los que están ahí son habitantes de las Ruinas. Hay un par en los que no confío, Atanamir y Lúva.
Volvió a la situación en el puente y luego a los ojos de Nienor, con el ceño fruncido.
Sé que podemos confiar en Andy, pues conozco el fata tras su carcasa, y su infinito aprecio hacia mí. Sé su rol en todo esto también. No dudes de sus palabras, es tan inocente como yo, como tú, como mis hermanos. Debemos defenderlo de gente como Kammy y Thomas. Especialmente este último. Se nota que todo lo que dice es con mala intención, o al menos eso me parece. Votaré por él. ¿Votarás por él tu también?
Se revuelve un poco el pelo, estresada por la situación tensa a la que se enfrentaba en aquel momento.
Tengo tanto que decirte. Creo que hemos roto las máscaras de la mayoría.
Editado para que alcancemos a ver lo de las votaciones ^^
Ahora que podía y había sacado tiempo para responder veo que lo editaste. Perdona, no me llegó, tenía la pestaña abierta en el pc y supongo que en algun momento que reabrí sesión de Chrome me lo desmarcó. Leo y escribo. Sorry >.<
Tengo mucho que escribir y me da que tendré que simplificar o ir a por partes porqué cada vez suma y se me hace más grande la bola.
Ahora contesto pero sí. Iba a votarme por no saber quién era culpable, luego pensé en Kammy porqué siempre me acusa (y ahora a Andy de la misma manera) y jamás aporta razón, pero Thomas se ha coronado. Así que sí. XDDDD votaré por él.
Escribo algo en cara y ojos y posteo ^^ (me llevará rato...)
Es ese lugar especial, fuera del tiempo y el espacio, Namárie y Nienor compartían caricias, besos, compañía y confidencias. Cuando el Fata de la oscuridad se ofreció a compartir algo más, a sincerarse más allá de lo que alguno podría ser sensato, seguro de haber encontrado a alguien no solo a quién amar sino apoyarse, respetar y luchar, junto a su lado, recibió una salva de preguntas.
“¿Me dirás lo que sea? ¿Tanto confías en mí?”- Le había preguntado ella con sorpresa. ¿Por qué no debería de hacerlo? Se respondió a la vez que algo en el interior de Nienor daba un vuelco. ¿Estaba siendo demasiado presto a entregar su confianza?
Su mano se entrecerró, dudosa de aceptarlo, como un animal que duda en acercarse por haber sido muchas veces herido. Ella había sido una voz más a acusarlo de ser ingenuo en extremo, posiblemente solo para mantener una fachada pero tampoco en la intimidad había manifestado que pensara de Nienor lo contrario, pero él no lo quería creer así, quería creer en la bondad y en las utopías y en todo aquello que lo había mantenido a flote tantos años de oscuridad, y ahora en aquella Fata, que le había dado lo que nunca había conocido y que siempre había anhelado y suspirado por tener. Y conocerlo, demostraba que hasta los milagros y las utopías también podían llegar a hacerse hechos. Se negaba a pensar siquiera que se hubiese aprovechado de él, que todo fuera una artimaña para sacarle información, desnudarlo de lo único que tenía.
Wow, wow, wow, ¡uno a uno caballeros! Exclamó sorprendido entre carcajadas, raramente dispuesto a bromear ante tantas cuestiones, cuando se disponía a confesarse.
La noche acababa, en otro lugar bajo sus máscaras humanas, Lera y Lyman paseaban intentando olvidar por unas horas el horror de la ciudad. Sus pasos los llevaron a un viejo cine donde otras historias mejores y más alegres se habían contado entre sus salas. Una sala de proyecciones para un ciego, fue deliciosa la paradoja y se rió otra vez muy lejos de sentirse ofendido de alguna forma. Durante la noche más feliz que aquél hombre, como tal, podía recordar, se olvidaron de todo, y hablaron frente a frente y disfrutaron de la que quizás sería sus últimas experiencias como humanos y los temas más serios quedaron relegados hasta que los sorprendió la desdicha que traía el nuevo alba. Por suerte, no fue desgracia por obra de la rápida intervención de Allegra y su hermana.
Pero mientras, fueron dos seres con sus inquietudes y debilidades, capaces aún de reír, besarse y divertirse, hablaron de vidas pasadas que se remontaban muy lejos en la historia desde el siglo XIV hasta la actualidad. La existencia de Gale se describía por una larga serie de catástrofes que no mejoraban tras reencarnarse de generación en generación. Desde que lo torturó y quemó la inquisición hasta la última y más larga vida en soledad, la que estaba viviendo como Lyman B. Gale, maldecido e ignorado por todos por el pecado de haber nacido ciego.
Más de veinte vidas, le contó, las que había vivido, veintiuna si contaba la que llevó en Fäe como hijo de los sueños. -¿Cuantos años has pasado sola y huyendo como Lera? ¿De qué huías? ¿Por qué te odiaban a tí?- Preguntó su tiempo sin comprenderlo, la chica parecía tenerlo todo para haber pasado por humana salvo los cuernos, que no supo cuando se le manifestaron ¿Era aquella la razón de haberse visto desterrada de la sociedad?. -Jamás acertarías.- Se rió mientras se encontraban hablando de sus edades mortales. -Tengo más de 70 años.- Desveló sin llevar la cuenta exacta. -¿Qué año estábamos cuando nos encontramos al metro?- Quiso saber para terminar de ajustar sin la necesidad de cortarlo por el medio para contar los anillos.
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Cuando volvieron al puente, y con ello a los gritos, a la histeria, a la desconfianza generalizada, a los engaños y las resurrecciones, ambos reemprendieron aquél espacio que unía de una forma especial sus mentes y sus almas. A saber hasta cuando. No solo para ver luz, sino que él también acudió para ofrecer consuelo a aquél “no” que había quedado irresolublemente suspendido al aire.
Mientras estaba sentado en el bordillo quiso hacerle saber que ahí estaba, de todas las formas para que supiera que no estaba sola. Aun así, fue Namárie la primera de nuevo a comunicarse, quizás porqué él quiso dejarle el espacio de poder hacerlo con tranquilidad pero a contar toda la verdad, él se encontraba sumiso ante sus propios miedos e inquietudes y la soledad que veía crecer de otra vez a su entorno. No tardaría a repetirse, la historia se repetía siempre, como un disco rayado, pronto volvería a andar solo con el simple consuelo de la oscuridad. Lera iría con sus hermanos, ese círculo de confianza impenetrable y se cerraría en él, donde ellos no confiaban, con razón, en él a la vez que él tampoco podía tener una confianza ciega y completa hacía ellos. Realmente podía comprenderlo. La gente prueba sus confianzas y solo la experiencia propia ilumina el camino que lleva a entregarse. Ahogó sus pensamientos antes que pudiera leerlos con la misma claridad en que se tocaban como Fatas.
Adam está bien, me alegro mucho por vosotras. Suerte que ahora sé que enlace compartís. Dijo con un rostro que ocultaba sensaciones más propio de Lyman que de Nienor, sin saber hasta qué punto estaba siendo desplazado en el efecto de Namárie. Estuve a punto de fijarme en él en la primera vez que sonaron las seis campanadas. Por las drogas. Aclaró, por ello inocente o no lo había considerado un peligro y seguía con la convicción de que debería dejarlas, aunque nada diría.
Notó con el tacto de Lyman el peso de aquella chaqueta entre sus brazos. Deberías quedarte ese abrigo que aguardo. Es para ti. Aunque fuera de ese maldito, te abrigará. Aseguró sin querer sonar autoritario, consciente de las ropas que la joven se había rasgado para improvisar vendas.
Ciertamente, sus miedos, los de ella, a los que no había creído ser nada más que miedos justificados por estar todos en peligro, se tornaron reales. Los habían atacado como había pronosticado. Pero ¿por qué? ¿Por qué Adam si parecía de ellos quién menos daño podía hacer a los traidores?
¿Por qué, por qué a ellos? Inquirió a sus oraciones como un reflejo sin exigir o esperar explicación. No te preocupes, sois fuertes seguís vivos. Nada debería de ser más importante, lo que pudo ser no era, mejor centrarse en desvelar los misterios que lamentar. Es lo que importa, se lo volverán a pensar dos veces antes de volver a intentarlo a partir de ahora estaréis unidos y cubriéndoos las espaldas. O eso esperaba, temiendo por si sus palabras quedaban solo en eso. Sonrió, si había tristeza difícil era verla.
Era una pena que no pudiese protegerlas él mismo, pero no tenía ese poder. Su poder era por desgracia, muy limitado en comparación a lo que hacían todos ellos.
Me preguntaste… mil cosas. Rió nostálgico y sin alegría. Pero querías saber qué hacía, y me prometiste… me prometiste no contarlo a nadie. Repitió aun casi sabiendo que no lo cumpliría. Lo que yo puedo hacer.
Verás, la noche anterior, a las seis, no solo… no solo miré a Roger porque así me lo hubieses pedido. A veces, con aquel demonio que nos susurra a todos en el oído con la voz de la inseguridad, pensaba si no se habría acercado a él, solo para obtener su voto. Inmediatamente sacudía la cabeza y seguía abriéndose echando muros delante de él y sintiéndose expuesto e indefenso. Lo hice porqué iba a hacerlo. Porque sabía que mentía. Y lo sabía por razones personales. Mentía porque decía ser lo que soy yo, hacer lo mismo que yo.
El silencio bailó entre ellos.
Verás. Eso no lo sabe nadie. ¡Nadie! Salvo yo. Nací ciego, pero puedo ver. Veo en la oscuridad que hay en los corazones, en el interior de cada uno. Estaba dicho. No había vuelta atrás, y lo habían engañado… estaba perdido, indefenso, muerto. ¿A caso importaba? ¿No había suspirado una y mil veces por ello?
La primera vez sospeché de la chica pelirroja, Ivanna (que no sé quién la ha traído pero no ha sido la mejor idea), dijo abreviando, luego a Jane (por eso pedí a Paul que la mirase, para ponerlo a prueba –pena que esa chica Zaira me estropeó el plan-) y finalmente hoy esta noche miré a Misty. Ninguno de los tres, si bien peligrosa la primera puesto que sacrifica hermanos por sus fines egoístas, ninguno de ellos busca nuestra perdición.
¿Quieres ayudar? Pues ayudadme. Lejos de estas discusiones y acusaciones sin pruebas, estoy escarbando para localizar los cabos que me faltan. No oso contar mi secreto en voz alta por mucho que lo reclamen. ¿Por qué? Ya lo dije. Unos y otros me cuestionarían, me querrían poner a prueba sería un blanco para saltarme al cuello. Los que no creen en mí y los que sí lo hacen y quieran matarme. No temo a la muerte, pero siempre he temido que me tomen por tonto, no me dejaré influir por unos y otros cuando no sé quienes mienten y persiguen nuestra perdición. Quiero volver a casa. Los descubriré y cuando lo haga los señalaremos alto y claro.
Te ayudaré también. Descubriremos quienes os han atacado y acabarás con ellos.
En cuanto escuchó que se culpaba por haber dejado a solas a Allegra y Adam, Nienor ante esas palabras se sintió culpable y dolido pero nada dijo. Porque aquél tiempo lo había pasado con él. De alguna forma sentía que la perdía, que se iba abriendo un abismo entre ellos y odiaba aquellos traidores por ello, más por esto que por cualquier cosa que hubiesen hecho con anterioridad.
Regresó Jane y la recibió. Escuchó el aliento con el que Namárie lo animaba y sentía que lo abandonaba. En ese instante no podía pensar en la niña, por mucho que celebrase su regreso. Apreciaba a la niña, pues había sido la primera que se había acercado a él y le había hablado en más de una o dos décadas. Pero no había compartido lo mismo que con aquella Fata roja.
Necesitó sumirse en su silencio, y esta vez fue él quién a pesar de que su forma seguía ahí, su consciencia se refugiaba a una paz más engañosa pero reconfortante. La ceguera negaba la luz, las imágenes y experiencia misma, pero también ofrecía paz y mutilaba el horror.
Mañana sigo no puedo más, ni siquiera he cenado y llevo toda la tarde a trote y con dolor de cabeza. Sorry. Mañana sigo, por poco que pueda.
Wow, tremendo post. En muchos sentidos. ¿Entonces te espero antes de postear? Te ha quedado precioso ^^
Muchas gracias ^^ Uno de los que me han llevado más trabajo. XDDDD
Si puedo o casi seguro te posteo a la tarde, si mientras quieres intercalar uno tuyo muy bien venido será. Siempre me gusta leer. ^_______^
Tras un triste silencio en el que Lyman, acostumbrado ya al reloj, atisbó a oír el ¡creck! final de la aguja desplazándose para ponerse sobre el seis. La conversación quedó cortada para concentrarse en la lucha que le esperaba enfrente, nunca le gustaba participar de las mismas pero fue un alivio para él haber estado a tiempo de echar un cable al cuerpo mortal de su amada Namárie.
Agh… Se quejó Nienor con un quejido mudo entre dientes que no permitió que el ciego soltase. No quería mostrar ni un atisbo de debilidad ante los traidores pero era la primera vez que padecía una herida en las últimas décadas. Si con el paso del tiempo se había llegado a preguntar si podía haber perdido la posibilidad de morir, ahí tenía su respuesta. No así consiguió retener más su presa dado que por mucho empeño que pusiera en ello, su fuerza era la que era y su fortaleza no estaba en los músculos. “Maldición” Pensó, aunque la herida bien había valido la pena. Aquél hombre impertérrito escondió su mano herida en el bolsillo. Y cuando la sentencia hubo sido ejecutada, volvió al espacio reservado entre ellos. Un lugar fuera del mundo y un mundo en sí creado por dos almas afines.
Sí, voté por él también. Contestó al fin aquella pregunta que le había hecho momentos antes la bella Fata roja. Pensé en refugiarme de nuevo en mí mismo. Luego, llegué a la conclusión que me molestaban Seth y Kammy. Ambos trazan insinuaciones veladas, “votos” no motivados y jamás argumentan porque. Lo de Seth después pensé que no me correspondía a mí exigir explicaciones y sí la misma Allegra podía ignorarlo ¿Quién era yo para embarcarme en su cruzada? Busco el culpable pero como he dicho… tengo mis propios recursos sin exponerlos a la opinión de aquellos que quieren trasgirversar las palabras de sus hermanos para provocarlos la ruina. En cuanto a Kammy… ahora acusa a Andy de silencioso, igual que hizo conmigo, dos veces, y por dos veces le pedí que hablase claro que se dejase de subterfugios y no respondió. Me molesta y me hizo sospechar, y por eso, iba a buscarla con las seis del reloj. Pero Thomas… Thomas se ha coronado. Nada podía sonar más sospechoso que sus defensas. Aun así no tengo claro su culpabilidad. ¿Qué sabemos de él? Dices que habéis roto muchas máscaras, yo solo tres. Nienor la invitó a que le contase todo aquello que tenía por decirle.
Pero antes le confesó su última preocupación. En su momento había dibujado una mueca preocupada y profundamente desolada cuando le manifestó lo del oráculo. ¿Un oráculo? ¿Tú también? Espera… ¿tiene que ver con el sueño de las llamas de Ivanna? Recordó un momento que Namárie lo había llamado así y su pena se ahondó pues no entendía que papel tenía aquél ser y temió que fuera algo pérfido como lo que había visto que ataba el subconsciente de la humana del pelo rojo. ¿Pensaste que era yo? Exclamó dolido. ¿Preguntas? De golpe se planteó sino era algo nuevo. Y lo que desconocía solía molestarlo hasta que aprendía de ello, así había aprendido a sobrevivir y a ser quién era.
Voy a leer la escena principal que aun hoy no he podido. XDDDDD
Como nunca antes, su carcasa se vio acompañada en aquel extraño espacio que llamaban la Ciudad Oscura, resguardada por la sublime compañía de quién como rey de las sombras la protegía envolviéndola bajo su manto. Cuando tuvo que decidir dónde ir, sus ojos supieron exactamente que buscar. Y aunque en el momento no pensó en la ceguera de Lyman, la risa de este se lo hizo notar. Fue entonces cuando se dio cuenta de que lo que había pensado como un refugio común en sus años de humanidad recientes, sería el resguardo perfecto durante aquella velada, pues nadie buscaría jamás a un ciego en un lugar dispuesto casi exclusivamente para los que gozaban de la vista. Alegre al verlo sonreír casi constantemente, fue incapaz de negarle detalle alguno de su existencia. Todo cuanto preguntó supo, desde cosas que ya no importaban como gustos musicales, que se inclinaban hacia el metal y el rock, hasta su lugar favorito en Fäe, un sector de Las Ruinas que había descubierto en uno de sus paseos, meses tras dejar Palacio definitivamente.
Aprovechó esas horas de paz y fantasía utópica para robarle besos y caricias, abrirle su corazón como quién haría durante una cita. Una vez más, el cine resultaba perfecto. A diferencia del hombre, Lera había tenido una existencia dolorosamente indiferente para el resto. No había sido torturada ni quemada, sino que simplemente había sido invisible para los ojos de los demás. Desde sirvienta en el medioevo a madre de una numerosa familia en época de la Reina Victoria o trabajadora de fábrica durante la primera guerra, sus deseos y sus sueños nunca habían sido importantes. Tal cual como durante su vida fata, su vida como humana se posponía ante la del resto, buscando un bien común aunque eso significara renunciar a todo afecto y soportar tratos indignos a cambio de una buena vida para aquellos que quería. Pero la vida decidió que ese sacrificio, aunque generalmente desapercibido, era demasiada atención y fue por ello que en su última vida nació y fue abandonada, creciendo sola en un orfanato. Incompatible con otros niños y muy poco problemática para obtener la atención de las hermanas a cargo de lugar, volvía a su parcial inexistencia.
Confesó, al Lyman preguntarle, que huía de la policía. Accidentalmente, al intentar acabar con su propia vida en una iglesia, había acabado con la del sacerdote que intentaba convencerla de no llevar aquel acto a cabo. Había sido el momento en que los cuernos habían crecido en su cabeza, y el mismo momento en que su mente había empezado a ceder a los trastornos que había logrado mantener a raya por tanto tiempo. ¿Cómo no creer, en una circunstancia así, que aquella característica nueva era una marca del castigo divino? ¿Cómo no creer que ella era una representación de un demonio? Le confesó también de su vida entre que había salido del orfanato y aquel incidente, del torbellino de adicciones y vicios que había sido, de los pecados que había cometido. Le confesó aquel que más le avergonzaba, intentando librarse de todo por si pronto fuese a morir. Le contó cómo antes de convertirse en una desastre había rastreado a su familia biológica, y como ellos le habían ofrecido hospedaje durante unos días sin saber quién era al verla cediendo a la hipotermia en el frío nevado, como buenos cristianos. Cómo había partido esa vez y había pasado un par de años en que se había cuestionado una y otra vez por qué, si tenían hijos mayores y menores que ella misma, no se la habían quedado. Por qué no la habían buscado para incluirla en su bonita casa en los suburbios. Mientras su transformaba, se preguntó si, incluso antes de saber que su hija era un desperdicio de ser humano, lo habían adivinado de alguna manera. Y en un acto de pura envidia e increíble necesidad de cariño, había seducido a su hermano, borracha y drogada, para llevárselo a la cama. Quiso sincerarse con Nienor, y explicarle el momento en que había renunciado a sí misma, para que entendiera la decisión posterior de intentar tomar su propia vida. Quiso que la conociera por completo.
~
Observó con atención a Nienor mientras él le aseguraba el bienestar de su hermano, preguntándose por qué sería que su rostro parecía tan neutro pero sus ojos reflejarían tanta preocupación. Ni siquiera intentó recriminarle sus sospechas hacia Adam, pues ella misma habría dudado de él de no ser por lo mucho que quería al fata en su interior, de quién jamás podría dudar su inocencia.
Asintió ante la oferta del abrigo, sin embargo no fue a tomarlo. No podía separarse de su hermano aún y había quienes probaban ser una amenaza demasiado tangible como para abandonar su lado y buscar la compañía de su amado. No supo contestar por qué habría sido atacado Adam, ni siquiera supo de quién debía sospechar. En aquel momento, excepto Allegra y Lyman, todos parecían sospechosos. Sólo esperaba que no intentaran acabar con ellos durante la noche siguiente.
Esperó pacientemente durante la introducción de Nienor, aunque la ansiedad la carcomía. Lo que fuera a contestar podía ser crucial, tantas posibilidades de que fuera devastador como de que fuera algo bueno. Pero la respuesta, el escucharlo decir que era un vidente, la atrapó con guardia baja. ¿Cómo reaccionar a eso? Era una respuesta neutral, si es que algo… Aunque podía ser buena, pues eso querría decir que él podría decirle con completa certeza en quién confiar y en quién no, y que realmente tendrían una oportunidad de sobrevivir y volver a Fäe juntos.
Una vez hubo terminado de hablar se acercó a él y lo abrazó, un abrazo tan fuerte y sincero que podía tocar el corazón de la más fría de las criaturas, cargado de inigualable amor y cariño. Gracias por confiar en mí, Nienor. Guardaré tu secreto como tú has guardado el mío. – le dijo sonriendo, intentando consolarlo en su angustia que cada vez se hacía más patente. – Solo tienes que apuntar hacia ellos y yo me encargaré de que no vuelvan a despertar. – prometió en un susurro.
Lo abrazó durante todo el tiempo que él se mantuvo en silencio, acariciándolo como hubo hecho al recién llegar a aquel espacio de su conciencia. Se separó de su cuerpo al escucharlo quejarse y tomó su mano, la cual besó con cuidado, esperando poder traspasar aquel beso a su forma humana sin exponerse más de lo que ya lo habían hecho.
¿De qué llamas hablas? – preguntó confundida – En él que yo veo solo hay un árbol, un anciano paciente. Y sé que no eres tú, amor mío. – aclaró al ver su expresión dolida, con una sonrisa en los labios al solo pensamiento de compararlos – Es sólo un alcance de títulos.
Justo te escribía cuando posteaste ^^!
(Y yo voy a dejar la principal para más tarde, que ya me he pasado todo el día en esto x.x)
Pobre. XDDDD Te entiendo muy bien. Pero valió la pena, ¡ha quedado super chulo! Me ha encantado descubrir la historia completa de Lera. ^_______^ Muchas gracias por el esfuerzo. A ver si mañana consigo poder escribirte un post de respuesta.
Devolvió el abrazo con fuerza sumada de besos cariñosos y el amor lo correspondió con amor.
Hablo de… cuando miré en la oscuridad de Ivanna. Mientras decía aquello Lyman no pudo evitar ver con desdén a la Fata que mencionaba y su grotesca escena con Amazarac. Vi. No quiso decir nada de enamorada primero porque ya era un hecho conocido y segundo porque dedicarle en ese instante tal epíteto era más de lo que merecía. Que había tenido un sueño. Era un sueño extraño, sin forma, solo sé que…
Se interrumpió bruscamente al volver a pensar en ello. Abrió los ojos como nunca lo había visto Namárie, completamente sorprendido. De pronto, ese sueño, al revisarlo, cobraba un nuevo sentido, pues ahora tenían más elementos en sus manos que cuando lo vio a través de la humana de pelo rojo por primera vez. ¡¿Fuegos Fatuos?! Fuegos fatuos. ¿Casualidad? Obviamente su pensamiento se dirigió a Aubin de quién hasta el momento no había sospechado. No obstante volvió sobre sus pasos para explicarse lo que debía ser confuso para la bella Fata roja. Perdona. No había vuelto a pensar mucho en ello y se me ha venido de golpe, igual no es nada o igual lo es todo. Te cuento para que sepas lo mismo. Decía cuando miré en la oscuridad de Ivanna vi que había tenido un sueño, algo confuso, algo de un fuego fatuo que titilaba con timidez pero que fue cobrándose en intensidad. Luego, cada vez habían más fuegos iguales hasta que marcaron un camino. Elendire no podía evitar seguirlo. Días después alguien dijo que la Fata había sido desposeída de su cuerpo por unas horas, y Lyman lo atribuyó a algo relacionado del sueño. Aunque la gente no había vuelto a hablar mucho del tema, pero él no lo había olvidado del todo, y cuando su amada comentó algo de un sueño pensó si el Oráculo no sería lo mismo. Ahora veía dos cosas distintas pero… ¿Puede que Aubin juegue con nosotros?
Lamentó no haber designado las horas más oscuras para observar la oscuridad de Aubin, para aquél entonces ya era tarde. Y se daba cuenta que Namárie no le había contado nada al final de lo que sabían, algo que podía ahorrarle esfuerzos viendo en Fatas que ya conocían. Si quieres, me iría bien que me señalases lo que sabes para no perder tiempo mirando quienes no debo, así abarcaríamos más rápido el cuadro completo.
Quizás sí, si doy con uno de ellos y nos coordinamos bien podremos acabar con los traidores cuanto antes.
Siento la demora, me meto en más fregados en Umbría de los que debería. XD
Ladeó la cabeza al verlo sorprenderse tan notoriamente, su sonrisa reemplazada por un rostro lleno de curiosidad. ¿Que pasa, fata mío? ¿Que fuegos fatuos? Escuchó con atención su explicación sobre un camino lleno de fuegos fatuos, preguntándose cuál sería el destino del sendero que mencionaba.
De Aubin no sabemos nada aún, no había llamado nuestra atención hasta ahora - le dijo, intentando rebuscar entre conversaciones previas con sus hermanos. Los fuegos fatuos no son tan comunes como para ser coincidencia, no... ¿Crees que valga la pena buscar en él? - lo miró buscando su opinión, confundida. No estaba segura que pensar de aquel sueño, si acaso sería una buena o una mala señal.
He escuchado un rumor que me preocupa - dice tras unos segundos - La princesa no es la verdadera princesa. Una fata reclama haberla sacado de Palacio y haberla dejado en el Bosque cuando le habían encargado asesinarla, reemplazandola por otra fata. Cuando me puse a pensar en quien que encajaría con la descripción de la realeza abandonada, se me ocurrió que podría ser Tarma, o como tu la llamas normalmente, Jane.
Pfff, no sabes como te entiendo. ;_;
Y gracias por los cumplidos <3
Princesa o no... ya que importaba. Jane estaba muerta, dudaba que alguien se molestase a volver a resucitarla. Nienor cayó por algunas horas en un profundo silencio mirando el cuerpo frío e inmóvil de la niña.
Nadie en más de 45 años le había dedicado una palabra. Cuando no ves, ni oyes, ni siquiera te importa no tener percepción de cómo transcurre el tiempo a tu alrededor... un detalle como ese cala hasta al fondo del alma.
Los Fatas ahí reunidos en la Ciudad Oscura no podían entenderlo, solo Namárie conocía la verdad de la vida del Fata de las sombras como Lyman.
Cuando se cansó de velar el cadáver permitió a su consciencia volver aquél lugar fuera del espacio y del tiempo. Pero su interior no era un lago de aguas calmadas como solía. No. Ahora Nienor era un mar en tormenta llenó de furia y odio.
Escuchaba como Misty, Zaira y Ivanna se burlaban y desprestigiaban con sus prejuicios a la difunta. Su expresión se crispaba y las sombras jugaban como un aura amenazadora.
¿Podría haber sido Tarma esa princesa? Eso explicaría porque esa Zaira zopenca la odiaba tanto... a pesar de no haber hecho ningún daño. Para proteger a su princesita usurpadora. Si es verdad lo que dices. Se encogió de hombros. Ahora por ahora me dan igual los fuegos fatuos, y todo. Y lo que pasó en Fäe. Sí, creo que Aubin es quién posee los cuerpos de sus hermanos, si es que eso existe. Y por como ha hablado, me ha parecido extraño el comportamiento de Shawn, no sé qué pensar. Pero a la mierda todo. Voy a caer y me da igual, voy a revelar a todos ellos lo que sé. Una muerte sin marcas. ¿Acaso no lo hemos visto dos veces como acaba esa harpía con sus enemigos? Un beso limpio y llevándose una vida. Ivanna la mató, no olvides que te dije lo que hacía, lo sé se quedó con su poder y pagará por ello. Cuídate mucho, Namárie... Se acercó a ella, acunó su cabeza entre las dos manos y le imprimió un beso sentido pero no exagerado en los labios como despedida.
Aunque se mantuvo cerca en aquel pedacito unido de sus conciencias, quiso darle su espacio en el plano físico. Temió que de acercarse demasiado, el la fuera a alejar a la fuerza y de manera permanente. No se sentía capaz de soportar una distancia eterna, no ahora que había conocido lo que era entregarle tu alma a alguien más. No cuando había podido disfrutar tan poco tiempo de aquella unión y de manera tan limitada por la maldad de otros fatas.
¿Si es verdad lo que dices? ¿Que he hecho yo para merecer tu desconfianza, mi dulce fata? - preguntó en un murmullo dolida por la insinuación. Pero antes de dejarle contestar, arrepentida de siquiera haber preguntado, volvió a hablar - Lo siento, sigue. Te escucho. - y así, como dijo, escuchó. Decir que ella no había sospechado de Aubin luego de lo que Nienor le había hecho notar habría sido ridículo, y era cierto que Shawn no se comportaba exactamente como siempre. Estaba menos... ¿filosófico? ¿arbolístico? Pero ninguna de esas cosas tenía importancia cuando su amada oscuridad anunciaba su muerte y se despedía de ella como si no fuese a verla nunca más.
Aceptó el beso cerrando los ojos, intentando conservar la angustia dentro suyo unos segundos más antes de volver a romper el silencio. Su esencia, la misma que esperaba sentir a su lado eternamente, se sentía más fuerte desde aquella reducida distancia, y los generosos labios del diablo negro parecían ofrecerle su alma en el proceso. No la quería, no sin él para mostrársela.
¿De qué hablas? ¿Sabes algo que yo no? - lo miró a los ojos y lo tomó de la cintura, como si aferrándose a su cuerpo pudiese evitar que la muerte se lo llevara - Amor mío, por favor, si sabes que alguien intenta dañarte no me lo ocultes. Podemos protegerte. Podemos intentarlo. Yo y mis hermanos, podemos ayudarte. Ellos saben cuanto te amo y harían todo por hacerme feliz... No te despidas de mí como si no hubiese un mañana, como si no fueses a dormir junto a mi en el mundo tangible. - se demoró unos segundos en volver a hablarle, su mirada aún fija en las llamas naranjas de los ojos de su oráculo - ¿O es que ya no me quieres a tu lado?
Era difícil explicar cómo o por qué, pero al llegar el amanecer la figura de Nienor comenzó a disiparse. Su rostro parecía lleno de una profunda pena, como si, simplemente, se le hubieran agotado las ganas de seguir viviendo.
Pero eso no fue lo más extraño. Lo más raro fue ver que, en la ciudad, Lyman seguía en pie. Sin embargo había algo en él, en sus gestos, en su voz... No parecía el mismo.