Tras las votaciones, tras aquel crudo ajusticiamiento, la noche volvía a imponerse una vez más. Cada vez quedaba menos gente en la que buscar a Celebia y, sin embargo, cada vez parecía más difícil encontrarla... Aún así no debías desesperar. Cada oportunidad podía ser la determinante, la que te hiciera dar al fin con ella antes que esos asesinos.
Hora de declarar tu objetivo de Buscador si lo deseas. :)
Cuando Shawn dijo que la seguiría como líder, Zaira deseó echarse a correr y dar saltitos de alegría. Era la primera vez que alguien la reconocía, que podían verla como una líder. Uaaaa!! Aquella sensación era brutal.
Pero tenía que controlarse. No podía permitir que se le viera la emoción que la embriagaba. Mientras se comportaba con seriedad e intentaba asimilar todo lo que estaba ocurriendo tanto en la ciudad, como donde estaban los muertos, y sobre todo con Lassa, por dentro era un bullicio de emociones.
Si seguía así y conseguía regresar a Palacio con la princesa a salvo, la familia Real la vería como a una heroína. Y podía ser que entonces se cumpliera su sueño y su retrato apareciera junto a ellos.
Pero antes tengo que encontrar a la princesa...
Se recordó y una pequeña mueca se formó en sus labios. ¿Dónde puede encontrarse? Empezó a caminar, con la mente en todas partes y el corazón sólo en una. No sabía si Lassa tenía razón, pero quería confiar en su juicio. Era su amor. Nunca imaginé que el amor fuera así. Ahora todo huele mejor, la brisa, el río, la gente... Oh! Mierda, que se me va la pinza. Volvió a centrarse en su objetivo y clavó su mirada rosada en el hombre de las sombras.
Como lo hablé en la otra escena, di por hecho que lo había escrito aquí y casi se me pasa :/
Miro en Lyman ^^
La oscuridad, una vez más, se hizo presa de la noche, absorbiéndola y ocupando su lugar en el ambiente. Frente a ti había unas largas horas que nadie sabía cuánta muerte traerían... Y tu mente, mientras tanto, dividida en varias partes. Una con los difuntos, observando aquel glorioso combate. Otra con Lassa y sus celos. Y la otra... La otra pensando en tu princesa Celebia. ¿Qué habría sido de ella?
Era inevitable plantearse la idea de que no estuviera entre vosotros. Sin embargo aquella Fata que decía ser del Consejo - ¿qué Consejo era ese? - os había lanzado una advertencia muy clara a las dos. Y no lo habría hecho si Celebia no estuviera aquí.
Lassa había plantado en ti la semilla de una posibilidad: Lyman, el ciego. ¿Podría ser...? Sin embargo, en cuanto lo pensaste un par de veces, te diste cuenta de que era imposible. Aquel hombre no se parecía en nada a ella. Puede que hablase con una superioridad que era difícil poner en duda... Pero aparte de eso nada tenían en común.
Afligida al darte cuenta de que una vez más habías fallado te decidiste a esperar una vez más el amanecer. Había algo en el ambiente, algo especial... Algo que te hacía sentir protegida. Como si esa noche nada malo pudiera pasarte. Y así fue fácil conciliar el sueño.
Sin embargo algo te despertó. Golpes en tu cuerpo. Dolor. Ni siquiera podías moverte. Podías oír el esfuerzo de quien te estaba atacando, tratando de darte muerte, pero no girarte para ver su rostro o su ropa. Sentías cómo golpeaba tu cabeza una y otra vez como aquella primera noche, pero tu cráneo esta vez no parecía dispuesto a ceder, como si una película delgada sobre tu piel estuviera protegiéndote.
Al final el atacante se marchó y te supiste a salvo. Viva. Habías sobrevivido a su ansia homicida y podrías contarlo al día siguiente.
O eso creías. Era ya casi el amanecer cuando oíste un silbido, como el de la hoja de un arma metálica cortando el aire. Luego todo fue frío. Frío en la cabeza, en los ojos, en los oídos. En el cuello. Y por debajo del cuello, nada.
Cuando en esta ocasión tu mente fue transportada de nuevo a tu carcasa humana aún sentías el aroma de la lavanda en el ambiente. Tu cuello parecía estar bien, y todo el dolor de tu cuerpo había desaparecido.
Antes de que abrieses los ojos hubo algo más. Un susurro en la parte interna de tu oído, como si alguien se hubiera acercado a hablarte con voz suave y pausada, como la de quien habla a un niño a punto de despertar.
Soy Lúva, aunque tú me conoces como Kammy. Te he traído para que me ayudes a delatar a una traidora, Alana. Puedes preguntarle a Loth tú misma si lo que digo es cierto, pero él me dijo que él siempre buscó a Elendire la primera noche y no a ella. Alana dijo que la buscaba a ella y no es verdad. Además, Seth la vio deambular. Creo que es claro de qué lado está...
Aina había despertado con un frío intenso en su interior. Ella había creído que el amor de Lassa era sincero y puro, como lo que ella sentía. Habría hecho cualquier cosa que ella le pidiera. Pero al regresar y no encontrarla, sintió como si unas garras de hielo le agarraran el corazón y se lo estrujaran con fuerza.
Había querido creer que debía haber algún error. Seguro que Lassa estaba buscándola para volver a estar juntas. Pero supo que no era así cuando escuchó como arremetía contra Kammy. Se detuvo y la miró, con el dolor y la sorpresa en sus ojos.
Me han estado utilizando
Fue muy conveniente encontrarla cuando ya la habían atacado. Esa noche la pude proteger. ¿Pero dónde estaba ella cuando me atacaron a mi? A pesar de que era consciente de que había sobrevivido a uno de los ataques. ¿Por qué no la acompañó en su muerte, como había hecho Loth con Elendire? Él no dudó, la siguió allá donde fue. Pero Lassa no, Lassa sólo había estado jugando, haciendo que ella hablara y hablara, le confiara todos sus secretos para después dejarla sola.
Mientras Zaira se mostraba entera delante de todos, por dentro se sentía hecha añicos. Había creído en un amor de mentira. Había estado a punto de renunciar a Palacio, a su vida llena de comodidades junto a la Familia Real y al lugar que le correspondía, sólo por ser quién era, había estado a punto de renunciar a todo ello sólo por estar junto a Lassa.
Traidora... Me las vas a pagar. Esto no pienso perdonártelo. Juro que te haré sufrir más de lo que ya has sufrido...
En ese momento estaba muy dolida y no sabía ni lo que estaba diciendo. En ese momento, habría disfrutado viéndola morir delante suyo. Aina se cubrió el rostro con ambas manos y cayó de rodillas, mientras una sucesión de sollozos sacudía su cuerpo.
Ella quería saber dónde se oculta la princesa. Le haré creer que tenía razón. Pensó, cuando en la Ciudad Zaira siguió con la mirada a Lyman y después se volvió para sonreirle. ¿Quería a una princesa? Pues que se quedara con el ciego.
De nuevo había llegado el atardecer, y otra vez te habías visto envuelta en una batalla. Cada campanada había sido como un latido, y al llegar la última tu corazón de desbocó, llevándote a la lucha.
Ahora tocaba tiempo de descansar, de pensar en lo sucedido y en lo que estaba por venir. De buscar a tu princesa, una vez más.
Puedes declarar el uso de Buscador si lo deseas. :)
Esta noche elegiré a Xia Han.
Perdona si no te posteo hoy y no roleo la elección. Pero estoy mala, llevo todo el día en la cama y ahora volveré. He entrado sólo para no perder la oportunidad de elegir esta noche >.<
Otra noche más la oscuridad caía sobre vosotros. No hacía tanto te habías sentido bien, acompañada por Anastasia en una negrura similar a esta. Amada. Y sin embargo la llegada del día te lo había arrebatado todo. No sólo su cercanía, sino también la ilusión de sentirte querida y aceptada.
Quizá Lassa no sabía amar de verdad. Quizá las heridas y el tiempo habían marchitado su corazón, y no conocía lo que era un vínculo sincero.
Pero tú sí. Tú habías buscado a la princesa noche tras noche, tratando de dar con ella... Y esta era tu nueva oportunidad. La oportunidad de buscar en Xia. Últimamente había permanecido demasiado callada. Ausente. Sin embargo, si llevabas la vista atrás... Sí, todo parecía apuntar a que tras ella podía esconderse Celebia. Sus gestos, sus maneras... Y esa voz autoritaria con la que era capaz de partir los huesos de cualquiera.
La habías encontrado.
Enhorabuena. ^^
En ocasiones lo más sencillo era cerrar los ojos. Marcharte de allí con la mente, y evocar las fiestas de Palacio, cuando todo iba bien. Cuando Fäe aún era Fäe.
Llevabais ya una semana allí metidos, y las ganas de volver no habían disminuido en absoluto, más bien al contrario. Puede que fuese complicado recuperar las cosas tal y como eran, pero erais Fata, no había nada que no pudierais hacer. Sólo necesitabais trabajar codo con codo.
A tu alrededor, mientras tanto, las voces de unos y otros se entremezclaban en ese lugar que estaba dentro de tu mente. Las cosas no eran fáciles, y era inevitable preguntarte en qué te habías equivocado... ¿Tenían los demás razón? ¿Estaba Fäe, y el Palacio con él, plagado de mentiras? Quizá tendrías que haber disimulado más y mejor. Habías estado jugando a las medias verdades, pero quizá tendrías que haberlo hecho de una forma más arriesgada. En el pasado lo habías hecho por diversión, como cuando casi ejecutaron a aquella estúpida sirena... ¿Pero qué podías hacer? Sabías que allí había gente capaz de descubrir cualquier verdad con sólo mirar en tu alma.
Actuar. Esa era la respuesta. Sabías hacerlo. Sabías dibujar una sonrisa capaz de convencer al mismísimo Rey. ¿Por qué lo habías olvidad? Sólo necesitabas decidir qué querías ser, con el modelo adecuado, y dejar que tus pies se y tus ojos se moviesen solos.
El Actor: Una vez por partida y mientras estés con vida, escogerás tres personajes. De entre ellos se te ofrecerá un rol sin que sepas a quién corresponde, y podrás cambiarlo con el tuyo si lo deseas. Además, escojas hacerlo o no, cualquiera que observe tu interior podrá ver ese nuevo rol en lugar del tuyo si lo prefieres, aunque es algo que tendrás que decidir en el mismo momento de recibirlo.