En cuanto Elendire fue capaz de vislumbrar a Loth en aquel lugar, se acercó a él, entusiasmada. Como si de hecho, hubiese olvidado que él había decidido guardar silencio en su presencia. Como si pasase por alto todas las desavenencias acaecidas entre ellos. Todo el sufrimiento.
Lo contempló con la ilusión del primer día, radiante y absolútamente entusiasmada- ¡Loth!- llamó su nombre, con deleite- ¡La Bruma ha venido a por nosotros!-exclamó, y el gozo de sus palabras era casi palpable, al mismo tiempo que sus ojos eran la expresión de la más pura añoranza.
¡Buenas!
Me alegra tenerte de vuelta en esta escena.
Quiero aprovechar para decirte que lamento que quizá no hayamos podido entendernos bien como personajes, y para disculparme de antemano, porque supongo que tratar con Elendire ha debido ser bastante frustrante en muchos sentidos, por la interpretación literal que he hecho de ella.
Debo reconocerte que para mí no ha sido fácil. En muchos momentos me he sentido mal por lo que escribía y he sentido remordimientos por el pobre Loth, que ha tenido que aguantar esta cruz que es mi personaje. Igual he disfrutado leyendo cómo iba evolucionando nuestra relación tormentosa XD aunque me diera pena.
En fin... que eso. Que espero no haberte causado excesiva frustración, y que lamento que no hayamos podido compartir más cosas.
- Estamos muertos, Elendire - dijo, apretando los puños. Sus tentáculos se agitaron - ¡MUERTOS!
Luego relajó su postura, agotado.
- No somos más que fantasmas, y lo que acaba de ocurrir no es otra cosa que un ardiz, una artimaña para hacernos sufrir más. ¿Crees que es una coincidencia que justo que ha muerto la princesa, todo se desmorona? Somos marionetas.
Cuando la Fata se acercó, alzó las manos, pidiendo que se detuviera.
- No he olvidado nada de lo que has hecho mientras he estado fuera... y en tu compañía - matizó - No lo he olvidado.
- Loth...-la excitabilidad que sentía ante la proximidad de la Bruma hizo que su aflicción fuese mucho más rápida y evidente que en otras ocasiones- No puedo lamentarlo todo, porque en gran parte no entiendo qué es lo que he hecho mal- explicó- Sólo puedo... Pedirte perdón por lo de antes...- miró al suelo, avergonzada- Eso fue deleznable. -reconoció- Y no espero que lo olvides. Es razón suficiente para repudiarme- admitió, sintiendo que se quebraba, y que su mirada humedecía, derramando lágrimas por sus mejillas- No me importa que estemos muertos. Me importa que creas que realmente, aunque a veces parezca que me olvide de ello, como suelo olvidarme de todas las cosas, tengo sentimientos verdaderos y puros por ti. Sentimientos que no tengo por nadie más.
Suspiró, emitiendo un quedo sollozo- Aunque me repudies. Aunque te repugne. Sólo te pido que creas en ello. Que mi amor por ti, aunque sea extraño y diferente, sea tan real para ti como lo es para mí.
Lo repito aquí, por si no sale en novedades:
¡Buenas!
Me alegra tenerte de vuelta en esta escena.
Quiero aprovechar para decirte que lamento que quizá no hayamos podido entendernos bien como personajes, y para disculparme de antemano, porque supongo que tratar con Elendire ha debido ser bastante frustrante en muchos sentidos, por la interpretación literal que he hecho de ella.
Debo reconocerte que para mí no ha sido fácil. En muchos momentos me he sentido mal por lo que escribía y he sentido remordimientos por el pobre Loth, que ha tenido que aguantar esta cruz que es mi personaje. Igual he disfrutado leyendo cómo iba evolucionando nuestra relación tormentosa XD aunque me diera pena.
En fin... que eso. Que espero no haberte causado excesiva frustración, y que lamento que no hayamos podido compartir más cosas.
- Sólo he amado a alguien en toda mi vida, Elendire. Y has sido tú - lo que decía estaba cargado de un inmenso dolor, como si decir cada una de esas palabras significara un castigo - He respetado, apreciado, adorado, sí, pero mi corazón sólo te ha pertenecido a ti. Y cuando nos hemos vuelto a encontrar, me encuentro con que no dudas en echarte en los brazos de otro. Aún a sabiendas de que podía verte, sentirte, oler el aroma de tus amantes en tu piel. Y me pides disculpas, y vuelves a hacerlo, una y otra vez. Te detesto. Detesto lo que eres, lo que me haces. Pero sobre todo detesto no dejar de amarte por mucho que me hagas.
Agradezco tus palabras, pero soy de esas personas que sabe diferenciar claramente dónde está la línea entre el Rol y la Realidad. No te preocupes, que a mí no me está afectando tu narrativa, sólo interpreto cómo afecta a Loth de la mejor de las maneras.
Sin embargo, es todo un detalle que pienses en la persona que está leyendo tus palabras.
Elendire apretó los puños. No podía soportar la idea de no abrazársele, de no tocarle, de no besarlo cuando su cuerpo se lo gritaba, pero él así se lo había pedido con un gesto mudo. Y ella temía tanto que la rechazase, que se mantenía, impotente, clavada en aquella postura- No puedo evitarlo Loth. No voy a mentirte. Es mi naturaleza. Es parte de mí. -confesó, temblorosa- He intentado detenerme. Pero soy incapaz. El impulso, la curiosidad, el instinto... Todo... Me puede- explicó, entre sollozos- Pero contigo es diferente. Contigo hay amor. A ellos los deseo dentro de mí, en esencia. Deseo sus vidas, y su conocimiento. Deseo que se fundan con mi ser de una manera que para muchos, incluso para ti, es deleznable. Pero a ti te deseo a mi lado. ¡Te deseo conmigo y no en mí!-dijo, con vehemencia- ¿Es que no lo ves, Loth? Ellos son... Mi presa. Pero tú eres mi amante. Tú eres diferente... Tú lo eres todo- concluyó, exhausta.
Alzó la mirada entonces, observándolo fijamente, con desconsuelo- Vuelve conmigo cuando amanezca, Loth. Vuelve conmigo, a nuestros cuerpos humanos. No puedo prometerte que todo será distinto. Pero quizá... Lleguemos a comprendernos el uno al otro, y esto dejará de importarnos.-se mordió el labio, con desespero- Después de todo eres sabio y yo... ¡Maldita sea! ¡No puedo volver sin ti! - estalló, rompiendo finalmente a llorar, volviendo sus pupilas a reflejar lo perdida y confusa que se encontraba.