Aunque el rechazó a las pastillas y aquella sonrisa tan atípica de su hermano la confundió, no fue capaz de quejarse de recibir aquel profundo beso en su frente que infló su pecho de puro amor. Adoraba aquellos gestos cariñosos de Adam. Pero no fue hasta que vio sus brazos ya curados que comprendió lo que había pasado. En un pestañeo, habían pasado días. Quién sabría cuántos exactamente. Y así, como si nada, desapareció frente a sus ojos. Lo buscó, moviendo la cabeza hacia los lados, preocupada. Pasados unos minutos, sin embargo, lo volvería a encontrar allí, asqueroso pero feliz. Le sonrió, tranquila al verlo bien.  Y se preguntó si aquella muestra de fuerza de voluntad sería productiva o seguiría el camino de la mayoría de los drogadictos que había conocido en su vida.

Sentir la mirada de Roger le borró la sonrisa, pero no le prestó mayor importancia. En vez de eso, se concentró en las discusiones, asintiendo ante la sugerencia de Allegra. Y no se movió más hasta Alana cayó de golpe al piso. No era alguien que le cayera particularmente mal, o bien, si ese era el caso, asi que un sobresaltó bastó para expresar su sorpresa. Si lo que decían era cierto, y había envenenado, asi formando parte de los traidores, entonces su muerte estaba justificada. La muerte se pagaba con muerte.   

Chris escuchaba como decían que habían tomado el poder de Gileon, cuando entonces recordó algo.

No esss la primera vesss que alguien usssa el poder de alguien fallesssido. La primera vesss que Roger volvió, fue porque usssaron el poder de Tarma. E Ivanna essstaba muerta cuando essso ocurrió. 

Asentí a la propuesta de Roger y dije.- Como te dije antes... no tengo problema en que mires en mí. Quizás así puedas al menos confiar en mí...

Entonces la muerte de Alana sobrevino, y observé a Aubin... Entre el y Zaira iban desmantelando aquella muerte y el ataque que el francés había tenido en la mañana.

Gracias a las palabras de Zaira todo empezaba a encajar, o al menos tenía un sentido más lógico y real, aunque su actitud prepotente me pusiera en hito por no entender el porqué. Aunque puede que era algo normal después de burlar a la muerte y luego sentir que volverías a caer.

Las palabras de Allegra no me hicieron daño, pues sentía que aún no confiaban en mí. Pero entonces vi en Chris algo que no había visto hasta ahora, y eran muchos conocimientos que nos podían ayudar a ver y encontrar la verdad.

Sonreí a Chris y le dije.- Y según todo eso, ¿en quien debemos de desconfiar...?

Misty asintió a Anastasia, agradeciendo sus palabras y sonrió, algo cansada. Gracias. Le dijo, dando unos pasos hacia ella y tomándole de la mano. No podemos dejar que alguien con tanto odio dentro salga impune y contamine faë. Es un alma perdida. Se podrán escudar en las razones, pero ninguna podría justificar tanta brutalidad más que la macabra diversión.

Algo parecía haber cambiado en Misty, que hasta entonces se había mostrado curiosa por las muertes y todo lo que ocurría. Estaba más pensativa que de costumbre, incluso más preocupada. Roger, ¿porqué no dices lo que has descubierto? No tenemos nada con lo que trabajar y cada vez la hora está más cerca. Son demasiadas decisiones ciegas, no podemos seguir así.

Clavó sus ojos en él. Además, tal vez cuando quieras darnos la información sea demasiado tarde.

Chris se encogió de hombros y sonrió, aunque no era una sonrisa muy alegre.

Quizásss no ssse trate en quien desssconfiar, sssino en poder confiar en losss demásss. Y aquí nadie confiesssa nada sssalvo que sssu vida pueda correr riesssgo en el atardessser. Esss muy trissste...

El cálido tacto de Lera reconforta al ciego que, carente de la vista, usa el tacto y el oído como medio para descubrir el mundo. Pensativo y mudo continúa anotando las acciones y palabras de cada uno en su mente, sorprendido por la vuelta de Roger y apenado por el fatídico destino de Ivanna y Samuel.

Un gorgoteo que encaja a la perfección con lo ocurrido días atrás a Chris rompe el lanzamiento de acusaciones que se sucede cada mañana. Lyman se vuelve hacia el lugar del que proviene y escucha, sin poder hacer nada, como la vida de Alana llega a su fin.

Los días y las noches solo traían muerte pero las respuestas se hacían esperar. Gale caminó lentamente, con seguridad y sin prisas, acercándose más al resto. Ninguno de ellos sabía que hacer, estaban todos ciegos ante las acciones de aquellos que usaban el velo de la noche para matar o la luz del día para llevar a cabo sus asesinatos con malas artes y venenos.

Mudo desde hace días el ciego decidió abrir la boca y dar su opinión, apoyándose en la del hombre que siseaba -Como dice Chris debemos encontrar en aquellos que confiamos e ir descartando. Si seguimos esperando a que alguien cometa un fallo o sea pillado in fraganti nuestros enemigos tendrán ventaja y nos irán dando caza uno a uno.

El atardecer estaba cada vez más cerca. Las seis campanadas eran un hecho que no sólo se hacía presente en vuestras mentes, sino también en vuestro pecho, en vuestros gestos, en vuestras palabras y miradas. Como una inminente tormenta.

Algunos ya habíais tomado vuestra decisión. Otros, en cambio, os manteníais aún indecisos, a la espera de cualquier pedazo de información o acontecimiento que ayudase a vislumbrar cuál era la mejor decisión.

Las palabras de Lyman aún seguían presentes en el ambiente, reverberando en los muros de aquella ciudad, cuando la zona en la que estabais empezó a iluminarse, adquiriendo un color que sólo habíais visto en ocasiones contadas. Al mismo tiempo un aroma cada vez más presente empezaba a hacerse notar: se trataba de una mezcla de menta y lavanda conocida por todos.

Algunos empezasteis a buscar con la mirada, esperando ver a alguien alzarse. Sin embargo aquella sensación parecía perdurar sin que ninguno de los muertos reaccionara lo más mínimo.

Mientras tanto hubo alguien que sí cambió. Había palabras que parecían premonitorias, y las de Misty eran un buen ejemplo. Mientras todos buscabais a quien podía estar volviendo a la vida Roger se había apoyado en uno de los altares de piedra que Alana había erigido días atrás. Ahora su rostro os buscaba con los ojos cerrados, como el de alguien atacado por un sueño profundo e inevitable.

No había mucho que hacer. Ausente, ajeno a lo que le rodeaba, no tardó en subirse a ese mismo altar y acurrucarse sobre sí mismo, decidido a descansar. Sus ojos no volvieron a abrirse. Su pecho dejó de moverse y sus latidos fueron cada vez más débiles hasta ser totalmente inaudibles. En sus dedos el cigarrillo seguiría consumiéndose hasta extinguirse, al mismo tiempo que lo hacía su vida.

Shawn permaneció quieto escuchando los argumentos del resto y asintió cuando Adam le devolvió la pregunta. —Entiendo tus dudas, pero si, creo que dice la verdad —dijo encogiéndose de hombros. —No veo como mentir ahora iba a ayudarle en algo, a estas alturas sabrá de sobra que su lugar está entre los muertos y que no regresará nunca. 

—La única verdad de la que estoy al cien por cien seguro es que Ivanna se hizo con el don de otro fata durante un breve periodo de tiempo. —enunció cruzándose de brazo. Asintió a Zaira y guardó silencio hasta que el actor empezó a mostrar signos de fatiga. —¿Roger? 

¿Otra vez? Se mostró atento y cuando dejó de respirar se acercó a él para examinarlo. —Nos ha dejado de nuevo... —dijo acariciando el cabello del hombre y lamentando su pérdida. El hombre había regresado a la vida con una buena actitud y valentía, en ese aspecto Ohtar lo admiró mucho.

—¿Alguien conoce a Aranae, el guardían de las llaves? —preguntó en voz alta tras la muerte de Roger.

Zaira no estaba atenta a lo que estaba haciendo Roger. Fue consciente de su muerte cuando sintió su presencia en el otro sitio. Entonces dirigió rápidamente su mirada hacia el altar y una expresión confusa se dibujó en su rostro.

- ¿Por qué? - Preguntó al aire, sin dirigirse a nadie en concreto. - Quién haya sido, ¿por qué lo ha hecho? Queríais que mirara en Paul y lo estaba haciendo. Os gusta matar indiscriminadamente. No sois mejores que los que nos dan caza por las noches - . La joven apretó con fuerza los puños y apartó la mirada, dirigiéndola hacia el río. Nunca le había gustado la soledad. Era una sensación horrible, saber que no tienes a nadie al lado, con el que poder conversar, reír, llorar... Pero en ese momento se le antojó atractiva. 

Que les den por culo. Empezó a caminar, alejándose e ignorando la pregunta de Shawn. Quería estar sola, necesitaba desconectar un poco. Pero era incapaz de hacerlo, el aire llevaba las voces, los suspiros y susurros. Era imposible estar sola en la Ciudad Oscura.

"Que el posible robo de poder, fuera la causa del ataque de alguno en la noche, no era descabellado, pero eso no ayudaba a saber a quien odiar, todo sucedía sin información alguna, todo hasta que la muerte del fumador llego de nuevo, ¿Cuantas veces había muerto ya? ¿Y siempre de día? Sin duda su fata había hecho un daño irreparable, tanto como para odiarlo y matarlo tantas veces, una perdida de ser su poder cierto."

Mr.Ink se paso la mano por su flequillo sudado y sucio mientras escribía las ultimas lineas pensando en la tierna muerte de Roger y en la noche que va perdiendo su escaso color para anunciar la noche.

-Me gustaría pensar que Roger solo había vuelto con tiempo prestado, por eso en esta ocasión a muerto plácidamente... pero de ser así, supongo que hubiera vuelto con un claro propósito de aviso, cosa que no parece a ver llegado a dar, por lo que presupongo que Lassa sigue entre nosotros y es la causa de su muerte, si no, no comprendo porque uno de nosotros le quisiera muerto.-Reflexiono en alto mientras repasaba lo que dijeron poco antes de suceder la muerte.

-Pero si alguien mas que no fuera Ivanna robo el don de muerte, ¿Entonces podría ser cualquiera de nosotros? La lista de personas confiable volvería a aumentar, yo no quiero volver a sospechar de la gente que a regresado, eso nos devolvería al primer día.-Hundo parece tan confundido como en el segundo día, pocas pistas y muchos muertos, eso era lo único que sabia.

Seguía un tanto ausente, sumida en mis pensamientos, pero con las palabras de Shawn y más tarde las de incomprensión de Zaira, me di cuenta de lo que acababa de pasar. Zaira tenía razón,si había sido alguien, había sido por fastidiar.

-Puede que lo que haya pasado es que cierta persona no quisera que se demostrase la inocencia de Paul y por ello prefirió silenciara Roger. De esa manera no se podría confirmar nada, dejando de nuevo la duda en el aire para todos, lo que no ayuda.

Torcí la boca en una mueca quedándome mirando el cuerpo de Roger.

Una vez más el día había pasado, y este había estado cargado de muerte. Tres al amanecer, otras dos en las últimas horas. Eran casi las seis de la tarde y todos teníais ya a alguien en mente, cuando una vez más la luz del lugar empezó a cambiar. En esta ocasión el ambiente empezó a volverse oscuro una vez más, sumiéndoos en las tinieblas, y por la proximidad de las campanadas sería fácil pensar en cómo se desarrollaría un combate en esa situación. Sin embargo la claridad no tardaría en volver, aumentando hasta convertirse en una molestia. Cada partícula del aire parecía vibrar, proyectando más y más luz hasta tal punto que debíais tapar vuestros ojos con las manos para no sentiros molestos.

Cuando la situación empezó a volver a la normalidad dos nuevas llamas habían aparecido en el reloj, una blanca y una negra. La primera estaba sobre el número III, y la otra en el X. A estas alturas ya todos los números tenían una llama danzando sobre ellos, fuera del color que fuera. Y sólo faltaba una negra sobre el V y tres blancas sobre el II, el IIII y el VI para que la esfera estuviera llena de ambos colores.

El proyecto de ex-yonki observó como Roger se iba hacia el altar de piedra al poco de darle fuego. Con el ceño fruncido, la boca entreabierta y el cigarro pegado a su labio inferior, debido a la sequedad de su boca, preguntó. -Pero ¿dónde vas?. ¿Te ha dao un aire?.- Al ver que yacía plácidamente y al percibir aquel olor tan agradable, pero a la vez tan gay, le vino a la mente algo que le hizo girar la cabeza lentamente hacia el resto. -No-me-jodas, que está muerto...- Miró al instante al cuerpo de Kammy esperando que quizás se levantase. Ya no sabía ni que pensar.-No lo entiendo...de verdad que no lo entiendo.- Dijo sin salir de su asombro.

Allegra había terminado por sentarse sobre la barandilla, mirando hacia el interior del puente y sintiendo el rumor del agua del río tras su espalda. Desde allí escuchaba las conversaciones y cada rato comprobaba la hora en el reloj. Sus ojos se deslizaron hacia Roger y Paul en más de una ocasión, pero cada vez terminaban por volver a alzarse hacia el reloj.

Cuando la ciudad se llenó de ese aroma, miró alrededor y finalmente frunció el ceño al ver que el actor era quien se movía para tenderse en una de esas columnas de tierra. Apoyó las manos en la piedra de la barandilla, dudando si bajarse para acercarse a él, pero finalmente no llegó a hacerlo antes de que el hombre cerrase los ojos. - Pues vaya mierda. - Murmuró con tono de fastidio mientras su mirada se ensombrecía. 

No volvió a decir nada más. Sentía la tensión aumentar en el ambiente y la adrenalina congregarse en sus venas como cada tarde. Sus ojos recorrían a los presentes dubitativos para volver una y otra vez a mirar al reloj, calculando el tiempo que le quedaba para tomar una decisión. 

Fin del Día 6