Partida Rol por web

[HLdCN] La puerta de Fäe

Noche 1: A las seis en punto

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09/02/2015, 00:37
Allegra Blue

Allegra no llegó a responder a Anya, no le pareció necesario insistir. Tan sólo se encogió de hombros mientras empezaba a caminar hacia el reloj junto a los demás. Lo hizo en silencio, rumiando sus propios pensamientos y cuando la puerta de la torre se abrió, sus ojos recorrieron el interior curiosos. No le molestó el aspecto decrépito del lugar, al fin y al cabo, el resto de la ciudad estaba en el mismo estado ruinoso. Y una pequeña sonrisa se esbozó en sus labios al ver a Anastasia asomarse por el hueco de la escalera como una niña pequeña sorprendida por la enormidad del lugar.

Los primeros veinte escalones los subió con comodidad, cada paso una respiración. Se sentía acompañada entre otros y seguía el ritmo que marcaban los demás. Sin embargo, cuando llegó a cien, ya estaba maldiciendo el momento en que se le ocurrió ponerse tacones al salir del hotel. La idea de aquel paseo que había planeado, esa visita a su madre, que no era en realidad su madre, pero al fin y al cabo sí lo era, le hizo suspirar quedamente. Para cuando pisó el escalón número trescientos, su respiración estaba agitada y se sintió lo suficientemente acalorada como para desprenderse de su chupa, dejando ver bajo ella una camiseta gris de manga larga con un estampado de una especie de calavera sonriente y con un lazo azul sobre el cráneo. Y cuando por fin pisó el último escalón, se detuvo un instante mirando a su alrededor y sintiendo leves calambres en los músculos de las piernas. 

- Joder, pensé que no se acababa nunca. - Murmuró para sí misma antes de que su respiración se detuviese un instante. El lugar, con esas pequeñas llamas iluminando la corona del reloj y toda la sala con su luz titilante, se le antojó al mismo tiempo hermoso y terrible. Peligroso. Era una muestra de magia enorme y asombrosa. Pero también era como una señal invisible de que alguien estaba manejando los hilos de ese reloj. Cada segundo, cada pequeño movimiento de cada aguja. No pudo evitar sentir que a alguien con ese poder no le costaría demasiado manejarlos a ellos. Como había pasado a las seis, con cada una de las campanadas. 

Regresó al puente junto a los demás con aire pensativo, tras una exploración que si bien a simple vista podía parecer infructuosa, les había dado mucha información. Tal vez no algo que no supieran en el fondo de sus mentes, o que no se pudieran esperar. Pero sí había sido al menos una confirmación. 

Asintió con una sonrisa resignada a la explicación que Xia y Zaira dieron al resto y se entretuvo escuchando cómo las conversaciones seguían más o menos en la misma tónica que antes de que se marchasen. Al menos hasta que el actor decidió desvelar a quién contenía en su interior, haciendo que Allegra parpadease sorprendida mientras sus ojos se deslizaban hasta clavarse en él.

La muchacha no dijo nada, pero su sonrisa se desvaneció al sentir a Anastasia apoyarse en ella como si le faltasen las fuerzas. Estiró automáticamente un brazo para sostenerla por la cintura y sus ojos buscaron los de la joven de cabellos morados un poco alarmados. - Ey, ¿estás bien, Anny? - Preguntó, sin soltarla, temiendo que se cayese. - Ven, vamos a sentarnos. - Dijo mientras empezaba a caminar hacia el lugar donde Xia se había instalado, con la intención de ayudar a Anastasia a sentarse en el suelo y apoyar la espalda en la pared. - Vale. Eso ha sido... Chocante. - Murmuró hacia ella antes de dejarse caer también en el suelo con un suspiro, todavía sosteniendo a Anastasia. Desde allí su mirada volvió a dirigirse hacia el resto con curiosidad. ¿Cuántas cosas más revelarían antes de que terminase de caer la noche? A Allegra no dejaba de asombrarle que no les preocupase arriesgarse de esa manera. 

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09/02/2015, 01:02
Alana McRae

Caminé en silencio con el grupo que iba hacia el reloj sumida en mis pensamientos. El hecho de algunos decidieran revelar a la Fata en su interior me pareció un error. Casi peor por parte de Roger por descubrir a otro. Si empezaban a hacerlo así causarían más confusión en todos nosotros. Por un lado podrían evitar que viejos amigos se mataran entre sí, pensé en Falmari y en lo que daría por haber tenido la oportunidad de hablar con ella. Por otro lado podrían provocar que antiguas rencillas se despertaran de nuevo y hubiera más factores de los que preocuparse en toda aquella pesadilla.

En el reloj no había nada, no esperaba que hubiera alguien con una cartel o algo así esperando para explicarnos todo y sacarnos de allí, pero que menos que el mecanismo correspondiente.

Al regresar de nuevo al puente me senté en un rincón contra la pared agotada, el contacto con el suelo me calmaba y me preparé para lo que fuera que pasase a continuación.

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09/02/2015, 03:45
Aubin Beaumont

El chico (Samuel) contestaba, pero con preguntas… apelando a impulsos, un poco esquivo, tal vez. Aubin tuerce su gesto, le valdría como canto, pero no como respuesta. Por lo que únicamente le susurra – No pongo en duda tu preocupación, si no tu desorientada prisa por descubrir `que´ a través de `quien´– sonríe, o algo parecido. No le molestaría más. Claro que muchos podían estar buscando a alguien en concreto, para algo en concreto, o directamente no… pero ¿a qué precio?.

Y aun esto... no sería nada. No mucho después, el enfermero muerte desvelaba otra Fata gritando “matadme”… pero al menos... bajo su propio saldo. Falmary. Aubin aplaude el gesto por dentro, -si como decían por ahi era un alma en guerra- pero como también decían, había sido demasiado arriesgado (hasta el momento, nadie había echado en falta a Mathias ¿?). Otra Fata que desconocía pues...
Sigue escuchando. A veces... paseando con interés por los fraseos de unos y otros. Otras, por la simple razón de que las palabras llegan a sus oídos... mezcla de una persona diluyéndose en mágica inexistencia con cada segundo que pasa. Termina de fumar, pisa el cigarro, sacude su chaqueta.

Aubin no es de los que caminan hacia la torre… pero ve como se alejan con cierta curiosidad por lo que allí verían. Blanco, negro, y 2 llamas, no 1. 2 números, no 1. Iban floreciendo teorías… se añade una inmolación que no fue tal. Algo que apuntar. Pero toda su atención se vuelve hacia el señor Templar una vez mas, oh!, toda una celebridad, que toma iniciativa formulando una cuestión que abarca 5 nombres. Aquellos que buscarían la sentencia de la pelirroja. Y que de un momento a otro… desentraña un choque que termina por exteriorizar a Vanya dentro de una especie de acusación…

Aubin vuelca su vista en Anya, en Templar de nuevo, mira de reojo a Samuel, y vuelve a Templar. La serpiente de pelo verde reprocha con más ética que razón, y finalmente... sale Miriel del hombre repipi inglés. Aubin frunce el ceño, esto no le hacía ni puñetera gracia...

No había nada escrito para tirarse al vació tan pronto, pero... o Templar mentía, o no.

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09/02/2015, 04:20
Narrador

Lentamente las horas habían ido pasando. La mañana había traído una muerte, y había avanzado hasta convertirse en tarde. El atardecer había traído otra, y ahora seguía hacia adelante hasta convertirse en noche. Y con ella esa antinatural oscuridad empezaba a extenderse desde la gran torre, impidiéndoos ver más allá de vuestras propias manos.

Algunos, previsores, ya habíais buscado refugio para entonces. Otros lo hicisteis en ese momento, caminando con cuidado. Y hubo quien se quedó simplemente donde estaba, dejando que el tiempo pasase a su alrededor y esperando que llegase la mañana. En cualquier caso finalmente la negrura os bañó a todos por igual, y la conciencia de que cualquier bocanada de aire podría ser la última era algo casi físico, palpable y presente.

 

Fin de la noche 1