Partida Rol por web

Tras levantarse Nini para volver con Baker, yo hago lo propio para recuperar mi asiento más adelante. Como la partida de ajedrez dure horas, mataré a Travis.

Charlotte tomo su rey, lo miró, miró a Travis  lo dejo caer. Era un gesto muy melodrámatico, bastaba con tumbarlo o colocarlo al costado. En cualquier caso, Travis habia ganado aquella partida de estrategia atípica.

—Nuestro campeón local se alza con la victoria también —pronunció en un tono tan neutral que realmente parecía que no tuviese favoritismo por su equipo, aunque por dentro estuviese dando saltitos y tirando confeti (una cantidad razonable, ni mucho ni poco).

Charlotte miró a Travis como si acabase de despertar.

—Nunca me había concentrado tanto en un juego, casi pierdo el contacto con la realidad —le murmuró.

Le estrechó la mano.

—Siento no haber podido ganarte, pero me alegró de que tu instituto le haya dado una oportunidad al ajedrez. Vuestra directora parece ser una persona muy especial.

La directora subió con el profesor de química al escenario. Estrecharon la mano de cada uno de los cuatro jugadores y le entregaron a cada uno su diploma de participación. Hubo algunas palabras más, pero no alargaron el evento demasiado, era evidente que la mitad del publico se moría por salir corriendo a estirar las piernas o fumar

—¡ESO ES, TRAV!

Gritó tan pronto el señor Loughty anunció la victoria, poniéndose de pie de un salto con el cartel zombificado en la mano.

—Venga, Feli, vamos a felicitarlo —Tomó de la mano de su amiga para tirarla —Vente tú también si quieres, Max —Le ofreció al chico, aunque en realidad tampoco lo esperaría. Es que sí, era simpático, pero no había tiempo para formalidades. ¡No cuando tenían un ganador que festejar!

Travis tenía serias dudas acerca de que realmente no fuera a sufrir daños Charlotte. No es como si a la H.S. le importara en absoluto lo que le pasara a sus “títeres”, incluso dudaba de que realmente los viera como seres vivos sintientes. Por mucho que dijera que quería salvar vidas con su magia, “por algún motivo” no conseguía creerla.

Y luego estaba el fin del “torneo” de exhibición. Había ganado de forma brillante ejecutando la Variante Portuguesa a la perfección, pero en vez de sentirse contento y satisfecho, se había quedado con un amargor de boca. Por un momento le pareció que no querían que él ganase. No es que esperase entusiasmo por parte de nadie, pero joder, aquella desgana era matadora. Por parte de Ella y por parte de los organizadores escolares. Le daba la sensación de que algo muy malo iba a pasar con Ella. Esa sensación de kamikaze y de desprecio que emanaba de sus jugadas, dirigidas por el principio maquiavélico del fin justifica los medios. Le ponía los pelos de punta.

-No sé qué decirte, he visto más entusiasmo en un cementerio. Literalmente. Pero me gustará volver a jugar contigo, Charlotte- sonrió a la chica de forma amable.

—No, la próxima vez yo juego contra ti y ella contra Miranda —dijo Amelia.

Luego se volvió a la susodicha.

—Eres una maquina, Miranda. Que horror, movías tan rápido como un ordenador. Al menos Travis dejaba correr el tiempo.

Cuando Nirvana y travis llegaron al escenario, los cuatro estaban aún hablando.

—Pero tu puedes usar el minuto, aunque yo use menos tiempo. No te dejes intimidar por cosas así, son trucos ajenos al juego, casi trampa.

Se recolocó las gafas.

—Si en tu doceavo movimiento hubieses movido la torre en lugar del alfil podrías haber desmontado mi estrategia, pero estabas tan estresada por lo rápido que movía que no vistes la trampa.

Amelia miro a los demás con la expresión de "¿realmente sabeis el orden de todos los movimientos que habeís hecho?"

Luke se acercó también.

—¿Pero como mueves dos veces la misma pieza en la apertura? ¡Hemos quedado fatal! Felicidades a los ganadores. Aunque es un poco raro que ahora no compitais por el oro y la plata. En los diplomas no pone quien gano o perdió. Hasta yo, que estaba aquí por si os daba una vomitona, me he llevado uno. Esto es genial para la solicitud de la uni. Vuestro instituto es la caña.

No pensé que a mi cerebro le sería tan fácil olvidarlo todo cuando viera a Charlotte dar por perdido su rey. No sé por qué el señor Loughty no le pone un poco más de entusiasmo, puede que por ser imparcial, pero a mí se me contagia el espíritu de la victoria con facilidad, me pongo en pie y aplaudo sin preocuparme demasiado de mi libreta o el lápiz.

— ¡Bien hecho! ¡Ese es mi ajedrecista macarra! —exclamo yo con mi sonrisa más grande. Salir de las sillas no termina siendo muy complicado porque la mayoría no se ha esperado mucho para irse una vez decidido el último ganador.

Podría haber más jolgorio, como en los partidos de fútbol, pero debemos aceptar la realidad como la que es y por eso creo que nuestro deber de amigas es armarlo nosotras en sustitución. Vuelo porque estoy un poco preocupada por la integridad de la cámara más que por dar los pasos correctos que puedan seguir el ritmo de Nirvana hasta el escenario.

Travis nos intercepta y habla directamente con Nini en un susurro. La energía de mi entusiasmo vuelve a disolverse con la misma facilidad con la que llegó. Suelto yo misma mi mano de ella y acabo de acercarme al resto de ajedrecistas con una sonrisa renovada, que tampoco sé bien de dónde saco.

— ¡Ha sido genial, chicos! Miranda, qué pasada de ataque con las negras. Te pediría que me lo enseñases pero a mi padre le doy tanta pena que siempre me deja las blancas —río ladeando sutilmente la cabeza y levanto la cámara. — ¿Queréis unas fotos?

¡Por fin! Buah, no ha durado tanto como me temía, y encima Nirvana me lo ha amenizado así que, por culpa del buen humor, me levanto y me acerco a mi colega para cogerle por detrás del cuello y zarandearle un poco. Sin pasarme, que está flojo (aún le debo lo de entrenar juntos).

—Enhorabuena, cerebrito — le digo, de buenas, pero es que no puedo ser demasiado majo o llamará la atención, casi o más que la anterior escena con la hippie — Y sobre todo, gracias por hacerlo en poco tiempo — río suave y le suelto — Ahora me largo. Nos vemos en el partido.

Me despido, no sin antes dedicarle una mirada a Nirvana para indicarle que la espero donde hemos quedado justo ahora, al terminar la partida. Lo entenderá. O eso creo.

Nirv no se había enterado mucho de las jugadas que comentaban en el escenario. Se sintió un poco torpe, pero se le pasó bastante rápido al ver que una de las jugadoras también parecía bastante desconcertada por las cosas que explicaban con tanto detalle.

Por suerte, Trav no estaba metido en esa conversación. Y tan pronto se acercó para interceptarla, ella lo recibió con un abrazo apretado de celebración por la victoria. Se separó de él poquito después, con una enorme sonrisa.

—¡Menuda paliza! Pero no te lo puso fácil, eh —Había que dar crédito donde correspondía —Y claro que lo tengo.

Le guiñó un ojo con complicidad. Antes le desaparecerían los tatuajes del cuerpo de lo que dejaría de llevar una provisión de porros para un par de días en el bolso. 

Le pareció rarísimo que Feli fuera a saludar al resto en vez de a Travis, pero supuso que solo sería un momento antes de volver. Quizás así sacaba la foto que quería y se quedaba despejada para celebrar al ajedrecista. También es que, aunque hubiera sospechado algo, la aparición de Oliver la sorprendió de la mejor manera posible. Le hacía ilusión ver que le daba lugar a Trav, y que no le ponía nervioso demostrarlo. Travis se merecía eso y más.

Se despidió de Oli con una leve sonrisa con la comisura de los labios, sabiendo que no hacía falta más para que lo entendiera como «mensaje recibido».

—Cuando quieras —le dijo a Travis. No tenía muy claro si debía quedarse ahí para algo más, así que lo seguiría cuando le apeteciera salir a fumar.