Partida Rol por web

Ezra fue el primero en entrar en la casa y escuchar a Felicia. Bajó las escaleras de dos en dos y la miró asustado. Solo cuando ella le aseguro por quinta vez que estaba bien pareció calmarse y la ayudo a ponerse en pie.

—¿Te duele mucho, cielo? ¿Quieres una bolsa de hielo? ¿Un analgésico?

La ayudó a subir las escaleras.

—Jerry está hablando con la vecina. Vamos a ocultárselo para que no llame a la ambulancia, a los bomberos y a la guardia nacional. Pero, si mañana te duele, vamos al médico ¿entendido?

La dejó en su cuarto, ya más tranquilo al ver que andaba estupendamente. Antes de salir, se giró:

—Voy a quitar las herraduras esas. Cualquier día nos van a caer en la cabeza. Si quieres colgar o descolgar cosas del techo, hazlo en tu cuarto y con una escalera, no subiéndote a una mesa. Los accidentes domésticos no son una broma.

Felicia sabía que de replicarle. Ezra sacaría sus conocimientos de trabajador de aseguradora para sorprenderles con el terrible dato de cuanta gente moria (o corría peor suerte) por un patinazo tonto o una caída minúscula.