Partida Rol por web

Nirv hizo una reverencia a Travis, y volvió a la mesa, para luego soltar una risa al escuchar al atleta responder al desafío que le habían planteado de pronto. Sería mentir si no admitiera que le había impresionado el efecto que había conseguido con la bola de boliche, porque ella ni se imaginaba haciendo algo similar. Era como ver de esos bateadores profesionales de béisbol, pero en el suelo.

—¿Pero cómo haces eso? ¡Te guardas los secretos más chulos! —Se quejó. Quizás eso era parte de las lecciones avanzadas.

Cuando escuchó el pique de Travis, que no iba solo para uno de los presentes, le dio un pellizco en las costillas. Se lo venía buscando hace un rato, así que tocaba.

—Si practicas, avisa y te vamos a ver. Oli te puede dar algunos consejos, seguro —bromeó, echándose un par de almendras a la boca.

Ladeó la cabeza al ver que Travis cambiaba de bola, pensando que quizás ya estaría cansado y necesitaba una más liviana. No tenía idea, en realidad, porque no sabía cuanto pesaba la anterior ni cuanto pesaba esa. Arrugó un poquito la nariz al ver que no seguía dándole razones a su amigo para preocuparse, pero no cabía duda de que tanto él como ella dependían de esa suerte de principante.

—No tan rápido.

Se puso de pie para ir hacia la pista. Estaba segura de que le iría fatal, pero pensaba perder con dignidad, así que siguió tirando con su técnica infalible. Una vez rompiera su racha, empezaría a practicar como les había enseñado el atleta. Para su sorpresa, la fortuna no se le acabó ahí, y metió primero siete seguido de otros dos. ¡Y esta vez ninguna bola había acabado en la canaleta!

—A ver a quién llamas bocazas ahora —Alzó las cejas a Oli con una sonrisilla.

–Madre mía, ¿cómo puedes tener tanta suerte? Si tienes un estilo malísimo – le digo a Nirvana, aunque riéndome – No va a durar y lo sabes así que aprovecha la tirada para no quedar tan mal en la puntuación – le guiño un ojo.

En mi siguiente turno, se me escapan dos bolos, pero sigo teniendo diferencia con mis competidores así que no me preocupo demasiado.

–Venga, aprovechad mi error para intentar sumar puntos y alcanzarme – les invito, sentándome yo también ahora en la mesa para ver sus posteriores tiradas. La verdad es que estoy bastante cansado después del entrenamiento pero con lo pesados que se habían puesto estos dos para venir a la bolera no me había quedado más remedio que aceptar y, bueno, resulta que estaba siendo divertido.

Saco un momento el móvil para responder un par de mensajes que me habían llegado del grupo de los chicos del equipo y luego vuelvo a levantar la mirada hacia Travis, que se prepara para su tiro.

Travis volvió a probar sus poderes Jedi y de nuevo consiguió un strike a la primera. Era más bueno como Jedi que siendo él solo, definitivamente. Aunque sus cálculos también habían ayudado. No se le daba tan mal. Aun así, obviamente Oliver les ganó. La experiencia es un grado. La tarde en la bolera terminó más que bien. Diversión, dibujo de Nirvana y una tarde bien invertida. Hacía mucho que no se lo pasaba tan bien.

Travis acompañó a Oliver a su casa. Sacó su libreta de la mochila y le pasó sus deberes perfectamente terminados de las troncales comunes para que Oliver pudiera copiarlos, tal como le prometió. Mientras éste los copiaba, ayudó con las tareas domésticas que Oliver tenía que hacer. Cocinar no podía porque era un petardo total, pero podía fregar platos o limpiar. Sin problema.

A la mañana siguiente, escaneó los dibujos y le dio el duplicado a Nirvana, tal como le pidió. El original, Travis lo colgó con una chincheta en su panel de corcho del sótano, junto con las fotos de su hermano, de los Red Crows, con Oliver de pequeños y los fundadores del Club de Rol. Dudó por un momento mientras miraba la que acababa de imprimir, una de ellos tres en la bolera. Se le escapó una sonrisa y al final la puso donde debía, entre las demás del corcho.

Tal como Oliver había sugerido, Nirvana aprovechó todas las buenas tiradas que pudo. Sin embargo, como era de esperar, la suerte se le acabó más temprano que tarde y la puntuación junto a su nombre se mantuvo casi estática en los turnos que vinieron después. Eso, por supuesto, no mermó en absoluto su humor. Aprovechó de probar nuevas técnicas, y siguió con los piques a Olie y las risas cómplices con Travis, aplaudiéndolos a ambos cada vez que marcaban puntos. Se estaba divirtiendo muchísimo.

Al final, todo momento tenía que llegar a su fin. De su bolso sacó una especie de suelas para transformar zapatos en patines y se las puso. Antes de separarse de ellos tomó el bloc de dibujo y arrancó dos páginas: el boceto detallado de Olie en el entrenamiento de esa tarde, y el retrato de Travis y Shadow en el césped. Se los entregó a sus respectivos dueños, asegurando que los dibujos estaban con quienes deberían estar, y luego se despidió dándole a cada uno un fuerte abrazo y un efusivo beso.

Sin más demora, se ajustó los audífonos y desapareció deslizándose por las calles en dirección a la van, donde pasaría el resto de la noche mirando las estrellas.

Había sido divertido. Cuando conocí a Nirvana no creía que iba a caerme especialmente bien porque sus rarezas seguramente chocaran con mi carácter más bien algo arisco la mayor parte de veces, pero lo cierto es que era bastante maja y divertida. Claro que no iba a ser algo que comentara con los populares del insti o con los miembros del equipo: tiene que ser un secreto bien guardado. No es que hubiéramos sido especialmente discretos viniendo a la bolera pero por suerte no había estado muy concurrida al ser un día por semana así que...

Recibí el dibujo un poco alucinado, tanto porque se haya dedicado a eso durante el entrenamiento como a la calidad del mismo. Le di las gracias aunque un poco cortado por su abrazo y su beso, y una vez llegué a casa pensé en guardarlo en un cajón, pero terminé poniéndolo en el corcho de mi pared junto a las fotos con mis amigos.

Me había fijado también en el que le había dado a Travis una de él con Shadow y se me escapó media sonrisa. Ella no sabe que Shadow soy yo, o que yo me convierto en él; no sé bien cómo describirlo aún.