Partida Rol por web

Cuando la parejita abandonó el local, negó con la cabeza. ¡Los muy idiotas se iban justo cuando empezaba lo bueno! Esta juventud estaba muy perdida.

Empezó a llenar los vasos con zumo de toronja. No como un barman profesional, sino a lo cutre. Barriendo el aire sobre los vasos con los bricks de zumo, sin preocuparse por cuanto caía dentro o cuanto sobre la barra. Más cuidadosa fue cuando abrió una botella que tenía una etiqueta casera. Dejo caer un poco de mezcal sobre cada vaso, apagó la música y golpeó la campana de las propinas.

Hubo un movimiento de gente hacia la barra. Algunos incluso haciendo eses o a cuatro patas. ¡Era una de esas noches!

La banda de Travis no fue una excepción. Siouxsie dejó la guitarra y se puso en pie de un salto.

—¡Noche de gusano! Tomó a Matthew y Travis de la mano y los llevó hacia la barra. Big Bear los siguió.  

La dueña del local dio un último azote a la campana. Su tañido perduró en el tiempo más de lo razonable. La vibración agitó su cerebro dentro del cráneo.

Volcó un poco la botella para sacar el gusano, lo sostuvo con dos dedos y, con la otra mano, apuró la botella en su gaznate. Se relamió los labios con gula.

—Por nosotros... y nuestros deseos. Permitámonos la libertad.

Alzó el gusano mientras sus parroquianos alzaban cada uno un vaso y después todos tomaron un trago de aquel potente licor que bajó como lava por el esófago, aunque rápidamente ascendió a la cabeza y entró en el cerebro derribando la puerta de una patada.

Freyja no tenía vaso, ella se metió el gusano en la boca y lo masticó.

A partir de ese momento la noche se volvió un torbellino de destellos. A posteriori recuerdos inconexos e invenciones se mezclarian mientras flotaban en una gran laguna de oscuridad y olvido.

Muchos de los parroquianos salieron del local y se lanzaron a correr como locos por las carreteras, gritando a la luna como coyotes desquiciados. Corriendo más y más como si quisiesen dejar algo atrás. Uno de ellos terminó haciendo una visita a la mamá de Travis cuando tuvo un derrape trágico en el cruce con Old Truce. Cinco se accidentaron en otros puntos del estado que por suerte para Iris, y sobre todo para su novata, no estaban en su jurisdicción. En un polígono industrial de Marietta un par de los parroquianos destrozaron los cristales de todos los coches de dos calles. Otra de la bandas decidió incendiar una fabrica en Dyton.

También hubo una explosión de libido. Debido a la desproporción hacia el lado masculino entre la clientela, Sioux fue asediada por un montón de babosos. Al final la chica le propinó un buen golpe a uno de ellos que terminó en bronca cuando dos amigos del mismo acudieron. Al despertarse, Travis lo recordaría como un combate a turnos del mortal combat en el que se veía a sí mismo y a sus amigos desde fuera y bidimensionalmente de lado.

Siouxsie -> ataque -> ataque especial -> patada en los cojones
Big bear -> ataque -> golpe con silla

Matthew derribó a uno de un gancho y tuvieron que apartarlo del caído porque seguía golpeándolo rabioso. ¿Quién hubiese pensado que un chico tan dulce podría tener un monstruo sediento de sangre en su interior? Tras el combate le quitaron la camiseta y pintaron símbolos de guerra amerindios en su cara y torso con un bote de kétchup.

Y por todos lados se oía la risa estruendosa de Freyja, aunque parecía que la mujer ya no estaba allí, al menos no en un punto concreto. Aunque si que estaría porque compraron más alcohol. Comida ya no quedaba.

El torbellino de destellos aceleró como en un carrusel fuera de control. Sudaban más y más y sus corazones palpitaban desbocados. Y en un momento dado Travis terminó cayendo en un sofá y su campo de visión se llenó de fórmulas. Casi podía formular el tiempo, entender la naturaleza del gran misterio de la física. Agarrar aquella cortina de números y apartarla para dejar ver la realidad, la verdadera realidad

Frotó el indio la yesca,
el pedernal, el pino
con otro pino viejo,
la madera, las hojas
de roble, la corteza
de los ceibos caídos,
el cuerpo del animal
salvaje, el carbón
mineral endurecido.

El mundo cambió entonces
otro espejo movible
que no era el del agua,
alzó su brazo rojo
en la espesa maleza,
en el ámbito crudo
de miles de años
a la sombra, iluminados
solamente por el rayo
o por el centelleo
de los lúcidos ojos
de las fieras.

Tú te callaste entonces
viendo crecer la lengua
clarísima, la llama
que levantó su lanza,
su corona de espinas
y que lamió la noche
como animal salvaje.
Ante tu limpio rostro
de indígena doncella
nacía otro milagro:
el milagro del fuego.

(OSCAR ACOSTA)

Serían las diez o las once de la mañana cuando Travis despertó. Por suerte, el sol no tocaba su cuerpo en ningún punto, pero se colaba a través de rendijas.de las paredes Estaba en una habitación en ruinas. Ya no estaba en el Iron Lady sino en el otro edificio. La granja a la que pertenecía el silo reconvertido en antro. Se había dormido, o quedado inconsciente, en ropa interior sobre un gran saco de dormir pero sin meterse dentro. Por suerte alguien le había tirado una cazadora por encima que apestaba a tabaco y pollo asado.
La boca le sabía a tabaco y estaba seco, muy seco. Cada una de sus células gritaba pidiendo agua. Siouxsie si que estaba dentro del saco. Estaba desnuda, pero alguien le había pintado el cuerpo con fórmulas matemáticas escritas con un rotulador edding. Por si quedaba alguna duda de quién era el culpable, el chico tenía las yemas de los dedos negras.
Un recuerdo impactó su mente: la chica llamándole friki y riendose cuando alabo como quedaba la Transformada de Fourier en su seno izquierdo.
Un segundo recuerdo: ella mordiéndole el torso y llenándoselo de chupones en venganza y para que el también quedase marcado.
La respuesta a la pregunta de si habían follado le llego cuando se movió un poco y se dio cuenta de que cierta sustancia se había convertido en pegamento entre sus partes intimas y el slip. Solo había habido Petting o magreo, aunque lo que recordaba había sido intenso.

Tenía el móvil lleno de notificaciones.

Por suerte la de su madre ponía

"OK cielo, dale saludos"

Era la respuesta a una foto con mueca de él y Matthew que le había mandado con el texto: "Al final sí que bebimos como irlandeses, me quedo a dormir en casa de Matthew para no conducir". Les había costado media hora escribir aquel texto sin ninguna letra fuera de sitio.

Cuando Travis se despertó lo primero que pensó al ver el espectáculo dantesco fue: MIERDA, LA HE VUELTO A HACER. No, aquel tipo de despertares no eran una novedad en su corta vida, aunque hacía mucho que no pasaba. Dejó caer la cabeza otra vez sobre su brazo. Le dolía la cabeza horriblemente y la luz que penetraba en la estancia eran como puñales en los ojos.

“Cinco minutos más. Solo cinco minutos más por favor…” se quejó mentalmente. Pero al final solo se tomó un par de minutos. Miró el móvil. Eran pasadas las 10 de la mañana. Al menos dentro de su trance alcohólico había conseguido enviar un mensaje de aviso a Iris. Bien por su piloto automático cerebral. Pero, tenía que moverse, había quedado con Rob en Pop’s y tenía que pasar por casa a ducharse y cambiarse de ropa…

“Ehm… ¿y mi ropa?”

Se sentó sobre el saco. Se rascó la cabeza, luego miró sus dedos y clavó su mirada en Siouxsie, que dormía al lado suyo, dentro del saco. Sonrió estúpidamente. Arrepentimiento 0, para que iba a mentir. Miró sus nudillos enrojecidos y algo pelados. JO-DER. Debió ser del Street Fighter tamaño humano de anoche. Ni recordaba haber pegado a alguien o qué pinta tenía. Solo que no se había roto la mano de milagro. Luego vio las marcas que ella le dejó a él. Menos mal que no era verano.

“Espera, creo que le di a alguien con una bola de billar en la cara. ¿Es posible?”. Todo estaba confuso en su cabeza.

Volvió a mirar a Siouxsie. Se inclinó sobre ella y le retiró un mechón de pelo que le había caído sobre la cara y se lo recogió tras la oreja, con delicadeza, para no despertarla. Se la quedó mirando unos segundos. Era como la polilla a la llama. Con y sin alcohol. No podía evitarlo. No había nada romántico en ello, solo mera atracción sexual absurda. Ella le ponía mucho, no, demasiado, le ponía como un puto verraco en celo. Como pareja serían un desastre, eran fuego y pólvora, pero como amigos con derecho a roce... Se acordó de Felicia. “No sé cómo pensé siquiera en intentarlo, si no se parece en nada a mi tipo. Ni a Siouxsie ni a Isabel” pensó para sus adentros. Últimamente había tomado muchas decisiones malas o como mínimo extrañas.

Se puso a buscar su ropa por la estancia. Encontró los pantalones a la primera y se los puso. Mientras buscaba la camiseta encontró el rotulador que había usado para “tatuar” a Siouxsie. Y sonrió maliciosamente. Se mordió el labio inferior, decidiendo qué iba a poner. Una vez decidido, se acercó a la chica. Se arrodilló a un lado de la chica y se inclinó hacia donde estaba su espalda. Abrió el saco con cuidado, lo justo para dejar solo la espalda de ella al descubierto, pero no todo su cuerpo y empezó a dibujar 0 y 1s en agrupaciones binarias.

“Para que luego diga que me voy sin despedirme ni decir nada, ni una nota ni nah de nah…” se rio mentalmente.

Empezó a escribir desde su nuca bajando por el eje central de su espalda, sobre la espina dorsal, de arriba a abajo:

01100110 01101100 01100001 01101101 01100101

Era curioso que nombrase a Robert, Isabel y Felicia, pues el resto de mensajes sin leer eran de ellos:

Ya sabes que a veces la Star Trek tiene que obedecer ordenes del alto mando aunque no quieran. Al final siempre hacen lo correcto aunque, de primeras, tengan que tragar con la cadena de mando. En otras palabras: llegare tarde porque mi madre me ha mandado hacer unas cosas para ella. ¿Te parece bien si quedamos una  hora más tarde?

Isabel le mandó unas fotos se un paisaje rural del Ohio profundo

Mira que asco. Puro aire sano sin (suficiente) contaminación. Huele a mierda de vaca y la cobertura es mínima. Al menos el bar del pueblo tiene wifi. Y huevos con bacon.

Creo que la abuela va a palmar pronto, no dijo nada malo de mi estilo y fue amable. Creo que está poniéndose en paz con el universo. Eso o le dio demencia de buen rollo.

Tú qué tal? Tienes ya el cubo de sangre para hacerle un carrie a valentina? Es broma, no merecen la pena.

Nos vemos mañana!

Felicia había añadido a Max al grupo de la luna del cazador y este había saludado pero no habían hablado mucho mas. La chica había afirmado seguir estudiando la situación.

La chica gimió un poco en plan "no quiero despertar hasta que abrió los ojos de repente. Se volvió le levanto la camiseta y le beso en el pecho. Travis notó como succionaba fuerte, creando una nueva mancha morada en su piel.

—Ojo por ojo y diente por diente —dijo.

Se levantó y empezó a buscar ella también su ropa.

—Si has resuelto algún problema matemático chungo en mi piel, toma apuntes.

Se rió y tosió con la boca seca y pastosa por la nicotina.

Cuando estuvieron vestidos se encaminaron a sus motos.

—La próxima vez que vengas a vernos, avisa para que podamos darte de una vez tu puta chaqueta de la banda. Si no, haré trapos de limpiar con ella.

Travis hizo una mueca al asalto vil de Siouxsie. Él intentando poner algo bonito en su espalda y ella dejándole más marcas que a un niño con viruela.

-No, tranquila, solo es una fórmula de frecuencia para separar elementos mezclados. Es… bonita. Solo eso- se acabó mordiendo la lengua para no soltar nada más. Había estado demasiado tentado por unos segundos. Habría querido acabar lo que durante la borrachera y frenesí habían empezado, pero su despertar tan “energético” le dio claramente el mensaje de que no era más una opción. Se acabó de vestir y fue en busca de su chaqueta que estaba en el silo. Ya con todas sus cosas se encaminó con Siouxsie hacia su moto y la de la chica.

-¿Mi chaqueta?- se quedó algo sorprendido. Entonces… ¿¿había sido miembro todo ese tiempo y él sin enterarse?? –Buena suerte haciendo trapos con una chupa de cuero- sonrió cínicamente.

-Esta noche tengo que ir a un estúpido baile del insti. Le prometí a Dixon que la acompañaría. Si al final se reconcilia con Olie, igual me puedo ir sin más, porque aguantar a una panda de pijos cretinos toda la noche puede ser superior a mi paciencia. Te aviso si me escapo. Prometido- se acercó a ella y antes de que la chica se subiera a la moto le dio un lametón en el cuello, por detrás del lóbulo de la oreja y un mordisco en esta.

-Nos vemos- sonrió pícaramente y se subió a su moto. Se puso el casco y se dispuso a marcharse. El móvil lo miraría al llegar a casa. Aún tenía un largo camino hasta casa y apenas había dormido.