Partida Rol por web

Suelto una sorda carcajada cuando me pide que le recuerde a nuestros hijos que no les permitamos venir al sur nunca mas. Recuerdame que jamás vuelva a bajar tanto al sur. Estaba habituado a orientarme en lugar extraños, bosques o praderas sin ninguna señalizacion, y en cambio, aquella ciudad, todo era grande, todo estaba señalado, y todo era artificial. Me costaba de sobremanera conseguir discernir la direccion correcta... a pesar de las indicaciones. Y mas mal que bien, acabamos por llegar a las puertas del museo.

Impresionado, al igual que Zynna, me paro, observando el lugar bocabierto. Quizás el caudillo de la ciudad. Y por el trato que nos han dado, dudo que nos permitan visitarlo y explicar cual es nuestra situacion. Dudo que tampoco me hiciera caso, o consiguieramos algo. Despues de lo visto en el sur. Y como Zynna, no se que es un museo. Desde donde puedo ver y conocer, me parece la casa mas grande e impresionante que he visto. Demasiado grande: Seguro que mis hijos se perderian en ella. Demasiado impresionante, seria el reclamo de todos los saqueadores de la zona.

Hablemos. Pero esta vez hablaras tu. Señalo uno de los guardias, caminando hacia él. Esta vez, en un gesto de generosidad y "modernismo del sur" voy a dejar que sea ella quien hable con el guardia.

Río, alzando las cejas en un gesto de sorpresa, mirando a Drogo, cuando le dice que esta vez habla ella: ¿Vas a dejar que hable tu esposa? - le digo, divertida, mientras caminamos hacia el guardia- Si no fuera porque te conozco lo suficiente como para saber lo poco que te gusta preguntar, pensaría que se te estan pegando las costumbres del sur... - remato mis palabras con un guiño y un empujón cariñoso. No, no es que nuestra sociedad sea machista. Tampoco se trata de que el hombre esté por encima de la mujer. Se trata, sencillamente, de que hay cosas de hombres y cosas de mujeres. Así de sencillo.

-Bueno, vamos entonces a ver si por fin alguien responde a algo en esta tierra. - le digo, aún con esa expresión divertida en el rostro. Y me acerco, junto a Drogo, al guardia que me señala, carraspeando incluso. No estoy acostumbrada a este tipo de cosas. Y tampoco se como reaccionan en el sur ante las palabras de una mujer. Aún así, me lanzo, aceptando el "desafío" de Drogo, y llamo la atención del guardia:

-Disculpe la interrupcion.  -comienzo a decir, y caigo en la cuenta de que el tipo del templo no nos ha dicho su nombre. Pero si que recuerdo el otro nombre, el del sacerdote que andaba preocupado por el otro muchacho. Egil. Ese era el nombre que nos habían dado. Bueno, despues de todo, lo importante es dar un nombre... Y técnicamente el pertenece al templo- Nos envía el hermano Egil, desde el templo. Estamos intentando saber algo más sobre el paradero de uno de sus hermanos, Tyson, que ha desaparecido. Dicen que la ultima vez que lo vieron fue aqui. - hago una pausa, esforzándome por comportarme como ellos, con esa amabilidad que tan artificial me resulta. Nosotros somos gente mucho más directa, sin tanta parafernalia- ¿Podría facilitarnos cualquier información que tengan sobre él o dejarnos echar un vistazo en el interior? En el templo están muy preocupados por el. - digo esto último obligándome a dibujar una expresión apesadumbrada en el rostro. Sé que ese tipo de gestos, sobre todo en una mujer, suelen ablandar los corazones de los sureños. Y estoy dispuesta a probar suerte.

Poco sé sobre lo que habláis, la verdad. Lo primero deciros que visitar el museo requiere el pago de la entrada, es una pieza de oro por persona. Así que si queréis echar un vistazo tendréis que pagar la entrada.

En cuanto a lo de Tyson, lo único que sé, es que Merrin Paskenfell, Propietario del Museo, estuvo hablando esta mañana con una mujer de cabellos morenos, un tanto alocada y cuyo familiar era un sapo. No he podido averiguar nada más, pero si alguien sabe algo, a parte del Sr. Pskenfell, sin duda será ella.

Lo que no tengo muy claro es a donde se marchó luego.

Mi respuesta hacia Zynna ante su primera suposicion fue una serie de gruñidos y farfulleos por lo bajo, mirandola de reojo, devolviendole ese empujoncito tras recibirlo por parte de ella. No hay acritud en el gesto, si no mas bien alguna forma de "cariño" barbaro que dificilmente entenderian por alli.

Camino junto a ella, parandome y cruzandome de brazos al llegar a la altura del guardia, quedando como silencioso testigo de la conversacion. Dispuesto a intervenir si fuera necesario, en cualquier sentido. Intercalo la mirada entre cuando habla Zynna, y las respuestas del guardia, con cara de pocos amigos.

Y al acabar de escuchar lo que el guardia tiene que decir, me siento decepcionado, negando lentamente con la cabeza. ¿Esque alli nadie sabia nada? ¿Que tipo de ciudad tiene unos guardias que nunca saben nada? Enfadado como encontraba, resoplo, mirando a un lado y otro, pensando unicamente en la perdida de tiempo, y que esta cayendo el sol.

Y por primera vez en toda la conversacion, hago la pregunta. ¿Y sabe donde se encuentra el Señor Paskenfell? ¿Que tipo de apellido era ese? Gustariamos de hablar con él sobre este tema...

Es la segunda referencia a aquella extraña mujer que escuchábamos hoy. Parece que, fuera como fuese, alguien se nos ha adelantado. Frunce el ceño, pensando sobre esto, y sobre las palabras del guardia. ¿Ha dicho que hay que pagar para entrar a una casa? En nuestra aldea solo había un lugar así y en el solo entraban los hombres sin esposa. ¿En serio allí esos sitios son tan lujosos?

Miro a Drogo, descolocada, como si el mero hecho de mirarlo fuera a darme la respuesta a mi pregunta. Y luego resoplo, cansada de todo aquello. A mi tambien me parece increible que nadie tenga idea de nada. Y, como veo que Drogo ya le pregunta lo mismo que yo tengo en mente al guardia, decido simplemente cruzarme de brazos y observarlo, en una pose que quizás, solo quizás, en aquella parte puede resultar demasiado intimidatoria para una mujer.

¿Museo? Debe de tratarse de la forma a la que llaman a este tipo de palacios en el sur. Es un impresionante museo.Mi nombre es Boudiko y el suyo es Zynna.  La señalo, cuando digo su nombre. No le estrecho la mano, ni hago el amago de hacerlo.

Se que no somos los primeros en preguntar. Espero que no se moleste si debe repetir eta conversacion. Estamos buscando a Tyson, del templo. Nos envia el hermano Egil. Esta preocupado, y queremos deshacer este problema.

¿Obras? ¿Pero no es el caudillo de la ciudad? ¿Que obras hace? ¿Se refiere a una casa? Deberia estar cuidando de su pueblo y no haciendo obras. No estamos interesados en ninguna obra, por ahora, gracias.

Cabeceo, a modo de saludo, observando al tipo con una mezcla de recelo, deconfianza y curiosidad. ¿En serio aquel tipo era el que gobernaba en aquella ciudad? No habría durado ni dos horas en nuestra aldea, eso seguro. ¿Cómo podía un hombre tan enquencle como aquel tener bajo control una ciudad tan grande? Sería un mago poderoso, seguro. Si no no tiene explicación.

-Necesitamos cualquier información que pueda darnos sobre él y sobre el día que desapareció. Estoy segura de que alguien como usted estará más que informado... .-todo el mundo sabe que los caudillos son los mejor informados de todas las aldeas. A sus oidos llega todo. Y si además aquel hombre había desaparecido en su casa, con mas motivo.

Sigo observando, con el ceño fruncido a aquel tipejo curioso. ¿Como sería su magia? Dudaba mucho que tuviera algo que ver con la nuestra... Seguro que era capaz de gobernar sobre los muertos.

¿Tyson? Efectivamente, una mujer vino no hace mucho preguntando por él. Era una mujer preciosa y sumamente cortés y agradable, aunque luego inventó una serie de bobadas, seguramente con la intención de visitar mi museo, pero no le sirvió de nada. Me contó algunas cosas que yo no sabía.

Dijo que había una persona implicada en su desaparición, su nombre es Desthen, pero no tengo ni idea si eso es cierto o no. Desthen es un mercader que siempre ha hecho tratos conmigo. La verdad que hace unas esculturas fabulosas y ninguna de ellas dura mucho tiempo en mi museo. Dudo mucho que esté relacionado con su desaparición si es que es verdad eso de que ha desaparecido, o quizá os hayan engañado.

La muchacha me dijo que Tyson estuvo investigando a Desthen y, al parecer, descubrió algo sobre sus esculturas: y es que no son esculturas de verdad, si no que usaba un hechizo para convertir a las personas en piedra. Yo no creo que sea cierto, más que nada porque jamás he tenido ninguna escultura de personas en mi museo, ni nunca se la he visto. Pero la mujer asegura que en su diario hay anotaciones sobre ello y que lo último que dejó anotado fue que iría primero a hablar con Desthen para aclararlo... Y dijo que después de aquella visita ya no se le ha vuelto a ver.

Pero vamos, que estoy casi seguro que son bobadas, yo creo que Tyson sentía envidia por la escultura de Desthen y levantó mentiras sobre él para que nadie viniera a comprar. No tenemos indicios de que nadie haya desaparecido y además ninguna de esas esculturas eran personas, simplemente animales o incluso alguna criatura o bestia mágica ¡Simplemente es un gran artista, que genera grandes envidias!

El anciano se mostraba un poco preocupado y realmente no entendía a qué vinieron aquellas acusaciones por parte de la mujer. El hombre hacía gestos negativos con la cabeza a modo de desaprobación.

Después la joven me pidió entrar en el museo, cosa que imagino que haréis ahora, y la respuesta fue no. Si habéis inventado este truco para entrar sin pagar, creedme, no le funcionó a ella y no lo hará con vosotros dos.

Esta es toda la información que tengo respecto de Tyson, Desthen y aquella mujer que parecía tan falsamente encantadora cuyo nombre ya no recuerdo.

¿Una mujer? Debe ser la mujer de cabellos oscuros que mentaba el guardia antes... Boudiko siguio escuchando las palabras del propietario del museo en silencio. Ser norteño, no te eximia de ser educado, asi que dejo que relatara toda la informacion, con rostro invariable, hasta que comenzo a acusar de que tambien era nuestra intuicion entrar en su museo de gratis.

No estaba interesado en entrar al museo, sobretodo despues de la informacion que habia recibido, ahora, a sabiendas de que tenia un nuevo nombre, y una posible colaboradora en la busqueda -a pesar de que el señor Merrin no estaba siendo muy halagador con ella-. Francamente, desconocemos tanto al Señor Tyson como al Señor Desthen, y no podemos acusar ni desmentir nada sin conocer lo sucedido. Pero deseamos esclarecer todo esto, limpiar el nombre de Desthen si no tiene nada que ver, y rescatar a Tyson si ha sido victima de algun mal.

Si lo conseguiamos, tanto el propietario del museo como el del templo nos deberian un favor. Y eso, era bueno. Muy bueno para unos recien llegados. No, no deseamos entrar en su museo. No es falta de interes, cae la noche, y debemos buscar refugio para pasarla. Ha sido un autentico placer hablar con usted, Señor Paskenfell. En cuanto tengamos noticias, se lo haremos saber. 

Lo despido con un exagerado cabeceo, a modo de respeto, retrocediendo un paso. Gracias por su tiempo.  Digo, en ultimo lugar, dandome la vuelta, y esperando a Zynna para marchar hacia alguna posada, donde podamos pasar la noche por un buen precio, y seguir la busqueda el dia siguiente.

¿Esculturas de verdad? ¿Pero qué disparate es ese?

Escucho al anciano con atención, dedicando, de cuando en cuando una mirada furtiva a Drogo, a medida que avanza en su increíble relato.  Así que ahora teníamos a un tipo desaparecido en un museo, unas estatuas que eran personas, o eso decían, una  mujer buscando más información  que nadie sabe  de dónde ha salido y un tipo acusándonos de querer entrar gratis a su casa. ¿Desde cuando  se paga por entrar en casa de alguien? En  el norte nos habrían ofrecido alojamiento y nos habrían obsequiado con una buena cena, a la altura del anfitrion. ¡Y allí te cobraban por entrar a las casas!

Resoplo, negando, casi imperceptible. Y, cuando escucho a Drogo dejar claro que no queremos entrar en ningún lugar asiento, dispuesta a marcharme de allí. Aunque eso de las estatuas al menos  nos había dado un punto dónde investigar. Desdhen. Es a él a quien teníamos que encontrar.

-Gracias por la información.

Miro hacia el cielo. Tenemos poco tiempo para encontrar un lugar en el que alojarnos así que, será mejor que nos pongamos en marcha cuanto antes. Y, cuando Drogo se gira, yo lo hago con él, en dirección a cualquier lugar donde pasar la noche.

- Quizás sea una buena idea preguntar por ese Desdhen en la ciudad. El caudillo lo tiene en demasiada estima como para ser sincero. - le comento a Drogo en cuanto nos ponemos en marcha, con un gesto pensativo.

Este enorme edificio está construido en mármol blanco. Numerosos pilares tallados rodean sus patios, y su fachada está engalanada con intrincadas tallas. Una puerta de hierro colado controla el acceso al edificio en sí; permanece abierta durante el día, pero se cierra durante la noche. En la piedra que hay sobre la entrada se lee la inscripción "Museo de Tormentos Cristalinos".

A diferencia de muchos otros museos, todo lo que está a la vista está en venta, por el precio adecuado. La mayoría de los objetos se vende por unas 100 po, pero algunos se acercan al límite de 3.000 po de la villa. Cualquiera que solo desee pasear por el museo y admirar sus numerosas vitrinas, podrá hacerlo por la mísera cantidad de 1 po.

A cualquier hora del día hay patrullas de soldados vigilando la zona.

El museo está junto al templo, así que no tardo en llegar. Sin duda alguna es una zona interesante dentro de la ciudad y los guardias que hay por la zona me dicen que es una zona segura y probablemente rica dentro de la ciudad.

Cuando llego a la puerta del museo con intención de entrar leo un cartel y refunfuño al darme cuenta que el precio de entrada es excesivo para mi bolsillo en este momento.

-Vaya que cobran por ver un museo- digo mientras busco con la mirada algún guardia al que preguntar.

-Buenos días, no pretendo entretenerle mucho ¿conoce a unos hombres llamados Desthen y Merrin?, tengo entendido que uno es el jefe de los artesanos y me gustaría hablar con cualquiera de los dos ¿saben donde puedo encontrarlos sin tener que pagar?

En ese momento se me pasa por la cabeza que siempre, si no saben nada del asunto puedo preguntarlos si hace falta mano de obra para realizar algún trabajo, pues me doy cuenta de mi precaria situación monetaria.

-Paskenfell, ¿Merrin Paskenfell?- pregunto para confirmar por si hay algún error.

-Verá, no pretendo entretenerle demasiado y ciertamente aunque no tengo dinero para comprar nada, espero poder juntar algunas monedas para poder admirar las obras del museo. Picar en la piedra ha sido mi profesión durante largo tiempo y disfruto de esas cosas.

Una semilla muy burda para llamar su atención, pero nunca he sido bueno con las intenciones ocultas, así que sin más sigo.

-Pero ahora mismo, tengo un encargo entre manos, me han pedido encontrar a una chica, alta y morena algo peculiar y que al parecer sufre de locura y por lo que he escuchado ha estado rondando este lugar. ¿Les ha causado algún problema?¿no sabrá hacia donde ha podido dirigirse?. 

Sí, así es. Lleva mucho tiempo sin venir por aqui, lo menos hace un par de días que estuvo. Así que supongo que es complicado que te diga hacia donde fue, porque ya fue hace mucho. Aunque creo que andaba buscando a alguien. O algo... no recuerdo... Mi memoria me empieza a fallar bastante...

-Mmm- me frustra esa respuesta, nunca pensé que esto fuera a ser fácil, pero esperaba tener alguna indicación sobre la chica- es una lastima, ya que es la única que al parecer me podía contar donde estaba un hombre llamado Tyson.

Hago intención de marcharme, pero justo antes de hacerlo me giro hacia el hombre.

-He llegado recientemente a la ciudad y puesto que no voy a encontrar a ese hombre ¿no sabrá si hay algo de trabajo en la ciudad, alguien que necesite que le realicen un encargo?

Esta mañana en las noticias que anunciaban por toda la ciudad parecía indicar que en las posadas había anuncios de trabajo. Ve a cualquiera y pregunta allí, parece que ha corrido el rumor por los alrededores y saben que Tormentos Cristalinos es una ciudad donde acuden decenas de aventureros.

-Así lo haré Merrin...señor Paskenfell- digo con tono seco por haber fallado en mi primer intento de reunir algo de información.

Por lo pronto intentaré buscar a la joven por si sabe algo, pero también necesito saber si ese extraño rumor de las estatuas de gente viva corre por las calles. Además, algo de oro no me vendría mal para sobrevivir, por lo que si encuentro algún encargo fácil que me pueda mantener, lo tomaré ya que mi misión actual puede llevarme un tiempo y como poco necesito oro para entrar a investigar en el museo.