Partida Rol por web

Parecía que el asunto estaba zanjado a pesar del mal sabor de boca que se le quedó a la jovencita al darse cuenta de que Amedeo no se dejaría ayudar. Igualmente, aquello no la desanimaba, puesto que estaba dispuesta a investigar por su cuenta pasara lo que pasara.

-Si lo sé y te lo agradezco. Es solo que nuestro caso no es nada especial, sino más bien uno de tantos – Se explicó cuando el guardia le dijo que era bastante lamentable lo que les había ocurrido.

Cuando discutieron las posibilidades que ambos tenían con respecto a la información del mendigo, los ojitos de Leo se iluminaron cargados de esperanza mientras decía – Yo lo he pensado pero no sé si me dejarían leer ese libro oficial con los nombres de aquellos que han llegado en barco. ¿Tú tendrías acceso a eso? El mendigo que dijo que no tardaría mucho en irse, por lo que no se si tengo mucho tiempo para saber si se trata de Theo o no. - Finalizó con algo de ansiedad en el tono de voz.

“Podria echarle un ojo por mi cuenta, eso sería lo mas seguro para que nadie nos detenga. Aunque se nota que vos sabrías mas de ella por lo que si me contaras todo podría hacer el intento de buscarla.” Aclaro aceptando en primer paso la búsqueda aunque ofreciendo a ir solo por esta información.

La miro algo extrañado ante la nueva mención del mendigo. Casi había hecho lo mismo la otra vez pero lo había disimulado mejor. “Ese mendigo parece saber mucho, supongo que a temas de un límite de tiempo que solo sirve para ponernos mas nerviosos ha dicho mas cosas? Igual cuanto le crees realmente a ese individuo.” sus preguntas eran un claro esfuerzo por saber más de la fuente y la veracidad de esta.

-Bueno… todo lo que se, literalmente, es lo siguiente: Un joven con mejor aspecto que mucho de los jóvenes en la calle, terminó ofreciéndose a una mujer noble extranjera por mucho dinero. Al parecer el negocio le funcionó, aunque dicen que el joven se ha convertido en la mascota de esta. Sobre la noble sé que no es Italiana y no estará mucho tiempo aquí. – Recitó de nuevo textualmente las palabras del mendigo

– No conozco más de eso, aunque es la única posible pista que tengo sobre mi hermano. El mendigo se llama Nicolo y es alguien famoso en varias zonas por encargarse de ayudar a los demás. No sé si dijo la verdad, pero no tendría por qué mentirme. Además, no pierdo nada por investigarlo. Puedo ir contigo si me lo permites, aunque no sé qué es lo que tienes en mente. Yo… estoy muy preocupado, aunque intento ser fuerte a ojos de los demás – Le confesó por fin, sin saber muy bien por qué confiaba tanto en el apuesto guardia.

No pudo evitar poner cara de extrañeza ante los datos que le daba ella y en si no era una reacción rara ya que toda esas palabras dichas de esas formas como un dato generaba unas cuantas preguntas. Pero Amedeo parecio preferir no hacerlas en especial cuando escucho el nombre de Nicolo.

“¿El santo Nicolo te hablo? ¿No era una leyenda urbana?” pregunto al incrédulo pero no desechando lo que le dijo por eso. “Veamos entonces sabemos que un muchacho guapo que puede ser tu hermano se vendio a una mujer extranjera que podría partir llevándoselo a quien sabe donde.” Resumio cruzándose de brazos pensando en todo.

“Primero que nada si conozco a Nicolo, los de la guardia también lo conocen pero no es querido entre ellos o aquí. Asi que cuidado con quien lo nombras.” Le advirtió con seriedad dando un vistazo a los alrededores aunque no había nadie cerca para escucharlo. “Segundo lo que intentaría es ir a investigar los cuadernos no oficiales, esos que vos o cualquiera que no es de la guardia no deberían saber. Es un cuaderno más completo que el oficial, no sé si podría ir con vos a leerlo y por eso espero que me tengas paciencia para averiguar si encuentro a esta dama extranjera.”

Ante el ultimo comentario sonrio y volvió a tocar su hombro. “Eso hacemos todos, es parte de ser hombre.” Le devolvió casi automatico.

Leonor no sabía que Nicolo no era muy querido entre los miembros de la guardia. No obstante tampoco le sorprendió lo más mínimo, puesto que si se encargaba de ayudar a los más necesitados, posiblemente interferiría en las acciones de las fuerzas de la ley en más de una ocasión.

-Eso pensaba yo hasta que le vi – Respondió la joven que aun no sabía si había sido real o producto de sus terribles pesadillas, aceptando su consejo de no decir nada. No obstante, cuando Amedeo le habló de ciertos cuadernos no oficiales, la huerfanita abrió los ojos por primera vez en mucho tiempo ya que desconocía de la existencia de tales documentos. ¿Cómo no había pensado en esa posibilidad? Se recriminó, sin embargo asintió ante el ofrecimiento de su compañero antes de añadir.

-Lo que necesites, amici. Mientras tanto yo intentaré investigar sobre el alemán… y el que descubra algo sobre las peticiones del otro, ganará una ronda ¿Trato? – Zanjó estrechando su mano para cerrar el acuerdo, sintiendo que quizá estaba un paso más cerca de encontrar a su hermano. Tenía que encontrar tiempo para averiguar por su cuenta donde estaban esos registros clandestinos para preocuparse de su “otra” lista, aunque eso no podía decírselo a Amedeo.

El guardia sonrio grande y le ofrecio la mano para que cerrar el trato. “Trato.” Dijo luego de estrechar la mano. “Ten mucho cuidado igualmente, no hay necesidad de arriesgarse de mas.” Le aconsejo para luego despedirse de ella no solo para completar esta nueva misión sino para volver a su puesto.

Sola quedo la joven, aunque sus pensamientos la siguieron acompañando como siempre hacían. La idea de registros clandestinos le daban una nueva idea donde podría encontrar mas pista sobre la lista que esa pobre jovencita muerta le había entregado hace unos días. Aunque tal vez también podría comprobar esa lista por un tema mas personal que eran los sujetos que la perseguían a ella y a su hermano.

Sin embargo eso tal vez era demasiado poder para que ella se entere y probablemente se encontrara muy bien vigilado por lo que su curiosidad solo terminaría en ello. A menos claro que se le ocurriera alguna forma de que sus manos terminaran tomándolo.

-Lo mismo te digo. Ten mucho cuidado. Nos vemos pronto – Respondió con el apretón de manos antes de despedirse.

Una vez cerraron el trato y Amedeo dejó la estancia, la jovencita se encontró mirando el horizonte, y pensando en retrospectiva todo cuanto le había sucedido. Ciertamente jamás hubiera pensado que acabaría trabajando para la guardia de la ciudad, aunque, mirándolo desde otra perspectiva, nunca habría podido saber que caería en manos de criaturas tan poderosas como los señores de la noche, y que un Vampiro le robaría su preciada virginidad.

Ahora que se encontraba a solas repasó mentalmente la lista de nombres que la habían llevado hasta esta torre, así como las razones por las que Luca se encontraba en Venecia junto con Selena. ¡Ains! Ojalá su hermano apareciera, puesto que él sabría exactamente qué hacer. No obstante, este no era el caso, y ella se encontraba sola, sopesando aun si alejarse de Konrad tal y como lo había hecho con Camila era la mejor solución… Camila… cuanto la echaba de menos ¿O era a Piero? ¡Maldita sea! Se sentía tan confundida que le iba a estallar la cabeza.

Por todo ello, decidió concentrarse de nuevo en la lista de nombres que tenía:
-Sir Kevyn
-Sir Alfons
-Martín
-Reinier
-Gero Tribuno
-Rodrigo de Navarra

Aun estaba convencida de que el hecho de que hubiera nombres tachados y otros no, tenía que significar algo, por lo que se dijo a sí misma que Rodrigo de Navarra debía tener cierta urgencia por alguna razón. Ya sabía que Reiner y Sir Alfons habían llegado hacía 4 días ya al igual que Luca Vestini. Ahora le restaba conocer el paradero de los demás integrantes de la lista. Lo primero que haría sería centrar su día de trabajo en tratar de prestar atención al posible paradero de dicha lista clandestina ahora que sabía de su existencia, al mismo tiempo que le echaría un ojo a la lista oficial para grabar en su memoria los nombres de las nobles recién llegadas a Venecia, luego… cuando la noche llegara, se volvería a colar en la biblioteca para buscar más información, pero esta vez procurando que ningún vampiro se sintiera ofendido por ello. ¿Quién sabe? Quizá tendría suerte con alguna de sus búsquedas en el día de hoy.

Con un plan trazado en su mente la joven empezó a explorar la fortaleza en busca de cualquier indicio de donde se encontraba la lista informal, aunque el problema era que al ser nueva en ese trabajo un gran pedazo de la fortaleza estaba completamente prohibida a ella, siendo expulsada de ahí con educación en ciertas ocasiones y en otras con comentarios hoscos. Lo que era desalentador ya que se sentía que no había podido explorar ni la mitad de ese lugar.

Aunque algunas cosas se le volvían claras la joven que con paciencia observo como los nuevos llegado del mar eran entrevistado con unas breves preguntas y anotados para que luego den su firma. Aunque como había dicho Amedeo habían algunos que entregaban monedas por el silencio de los guardias, el precio no era ninguna tontería que la joven pudiera pagar ni con un año de trabajo pero se suponía que era una forma casi perfecta para poder entrar de forma discreta y la vez con cierta legalidad. Sin embargo los visitantes eran anotados igualmente en otro papel pequeño que era tomado por mensajeros con mas edad que ella que casi corrían hacia un lugar de la fortaleza que no podía pasar, pero que ahora al menos sabia que era donde se guardaba ese tomo no oficial.

Dejando aquella búsqueda por un momento para no llamar la atención, se quedo por su sector donde sus compañeros mensajeros hacían lo suyo. Con algo de sutileza pregunto por el Tribuno que buscaba preguntando por la familia, la respuesta no tardo en llegar con alguien comentando de que hubo una muerte en esa familia y muchos sospechaban que se había tratado de Gero que hace dias que no aparecia a pesar de ser alguien de mucha presencia en Venecia. Aunque eso no era de lo único que se hablaba ya que ese no había sido el único muerto de la nobleza esos días, un caballero extranjero y dos miembros de la familia Ziani también muriendo. Todos los veian como asesinatos entre las familias nerviosos por los planes del Dogo y queriendo debilitar a la otra, mas tampoco era que como si alguno estuviera seguro.

Bien la joven podría seguir haciendo preguntas pero se arriesgaría que alguien sospeche de su investigacion.

Tras mucho recorrer los pasillos de la fortaleza y preguntar de forma disimulada pero lo suficientemente sutil como para no levantar sospechas, Leonor por fin dio con los lugares que de seguro mantenían esa lista secreta lejos de los ojos de los curiosos. Estaba claro que en Venecia, como en el resto de las ciudades del mundo, todo tenía un precio, por lo que no era de extrañar que los nobles más influyentes y que desearan pasar desapercibidos, se valieran de este tipo de argucias para no aparecer en los registros oficiales de la ciudad…. Eso, sin tener en cuenta los poderes de los Vampiros que ya conocía, por lo que esperaba que la dama misteriosa que posiblemente pudiera tener a su hermano, no fuera una de las criaturas de la noche.

Lamentablemente si se colaba sin permiso en el lugar donde el tomo era guardado y la pillaban, de seguro sufriría un castigo que posiblemente desembocaría en su propia muerte, por lo que prefirió dejar de lado su búsqueda de forma temporal, para prestar atención a la información que le ofrecían sobre los asesinatos. Por todo ello, y a modo de curiosidad, continuó la conversación que mantenían con ella, tratando de sonar espontánea al preguntar qué nobles y qué caballero habían sido asesinados, e intentando averiguar toda información que implicara a Gero.

Los mensajeros y unos pocos de los guardias no parecieron sospechar su verdadera razón para preguntar por los nobles, introduciendo a la joven junto con otros curiosos a la conversación de los asesinatos.

Como respuesta le dijeron que habían sido nobles importantes de la casa Ziani, siendo los miembros de la familia que la gobernaban. Emilio Ziani y su esposa. Dejando el poder en uno de sus hijos aunque era sabido por todos que el tio del jovencito seria quien mandara a partir de ahora como pasaba en este tipo de hechos. El caballero que murió no era muy conocido aunque decían que era de origen alemán y que murió tratando de defender a la familia. Aquella información te hacia creer que finalmente el caballero que buscabas podría haber muerto en esa casa y que los asesinatos ahí habían contribuido a la extensa defensa que había encontrado cuando fue a la casa de esa familia.

Respecto a Gero no supo mas que era un gran orador a favor de librar a Venecia de los musulmanes o al menos de cobrarles mucho mas que a los otros mercaderes. Por lo que había cierta sospecha que los propios musulmanes habían sido los que habían provocado su muerte, a pesar que los que se encontraban en contra de esa hipótesis argumentaban que esa muerte solo había servido para que mas fanáticos cristianos se volvieran mas violentos con ellos.

Afortunadamente para Leonor, nadie sospechó de sus preguntas, por lo que pudo averiguar bastantes datos referentes a los asesinatos y contrastarlos con lo que ya sabía de antemano. Era una lástima que Gero estuviera muerto, puesto que no había conseguido dar con ningún miembro vivo de la lista. Aunque el hecho de que ese hombre impulsara activamente un movimiento contra los musulmanes le dio que pensar y la razón por la que posiblemente estuviera en aquella lista.

Por todo ello, tenía que encontrar A Rodrigo de Navarra antes de que lo mataran, aunque también debía averiguar si el caballero era el hombre que aparecía en la lista o se trataba de alguien más.

Como no tenía muchas más pistas donde buscar en el cuartel, la damita decidió buscar directamente en la casa de los Ziani de nuevo para ver que tal seguía la seguridad y si había alguna posibilidad de averiguara algo más por parte de los vecinos. Si no, estaba pensando en pedir ayuda a Naywa, además de que hacía tiempo que deseaba ver a su colorida amiga.

La búsqueda de aquel español, que empezaba a sospechar que era el mismo que los fanáticos habían nombrado, era algo cuanto menos complicado. No sabía muy bien cómo podía encontrar a un hombre así o al menos no tenía una idea clara como hacerlo pero sabía que era inevitable si quería cumplir la voluntad de ese fantasma. Aunque meditándolo un poco se preguntaba ¿Era solo encontrarlos el pedido del fantasma?

Llegando a la casa de los Ziani veía que la misma cantidad de guardias seguían en sus puestos, con uno en el techo dificultando su mejor idea para ingresar. Aunque no sabia porque sentía algo mas en ese lugar como si algo mas estuviera pasando sin que sus ojos pudieran encontrarlo, era un sentimiento que ya había sentido antes uno que solo podía comparar al escalofrio que le dio los anteriores espíritus que encontró aunque su vista no llegaba a dar con este. Lo que si veía eran vecinos nerviosos cerca de la mansion que eran todo menos educado ante cualquier pregunta de ella.

Sin duda por ella misma no podría meterte por lo que debía ir con su intrépida amiga.

Leonor cada vez estaba más segura de que ese español era el que mencionaron los fanáticos, lo que no sabía es qué deseaba exactamente el fantasma. Quizá quería que los buscara para que luego pudiera decirle quienes eran, o incluso qué más andaban tramando. La niña le dijo textualmente “Debes encontrarlos a ellos…dimes quienes son.”, aunque quizá se refería a otra cosa cuando dijo “ellos”. Al fin y al cabo sabía que aquellos que habían dejado el mundo de los vivos podían sentirse muy confundidos. En cualquier caso no tenía mucho por dónde empezar, y la descripción de un hombre grande pelado y con barba sucia no era de gran ayuda.

Mientras pensaba en aquello, de nuevo un escalofrío recorrió su cuerpo. Esta era la tercera vez que sentía algo así, por lo que no la asustó tanto como las otras veces, e incluso su curiosidad se amplificó, al desear saber de quién se trataba.

Tras mucho pensar, Leonor concluyó que era el momento de confiar un poco más en su morena amiga. Al fin y al cabo había cosas que la sobrepasaban, y Naywa había demostrado ser alguien de total confianza, por lo que, tras asegurarse de que no podía entrar de ninguna manera en aquel lugar sin correr un peligro de muerte, se encaminó al lugar donde la mujer le dijo que podía encontrarla si quisiera.

Esa descripción de la niña, no le parecía suficiente aunque pensándolo bien se daba cuenta que estuvo con un hombre asi hace unos días y este por lo que recordaba no era muy estable. Aunque estaba acompañado por un buen monje franciscano, llamado Massimiliano.

Tras marcharse de ese lugar se fue donde se suponía que encontraría a Naywa, aunque en vedad habían hecho varios planes para encontrarse. Uno de ellos era avisar al joven de los panes que siempre estaba en su lugar en la plaza, Leonor paso por ahí le dejo dicho que necesitaba encontrarse con Naywa. Pero siendo algo ansiosa de paso se dirigió al vario de los musulmanes buscando y preguntando por ella hasta que uno de los infantes que había conocido antes le señalo el lugar donde habían entrenado la otra vez.

Con su buena memoria no tardo en llegar al lugar y este se encontró a quien buscaba. Al parecer se encontraba entrenando con sus espaldas ya que golpeaba con estas al aire produciendo unos movimientos que no solo eran rápidos sino que tenian una armonía que difícilmente veias en las peleas de caballeros. Debia ser un estilo de los musulmanes que Leonor ya había visto ejecutar a la mujer pero verlo asi sin que se derramara sangre alguna parecía hasta artístico en cierta manera.

Fue luego de terminar un movimiento que noto la vista de la joven y le sonrio para luego acercarse a ella. “¿Hace cuanto que me estas espiando Leo?” pregunto la mujer mientras se aproximaba dejándole ver a esta que hacía rato que venía practicando o al menos el sudor en su frente así lo marcaba. “Es un gusto verte mi caballero. ¿Que puede hacer una dama sudorosa por ti?” pregunto no perdiendo la oportunidad de referirse a ella (Leonor) con el sobrenombre que le había puesto, aunque habia algo en su pregunta que le daba cierta sensacion rara a Leonor.

La jovencita comenzó a atar cabos mientras recordaba las palabras exactas del fantasma. Ahora debería encontrar a Massimiliano para preguntarle sobre el hombre del que le salvó en aquel callejón.

No obstante, primero se había propuesto encontrar a Naywa y así lo hizo tras acudir al establecimiento de Esmail y dejarle el recado y, posteriormente, acudir a donde ambos solían entrenar.

Verla allí practicando aquellos movimientos tan fluidos le pareció un especáculo hermoso en sí mismo, por lo que no la quiso molestar, mientras ejecutaba los ejercicios que más bien parecían una danza basada en la disciplina que un instrumento para acabar con la vida de las personas.

Pero cuando su morena amiga se acercó a ella y le dedicó aquel extraño saludo que parecía estar cargado de significado, Leonor volvió a ponerse colorada como casi siempre que estaba en su presencia, antes de replicar – Yo no te espiaba. Tan solo pensé que no te gustaría que te interrumpiera. – Se justificó, para luego añadir – He venido a ver si puedes echarme una mano con un asunto que creo que está relacionado con los pirómanos, pero si estás ocupada, o demasiado sudorosa, puedo arreglármelas solo – La picó, dedicándole una sonrisa al final.

Ante la respuesta de ella no pudo evitar sonreir gran, aunque sin duda parte de ello también estaba relacionado con rubor de la joven. “Eres muy considera, como todo buen caballero.” Le devolvió ella terminando de acercarse a ella, aun con las espadas cortas en las manos. “No estoy ocupada para ir ayudarte con ese asunto. Respecto a mi sudor, vos dirás si mi olor te molesta o necesito bañarme para acompañarte.” Le respondió acercándose un poco más a ella con una actitud provocativa y sensual. “Vamos, no seas timido dime si mi olor te afecta.” pregunto en un claro intento de ponerla incomoda por el lado que ella sabia que lo lograría.

Tras esos pequeños saludos la mujer se puso las espadas cortas, que bien podrían ser navajas en el cinturón para luego esconderlas con su ropa. “Cuentame que tienes planeados, porque esto de los pirómanos me interesa mucho.” Dijo con algo mas de seriedad al parecer enfocada en una misión.

Leonor sabía que la mujer trataba de incomodarla con aquellos acercamientos y sus comentarios sensuales. Antes no lo habría notado al ser demasiado inocente, pero tras las noches que pasó junto a Konrad, aquella inocencia se había visto reducida, aunque no pudiera decir que había desaparecido. Por todo ello, y a pesar de que se sentía mal por engañar a su amiga, sabía que tenía que mantener la mentira un poquito más, al menos hasta que el asunto de los sectarios se hubiera solucionado y pudiera alejarla del peligro.

-Claro que no me molesta tu sudor, pero estoy seguro de que a Esmail haría algo más que molestarle – Respondió guiñándole un ojo y esperando que la alusión al escriba que estaba coladito por ella, le quitara las ganas de jugar.

Cuando se centraron en los asuntos más serios, Leonor decidió poner las cartas sobre la mesa en esta ocasión para tratar de averiguar lo que pudiera de este asunto cuanto antes – verás, he logrado hacerme con una lista que está relacionada de algún modo con los pirómanos que causaron las muertes en el barrio. – Comenzó justo antes de pasársela para que la leyera - No sé si se trata de los responsables o de los objetivos de dichos pirómanos, pero algunos de ellos ya están muertos. Mis contactos me han dicho que un hombre grande pelado y con barba sucia estaba allí, aparentemente comandando a los que le prendieron fuego a las casas, aunque también lo tengo que confirmar antes de acusarle, por si es tan solo un rumor y es inocente. En cualquier caso, mi libertad de acción termina en la mansión de los Ziani, donde tendría que colarme para averiguar algo más, si no fuera porque tras los asesinatos acontecidos allí, está toda entera llena de guardias. ¿Te apuntas?

El plan de ella había funcionado ya que mujer se empezó reir con fuerza antes de que agitara la cabeza con fuerza como si se quisiera sacar un pensamiento de la cabeza. “En eso seguro tienes razón. Pero Vamos al trabajo.” Dijo zanjando el tema del sudor y lo que sentía o no la joven pelirroja.

Parecía que diría algo pero se guardó sus palabras al recibir la lista, a la que sin dudar echo un vistazo. ”Bien, no sé cómo haz averiguado tanto de tantas cosas. Pero me gustaría que me hables de ese hombre pelado que podría ser el responsable del incendio.” Comento sin duda preguntado por quien sería su interés primordial. “Tendras que explicarme mejor lo ultimo, que no me dejaste muy claro que tiene que ver la familia Ziani en esto.” Comento con una cara de clara confusión.

Entonces parecio darse cuenta de algo por la mirada en sus ojos oscuros. “No tendrá que ver con los rumores de una pelea de bandas entre los Ziani y Los Giovannis, cierto?” pregunto dándole un nuevo dato un nuevo dato que desconocia a la joven. Ella sabia a que llamaban en general a las peleas de bandas entre familias, unas peleas que se realizaban en general entre los mas jóvenes de las casas junto con sirvientes que en general terminaban con mucha sangre y con un odio renovado entre ambas familias. Nunca habias sido testiga de un encuentro asi, pero si de sus finales.

-A ver, realmente no estoy seguro de si ese hombre es el responsable de las muertes, pero me dijeron que le vieron por la zona en el momento de los incidentes. Tras dejarte, decidí acercarme al callejón donde habían matado a un sacerdote, para intentar saber si estaba relacionado con los responsables de la quema de casas, y allí vi a un sacerdote que no me quiso dar su nombre, el cual era atacado por el sospechoso. Yo intervine y evité que golpeara al religioso, pero luego el monje me dijo que no era una mala persona y que simplemente tenía un temperamento algo difícil. – Afirmó rascándose un poco la cabeza, tratando a su vez de encajar los puzles del rompecabezas.

-Con respecto a los Ziani… investigando la lista de nombres que conseguí, descubrí que Gero Tribuno había sido asesinado recientemente, pero que no era la única muerte importante venida de la nobleza, sino que también habían fallecido dos nobles de la familia Ziani, junto con un caballero extranjero, que bien puede ser otro integrante de la lista. Quise entrar a averiguar algo más en la casa, pero está repleta de guardias por lo que es terriblemente arriesgado. Yo supongo que se trata de asesinatos entre las dos familias, tal y como mencionas, las cuales están nerviosas por los planes del Dogo, aunque tampoco es demasiado seguro. – Le expuso, mirándola a los oscuros ojos mientras ella ordenaba la información en su cabeza.

-¿Que me dices? Tendrías algún plan para ayudarme a entrar en la mansión Ziani sin que me pillen? - Preguntó guiñándole un ojo con complicidad.

La espadachína escuchaba atenta lo que decia la joven, a pesar que incluso la niña sabia que estaba resumiendo muchos de los hechos dejando muchos agujeros en su relato. “Si estuvo aquí ese dia, es muy probable que sea culpable y que se lo hayas conocido amenazando un sacerdote no habla bien de él, menos lo hace cuando este lo describe como teniendo un temperamento difícil. Algo que claramente es una forma educada para referirse a un violento.” Comentaba enojada con cada palabra que salía de su boca, pareciendo haber elegido si era culpable o no. “¿Sabes encontrarlo o al sacerdote?” pregunto ansiosa siguiendo mostrando mayor interés por eso que por la familia Ziani.

“Si…veo que vos tener una idea mejor de esto. Supongo que quieres hacer una confirmación que el hombre de la lista es quien fue asesinado además de los familiares Ziani.” Comento la joven que también iba formando los rompecabezas en su cabeza, aunque seguramente de otra forma diferente a Leonor. “Lo que no entiendo como lo confirmaras, tenes una descripción de ese hombre que buscas porque con una lista no se donde podría llegar.” Opino queriendo aclarar todo lo necesario antes de salir.

Ante la pregunta directa sonrio. “Miles. Pero depende cuanto quieras pagar, por decirlo de alguna forma, para que no te pillen.” Le respondio señalando con sus manos sus espadas. “Tienes que pensar que la invasión de una casa noble puede salir mal muy rápidamente. Yo te acompañare y me arriesgare contigo en algún plan que tengas pero espero sepas lo que tendrá que hacerse.”