Lamentablemente los ojos de él continuaban igual de oscuros y inexpresivos que lo última vez que se lo encontró esa noche. Por lo que era complicado asumir con total certeza si la había descubierto o no.
“Ah sí?” pregunto pareciendo extrañamente desinteresado en las ello. “Eso bueno y me alegra que te tomes la preocupación de no traerme a la equivocada, pero en verdad tengo algo de tiempo libre y podría pagarte por cada una que me traigas aunque no fuera la que busco.” Le propuso mientras meditaba con cuidado la propuesta que le daba ella, para finalmente reír con aquella nobleza que había mostrado antes.
“No creo que ningún mercader vaya a comprar lo que tiene, no es algo que les interese. Es algo solo importante para mí.” Le explico continuando refiriéndose misteriosamente al objeto que supuestamente le había robado Leonor, aunque ella sabía que no había tomado nada de él o acaso era que no lo recordaba.
Ante la mención de la justicia por robo, asintió levemente con seriedad. “Y si te doy mi palabra que la chica no recibirá ningún castigo que debidamente reciben los ladrones?” pregunto moviendo su mirada al escritorio de él pareciendo ordenarlo para dejar un papel en el centro de este. “¿Sabes leer pequeño?” pregunto dante la idea que estaba dispuesto firmarte un contrato, algo que en Venecia era muy usado por el peso que tenía entre mercaderes.
jejeje No se, si podes llamarle naturaleza protectora cuando te estas defendiendo a vos misma :P
Realmente ese extraño y apuesto ser estaba tan interesado en dar con ella que estaba dispuesto a entrevistarse con cuantas pelirrojas le llevara a su presencia. Había sido una ingenua al pensar que se encontraría a salvo en la taberna de Camilla, puesto que apostaría todas pertenencias que tenía, a que esta no era la primera vez que contrataba a una persona para buscarla. Venecia no era tan grande, y cualquiera que la hubiera visto sirviendo las mesas en el salón de la taberna podría informarle de su paradero. Tan solo era cuestión de tiempo que diera con ella.
Los ojos de él se estaban clavando tan intensamente en su alma que temía ser descubierta en cualquier momento a causa del miedo que sentía. No obstante, si le seguía el juego, posiblemente podría salir de aquel lugar y ocultarse el tiempo suficiente como para esperar a que el noble terminara lo que había venido a hacer en la ciudad y volviera a las tierras del norte a las que pertenecía, por lo que no perdió la esperanza de poder salir con bien de todo el embrollo en el que estaba sumida.
-No sé leer, señor, pero conozco a alguien que si que sabe y podría leerme vuestro documento llegado el caso. – Mintió, sabiendo que sería muy sospechoso que un raterillo de la calle supiera leer, además de que ella le había confesado aquella noche que le apasionaba devorar cualquier historia que callera en sus manos. – Espero que la joven en cuestión no esté en ningún tipo de problemas cuando deis con ella… La vida en las calles ya es lo suficientemente dura. – Finalizó con expresión triste, haciéndole ver que aceptaba el trabajo y tratando de averiguar con disimulo qué era lo que tenía pensado hacer si la atrapaba.
Jajaja, yo me refería a que se había puesto en el papel de chico a punto de traicionar a una chica veneciana a cambio de bienes materiales, por lo que no pudo evitar decir lo que dijo aunque eso supusiera que el noble pudiera desconfiar. Al fin y al cabo era más facil que le siguiera el juego, aceptara y luego se marchara para no volver ^_^
Con un gesto de la mano le saco importancia al supuesto analfabetismo de la chica. “No es necesario, me creí que este te haría sentir más cómodo. Pero si lo prefieres puedo darte mi palabra que la chica no sufrirá daño de mi parte.” Dijo empujando a un lado el papel para acomodarlo junto a otros que tenía. Corriendo su mirada para asegurarse de no tirar nada.
Suspiro pareciendo cansado de aquella frase, como si la hubiera vivido muchas veces. “La vida en general es lo bastante dura para todos.” Devolvió al joven volviendo a ella con una mirada algo melancólica. “Pero no, no la dañare si eso aun te preocupa.” Entonces sus ojos parecieron brillar por un instante. “Disculpa…¿tienes una hermana por casualidad?” pregunto con total seriedad antes de colocar su mano en el hombro.
Algo que tal vez de otro hombre se vería como un gesto amistoso, pero con él al sentirse frio en su toque parecía quieres tenerla sujeta. “¿Acaso eso es lo que te hace ver con dudas?” pregunto siguiendo examinándola. “¿Alguna que de casualidad se llame Leonor?” termino preguntando con un gesto completamente neutro.
Tirada oculta
Motivo: Estar atento
Dificultad: 5
Tirada (5 dados): 1, 2, 5, 8, 8
Éxitos: 2
Tirada oculta
Motivo: Mentir
Dificultad: 6
Tirada (4 dados): 6, 10, 5, 5
Éxitos: 2
jeje Tienes razon, aunque habria que ver si este se dejara engañar tan facil.
Leonor trató de mirar disimuladamente a los papeles que había sobre la mesa, por si era capaz de leer algo que fuera relevante en un futuro y que la ayudara a salir de alguna situación comprometida.
Realmente no sabía cómo era capaz de mantener el tipo de aquella manera frente al ser que a punto estuvo de llevársela durante la fiesta de máscaras, pero cuando él le colocó una mano sobre el hombro y la miró directamente a los ojos, el miedo casi consiguió paralizarla. ¿Qué deseaba ese ser de ella? Sabía que no le había robado nada. Entonces ¿por qué tanta insistencia? Ojalá pudiera tener algo de tiempo para conocerle un poco más y comprobar por sus propios ojos si las criaturas de la noche eran tan terribles como parecía... Tenía que pensar algo ocurrente para que él no la reconociera, algo que pudiera sacarla de aquel lío, pero ¿qué podría ser que fuera lo bastante convincente como para que le permitiera escapar de aquella habitación?
Entonces, en un alarde de ingenio y a pesar del terror que sentía, la damita de cabellos de fuego sonrió con ironía antes de responder – ¡Ja! ¿Eso es lo que pensáis todos los extranjeros? ¿Que los italianos somos todos iguales y si nuestro pelo es del mismo color ya tenemos que ser familia? Yo subí hasta aquí porque Josef me dijo que queríais conocerme por mis “hazañas”, pero parece que el motivo estaba más relacionado con un asunto de faldas. – Afirmó guiñando un ojo con picardía - Igualmente no me molesta en absoluto si pagáis bien e incluso buscaré a vuestra ladrona en todos los burdeles Venecianos si es necesario… Y hablando de pago ¿Cuánto ofrecéis por el trabajo? – Preguntó deseando que sus respuestas salidas de tono propias de un muchacho y el cambio de tema, desviara la atención del escrutinio al que estaba siendo sometida.
Jajaja, interpretación magistral. veremos si se lo traga o si se enfada... Pobre Leonor :/
El vistazo que hecho a los papeles la joven, no fue del todo revelador. Primero el papel que le iba a ofrecer a ella se encontraba completamente vacío, dejándole claro que el contrato lo irían formando mientras hablaban. Aunque por otro lado noto otro papel con el sello de la familia de actual Dogo, algo que si bien no era del todo extraño ya que cualquier noble que llegara a Venecia recibiría comunicados del Dogo pero por otro lado tal vez iba más allá de cuestiones de etiqueta. Sin embargo no pudo leer más antes que el hombre lo tapara todo.
Mientras el hombre recibía aquella particular respuesta, pareció verse más serio e incluso molesto aunque se notaba que traba esconder esto último solo escapándosele un gesto con la ceja. “No es eso solo su único parecido. El nombre de ambos es parecido y tus ojos son como los de ella…atrayentes.” Dijo con calma y pareciendo no importarle como sonara un comentario así.
El comentario de la falda, le hizo cerrar los ojos por un buen rato mientras la joven continuaba hablando queriendo solo concentrarse en su vos y no los gesto de este “supuesto” chico.
“Ya te he dicho que te ofrezco una cama caliente junto con comida. Respecto al dinero serán 15 grosso por pelirroja que me des…” Termino diciendo mientras volvía a abrir sus oscuros ojos. “Pero eso ya no importa.” Agrego para dejar unos segundo de incomodo silencio mientras no le soltaba el hombro, ni hacia nada mas que amenazarla con la mirada.
A vos que te parece?
El descubrimiento sobre el sello del Dogo en los documentos sobre la mensa quizá era algo importante, no obstante no tuvo el tiempo suficiente como para descubrir más al respecto puesto que pronto fueron apartados de su campo de visión.
Pero pese a que le hubiera encantado indagar más al respecto, la joven tenía otras cosas más importantes de las que preocuparse, ya que no parecía que sus palabras estuvieran siendo todo lo convincentes que deberían. El hombre que estaba junto a ella y que la apresaba disimuladamente colocando una de sus frías manos en su hombro, cada vez era más incisivo y mordaz, como si estuviera uniendo una a una las piezas del rompecabezas a medida que su estancia junto a él se prolongaba. ¿O acaso se había enfadado a causa de las insinuaciones sobre que le habían robado por haberse ido de putas?
No. No lo creía. En estos momentos Leonor estaba casi convencida de que la había descubierto, y sospechaba que esta vez no la dejaría escapar tan fácilmente como la primera vez.
-Quince monedas me parece bien – Respondió con la voz algo temblorosa y apresurada, ignorando la última frase de él. - ¿Puedo empezar mañana? Estoy agotado. Además, no deseo molestarle más, señor. – Finalizó, rezando a Dios para que la dejara marchar, y preparándose para salir corriendo en cuanto pudiera, aunque en su fuero interno sabía que no tendría tanta suerte.
Jajaja, que mal la veo :P
Sin embargo el agarre nunca se soltó, volviéndose un poco más firme ante la excusa de la joven para marcharse de la habitación del noble. “No me molestas, pequeño. Lo harías si te fueras ahora que me parece que estamos llegando a un lugar interesante de nuestra charla.” Respondió el noble pareciendo captar a la perfección el terror que la inundaba a ella.
“Ven…” dijo arrastrándola como si fuera una muñeca pero teniendo suficiente cuidado para que no se cayera, hasta alejarla más de la puerta de salida. “Estoy empezando a sospechar chico, lo que me llena de interés por descubrir con quien estoy tratando.” Dijo mostrando de nuevo una sonrisa, tomando un pañuelo de sus bolsillo y pasándolo con poca delicadeza sobre ella pareciendo paralizarse luego de unas cuantas pasadas. “Tu.” Termino diciendo dándole al final la señal de que ella estaba descubierta.
Rápidamente con su mano saco el sombrero de ella, mirando como su cabello se caia con la naturalidad que correspondía a tan larga melena. “Te he estado buscando…” dijo con un tono distinto al que uso hasta ahora, uno tal vez mas cariñoso si era posible.
La pobre jovencita supo que estaba perdida. El misterioso enmascarado había descubierto su disfraz y no la dejaría irse de allí por propia voluntad. No supo si su miedo la había delatado o había sido el color inusual de sus ojos o de su pelo, pero en su fuero interno maldijo el día en que no salió huyendo inmediatamente de allí en cuanto descubrió con quien estaba hablando.
Leonor trató de oponer resistencia intentado zafarse de su agarre como pudo, mientras era arrastrada sin tregua fuera del alcance de la puerta. Cuando él sacó un inmaculado pañuelo y comenzó a frotar su rostro sin miramientos, la joven huérfana se defendió como pudo dando manotazos para apartarle, e incluso tratando de propinarle algún puntapié a sus espinillas, pero todo resultó en vano. No fue hasta que sus rizo se liberaron cayendo en cascada sobre sus hombros, que no se rindió ante la evidencia de que estaba totalmente a su merced.
-Yo… no os he robado nada. No os he hecho daño alguno y no le he contado a nadie lo que vi aquella noche. Os… os prometo que no volveréis a saber de mí ni os causaré el menor detrimento. Por favor… no me matéis. – Dijo mientras sus hombros se relajaban y sus brazos caían lánguidos, rindiéndose ante el miedo que recorría todo su interior.
Hay madre O_O
La joven comenzó a defenderse como un animal que se daba cuenta que se dirigía a su muerte, utilizando toda su fuerza y recursos para tratar de liberarse. Mas estos no probaron ser los suficiente aguerridos para escapar, en parte porque ella no poseía esa fuerza y el hombre frente a ella era un guerrero capaz de sufrir los débiles esfuerzos de ella sin pestañar.
“Me haz robado una oportunidad.” Le respondio con frialdad descartando el pañuelo una vez estuvo lo suficiente limpia para los deseos de él. “Pero no te voy a matar por ellos, nunca fue mi intensión. Como dije cuando seguías siendo un niño no es mi deseo lastimarte.” Te decia aunque si las miradas de sus ojos oscuros revelaban la verdad de su almas, entonces se encontraba mintiéndote.
Con su mano libre le tomo desde su mentón para controlar su rostro. “¿Porque me sigues temiendo querida doncella?” pregunto pareciendo que genuinamente no supiera la razón.
Sera lo mejor no meter a la madre de ninguno aqui.
A Leonor le hubiera gustado estar sentada por temor a desplomarse. No obstante no podía permitirse flaquear, puesto que seguramente estaría acabada en el preciso momento en que lo hiciera.
¿Una oportunidad? ¿Qué quería decir con que le había robado una oportunidad? Se preguntó a sí misma mientras continuaba perdiéndose en la inmensa negrura de sus oscuros ojos. Los fríos dedos de él sobre su mentón hicieron que volviera a temblar. No obstante la pregunta que le realizó consiguió que enfocara sus pensamientos y que consiguiera sacar el valor suficiente para sacar la fierecilla que había dentro de ella y hablarle de nuevo con franqueza.
-¿De verdad me preguntáis por qué os temo? Me estáis reteniendo contra mi voluntad y hace un momento confesasteis que estabais dispuesto a pagar para que me llevaran ante vos. Vuestra mirada es tan dura y fría como el hielo, y el tono de vuestra voz es igual de amable, como si tuviera que pediros perdón por no haberos permitido secuestrarme aquella noche. ¿Realmente sois tan presuntuoso e insensible como para no entender la naturaleza de mi temor, o es que acaso os divierte en sobremanera torturarme?
ale, ya ha vuelto a perderle su bocaza :/
El enmascarado siguió las palabras de la joven, en un principio no mostrando reacción alguna a la embestida de palabras de ella. Sin embargo pasado el tiempo sus gestos se agrietaron en un claro enojo. “Fue un error perseguirte como si fuera una bestia.” Dijo con frialdad nada reconfortante aunque le daba la razón.
Sus siguientes acciones fueron distintas a las que imaginaba en parte, porque en un principio fue arremetida contra la pared sin ser nada más que un empujón que no buscaba lastimarla sino retenerla contra la pared de la habitación. Pero luego en vez de acabar con ella en ese mismo momento, libero su hombre y levanto su rostro para que lo mirara detenidamente. “No deseo tu temor, pero si no hay otra forma…” dijo antes de agacharse hacia ella reclamando lo que con cierta impunidad reclamaba como suyo, un beso de Leonor.
Se sentía como el primer beso que le había robado esa noche, muy distinto a los del Giovanni que era tan apasionado que no daba tiempo de disfrutar a la pequeña, pero en cambio el beso del norteño a pesar de lo frio del contacto parecía ser mas amable casi delicado mientras tomaba los carnosos labios de ella y los hacia danzar con los de ella.
Mientras le tomaba un beso de ella manos se movían al costado de ella, reteniendo ambos brazos para no sentirla golpeándolo de nuevo o haciendo algo mucho peor mientras su atención se encontraba en otro lado.
Cuando finalmente termino continúo con la conversación que tenían antes. “Te retengo contra tu voluntad porque trataste de robarme mi dinero, engañándome sin intención alguna de hacer lo que pedía…” Respondió dándole una pausa para ver si volvia a mentir sin admitir su primer mentira. “Por lo que debería poder castigarte.” Agrego mirándola desde su altura haciéndola sentir aún más indefensa a lo que pasaría en ese momento.
La indefensa muchachita supuso que este era su final. Resultaba irónico que hubiera conseguido escapar de las terribles criaturas que habían estado a punto de comérsela viva, para acabar metiéndose de forma voluntaria entre las garras del enemigo por mero accidente. Se hubiera reído de la situación que el destino había dispuesto para ella, de no ser por el increíble miedo que sentía en estos momentos. No obstante, fue el mismo miedo el que la obligó a permanecer alerta y a buscar cualquier posible vía de escape. Si tenía que morir, lo haría sacando uñas y dientes…
Pero por mucho que se convenciera en su cabeza, no estaba preparada para la envestida que sufrió, cuando su espalda chocó contra la pared del fondo de la habitación y los fríos dedos de él alzaron su rostro obligándola a perderse de nuevo en aquellos pozos de profunda oscuridad al tiempo que le hablaba privándola de alternativas. Y de repente, sin que pudiera hacer nada para impedirlo, sintió la presión del cuerpo de aquel hombre contra el suyo mientras éste le robaba un tierno beso, tan suave y extrañamente delicado, que la transportó sin remisión hasta una nube de irrealidad y aceleró su corazón haciendo que latiera desbocado con cada movimiento de esa gélida lengua de seda, al compás del recorrido de aquellos níveos dientes que mordisqueaban sus rosados labios con impunidad.
Sus manos habían estado inmovilizadas en todo momento, pero la pequeña casi agradeció aquel hecho, al darse cuenta de que posiblemente no hubiera opuesto resistencia ante la invasiva demostración de autoridad de aquel ser que manejaba su destino a su antojo y tratada de sesgar su voluntad con su mera presencia. No fue hasta que él se retiró ligeramente, permitiéndole algo de espacio de nuevo, que Leonor no recobró un poco de cordura al tiempo que escuchaba las duras palabras del desconocido.
Su pecho no paraba de subir y bajar de forma acelerada al tiempo que sus sonrojadas mejillas aun intentaban recuperarse de aquel beso robado, el cual, pese a todo, había conseguido despertar un sentimiento en ella que no debería estar ahí. No obstante y sin que pudiera detenerlo de ninguna manera, de nuevo su temperamento la traicionó, puesto que las increpaciones que recibió le parecieron tan injustas, que su cabecita no pudo dejar pasar aquella afrenta, a pesar de que su columna vertebral aun sentía el cosquilleo ocasionado por el extraño beso recibido y por su proximidad. Aquella imponente criatura no solamente deseaba asustarla hasta convertirla en un cervatillo acorralado, sino que además justificaba sus acciones de una forma tan vil, que resultaba totalmente insultante. Ella podía ser una don nadie en este mundo cruel, pero su orgullo le impedía dejar este mundo de forma indigna, suplicando por su vida y dándole la satisfacción a su asesino de que sintiera que había triunfado por completo.
-Señor Rurik… Cuando os conocí la primera vez os dije que erais un señorito mimado al que nunca le habían negado nada. Ahora no solo me reitero sino que añado que sois un rufián y un embustero. Podéis castigarme si lo deseáis pero no busquéis excusas pueriles para alimentar vuestro ego. Ni os he robado nada ni pretendía hacerlo, tan solo aceptaba los términos de vuestro acuerdo para poder salir de aquí de una pieza y no volver jamás, puesto que no creo que me dierais ni uno solo grosso por adelantado. Si vais a matarme, hacedlo ya, pero al menos mantened vuestra palabra de no causarme ningún daño en el proceso… si es que vuestra palabra vale algo del lugar de donde venís... ¿Cuál era, Ucrania o Rumanía? – Finalizó, alimentando su enfado con las ascuas de su propio miedo y pretendiendo que sus hirientes palabras le alteraran tanto, que aquel ser acabara con ella de un solo golpe.
Pobre Leonor... Le ha llamado Rurik porque él se presentó así cuando se conocieron :)
Por cierto, revisando esos post he visto que leonor nunca le dijo su nombre, aunque no importa demasiado dadas las circunstancias :/
Cita:
Aquellas bien podrían terminar siendo las últimas palabras de la pequeña, palabras que no eran de súplica y tristeza sino de enfrentamiento. Algo por lo cual podría sentirse orgullosa ya que otras habrían decidido suplicar en un esfuerzo en vano pensando que las salvaria de lo que se producía en la mente de ese ser oscuro.
Sin embargo tal vez haya reaccionado antes de tiempo, pensando que su vida pasaría frente a ella cuando en vez de eso su vida tal vez comenzaría de nuevo como debio ser.
Fin del Capitulo 1.5
Exp: 5
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