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La Busqueda

Las famosas pruebas (Cap 1.3)

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18/08/2015, 06:00
Narrador

Había una gran cantidad de paradas en la visita del Obispo por la ciudad de Venecia, cientos de lugares de interés tanto para su trabajo como para su placer. En esta ocasión se encontraba frente a la mansión de aquella familia noble e antigua por su trabajo.

Su objetivo era revisar las pruebas que habían admitido tener y que pondrían en una posición muy difícil a los Giovanni en los ojos del Obispo. Sin embargo también podría conseguir algo más de la familia si se las ingenia para ganar su asistencia más allá de esta enemistad que tenían con los Giovanni.

Sin quedarse mucho tiempo frente al edificio se adelantó para llamar a la puerta, aunque antes de llegar se encontró con los guardianes protegiendo la entrada exigiendo una presentación para ver si estaba entre la gente que sus señores esperaban. Los guardias como era de esperar se encontraban armados con espadas y en el ombro vestian el simple escudo de la familia.

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21/08/2015, 21:13
Claude Frollo

Claude había ido avanzando por las calles con Jaçques siempre atento. Lo cierto era que desde que conociera a aquel devoto guerrero en la Cruzada Albigense se sentía más seguro. Era conocido en todo el ámbito religioso que cuando un clérigo se rodeaba de paladines de la fe, su labor se hacía más alta y efectiva. Y, aunque no lo dijese, el obispo agradecía su siempre atenta presencia.

Así pues, cuando llegaron ante las lustrosas puertas de la Chez Ziani, el <<Alto>> de los guardias le hizo mirarlos con desdén. <<¿Cómo se atreven a detener a un pastor de la Iglesia?>>, se podía leer en su mirada. Claude, en cambio, solo los miró con el desdén propio debido a los simples bellatores. Sin más aspaviento, mostró su anillo episcopal y pronunció su nombre: -Monseñor Claude Frollo, Obispo de París y Legado Papal.

Qué incordio. Esperaría a ver si les franqueaban el paso. De ser así, pasaría con Jaçques al interior, buscando a los Ziani o esperando al sirviente que le atendiera.

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22/08/2015, 07:06
Narrador

Los guardias no parecieron sufrir arrepentimiento alguno de sus palabras a pesar de las miradas del Obispo. En si porque su trabajo era interrogar debidamente a cualquiera que no pertenecia a la familia Ziani, sin excepción alguna como había ordenado su señor.

Al escuchar su nombre y oficio realizaron una corta reverencia e hicieron señales para que dentro alguien abriera la puerta dejándoles el camino libre tanto al Obispo como a su guardia. Dentro le salió al encuentro un sirviente que sonreía cortésmente ante su presencia y les informaba a ambos hombres que el señor les esperaba en el salón de estudio.

Sin decir más los guio atravesando un jardín donde se encontraba un hombre entrenando con una espada de madera a uno de los hijos de Emilio, uno de los que habia conocido a la Basilica y término siendo testigo de la muerte del Sacerdote Vico. El chico se lo quedo mirando mientras pasaba, ligándose sin tregua alguna un golpe en el estómago que lo hizo agacharse. El hombre tras dar el golpe se fijo en el Obispo y acompañante, dándoles un saludo con la cabeza antes de ordenarle al joven que se parara derecho.

Permaneciendo callado el sirviente no dio un vistazo hacia aquello y parecio aumentar sus pasos mientras los guiaba. Tras pasar por unos largos pasillos y subir un piso llegaron al estudio del noble, con Emilio esperándolos en el escritorio.

“Buenos días, su santidad.” Le saludo mientras se levantaba para acercarse a ellos. “¿Le gustaría que se les sirva algo de comer o una bebida mientras hablamos?” pregunto como buen anfitrión mientras los adentraba mas en el salón con un gran escritorio cuadrado y con dos estantes llenos a los costados, sin olvidar dos ventanas que daban al frente de la mansion Ziani.  

Notas de juego

Hombre:

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10/12/2015, 20:41
Claude Frollo

Con la misma indiferencia con la que se había identificado, inclinó la cabeza para agradecer el paso, por pura cortesía. Descerebrados. No merecían mucho más que aquel gesto altivo con el rostro alzado y mirando al frente. Aunque aquello le daba alguna pista más sobre la situación de la familia. Se veía que estaban bastante alerta. Casi "demasiado" podría decirse tratándose de una zona segura y tranquila de la ciudad. A menos, claro, que la amenaza proviniese de alguien de su mismo nivel... ¿Quizá los Giovanni? 

Claude pensaba en estas cosas cuando pasaron junto al jardín y vio el duro entrenamiento del infante. Más carne de cañón para los enfrentamientos entre casas nobiliarias. No sabía si era el primogénito de la familia, o acaso algún sobrino o ahijado. Lo que sí se veía es que iba a ser un guerrero, un hombre de armas, un espadachín que a juzgar por la tenacidad de su entrenamiento tendría que enfrentar numerosas adversidades. Por un momento se compadeció del muchacho, pero siguió adelante tras devolver el saludo al instructor.

Avanzó en silencio junto a Jaçques por los lujosos pasillos de la mansión veneciana, observando disimuladamente alrededor y quedándose con cuanto podía hasta que llegó a la sala donde le esperaba el anfitrión.

-Buenos días, Signore, y gracias por vuestra generosa invitación. A mí me gustaría tomar una sidra dulce, a poder ser.

Y mientras, Jaçques simplemente rechazaba cortésmente la oferta con un movimiento de cabeza.

Notas de juego

// Bro'!!! ¡Espero que no se me haya olvidado cómo se hace ésto! >.< Si ves que meto muchas patas, tenme pacienca, please :'( //

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11/12/2015, 00:23
Emilio Ziani

El Ziani asintió una vez y observo al sirvente para que sin que tuviera que decir alguna palabra fuera a traer lo que pedia el obispo.

“Soy yo quien debe sentirse agradecido de que alguien de su prestigio y que seguramente se encontrara muy ocupado, decida invertir algo de su tiempo con nosotros.” Le devolvió el noble que era claro que no se quedaría corto con los agradecimientos y los halagos. “La sidra estará pronto con nosotros. Por favor le pido que tome asiento si lo desea…también usted noble caballero.” Les pidió a ambos haciendo un gesto a los asientos frente al escritorio del comerciante.

“¿Como se encuentra Señor Obispo? Ha disfrutado la velada de añoche luego que nos separamos?” empezó a lanzar un par de preguntas típicas mientras esperaban.

Notas de juego

No pasa nada, ambos debemos habituarnos de nuevo a rolear entre nosotros ;)

No te olvides que tenes otro escena.

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03/06/2016, 04:57
Claude Frollo

Hechas las primeras salutaciones y aceptando la cálida bienvenida, Claude terminó de recorrer el espacio que le separaba del hidalgo veneciano y tendió su mano para que éste tuviera oportunidad de besar el anillo episcopal. El poder de la Santa Iglesia Católica en la sociedad se reflejaba siempre hasta en actos como aquel. El equilibrio entre el poder temporal y el intemporal, el mundano y el celestial, la espada y el báculo que representaban los pilares de la vida en Occidente. Así había sido y así seguiría siendo por siglos en múltiples casos: Ziani protegía y veneraba, y Claude a cambio le procuraba un buen futuro a su alma inmortal...

Con otra inclinación de cabeza agradeció la invitación a sentarse y ocupó el lugar indicado mientras esperaba la llegada de la bebida.

-No es nada que un pastor no deba hacer por su rebaño, Maese Ziani -respondió modestamente a lo primero-. Y más por una familia tan cristiana como la vuestra. Vuestra esposa, sin duda, me pareció un ejemplo de mujer piadosa y temerosa de Dios, y vos un símbolo de virtud cristiana. No podría hacer menos que visitaros... 

Jaçques se colocó en un discreto segundo plano tras el sillón del obispo sin más expresión en su rostro que el de la perenne vigilancia. Tomando un pañuelo de un pliegue de su sotana, Claude se secó un poco el sudor que le había provocado la caminata hasta allí antes de responder a la segunda pregunta del Ziani.

-Estuvo bien, Maese Ziani. Constructiva, cuanto menos. No obstante, quizá mis largos años de persecuciones y lucha contra el Maligno me hayan llevado a apreciar convenientemente la información que se me ofrece, y he de admitir que lo que más llamó mi atención fueron las pruebas que decíais tenías con las que denunciar los actos de ciertos personajes de esta ciudad...

No le siguieron más palabras, pero sin duda las últimas que pronunció, así como su expresión, invitaban a su interlocutor a que continuara con el diálogo.

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03/06/2016, 22:10
Emilio Ziani

El Ziani pareció echar un vistazo a los alrededores antes de darle un beso corto a su anillo y sonreírle amistosamente mientras el obispo se sentaba. “De cualquier forma le agradezco mucho y le comunicare a mi esposa su opinión que seguro será bien recibidas.” Comento siguiendo esa rutina de agradecimientos que en ciertos nobles podía no solo durar un dia entero sino toda la vida, aunque eso dependida de la creatividad de cada uno.

Observo con curiosidad a Jacques, pareciendo apunto de hacer un comentario pero finalmente se lo guardo para si.Emilio volvió a afirmar de nuevo viéndose seguro. “Las pruebas que ha venido a buscar como le pedi.” Dijo terminando de alguna forma la oración del obispo aunque esta no coincidiera perfectamente. “Mis pruebas no son solo una ni del mismo tiempo. Tengo aquí en mi hogar un testigo de los ruines actos de los Giovanni y en un par de días llegara un caballero amigo mio que me mando unas cartas con noticias siniestras de lo que fue testigo en las colonias de Venecia por parte de la ramas de la familia Giovanni….” Le explico cruzando los dedos de su mano y guardando silencio ante la llegada del sirviente que tras unos cortos segundo sirvió a cada uno en una copa y se marcho.

“Mis otras pruebas son documentos que pertenecieron a gente ahora muerta, documentos secretos que por alguna razón los Giovanni pudieron leer su contenido. Aunque estos nunca guardaron su escondite ni fueron leídos por más que sus autores.” Siguió explicando con una severidad clara.

Tras unos segundos separo sus manos y abrió uno de sus cajones tomando varios papeles y presentándoselo al obispo. El primero de ellos era una carta de un caballero Sir Alfons, donde comentaba de unas actividades inusuales de esta familia incluso la sospecha de que profanaban a los muertos de un lado y otro, además de que negociaban con musulmanes y otros extranjeros. Los otros documentos eran simples pagina de diarios donde se comentaba algunas cosas personales, el transporte de mercancía y oro.

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08/06/2016, 01:51
Claude Frollo

El gesto en el rostro de Claude se tornó especialmente atento cuando se comenzó a hablar de indicios. Los indicios eran el alimento de las premisas, y éstas eran la base de los juicios que por inducción permitían a los buenos hombres llegar a la verdad universal e innegable que solo podía emanar de Dios. Los mercaderes ponían esa cara cuando se les hablaba de dinero; los condes, reyes y emperadores cuando se les hablaba de tierras y títulos; los pobres cuando se les hablaba de comida... Sin embargo, el "pastor de almas" francés se deleitaba con los detalles que le ayudaban a acabar con el mal de raíz y para siempre.

Un testigo... alguien a quien interrogar. Lleno seguramente de prejuicios, dueño de su versión distorsionada y de intereses egoístas. Hasta en los interrogatorios Claude disfrutaba pues sabía que ayudaba al vil hombre mortal a descargarse de la mácula que manchaba su perfecta alma inmortal. No habían sido pocas las veces que hombres y mujeres gentiles se habían derrumbado durante los interrogatorios y habían terminado, incluso, confesando crímenes y pecados que no habían estado en cuestión. Esa había sido la grandeza de la bula Ad Abolendam.

-Entiendo... -respondía con voz grave y profunda sin querer interrumpir al comerciante.

Como un galeno que escuchaba los males que afligían a un enfermo, Claude escuchaba en silencio las palabras de Emilio y observaba con detenimiento sus movimientos. Cogió los papeles de forma ordenada para no perder detalle de cuanto en ellos estuviese escrito. Solo tratar con infieles era ya un posible delito, tanto para las leyes divinas como para las mundanas, si no se tomaban las precauciones oportunas. Eso, la exhumación de cadáveres enterrados cristianamente... Si todo aquello se confirmaba, sin duda pondría en aprietos a la familia Giovanni. Pero... ¿a todos?

-Y decidme, Maese Ziani -continuó mientras seguía repasando los documentos con la mirada-, ¿están aquí incluidos los miembros de la familia afincados en Venezia? ¿Dante? ¿Su hermana, la candorosa Celia? Y si no están en los documentos, su testigo, su huésped, ¿tiene pruebas contra ellos?

Si podía empezar a investigar a los miembros de la familia que estaban presentes en Venecia, podría empezar antes a limpiar lo que quiera que hubiese de perverso en ellos. Quizá ya había podido salvar a la joven Celia enviándola a penitenciar con hermanas "desposadas con Cristo". Si, en cambio, el pecado en la familia habitaba fuera de la ciudad, tendría que tomar otras medidas de más lenta aplicación...

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10/06/2016, 20:27
Emilio Ziani

“Es una excelente pregunta. En verdad no tengo prueba contra ningún miembro de la familia en especial, aunque si conoce a Dante sabra que el muy propenso a la violencia y no me sorprendería que asesinara mas allá de los duelos.” Comento el hombre con tranquilidad tomando un sorbo del espumoso brebaje antes de continuar. “De los Giovannis en Venecia, solo tengo al testigo y esos papeles que le mostré que muestran que han robado de otras familia...que incluso están metidos en el crimen de esta ciudad.” Comento con una falsa tristeza al hablar del crimen de la ciudad. “Ellos se encargan de arruinar mi querida ciudad, desde el principio lo hicieron ascendiendo a su riqueza con métodos seguramente cuestionables.”

Suspirando con cansancio le indico con la mano la carta del caballero. “Yo no sabia de esto hasta que recibi la carta, pero me temo que esto no sea algo que solo realicen en las colonias. Que sea un habito de ellos que ahora mismo están realizando en otras tierras y que este incidente que describe Sir Alfons no sea su primera vez en un acto tan ruin.” Comento con claro odio por la otra familia, solo calmándose al mencionar al caballero.

“¿Que hara su excelencia?” pregunto mirando al hombre religioso.

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15/06/2016, 05:47
Claude Frollo

Aunque no era disfrute lo que sentía con aquello, para Claude era delicioso escuchar a Emilio hablar de esa manera. Acusaba, sin piedad, a miembros rivales del círculo mercantil de Venecia de crímenes innombrables y seguramente habría hecho todo lo posible por hacerse con las pruebas que ahora tenía entre sus manos. El obispo no dudaba que en el fondo, muy en el fondo, del rencor del Ziani hubiese cierto pesar por cuanto ocurría a "su querida ciudad". Pero ese sentimiento no ocultaba otra realidad: al veterano comerciante le reconcomía la envidia por el éxito de los Giovanni, le vencía la ira por la frustración, le movía la avaricia por querer poseer lo que ellos atesoraban y veía su orgullo minado al no poder hacer nada. En total, cuatro pecados capitales marcaban sus acciones...

Aquello hizo sonreír irremediablemente a Claude...

Y es que a pesar de las culpas y faltas que tendría que expiar y expiaría más adelante, lo que reclamaba Emilio Ziani era legítimo:

-Me conmueve vuestra preocupación, Maese Ziani, y me preocupa realmente la situación. Son actos graves y hay que ponerles fin antes de que manchen las almas de más buenos venecianos... -dijo incluyendo también tácitamente al comerciante-. Para agilizar las cosas sería bueno tener pruebas contra los miembros de la familia que residen aquí. Para los que actúan en las colonias requeriría de más tiempo ya que tendría que contactar con hermanos en las diócesis de las distintas ciudades -hizo una pausa y despegó la mirada de los papeles para mirar al comerciante-. Decidme, Maese Ziani, ¿podría quedarme con estos documentos? Obrarán mejor en mis manos y podrán ser una prueba ante el Dogo -aunque antes de enseñárselos al dirigente de Venecia, Claude obviamente contrastaría la información.

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15/06/2016, 21:35
Emilio Ziani

El comerciante asintió sin parecer problema en que los tomes. “Si, no tengo problema alguna aunque debo informarle que la mayoría son copias excepto por la carta del caballero. Los originales los tengo guardados en un lugar seguro de mansión.” Le informo dejando ver la precaución del comerciante que parecía relajarse mas en su asiento.

“El testigo que tengo, también bien protegido, es un arrepentido que ha visto la acciones ilegales de los Giovannis en esta ciudad con sus propios ojos…” Continuo hablando observándole con seriedad al Obispo y respondiendo a lo que había planteado. “No hablara de aquellos miembros que conoce sino de otro que al parecer es el supuesto jefe en ese área. Aunque debería saber que no es mas que un peon del patriarca de esa familia.” Comento refiriéndose en un principio a Celia y a Dante.

Luego suspiro. “Espero eso sirva para hacer reflexionar al Dogo, aunque algo mas que debo contarle es que este llego a su cargo con el apoyo de varias familia una de ella siendo los Giovannis.” Le aclaro con preocupacion.