Gianna no era tonta, sabía que la fama de sus fiestas le precedía pero parecía que desde que la madre de Leonzio habia estado hablando por ahí, todo iba a peor. No tuvo tiempo de nada, no la iban a dejar marchar pero al menos sabía sabía que tenía que intentarlo. Tuvo miedo, cuando el hombre la tomó del brazo tuvo miedo y se molestó con ella misma pero más aún con Ignacio por permitir que llegaran tan lejos.
-¡Qué demonios!
Pero antes que pudiera seguir con la ofensa, Ignacio apareció finalmente, en principio pensó que no podría porque eran mas que él pero claramente era muy bueno en eso de las peleas, aunque cuando la empujaron contra él quería golpearlo, ese la besó sorpresivamente para al final matar al último soldado.
-No estoy bien pero no me hicieron daño, sólo quiero ir a casa.
En realidad lo que quería era darse un baño tibio y dormir dos meses pero no se lo dijo, estaba molesta y eso era muy claro.
Motivo: Sorpresa
Tirada: 1d10
Dificultad: 5+
Resultado: 9 (Exito)
“Tan pronto la noche recién empieza…” dijo el hombre mirandola desde su posición mas cerca de la orilla.
Gianna a pesar de estar con sus pensamientos en otras cuestiones como su hogar y lo oscuro que se encontraba el lugar. Su vision captaba detalles que hasta hace poco no habia visto. El cuchillo del Giovanni no era el unico con sangre sino que el puño que había utilizado tambien lo estaba.
Revisando a los guardias no vio señal de viada en ambos, uno con el rostro destrozado y el otro pareciendo sufrir tal daño en el pecho que su ultima mirada fue de agonia antes de morir en un sorpresivo silencio.
Pero a pesar de todo ahí estaba el Giovanni sonriendo como habian hecho en la noche que conocieron, con su cabello siendo empujado por el viento junto a su vestimenta. Su cuchillo seguia dejando caer sangre al igual que uno de los puños, aunque por la poca iluminación que habia ella podia negarse a si misma lo que caia de esos dos objetos. Aunque no podia negar esa mirada salvaje de un lobo observando a su presa que en este caso era ella.
“Querida Gianna, acaso no deseabas vivir una aventura? En tu casa no la viviras y aunque sea un lugar dulce no puede reemplazar la vida.” Comento el Giovanni dando un fuerte respiro como si se pusiera a disfrutar la brisa de esa pequeña isla. “Te ves preciosa con tan poca ropa.”
Gianna estaba de una pieza observando los detalles que la rodeaban, percibió en él algo que nunca antes había visto, su corazón latia aprisa sin que pudiera controlar para nada lo que sentía. Estiró una mano como para tocarlo pero no llegó a hacerlo.
-¿Cómo hicis...?
Pero no se atrevió a preguntar nada porque lo que Ignacio le dijo la hizo sentir escalofrios.
-Yo... Tienes razón pero si alguien nos encuentra aquí estaremos en problemas. Tal vez deberíamos irnos antes que alguien nos vea.
La noble trataba de entender qué había de nuevo en ese hombre con el que iba a casarse.
-Ya me has visto antes así...
Respondió movida mas por la curiosidad que por el deseo.
Los ojos siguieron en ella con silencio pareciendo que algo que habia dicho o hecho ella, habia hecho que Ignacio fuera algo mas reflexivo. “Estos exploradores no son un problema, ellos y su lider tuvieron que saber que no debian venir aquí.” Le señalo Ignacio que comenzo a acercarse a ella.
“Pero si quieres podriamos movernos…Volver para ver que el negocio este cumplido y con todo terminado regresar a la isla principal.” Sugirió con un tono que trataba de esconder el gran deseo que ahí frente a ella estaba y la vez volviendo estos asesinatos como algo ordinario.
Sin embargo acerco su mano limpia a ella dejando caer el cuchillo en la tierra, acaricio el costado de su rostro antes de seguir. “Lo he hecho, pero no en este lugar y en este momento. Toda esta situación que se creo con los guardias cuando tuve que salir a defenderte…” dejo la frase sin terminar esperando mas palabras de ella mas impresiones o sentimientos, esperaba mucho mas de su futura esposa.
Claramente en toda su vida había vivido situaciones incómodas y tal vez aquella dr una de ellas y la noble sabía perfectamente cómo lidiar con ellas, así que intentó relajarse y cuando él le acarició el rostro con la mano, lejos de sentir temor una nota de excitación recorrió su cuerpo.
-Bueno...
Ella se acercó a él sin temor a ensuciarse con la sangre y dejando que Ignacio notara su corazón acelerado, la adrenalina por fin y entonces lo besó apasionadamente durante largo rato, luego se apartó lo suficiente para mirarlo.
-Podemos terminar el negocio y luego ir a dónde tú quieras...
Mientras lo miraba, Gianna se preguntaba si sería capaz de enamorarse del Giovanni y con él olvidar a casa uno de los otros pero sobre todo a su primo.
Ignacio noto el fuerte latido de ella en especial cuando bajo su mano del rostro de ella a su pecho, sintiendo con sus dedos la pulsación rapida de Gianna. El beso parecio no esperarlo pero desearlo lo suficiente para que no se notara ninguna duda en corresponderlo.
“Donde yo quiera…” repitio el vampiro como si lo tomara como una promesa de cualquier forma fue al mar para limpiarse bien la mano y luego secarse en el uniforme de unos guardias. Cuando termino volvieron al lugar donde estaba el mercader.
Al llegar al parecer el intercambio se habia hecho de forma tranquila y cada grupo llevaba lo suyo. Aunque Ignacio parecia mas apurado ahora y tal vez por eso mensiono a los guardias, aunque no su final solo que ellos se presentaron en la escena y posiblemente vendrian mas. Eso logro poner mas palido al mercader que los saludo con prisa pero educadamente antes de marcharse.
Tras unas horas ellos volvieron a las islas principales, con el barco. Dejando algunos recuerdos detras por el momento. "Dime querida siges con la idea de casarte conmigo?" pregunto sonriendo confiado. Habian llegado a la casa de él pero si ella precisaba podrian viajar por los canales a su casa.
Gianna observó toda la transacción en silencio, la verdad era que la situación había sido lo bastante incómoda y desagradable pero al final de cuentas, como su padre le decía siempre, lo que no te mata te hace más fuerte y eso era precisamente era lo que había ocurrido aquella noche en ese lugar. Se despidió tan educada como pudo, se sentía algo cansada y debía ser la adrenalina.
No hizo comentario alguno hasta llegar a casa dei Giovanni y más que nada porque él le hizo esa pregunta. La noble lo miró fijamente porque estaba sopesando la respuesta, miró alrededor suyo, siempre parecían estar solos. Volvió a mirarlo a él.
-¿Aún quiero casarme contigo? Pues si... Te necesito, necesito que alguien me cuide y creo que tú podrías hacerlo bien.
Gianna se acercó a la ventana y miró a través de la cortina moviendo ésta apenas un poco.
-¿Tú quieres?
Gianna no lo miraba a él sino las luces en la lejanía y añoraba a Cirino o lo que creía que él significaba.
-No soy una mujer común...
“Claro que puedo cuidarte muy bien Gianna, nadie se atrevería a tocarte…cualquier enemigo tuyo se lo pensaria varias veces antes de cruzarte contigo. Conmigo.” Le aseguro con gran confianza y con un tono que podría sonar amenazante contra cualquiera que no estuviera en esa sala.
Fue tras ella apoyándose en su espalda dejando su rostro al lado de ella para mirar por la ventana con ella, mientras sus fuertes brazos la arropaban rodeándola. “Claro que quiero querida. Me has oido dudar?” Respondio afirmando y a la vez preguntándole a ella para dejarle que lo pensara.
“No eres. Eres una noble…en realidad una diosa entre las nobles de esta ciudad.” Acompaño sin terminar de dejarla soñar con su primo a Gianna antes de impulsar el rostro de ella con su mano para que lo mirara. “Estoy aquí. No necesitas verme por el reflejo.”
Ella estaba muy segura de que él podría cuidarla de mejor manera que el pobre Bastien por ejemplo, aunque lo quería, no podía negar que era sólo un soldado. Dejó sus ensoñaciones para otro momento porque Ignacio la hizo mirarlo.
-Has exagerado desde que me conociste pero mentiría si dijera que no me gusta que lo hagas...
Se abrazó a él rozando sus labios al hablar y poniéndose de puntillas para llegar a su oído.
-Se perfectamente dónde estas y donde quiero que estés. Nada de lo que haya visto hoy me da miedo... ¿Quieres una mujer así?
Besó su oído, su cuello y fue a su boca besando apasionadamente ésta. Gianna quería olvidar todo lo que estaba fuera de aquellas paredes, también a Cirino pero sobre todo quería olvidar sus problemas con esa maldita mujer que casi fue su suegra y los hermanos de su difunto prometido.
-Tengo otra pregunta para ti, querido: ¿Me invitas a quedarme o quieres que me vaya?
Claramente ella no tenía ganas de irse pero tampoco sabía si alguien en aquella casa podría sentirse ofendido o escandalizado por su presencia, aunque ella no había visto a nadie.
“Yo no exagero solo digo lo que siento.” Respondio con cierta simpleza en su justificación no solo de sus palabras sino seguramente de sus acciones.
Lo sentiste temblar o al menos ponerse algo ansioso ante ese roce, aunque aquella ansia se agrandaría luego de sentir sus besos. “No necesito una mujer miedosa, no espero que vayas a ser una mujer asi.” contesto de nuevo seguro pero impulsandola a mucho mas, el limite no seria claro luego de sus ultimas palabras. “Quiero verte hacer arrepentir a los guardias de lo que paso esta noche con sus compañeros.” Le propuso.
Aunque su propuesta quedo algo sellada tras el beso pasional que recibió y devolvio acercandola aun mas a su persona de una forma bastante posesiva. Tal vez para mejor ya que ambos asi pasarian del tema y de lo que habia pasado tras esos muros.
“Te haria quedar toda tu vida aquí…” respondio con cierto tono lujurioso y siniestro. “Pero otros pensarían que te tengo secuestrada, asi que si quieres puedes irte. Sino quédate esta noche para ver salir el sol juntos.” Le termino respondiendo divertido con sus propias palabras y esperando una respuesta positiva de ella en especial porque no le permitia alejarse.
Gianna sonrió, había algo perverso y hasta malvado en Ignacio que le gustaba mucho. Tal vez no se había equivocado al elegir a ese hombre para que fuera su esposo.
-Lo que importa no es sentir miedo sino afrontarlo y yo he afrontado cada uno de los miedos que he tenido y los he vencido.
Pero estaban hablando y hablando en serio, lo sintió temblar y eso de alguna manera La hizo sentir más segura de lo que estaba haciendo. Dejó de sonreír pero sólo porque lo ameritaba, por dentro seguía haciéndolo.
-Me verás hacer arrepentirse a más de uno, querido.
Pero ese tema estaba siendo pasado, ellos estaban en otras cosas más agradables y ella ya lo sabía.
-No necesitarías secuestrarme porque sería voluntario o te secuestraria yo a ti...
Se recargó en el pecho de Ignacio por completo, pecho con pecho y lo sujetó de la camisa son fuerza pero firme.
-No le rindo explicaciones a nadie. Puedo y quiero quedarme a ver el amanecer a tu lado...
Miró entonces alrededor de ellos, tomó su mano y le preguntó:
-¿Y bien, dónde está tu alcoba?
Ignacio sonrio grande y rio un poco afirmando con la declaración de ella acerca de los miedos. Aunque su interes parecio incrementarse ante la promesa de ella. “Mmmm eso suena interesante. Supongo que tocara esperar para ver lo que planeas.” Afirmo rápidamente antes de dejar el tema para una proxima conversación ya que ambo sabian que ese no seria el fin de eso.
“Podrias intentar secuestrarme pero no es tan sencillo como parece.” le dijo con un simple guiño, un posible reto para ella. “Perfecto...” respondio siguiendo con su mirada fija en la de ella. “Dejame mostrarte.” Con esas ultimas palabras concluyeron la conversacion.
Escena Cerrada.