Finalmente pudo ver a los dos hombres que caminaban por la basílica a altas horas de la noche. Desconocía los motivos, pero uno de ellos era un sacerdote, por lo que esperaba que lo que sea que estaban a punto de hacer no fuera tan malo. El otro hombre… le pareció un joven bastante guapo, aunque por sus andares y las ropas que llevaba, estaba casi segura de que no pertenecía a la alta nobleza, aunque sí que parecía tener dinero. ¿Podría tratarse de un noble venido a menos? ¿Un comerciante quizá? En cualquier caso no parecía extranjero, y casi juraría que era un veneciano de toda la vida, aunque con el fugaz vistazo que les echó, no podía estar cien por cien segura.
Afortunadamente para ella, ninguno de los presentes se dio cuenta de que aun seguía escondida bajo los bandos de oración, por lo que cuando pasaron de largo y se alejaron por la dirección desde la que ella misma venía, pudo respirar de alivio al verse casi libre de ese embrollo. Estuvo tentada a seguirles para tratar de descubrir qué era lo que tramaban, pero su septo sentido la advirtió a gritos que aquello era muy mala idea y tan solo conseguiría acabar muerta o algo peor.
Por todo ello, y cuando se aseguró de que no había más peligro en los alrededores, la joven huérfana salió de su escondite en el más absoluto silencio, dispuesta a desandar sus pasos para escapar por la ventana por la que había entrado a la basílica. Aun tenía que llegar a su escondite secreto para guardar el medallón y necesitaba buscar un lugar adecuado para dejar aquel macabro dedo hasta que encontrara la tumba del pobre Vico… Y lo peor es que estaba segura de que la noche no sería buena compañera.
que mono el chavalín :D
Posiblemente habría acabado en algo peor si la pequeña los acompañaba pero eso no lo sabía y no podría porque la decisión de huir ya se había planteado en su cabeza. El recorrido hacia la salida se realizó con una facilidad que no le parecía del todo verdadera, ya que nadie salió a interceptarla ni se encontró con obstáculo alguno. Ni la voz del sacerdote se hizo presente en todo el recorrido lo que hizo a la pequeña revisar aquel dedo del cual por lo que ella sabía podría salir la sombra con figura humana de antes.
Una vez en la plaza noto que se encontraba un poco más vacía con menos guardias excepto por los dos que seguían protegiendo las puertas de la Basílica y los varios que protegían el palacio del Doge. El resto parecía haber ido a otro lugar junto a la gente que hasta hace poco festejaba. El final de aquella distracción que habia planeado la huérfana no era para nada evidente aunque su buen corazón esperaba que no le habría costado mas que unos golpes a alguien.
En la ciudad la oscuridad de la noche parecía conseguir aún más fuerza con la ausencia de personas recorriéndolas, dejándola habitada por un número pequeño en el que encontraban personas que de una u otra forman realizaban algo que no se animarían en plana luz del sol. Para una joven acostumbrada a la vida callejera, conocía las reglas a las cuales debía atenerse para que tuviera una posibilidad baja de que algo le pasara. No debía ver nada y debía andar rápido sin que nadie la notara. Aquellas eran las reglas simples que tenían, pero ahora pensaba que en que si esto servía con aquellos seres oscuros que hace poco supo que existían, esos seres que debían de encontrarse entre el resto de individuos que preferían la oscuridad para hacer su negocio.
Mientras pensaba y se movia con siempre entre los callejones rezando no chocarse con nadie, termino llegando mas rápido de lo que pensaba a su escondite secreto. Sin embargo algo que pensó bastante extraño fue que su mano no quería despegarse de aquel amuleto y pensándolo mejor ella por alguna razón tampoco quería hacerlo. Incluso razonar unas cuantas razones para dejarlo, sintió que lo preferia cerca tal vez escondido en la Taberna.
Luego de esa rara sensación que le impidió deshacerse del problemático medallón, volvió su mente al dedo y en lo oscura que era la noche. Debia encontrarle algun lugar, ya era hora que volviera para no encontrarse con nadie peligroso.
Si, por alguna razon te encontras con unos cuantos como él :P
PD: Yo que pensaba que me saldria un post corto, pero al final terminaste con esto XD
Casi no podía creerse que pudiera salir de aquella situación con tanta facilidad, después de todas las dificultades que había tenido al entrar y de su encuentro con el fantasma que la había aterrorizado en el proceso. Aun no sabía si estaba haciendo lo correcto al llevarse consigo el dedo del padre Vico, puesto que quizá fuera a él al que estaba ligado el fantasma y no a la sacristía en sí. No obstante su conciencia no permanecería tranquila sabiendo que había podido enterrar aquella falange en un lugar sagrado, por lo que, tragando saliva y armándose de valor, continuó con su plan saliendo de la basílica de la forma más sigilosa que pudo.
La plaza parecía que daba los últimos coletazos de una fiesta que estaba casi acabada. La guardia se había dispersado bastante, y no parecía haber rastro de los borrachos que antes poblaban el lugar. Realmente no pensaba que la reyerta que se había ocasionado con su intervención, causara más problemas que unos cuantos moratones mal contados, pero una parte de ella deseó que nada malo le hubiera pasado a los hombres implicados.
Ahora tan solo tenía que deshacerse de las dos cosas que era como si le quemaran en la piel y que estaba segura de que le ocasionarían problemas futuros. No obstante, mientras caminaba apresuradamente por los semidesiertos recovecos de Venecia tal y como estaba acostumbrada y tal y como siempre había hecho, su corazón se aceleró al pensar inconscientemente en que el misterioso hombre enmascarado o cualquier otra criatura de la noche, pudiera aguardar en un oscuro callejón para saltar sobre ella cuando menos lo esperara, a pesar de su disfraz de chico que siempre la había protegido de las mentes más perversas de la ciudad.
Finalmente llegó al escondite que Theo y ella compartían, y su corazón bombeó con avidez al desencajar el ladrillo suelto esperando encontrar una alentadora nota de su hermano diciéndole que continuaba con vida… No encontró nada parecido, y no pudo evitar que las lágrimas afloraran silenciosas en su rostro durante un par de minutos, quizá como medida de escape de toda la angustia y el miedo que había vivido en tan poco tiempo.
Pero aquello no fue lo más frustrante, sino quizá el hecho de que, por alguna razón que no comprendía, comenzó a pensar que aquel hueco en la pared posiblemente no fuera el lugar más seguro para guardar el medallón, puesto que si Theo había hablado sobre su hermanita con alguna persona, y había comentado cualquier cosa sobre su escondite secreto, cualquier extraño podría venir y llevarse el antiguo tesoro de Sabino con bastante facilidad.
¡Bien! Si no iba a guardar el medallón en su escondite, no veía por qué no introducir el dedo en otro hueco de la misma pared, situado un poco por debajo del que ella y Theo utilizaban. Al fin y al cabo esperaba poder enterrarlo antes de que empezara a oler mal, pero si no era el caso, cualquiera que detectara el desagradable aroma, seguramente lo achacaría a una rata muerta pudriéndose en alguna parte.
Tras depositarlo cuidadosamente detrás el ladrillo, y tras rezar una plegaria por el difunto, Leonor, utilizando las reglas de no mirar a nadie y de no preocuparse por lo que fuera que andaban haciendo, se apresuró a dirigirse hacia la taberna de Facciolo antes de que algo malo le ocurriera.
Por alguna razón...
PD: Jajaja, ya somos dos :P
PD2: Por cierto, ¿Que es lo que me pasa con ese misterioso medallón? me va a generar problemas seguro :/
Una vez estuvo lejos del escondite que compartía con su hermano, volvió a mirar a ese amuleto. Si bien en principio le seguía pareciendo frustrante que algo dentro de ella no quisiera librarse de este, pronto se vio llena de una gran melancolía que solo incrementaba cuando releía las palabras en latín escritas en este.
La familia siempre primero
De nuevo lágrimas silenciosas comenzaron a recorrer las mejillas de la pequeña, aunque el dolor por el cual las liberaba estaba completamente perdido en ella. Había algo que no recordaba pero sabía que como la primera vez que lo vio este medallón le resultaba familiar.
Mientras las calles si bien no estaban desiertas, los callejones que la huérfana usaba volvían a estar vacíos excepto por alguno que otro gato o perro que si bien la amenazaban no hacían esfuerzo alguno en perseguirla. Convirtiendo de nuevo al viaje en uno sin problemas hasta llegar enfrente de la taberna, que por los sonidos de adentro parecía aun tener algo de clientela aun a estas horas de la noche.
La pregunta sería por donde entraría la jovencita a quel lugar, ya que empezaba a sentirse cansada y algo hambrienta. Aunque esto último era por algo más que comida, pero ella aun no lo sabía.
Oh, pero si te cuento te arruinaria la sorpresa :P
¿Por qué actuaba de aquella manera? ¿Es que acaso ese objeto pertenecía a Luca Vestini o a alguno de las personas que acudieron alguna vez al orfelinato? Aunque aun estaba en mitad de la calle, no pudo evitar echar un vistazo a la pieza de oro que guardaba con mimo entre sus ropas y que tenía una frase primorosamente tallada en su envés.
La familia siempre primero
No supo exactamente por qué, pero un sentimiento de pena la invadió y no logró impedir que de nuevo unas lágrimas cristalinas se deslizaran por sus rosadas mejillas. Quizá fue por el hecho de que se sentía totalmente desamparada al recordar que, a pesar de que luchaba por ser fuerte y por no rendirse, el único miembro de su familia que le quedaba, había desaparecido posiblemente para siempre, y ya no tenía a nadie más… No obstante, había algo en el medallón que pugnaba por echar abajo una pared de recuerdos levantada en su memoria mucho tiempo atrás... aunque de eso, la joven huérfana no podía estar segura.
Tras aquellos momentos de pena, Leonor se secó las lágrimas con la manga de su gastada camisa, mientras se dirigía a la taberna con rapidez. Una vez logró llegar a su destino, la pequeña mujercita fue consciente de que si entraba y luego no salía de allí, los posibles parroquianos y las camareras que aun quedaran, de seguro sospecharían que algo raro estaba pasando con el joven muchacho pelirrojo, por lo que, con un sigilo extremo, decidió entrar como una sombra por la ruta alternativa que había descubierto el día anterior, para tratar de colarse en su dormitorio cuidadosamente. Tras ello, pensaba buscar en aquellas paredes un lugar lo suficientemente bueno como para esconder el medallón de oro que tantos problemas le estaba causando, para salir de nuevo vestida como una jovencita, y poder conseguir alguna cosita de comer entre las sobras en la cocina.
Jooo, ¿por qué será que me da miedito?
El camino se vio algo más complicado que en la mañana donde el sol alumbraba aquella ruta alternativa, por lo que tuvo que ir más despacio hacia su cuarto. Una vez dentro encontrar un lugar donde esconderlo perfectamente no fue fácil, pero con algo de empeño por parte de la chica encontró un tablón suelto debajo de su cama donde el medallón cabía dejando algo de espacio para más cosas si es que la pequeña seguiría usando ese escondite.
Una vez salió al gran salón vestida de mujer noto como habían un par de personas tomando aunque nada que llenara la capacidad de la taberna. Buscando con tu vista no encontrabas ni a Camila, ni a Donna aunque la falta de ella no parecía disminuir el ritmo de las meseras que se encargaban del servicio de los pocos hombres despiertos a esta hora. Entre ellos uno conocido por la pequeña. Amedeo. El joven guardia parecía encontrarse en su propio mundo mirando su tarro de cerveza medio lleno.
Por otro lado habia una joven limpiando la barra, Leonor ya la habia visto trabajando en la taberna pero nunca se habian hablado entre ella. Esta parecia hacerte una señal para que te acerques a ella.
No tengo idea, con lo bueno que he sido siempre con tu PJ :D
No estuvo muy convencida del lugar donde había dejado el medallón. Era como si una parte de ella se resistiera a dejarlo solo, aunque supiera que si Sabino la pillaba con él, posiblemente sería un cadáver en menos que cantara un gallo. ¿Por qué no se lo habría devuelto? No tenía una respuesta para aquello, pero, tras leer un par de veces más la inscripción y guardarlo primorosamente tras la balda debajo de la cama de su habitación, se dispuso a salir al gran salón vestida de chica para poder picar algo de la cocina.
Cuál fue su sorpresa al no encontrar a Camila o a ninguna de las camareras que la habían acompañado a la fiesta la noche anterior. No obstante, más sorprendida quedó al distinguir entre los parroquianos al joven guardia que estaba empezando a considerar como un posible amigo, bebiendo solo en una de las mesas.
Estaba empezando a plantearse el volver a usar sus ropas de muchacho para hablar con él, cuando la joven que limpiaba la barra, le hizo una seña para que se acercara. Aquello la llenó de curiosidad, a la vez que pensó que no pasaría nada si comía un poco antes de acercarse a hablar con Amedeo.
Perdón por el retraso en contestar cielo. Mi visita me ha tenido bastante ocupada y no he podido escribir hasta ahora :)
Aun cuando estuviste cerca de la joven esta no levanto su mirada de su labor, continuando su labor para dejarla inmaculada.
“Supongo que vos eres Leonor, la nueva…” dijo en un tono que afirmaba y preguntaba al mismo tiempo. “Camila me hablo de vos y me alegra ver que volviste caminando con nosotras. Camila se pondrá contenta.” Comento dejando una pequeña sonrisa pasar por su rostro mientras cambiaba su objetivo de limpieza a unos tarros.
“Estas bien cierto? Tienes alguna herida? O te ha pasado algo malo afuera?” pregunto sin mover su mira a la joven pelirroja. “Camila se preocupa de vos como de todas y no le gustaría saber que algo malo te paso. Pero igual hay que ser sinceras y contárselo, incluso puede ayudarte cuando vuelva.” Solto un largo suspiro mientras observaba un tarro roto, mirándolo con detenidamente como si no supiera que hacer con él.
No pasa nada Amore ;)
Tras acercarse a la muchacha, la joven pelirroja escuchó lo que tenía que decir. No obstante no se esperó aquella demostración de preocupación y, pese a todo, hasta le resultó bastante sospechosa dadas las circunstancias.
-¿Cómo iba a volver si no? – Respondió algo extrañada, puesto que la única forma de regresar hasta la taberna era a pie… a no ser que se metiera en los canales, cosa que no le apetecía en lo más mínimo.
Asimismo, el repentino interés de aquella desconocida estaba más allá de su deseo de querer compartir su experiencia tanto en la Basílica como con la dama musulmana y el extraño predicador reclutador de almas descarriadas. Por todo ello, tras regalarle una bonita sonrisa, afirmó encogiéndose de hombros – Nada malo me ha ocurrido, no debes preocuparte. Estoy de una pieza, aunque un poco hambrienta ¿Tendrías algunas sobras que vayas a tirar y que pueda llevarme a la boca? Sería muy de agradecer.
Su intención era comer un poco para volver a ponerse sus ropas de chico e intentar hablar con Amedeo antes de que se marchara de allí.
jajaja la desconfiada Leo no se fía de las extrañas ^_^
“No se, ¿Arrastrándote y rogando ayuda por la puerta principal?” pregunto con algo de frialdad mientras continuaba limpiando cualquier objeto próxima a ella. “Sin embargo me parece que no entraste por la puerta principal…aunque tal vez no preste atención cuando entraste.” Comento encogiendo los hombros como si aquel detalle no tuviera gran importancia en ella.
“Eso es bueno querida.” Dijo finalmente elevando la mirada para ponerse a examinar a la joven huérfana o al menos eso parecía por la mirada que le daba recorriéndola. Pasándose un dedo el agua, lo acerco lentamente a la cara de Leonor. “Disculpa pero tienes sucia la nariz. Déjame…” pidió terminando de adelantar su mano para limpiar a la pequeña. “Ahí. Ahora eres tan linda como dicen las otras.” Comento con una sonrisa sincera.
“Podría darte más que sobras, aunque me gustaría que te lo ganes trabajando.” Respondió a tu pedido de comida. “No me vayas a mirar mal, tarde o temprano si deseabas quedarte en este lugar debías meter unas horas en esta taberna. Es algo que seguramente Camila no te dijo, pero es algo que deja en mi mas veces de lo que me gustaría.” Dijo pareciendo molesta con esa afirmación. “Siempre me hace quedar como la mala.” Dijo suspirando antes de sonreir y negar con la cabeza dejando atrás cualquier molestia.
jejeje Pobre Velia, con este post seguro no queda mejor.
Leonor miró a la chica que limpiaba la barra enarcando una ceja por su respuesta. Lo cierto es que no había pensado en que pudiera referirse a algo como eso, pero en cierto modo tenía sentido, por lo que decidió no responderle con el típico comentario mordaz que siempre la había ayudado frente a los chicos de la calle. Además, ahora iba vestida de señorita y, de alguna manera, aquella falda con corsé la condicionaba a ser más refinada de lo que acostumbraba, aunque no quisiera admitirlo.
Por otro lado la muchacha tenía razón en cuanto a ser más cuidadosa. Si entraba oculta disfrazada de Leo y se cambiaba de ropa en su habitación, también tenía que volver a salir por donde entró para evitar sospechas, así que tomó nota de las insinuaciones y se dejó limpiar la nariz a pesar de que su interlocutora no estuviera siendo muy diplomática.
-No te preocupes que no me lo tomo a mal. De hecho agradezco la sinceridad directa y sin tapujos. – Respondió con una sonrisa clara ante las sugerencias de la joven sobre ganarse el pan – Ya hablé con Camila al respecto, pero no me quedaron muy claras sus respuestas. De hecho hoy me he pasado el día tratando de cumplir un encargo que me dio, aunque aún no sé cómo agradecerle todo lo que está haciendo por mí, por lo que sí puedo ayudar en la taberna sería genial. – Finalizó algo colorada por haber parecido una aprovechada a ojos de las chicas.
que vaaaa, me gustan las chicas directas. quizá hasta se convierta en una buena amiga ^_^
“Mejor, me canso demasiado cuando debo dar tantas vueltas para explicar algo simple.” Comento sonriendo corriendo su pelo castaño para dejarle una mejor vista de su rostro a la pequeña.
“Oh, no sabía que Camila te había dejado supongo que lo cumpliste como debias y por eso vuelves con nosotras..." dijo sorprendida en un principio aunque recomponiendose rapidamente y no teniendo intecion alguna de saber cual era el trabajo. "Pero ahora ella no se encuentra aquí, tal vez mañana nos deleite con su compañía y puedas reportar tu trabajo como buena empleada.” Comento de nuevo volviendo a un tono formal mientras con sus manos iba sirviendo un vino blanco en una jarra metálica.
Ante tu buena predisposición a ayudar la puso contenta. “Bien, entonces ve sirviendo a los clientes que aun puedan beber. No son muchos, la mayoría a esta hora están dormidos en las mesas.” Le informa alcanzándole la jarra. “Recuerda de tratarlos bien e ignora cualquier toqueteo que ni bien te alejes no te molestaran más.” Te recomendó antes de volver a la limpieza de la que parecía una interminable cantidad de tarros y cubiertos.
Dando un rápido vistazo al lugar efectivamente no había demasiada gente aun bebiendo. Estaba Amedeo que parecía haber tomado lo que antes le faltaba de su trago, había un sujeto árabe con lo que parecía su hijo por el claro parentesco entre ambos cada uno con su copa, uno de los mercenarios de un grupo que habías notado que siempre estaba presente en la taberna y por ultimo un par de mujeres jóvenes con un hombre armado que miraba a los alrededores bastante alerta.
El tiempo lo dira :D
Leonor asintió ante la suposición de la joven, y se alegró de que no pareciera querer saber de qué se trataba el encargo que había hecho para Camila. La chica parecía muy capaz, siendo bastante hábil para manejar ella sola la taberna a estas altas horas de la noche, que era cuando más borrachos solía haber, con la consiguiente facilidad para meterse en líos varios.
A decir verdad, cuando la huérfana escuchó la palabra “empleada”, se quedó clavada durante unos segundos y algo confundida. ¿Realmente deseaba considerar este lugar como su hogar e incluso trabajar en él, o estaba pensando en marcharse de allí en cuanto pudiera? A decir verdad, no lo había pensado, por lo que se dijo a sí misma que sería una prioridad en la que pensar cuando tuviera tiempo para ello.
De momento, no estaba bien aceptar más la hospitalidad de las mujeres que ayudaban en la taberna, sin ofrecer una ayuda a cambio, por lo que, a pesar de que temía ligeramente que Amedeo la reconociera con aquel vestido, decidió echar una mano y terminar de servir a la clientela, tratando de evitar que intentaran propasarse con ella en el proceso.
-No tengo problema en ayudarte aunque no he comido nada desde la mañana y esta es la primera vez que sirvo mesas. Espero no derramar nada. – Se sinceró con una sonrisa clara, sabiendo que su estómago rugía visiblemente sin que pudiera hacer nada para evitarlo.
La joven no demostró con gesto alguno que había escuchado el estómago de Leonor. “No te preocupes, lo harás bien. No pareces ni muy hambrienta ni muy cansada para que ellos se convierta en un problema.” Contesto con una sonrisa amistosa sin desistir en su pedido y sin dejándose conmover por la bella huérfana.
Leonor no debía ser muy astuta para darse cuenta que Velia no sedería a darle algo de comida antes de que ella sirviera las copas o talvez podría insistir un poco mas de otra forma, pero el trabajo no parecia tan complicado en la mayor parte. Solo habia un obstáculo importante que era la posibilidad que el joven guardia la descubriera como el joven que le ayudo el dia de ayer.
Post corto, pero es que necesito saber tus acciones ;)
Ante la respuesta de la joven, Leonor no pudo sino sonreír. Parecía que aquella chavala tenía las cosas muy claras en cuanto a prioridades, por lo que no pudo evitar dedicarle unas palabras antes de recoger la bandeja con cuidado - ¡Vaya! Eres todo un carácter y ni siquiera sé cómo te llamas. No me importa servir una ronda a pesar de que me haya pasado trabajando para Camila todo el día, pero que sepas que tan solo lo hago porque me caes bien. – finalizó con un guiño amistoso a pesar de que sus palabras le dejaban muy claro que ella no era ninguna aprovechada y que no estaba obligada a hacer aquello, y menos en ayunas.
A pesar de su miedo a ser descubierta, decidió servir una ronda de bebidas antes de retirarse. Deseaba hablar con Amedeo, pero no podía hacerlo vestida de mujer, por lo que, aunque no comiera, pensaba servir las mesas lo más alejada del guardia que pudiera, y luego ir a verle para hacerle las preguntas que tenía en mente.
No tan corto. A mi me ha gustado ^_^
“Me llamo Velia querida.” Respondió devolviéndole el guiño antes que se marchara.
La pequeña huérfana empezó a servir en una especie de medio círculo rodeando al guardia con el que prefería no hablar. Su primera parada fue las jóvenes que charlaban y reían con ganas, ambas aceptaron más vino agradecerte antes de volver a lo suyo. El guardia de ellas mientras tanto miro molesto a ambas y a ti, dándote la sensación de que no volvieras a servirle a ella. El siguiente fue el mercenario que rápidamente coloco su mano en sobre su tarro para impedir que le sirvieras y se excusó contigo diciendo que eso no ayudaria a su trabajo de protegerlas a ustedes, las mujeres de esta taberna. Por último fue con el padre y el hijo que pareciendo educados en un principio, aunque la mano del padre se empezó a sentir en tus piernas y luego la de su hijo. Cuando te retiraste más rápido que las otras veces pudiste oir como el padre felicitaba a su hijo en su iniciativa.
Servidos esos tres, el único que quedaba era Amadeo pero al que la pequeña ya había decidido no servirle por lo que debería esperar para que le sirvieran. Sin embargo un temor recorrio su interior pensando en la posibilidad que este la llamara para servirle. Sin embargo la suerte estaba con ella, en parte ya que el guardia se había levantado de su asiento dejando unas pocas monedas en la mesa antes de marcharse. Los ojos de ambos se cruzaron por un momento pero no parecia que este le dio mucha importancia.
“Ves que no fue difícil?” comento Velia parándose cerca de tuyo. “La noche esta muy avanzada, pronto se irán y podrás comer un poco.” Dijo moviéndose para volver junto a la barra.
En poco tiempo su predicción se volvió verdad cuando las jóvenes se fueron caminando borrachas y el padre junto a su hijo se retiró también. El Mercenario fue a una de las camas humildes que se encontraban en la taberna para el reposo de los viajeros. Mas no pudo enfocarse mucho en las despedidas cuando detecto ese aroma rico desde la cocina, desde la cual se veía a Velia de nuevo invitando a Leonor para que se acerque.
Para cuando llego otro caldo como el que tuvo a la mañana le esperaba. “Espero te guste…” comento sonriéndote grande. “Sabes podríamos ser amigas ya que dices que te caigo bien, la verdad escuche que no te llevas bien con Donna y eso me habla muy bien de vos. Asi que dices?” pregunto sinceramente tal vez demasiado confiada de recibir un si.
Gracias, el tuyo tambien me gusto. Pero igual no podre darte ahora a Amadeo :(
Por otro lada aca tenes una posible amistad y con este post o uno tuyo siguiendo a este ceramos esta escena tambien. Decision tuya :P
Afortunadamente para la huérfana pelirroja, Amedeo no se percató del parecido que la chica que servía las mesas tenía con su amigo Leo. Asimismo, su experiencia esquivando las manos largas de aquellos que intentaron propasarse con ella fue bastante menos terrible de lo que esperaba, por lo que el resto de las rondas pasaron sin ningún impedimento adicional.
Al ver al joven guardia dejar unas monedas y alejarse de la taberna, supo al instante que su charla con él tendría que esperar. Por lo que, cuando todos se fueron finalmente y ambas muchachas terminaron de recoger, Leonor pudo sentarse por fin a la mesa para degustar el delicioso plato que la joven que se había presentado como Velia, había dispuesto para ella.
-No es que no me lleve bien con Donna – Respondió tras agradecerle el caldo y dar sus primeras cucharadas, comprobando lo rico que estaba – Es que no me gusta que me tomen por tonta... Aunque no soy tan ingenua como para que me vuelva a pasar – Se sinceró, extrañándose un poco de que aquella joven conociera el asunto.
-Con respecto a ser amigas… no veo por qué no – añadió con una sonrisa sincera – Aunque la amistad no es algo que se pacte tras acabar de conocer a alguien, por lo que supongo que tendré que ganarme tu confianza para que me llames amiga de ahora en adelante, si queremos que dure – Finalizó con un guiño, dándole a entender que lo que acababa de decir iba en doble dirección, mientras degustaba el maravilloso plato caliente que ya estaba a medio terminar.
Por mi si. Ya sabes que estoy a tu disposición ^_^
Fin del Capitulo 1.3
Exp: 4
FdV recuperada: 1