Partida Rol por web

Cada vez se sentía más tentada por su perfume y por la forma en que la manejaba. De alguna manera, aquel hombre conseguía ofrecerle una seguridad que pocas veces sentía, aunque su porte autoritario consiguiera que, de una forma u otra, ambos terminaran discutiendo la mayor parte de las veces.

-Josef me gusta mucho. Es una de las podas personas verdaderamente honestas que he conocido. No me importa que no sienta la misma simpatía por mí, pero me siento mejor teniéndole cerca… Siempre es bueno rodearse de gente noble a la que no le importa expresar su opinión sincera a pesar de que no nos guste escucharla… No deberíais privaros de un alma como esa a vuestro lado. Sobre todo teniendo en cuenta que gracias a él conseguisteis encontrarme. – Respondió ante los intentos del vampiro por mandarle de vuelta a sus tierras.

Cuando Konrad le explicó la relación que tenía con sus hombres con respecto a su condición de criatura de la noche, la damita asintió, suponiendo que sería cuestión de tiempo el que decidiera confiarle la identidad de aquellos que velaban por su sueño durante el día. No obstante, cualquier intento de réplica fue reducido a la nada, en el momento en el que su Domitor posó sus labios sobre el delicado cuello de la damita, dejando que sus colmillos rozaran su temblorosa piel sin llegar a romperla aun, tras humedecer con pausada calma a su excitada víctima, la cual no pudo evitar contener el aliento sin moverse ni un milímetro de donde estaba.

Pero aquel mordisco no llegó, y aquellos esquivos labios se desplazaron con parsimonia por el lóbulo de su oreja, para susurrarle palabras de advertencia sobre el libro de Nod y sobre sus seguidores, no sin que antes sus manos dibujaran surcos imaginarios en su espalda con una delicadeza infinita.

De nuevo, aquella repentina pregunta la pilló por sorpresa. Y necesitó unos segundos para no derrumbarse y confesarle aquello que había permitido en el dormitorio contiguo a los aposentos del Dogo, mientras el cansancio y el desconcierto se apoderaban de ella – Yo… siento un gran respeto… y… temor. Es alguien poderoso y distante, pero a la vez carismático e inteligente. Aun no sé por qué no me impuso ningún castigo aquel día y… por qué permitió que vos me tomarais como vuestra… muñeca de sangre. – Dijo con tristeza, recordando el terrible nombre que le había revelado el príncipe sobre lo que otros vampiros pensarían de ella.

Konrad pareció detenerse a pensar lo que le decía ella o al menos esa impresión era la que quería dar. “Que interesante. No sabía que tuvieras experiencia liderado un grupo de hombres.” Comento con cierta ironía pero antes de que pareciera que desestimaba el consejo continúo. “Sin duda una persona sincera y hábil en su labor, pero creo haberte dicho que se insubordino a mi persona eso ya es un problema. Que no le agrades, por la razón que quiera, tampoco es bueno. Tendre que pesármelo luego que hable con él, aunque tomare en cuenta lo que me dices.” Comento dejándola en la intriga de lo que pasaría, aunque sin duda pareciendo algo mas flexible en su decisión que otras ocasiones.

Los estímulos que realizaba en ella el vampiro fueron frenados cuando ella revelo el término que había usado con ella, alejándose de su cuello volvió a su rostro para mirarla con enojo. No era con ella su enojo sino con quien habia dicho tales palabras. “No me había dado cuenta que el príncipe de aquí se habia convertido en una arpía para usar palabras de ese tipo.” Comento molesto mientras sus ojos oscuros examinaban el rostro de ella.

“No te pongas triste, no pienses en ello. Los otros pueden pensar lo que quieran o insultarnos a ambos, pero para mí no sos una muñeca de sangre. No tendríamos esta conversación si asi lo fueras.” Dijo con una media sonrisa aun conteniéndola entre sus brazos, mientras su mano iba acariciando su espalda. Paciente espero a que ella estuviera mejor, que le diera una señal para continuar lo que habían empezado mientras por su lado habia dejado de preguntar por el príncipe…al menos por el momento.

-No tengo experiencia liderando un grupo de hombres – replicó ligeramente enfadada y poniendo morritos – pero si tengo experiencia en las personas, y siempre es mejor estar rodeado de aquel que no tiene miedo a decirte lo que piensa y que aun así te quiere y te respeta. Si Josef se insubordinó, fue por mi culpa… por proteger mi estúpido honor de doncella. Si hubiera sabido que queréis castigarle por eso, jamás le habría dicho nada ya que lo único que le he traído son dolores de cabeza – Dijo con algo menos de fuerza en sus palabras, rindiéndose ante aquel abrazo que la reconfortaba aunque no quisiera – Si queréis hacerme feliz, entonces dejaréis de castigarle por cosas que tienen que ver conmigo ¿Me lo prometéis? – Le susurró dulcemente al oído, tentándole con cariño.

Pero entonces, Konrad se detuvo en sus caricias y la volvió a mirar fijamente con ojos iracundos ante el termino que el príncipe había usado. Leonor, por su parte, se sonrojó visiblemente tratando de defender al príncipe, al no recordar nada de lo que sucedió después entre ellos – No… no es eso. Él me explicó el término y me previno al decirme que algunos cainitas más despiadados me llamarían así, puesto que se ha convertido en una definición para las ghouls creadas como amantes.

Entonces, las palabras dulces de su Domitor junto con aquellas caricias, consiguieron calmar un poco su espíritu, y se encontró a sí misma apoyando el sonrojado rostro contra el pecho del vampiro para tratar, sin éxito, de escuchar el latido de su corazón.

-Lo sé… no tengo idea de por qué, pero sé que soy diferente para vos… y me siento muy afortunada. - Afirmó dulcemente dándole un suave beso, justo antes de recordar algo importante en el último momento - ¿Sabéis? Según el príncipe, la secta fue atacada con una gran fuerza sin que él diera ese permiso. Me dijo que Venecia podría hundirse en el caos si la autoridad no es respetada y me preguntó por donde debería buscar a los culpables. ¿Vos sabéis algo al respecto?

El vampiro de gran porte sonrió divertido ante el enojo de ella, sin embargo su sonrisa disminuyo al escuchar el resto de sus palabras incluyendo su pedido dulce a su oído. Por un momento guardo silencio como si lo pensara mientras continuaba abrazándola. “Tal vez sabes más del comando de hombres del que te doy crédito. Tienes razón que hombres como él es bueno tenerlo cerca, además de poco servirá castigarlo más bien lo terminara alejando de mí.” Comentaba el hombre mientras posiblemente para su sorpresa accedía a la propuesta.

El vampiro se mordió levemente el labio no queriendo contestar a la excusa que ella ponía para el príncipe, que parecía no creer demasiado pero tampoco parecía desear pelear ahora mismo o recriminar algo de alguien que no estaba ahora mismo presente por lo que lo dejo pasar.

Siguió los movimientos de ella conteniéndola contra su pecho mientras  continuaba acariciándole hasta que ella pudiera tranquilizarse. Entonces bajo su mirada hacia ella al momento que recibía el beso de ella, devolviéndoselo con una suavidad menos pero no por ello sin cariño.

“Tiene razón sin la autoridad la mayoria de las ciudades dejaría de existir.” Expreso y se quedo pensando en la pregunta de ella. “No se, mis hombres no fueron y si no fueron los del príncipe entonces será un tercer grupo. Habria que pensar en a que otro grupo fuerte afecta esta secta para quererla destruida.” Termino respondiendo dejándole una pequeña guía para donde debía ir el pensamiento de ella, aprovechando que ella parecia conocer mas que el resto.

Leonor sonrió sin poder evitarlo cuando él dio crédito a sus palabras y alabó su forma de pensar al mismo tiempo que continuaba abrazándola con cariño. De alguna forma sentía que estaba empezando a ser tomada en cuenta. No solo eso, sino que se sentía cómoda al decir lo que pensaba delante del hombre del que no hace mucho había tratado de alejarse a toda costa.

La jovencita no supo como tomarse el silencio del vampiro ante sus palabras de excusa hacia el príncipe. No obstante, en estos momentos le bastaba con sentir sus manos acariciando su espalda para ser feliz.

Tras el suave beso que ambos se entregaron, la huerfanita escuchó como Konrad afirmaba no tener nada que ver con el ataque. Si no había sido el príncipe ni tampoco el norteño, suponía que los responsables posiblemente fueran los musulmanes, puesto que a pesar de haberle dicho a Naywa que esperara una semana antes de intervenir, bien podía haber desoído sus palabras. Aquello la preocupó bastante al pensar en las represalias tanto de la secta como del príncipe, aunque en estos momentos nada podía hacer para confirmarlo, por lo que prefirió no decir nada al respecto.

-¿Qué deseáis hacer ahora? Soy toda vuestra por el resto de lo que queda de noche. – Respondió algo temblorosa y sonrojada ante el significado de las palabras que acababa de pronunciar, sabiendo que seguramente tendría que dormir hasta bien entrada la mañana para recuperar fuerzas.

El vampiro no pudo sonreír con mayor picardía aunque lo intentara toda la eternidad, su motivo siendo sin duda las palabras que había pronunciado la joven. “Supongo por el color que está tomando tu rostro que sabes muy bien lo que planeo hacer contigo.” Respondió el Lord dejando que la imaginación diera su respuesta.

Sin embargo no fue tras mucho tiempo que se dirigió al cuello de ella recordando algo que le había dejado debiendo aunque a él también le habría gustado en ese momento haberlo hecho pero por estar conversando se había contenido. Pero ahora sin más abrió su boca mostrando sus grandes colmillos antes que estos se clavaran en el suave cuello de ella.

Lo que siguió no fue algo nuevo para la pelirroja sino la misma intensidad que había recibido hace poco y a la cual empezaba a sentirse cada vez mas atraída para bien o para mal. Aunque claro eso no era lo unico que cambiaba en ella mientras se internaba mas en la oscuridad que era su nueva vida.