Nikeia intentó sacar conclusiones sobre a quién habría vendido las armas pero no había nada que se le ocurriera en el momento. Necesitaba algo más de información, la tensión entre las diferentes religiones en diferentes ciudades era abundante y era difícil averiguar a quien podría referirse. Nikeia hizo gestos con las manos de que no hacía falta que le explicara más. Sabía de sobra que la curiosidad en exceso no era buena y prefería que Tiberio la siguiera considerando una aliada en todos los sentidos de la palabra. - Solo me importa tu seguridad, Tiberio.- dijo a modo de conclusión del tema.- Siempre hay que estar alerta y mas en una ciudad de estas .- dijo y le guiñó un ojo con complicidad.
Se tomó unos segundos para reflexionar las palabras de su compañero. La verdad es que hacía ya un tiempo que los mercaderes, sin ser nobles, se interesaban en las intrigas políticas aunque su nacimiento les negaba la posibilidad de participar de lleno en ellas. Había cada vez más mercaderes que sobrepasaban con holgura los dineros de los nobles y eso comenzaba a generar alguna que otra tensión. No demasiada. Pero alguna que otra. - Es verdad mi querido Tiberio. Y guárdate también de los ambiciosos en exceso. Espero que como tu dices este negocio que has hecho quede en nada, obtengas tus beneficios y no pase nada más. Si necesitas cualquier cosa ya sabes donde puedes encontrarme. - le dijo con la intención de marcharse de allí. Había hablado mucho con su amigo y había obtenido alguna que otra información valiosa, no demasiada, pero tampoco había sido en balde.
La intención de Nikeia es buscar a Piero Alghieri, otro de sus contactos, a no ser claro que el máster tenga otra cosa en mente....
El viejo mercader asintio comprensivo.“Lo se, mi querida Nikeia. Pero de cualquier forma sin algo de riesgo un mercader no puede conseguir dinero. Asi es la vida.” Sonrio con una sonrisa que parecia mas ligada a un joven que a alguien de su edad, tal vez movido por el guiño de ella.
Te tomo la mano para darle un beso de despedida. “Lo mismo digo, cualquier consulta ya sabes donde encontrarme.” Le expreso para darle un beso en la mano y finalmente despedirse de ella.
El proximo mercader tenia que recorrer algo de distancia y salirse del puerto, su casa no queba muy lejos de ahí aunque no se sabia si por mala suerte o porque el hombre lo prefiriera de esa manera.
Pequeños chicos pasaban de un lado a otro con sobres, sabias que algunos de ellos eran mensajeros de la guardia o particulares de cada casa. Si bien no parecian en un principio los mas indicados para el trabajo, entendiste por tus pequeñas charlas con Piero que esos chicos podian ser muy leales por algo de comida y un posible trabajo estable en esta ciudad. En especial si los mantenia fuera de las pandillas o de los golpes impiadosos de los guardias.
Tras llegar a la casa del hombre tocaste y fuiste recibido por un joven sirviente que te pidio que lo siguieras. Piero estaba en su estudio leyendo un libro y con un mapa en su mesa, el ambiente que se sentía en esa habitación era mucho mas tranquila de la que hasta ahora habia sentido la mujer. Era un mundo mas pasivo y relajado, ayudado por ese aroma relajante de los inciensos.
Tal vez por eso Piero se encontraba concentrado en lo suyo, teniendo que ser sacado por el sirviente del mundo que se habia metido. “Oh me disculpo, espero no hallas tenido que esperar mucho querida Nikeia.” Dicho eso se levanto para recibirla en lo que parecia un atuendo mas bien de hogar y no para salir, marcando que aun no habia ido a la calle.
Cuando Nikeia se dirigía a casa de Piero siempre se hacía las mismas preguntas.. ¿Exactamente por qué no había comprado una casa más cerca del puerto? .. Pero Nikeia nunca obtenía respuesta en su mente pues nunca se había planteado comentarle a Piero sus dudas. Era algo que simplemente prefería no hacer.
Le abrió la puerta un joven al que Nikeia no tenía claro haber visto antes y eso era raro pues ella siempre se acordaba de todo. Entró en la casa observando al chico pero en cuanto vio a Piero se le fue de la mente todo lo anterior para centrarse en su conocido.
Estaba claro que algo le pasaba. Nikeia observó el mapa que tenía Piero y lo memorizó. Levantó la vista de nuevo a Piero que ni siquiera había caído en su presencia. Cuando el chico le advirtió Nikeia sonrió e inclinó la cabeza a modo de saludo. Esperó a que el chico se marchara y se cruzó de brazos. - Sabes que venir a tu casa siempre es motivo de tranquilidad amigo Piero, es como un mundo a parte de esta ajetreada ciudad .- le dijo sin quitar la vista de sus ojos.- Pero.. te veo muy ocupado trabajando, tanto que parecías estar en otro lugar.- comentó con empatía. Si alguien sabía bien lo que era abstraerse en algo que estuviera trabajando, era ella, pero los mercaderes no solían tener esa paz interior para trabajar... a no ser que hubieran tenido una muy buena idea.- No pretendía molestarte, Piero - añadió con cierta sinceridad.
¿Al chico lo recuerdo?
¿De qué es el mapa?
La mujer reconocia al joven, con la minima información que le habia dado Piero. Al parecer era un pequeño ayudante que tenia en su casa un sirviente que se encargaba de las tareas mas basicas de un mayordomo. Aunque ella no le habia preguntado su nombre a Piero o porque se habia buscado uno joven o si habia algo mas ahí. Asi que por ahí quedaba como el misterio de la ubicación de su casa.
Respecto al mapa no tuvo que mirarlo mucho para saber de que parte del continente era. Era un mapa del noreste salvaje como le decian algunos, ese lugar donde habia constantes batallas con hordas paganas y los caballeros no terminaban de asentarse antes que aparecieran muertos. Aunque decian que había cierta belleza inexplorada en esos lugares.
El comerciante rio un poco. “Me alegra que pienses eso de mi lugar. Es un esfuerzo que hago, a pesar que la ciudad no me ayuda.” Comento con cierta gracia dejando el libro a un costado para acercarte a ti saludarte como correspondía.
Nego lentamente con la cabeza antes de ponerse a señalar el libro y el mapa. “No estoy trabajando. Lo que vez aquí es el fruto de un pequeño trabajo que hice antes. Un amigo en la biblioteca me presto uno de los libros que un noble acabo de depositar. Por suerte el libro lo escribio un cruzado nuestro y se puede leer.” Le explico a la mujer mientras le acercaba al libro y se lo ponia en una pagina al azar para que lo viera. En la pagina habia descripción bastante detallada de un rio aunque con cierto tono que no lo hacia un informe militar. “Me parece que el cruzado era un escritor frustrado.”
De nuevo nego esta vez con mas energia. “No me molestas querida Nikeia. Solo no me acuerdo que me hayas dicho que venias, sino te habria preparado algo para que comamos.” Comento como buen anfitrion.
El chico se fue. No lo puse porque no encontre el lugar :)
Lo demas ya te lo describi.
Pasó la mano con suavidad sobre el libro que le alcanzaba Piero y sonrió. Le gustaban los libros, pero no aquellos que hablaban de guerras. Tienen que haberlo escrito hace poco... meditó mientras observaba el tesoro de su amigo. Alzó la vista para mirarle y sonrió. - Nunca he estado allí.. - susurró en voz baja.- Tiene que ser un libro apasionante, sólo de mirarlo ya tengo ganas de leerlo yo.- le dijo con sinceridad.
- Los buenos guerreros siempre tienen algo de poetas, aunque sea la afición.. - inclina la cabeza y se encoge de hombros.- Es de esas cosas contradictorias que a veces se dan en la vida.
Se apartó un poco para alejar la conversación del libro. - No te preocupes Piero, en realidad había estado por el puerto y me acordé de ti cuando vi que había un ambiente bastante raro allí. Han pasado cosas extrañas estos últimos días en la ciudad y me preocupa que se me pueda estar escapando algo. La verdad es que no son cosas raras, nobles que parecen conspirar... mercaderes que se exceden con sus operaciones.. rumores.. todo es normal pero en tan poco tiempo.. no se.. - se encoge de hombros y le mira. - Parece que algo sucede en Venecia Piero - pone los ojos en blanco .- Oh perdona, he hablado demasiado rápido, disculpa, ya sabes, no me gusta que haya negocios que me pierda por no estar bien informada.. pero entiendo que no he avisado Piero.. si lo prefieres podemos hablar en otro momento - dijo con una sonrisa.
El mercader disminuyo un poco su sonrisa. “Tendras que conseguir un turno, ya que lamentablemente no puedo prestártelo Nikeia. Lo conseguí con un favor pero solo por un tiempo.” Le explico en modo de disculpa antes. “Puede que tengas razon, yo la verdad no soy dado a conocerme con esa gente. Aunque ahora me he vuelto algo curioso.” Comento dejando ahí la conversación acerca del libro mientras pasaban a otro tema.
Piero nego con la cabeza tras terminar de escucharla. “No pasa nada. Es bueno que tengas curiosidad con lo que pase en la ciudad y sus negocios.” Dijo mientras se movia por la habitación hasta un sillon que le ofrecio a ella para sentarse. “La verdad la respuesta a tu interrogante es una no tan secreta mi querida Nikeia. La razon para todo esto es la guerra que se aproxima y el papel de Venecia en esta.” Declaro dejando un tiempo para que ella lo absorba.
“Piensalo los nobles conspiran para hacer alianzas o al menos acuerdos de no agresión entre ellos para que en medio del caos de la guerra no sean ellos los blancos de una posible purga en la nobleza. Los mercaderes saben que en tiempo de guerra es mas difícil comercial y la vez hay gente que podria pagar mucho dinero para estar preparada contra lo que se viene. Seguro hay mas razones pero la mas importante esta.” Le explico a la copista mientras se acomodaba en un sillon cercano y suspiraba desanimado.
Nikeia torció el gesto ligeramente ante la respuesta de su colega y trató de memorizar todos los detalles posibles sobre el libro para volver sobre él en otro momento. - No te preocupes, lo entiendo perfectamente - le dijo a Piero para que no se sintiera mal por su respuesta.
Atendió a todo lo que le dijo Piero sobre una supuesta guerra que se avecinaba y negó con la cabeza. A Nikeia no le gustaban nada las guerras. No iba a negar que había visto indicios que le decían que tal vez se avecinara una contienda... aunque no de las características de una guerra con todo lo que implica.
- Si... la nobleza se tratará de proteger, también sus bienes... - dijo aunque en parte más para ella que para compartir con su colega. - Mi querido Piero, como bien dices para los mercaderes es más complicado y en parte arriesgado hacerlo... pero si se haya la forma... el beneficio es mucho mayor .- dijo mirando fijamente a su amigo. Tanto Nikeia como Piero habían estado juntos en varias transacciones.. no todas ellas legales. Habían hecho negocios beneficiosos para los dos y una época de guerra, a pesar de las desgracías que traería.. si se preparaban bien, podía traer beneficios.
Asintio una vez. “Estoy totalmente de acuerdo querida Nikeia.” Afirmo el mercader que sin duda apoyaba esa nocion y aunque habia hablado antes como si no pertenecía a los mercaderes ella sabia muy bien donde descansaba su corazón.
El le devolvio la mirada. “Me parece que tienes algo en mente o tal vez una nueva pregunta. Dime lo que piensas y tratare de ayudarte como pueda.” Le ofrecio esperando si tenia mas que decirle o preguntado interesado como los demas hombres en charlar un poco con ella aunque claro cada uno tenia su razon para hacerlo.
Perdon por el post corto, pero no se me ocurrio mucho como continuar asi que te pido un tema querida :D