Los ojos de ella se encontraban con unos oscuros por parte del lasombra, no eran ojos normales sino que parecian estar cubiertos con una oscuridad innatural que aparecian mientras la información de la joven se dejaba oir.
“Aquellas imploraciones tampoco servirían con un mortal hambriento lleno de envidia por el buen vivir de esos sacerdotes…” declaraba como desestimando las palabras que Leonor usaba como prueba del origen impio de esos hombres. “Sin embargo que se hayan reunido tantos y en un lugar asi me hace pensar que hay mas. Hablare mas tarde con el Sabio, para corroborar tu palabra.”
Entonces cuando la propuesta de usar sus poderes en ella llego, el vampiro nego lentamente con su cabeza. “Te creo lo suficiente para no ver necesidad en hacer ello. Informare al Principe de este descubrimiento y tambien ire con un escuadrón a detenerlos.” Comento con neutralidad mientras su mano abandonaba el cuello de la joven, liberándola por el momento.
“Respecto a los sacerdotes, vere que se puede hacer aunque dudo que cuando lleguemos quede alguno por salvar. Espero sepas la razon leonor.” Decia mientras la acariciaba agachándose para estar frente a su rostro. “Aquella gente esta perdida, pero el resto de la ciudad puede ser salvada por tu acción. Si sabes mas cosas no dudes en decirmelas.” Le expreso con seriedad y pareciendo asumir que le guardaba mas cosas la pequeña. Por lo demas la advertencia de ella parecio no llegar al vampiro que seguia imponiéndose en un postura de control a pesar de haber bajado su altura frente a ella ahora mismo.
La mirada fría que le dedicó Lord Bresiano junto con sus palabras cuestionando lo que había visto, hicieron que la jovencita permaneciera durante unos segundos desorientada, sin comprender por qué la trataba de aquella manera.
Leonor habría querido decirle que un grupo de mortales hambrientos no llevarían todos túnicas negras idénticas y mucho menos se pasearían mostrando sus partes nobles mientras se bañan en la sangre de sus víctimas, pero prefirió guardar silencio, puesto que había comprobado l que le ocurría cuando le llevaba la contraria.
Finalmente, el vampiro afirmó que la creía al tiempo que soltaba su presa, por lo que un suspiro de alivio se escapó de sus carnosos labios, a pesar de ser tristemente consciente de que Tommaso posiblemente tenía razón al afirmar que todos los sacerdotes de aquel lugar estuvieran muertos.
-Yo…. Sé que el hombre que llevé ante el Sabio Vinay tenía un maestro al que servía, que posiblemente se trate de un vampiro. Le entregué al Sabio el cuaderno con las anotaciones sobre los actos de ambos. Creo que hacían creer a los sacerdotes que deseaban ayudarles a detener a los asesinos y les citaban para que acudieran a un lugar donde poder matarles. Así han conseguido reunir a tantos hombres de fe en aquella casa. Yo…. Espero que esto os ayude – Respondió sabiendo que era mucho mejor colaborar antes de que el Lasombra pensara que le ocultaba información.
“Me ayuda bastante, incluso me hace pensar que nuestra basílica ha perdido a los sacerdotes mas honestos esta noche.” Comento meditando en ese hecho. “Haz hecho bien venir aquí con esta información. Ahora nos encargaremos nosotros de esos infelices…” le explico quedándosela mirando como si pensara que hacer con ella o simplemente mirando su nuevo peinado.
“Te quedaras aquí hasta que llegue, necesito hablar con vos cuando vuelva respecto a todo esto y algo importante que te compete. Sabrás hacer caso o te debo poner bajo custodia de un guardia?” pregunto de nuevo probándola a ella y a su sumisión hacia él.
Tommaso finalmente estaba listo para irse a intentar detener a los infernalistas. No obstante, cuando Leonor ya pensaba que la dejaría marchar o que ni siquiera se preocuparía por si se quedaba o se iba de allí, el Vampiro le dio aquella orden que hizo que su cuerpecito volviera a temblar como antesala de lo que podría sucederle.
Ella no se había quitado el gorro en ningún momento y Lord Bresiano posiblemente aún no había notado que sus rizos ya no estaban. Quizá fuera mejor que nunca se enterara de aquello, puesto que pensaba huir de Venecia con su querida Gianna para no volver jamás. No obstante, asintió obediente ante su pedido sin poder evitarlo, al tiempo que respondía.
– Aquí estaré, milord.
¿Hay alguna posibilidad de que se escape cuando se vayan?
El vampiro se quedo viendo las expresiones de Leonor tras su orden. Si bien no habia oscuridad alguna habia algo en él que la inquietaba, finalmente sintio su mano en su rostro tras las palabras de ella.
“Quedate aquí. Entiendes?” le volvio a decir aunque algo en sus palabras sonaban raro mientras lo observaba a los ojos. “Es mejor que no corras riesgos. Lo que vaya a pasar en ese lugar no sera lindo para tus preciosos ojos. De cualquier forma no te preocupes tendre cuidado.” Dicho eso se le despidio con un dulce beso antes de marcharse rapidamente de ese pasillo.
Leonor quedaria en ese lugar paciente esperando por él, pensando mil y una cosa respecto a lo que pasaria en su futuro cuando él volviera, en lo que pasaria luego con Gianna y lo que pasaria con ella si seguia por este camino.
No supo como pero el tiempo paso a una rapida velocidad a pesar de que ella se detuvo en ese pasillo y nadie se presento por ningun lado al menos para darle algo de compañía. Solo podia quedarse viendo algunos cuadros cercanos de Dogos con gestos autoritarios o ambiciosos pero que extrañamente irradiaban respeto. Habian otras pinturas que eran de la ciudad de Venecia, al menos de las mejores partes de ella ya que los artistas habian captado muy bien su belleza como ciudad unidad por siempre al mar.
Finalmente Tom se encontro en la vista de ella avanzando tranquilo como si hubiera salido a dar un vuelta por la ciudad y ahora volvia con ella. “Ven conmigo.” Dijo y de pronto ella se sintio tranquila para moverse para ir donde la llevaba. Una habitación privada arreglada de tal forma personal que bien podria ser la habitación de él. Distintos cuadros decoraban su habitación, muchos relacionados con la navegación aunque habia uno especial y extraño. Era una familia posando para el cuadro, todos parecian ser parientes e incluso tenian cierto parecido a Tom aunque el mas chico de ellos probo ser el mas cercano en aspecto pero se veia como un adolecente joven como era Leonor en ese momento.
“Todo salio bien. No habra nuevos cuerpos colgados mañana, habra incendios esta noche. Nada que llame mucho la atención, pero seguro que la iglesia se mostrara muy alterada ante tantas desapariciones. Pero eso sera un trabajo del principe y el Dogo…ahora deberiamos enfocarnos de lo nuestro o quieres seguir hablando?”pregunto dejandole deliberadamente la eleccion a ella.
No podía evitar sentirse totalmente vulnerable frente a ese hombre capaz de mostrar la dulzura más encantadora junto con la crueldad más extrema. ¿Qué embrujo utilizaba contra ella? Era algo que se escapaba de su mente, puesto que, si se trataba únicamente de su sangre, debería alejarse de los vampiros cuanto antes mejor, si no quería acabar atrapada bajo el influjo de su vitae de por vida, y la hermosa damita se había propuesto averiguar si realmente amaba a Konrad, o su amor había sido impuesto junto con tantas otras cosas.
Cuando Tommaso la besó, sus labios le correspondieron a pesar del miedo que sentía, quedándose extrañamente aliviada al escuchar que tendría cuidado al enfrentarse a los infernalistas…. No, definitivamente nada de esto tenía sentido.
La orden que le dio fue suficiente como para que no pudiera hacer otra cosa que esperarle allí de pie, en medio de un pasillo totalmente solitario en mitad de la noche. Su mente divagaba con el deseo de salir de allí cuanto antes para no tener que volver a ver ese apuesto rostro una vez que el vampiro regresara… pero su cuerpo simplemente no quería obedecerla. Por todo ello, permaneció allí contemplando los delicados trazados que componían los elegantes cuadros del palacio del Dogo, admirando cada pincelada y sin apenas darse cuenta de que el tiempo pasaba.
Entonces, como si nunca se hubiera ido, lord Bresiano se acercó a ella con una sonrisa encantadora, y le pidió que le acompañara hasta su habitación, también decorada con bellos cuadros, mostrándole a la joven algo más de aquel hombre que aún era todo un misterio para ella.
-Milord ¿Atrapasteis a los asesinos? Por vuestras palabras deduzco que no había ningún sacerdote con vida…. Esos hombres santos no merecían morir. Rezaré por sus pobres almas… – Dijo con tristeza mientras agachaba la cabeza levemente.
- ¿Eran infernalistas o estaba equivocada? Y… ¿habéis descubierto al monstruo que está detrás de todo esto? – Preguntó esperanzada de que su búsqueda de la asesina del padre Vico pudiera terminar, y aun algo confundida al no saber muy bien a qué se refería cuando decía “deberíamos enfocarnos de lo nuestro”.
Tommaso asintió con firmeza ante su segunda pregunta. “Atrape a varios de ellos, también torture a los que sobrevivieron a nuestro ataque recibiendo información interesante de su grupo aunque nada que nos diera un lugar donde se encuentre su ama…” Le fue explicando sin tardar mucho en sentarse y enfocar la vista de ella en él. “Eran infernalitas pero tenían un rango demasiado bajo en su organización al parecer siendo probados para ver si cometían aquel acto que planearon con los sacerdotes y el puente. Pensaban degollarlos y dejarlos colgados en el puente en un espectáculo morboso para quienes se despertaran temprano mañana.”
Volvió a afirmar ante la propuesta de rezar de ella. “Será lo mejor y de paso reza por toda la ciudad que muy pronto podría terminar con un gran problema.” Expreso de forma sombría pareciendo intranquilo por primera vez frente a ella.
“De cualquier forma no creo que te importe mucho este problema, ya que pronto te iras con tu señor.” Le dijo de forma provocativa buscando la expresión de ella y su respuesta.
La jovencita se sintió visiblemente aliviada al escuchar que al menos se había hecho justicia con los pobres sacerdotes asesinados y se había evitado que sus cuerpos fueran mancillados públicamente, tal y como pretendían los infernalistas.
Asimismo, parecía que los vampiros habían llegado a la conclusión de que una mujer estaba detrás de todo aquello y, fuera quien fuese, era tan poderosa como para hacer que el alma del padre Vico ahora no pudiera descansar como le correspondía.
Leonor se preguntaba si ella sería capaz de hacer algo por el difunto tal y como había prometido. Quizá el hecho de que consiguieran atrapar y eliminar a dicha mujer fuera suficiente… al menos eso esperaba.
Pero la damita no pudo evitar notar el tono preocupado del Lasombra cuando le dijo que haría bien en rezar, así como tampoco se le escapó el ataque sutil que le hizo al mencionar al hombre que le había robado el corazón.
-Si no me importase no habría acudido corriendo a avisaros, pero… ¿Por qué decís eso? ¿Qué es ese gran problema del que habláis? ¿Hay algo más que yo pueda hacer? – Preguntó inquieta, tratando de no sentirse demasiado ofendida ante la acusación de lord Bresiano.
El aspecto preocupado del Lasombra se desvaneció como si nunca hubiera estado, pareciendo mas apaciguado y algo divertido con las preguntas de ella. “No veo que estes accionando para quedarte en nuestra ciudad, por lo que cuando Lord Konrad desee irse terminaras siendo la primera que aborde el barco de vuelta a sus tierras. A menos claro…que con este aviso hayas pensando en algo mas que ayudar a la gente.” Comento el noble en un sentido que parecieran una pregunta sus ultimas palabras.
“El gran problema lo conoces son los infernalistas, criaturas viles que hay que exterminar pero eso es solo una parte del problema pequeña. Nosotros no somos los unicos que queran matarlos, los humanos tambien y ahora mas después de este ataque…” le fue explicando mientras su manos se pasanban por su rostro suavemente un movimiento que comenzo tras la supuesta pregunta que hizo él antes. “El problema que esos humanos ven a todos los vampiros como infernalistas.” Termino de aclarar sonando frustrado ante esa actitud de ellos como si en parte no la entendiera.
Entonces llego el momento de responder la ultima pregunta de ella. “Si puedes alejarte de ellos, pero por alguna razon no pienso que lo hagas aunque que tal si te pido acercarte a nosotros aun mas? Es lo que quieras?” pregunto curioso y con un tono mas pasivo que otras veces.
Leonor era demasiado ingenua como para entender el doble sentido que el vampiro quería dar a sus acciones, y mucho menos comprendía qué quería decir al decir que con ese aviso había pensado en algo más que ayudar a la gente. Por eso mismo, se le quedó mirando con cara de total confusión sin decir nada, cada vez con más ganas de alejarse lo más lejos posible de aquel hombre retorcido y cruel que se divertía tergiversando cada cosa que hacía o decía.
Tras ello, Tommaso comenzó a narrar el asunto de los infernalistas, el cual parecía ser algo bastante extendido en la ciudad. En todos sus años de vida jamás había pensado en que criaturas de esa naturaleza tan malvada deambularan a su antojo por las calles de Venecia y, por lo que Konrad le había contado sobre el resto de vampiros importantes, estaba segura de que estarían apretándole las tuercas al príncipe y cuestionando su autoridad, para que solucionara ese problema de inmediato.
-No creo que los humanos vean a todos los vampiros como infernalistas, sino más bien como monstruos que se alimentan de sangre y ejercen su poder de forma indiscriminada. Espero que no os ofendan mis palabras. Si no deseáis que opine, guardaré silencio tal y como corresponde. – Respondió con humildad.
Sin embargo, las ultimas palabras de lord Bresiano la asustaron tanto que no pudo evitar contestar a su pregunta, casi de forma precipitada – Yo… no no… Me alejaré de ellos tal y como me pedís, pero por Dios Bendito, aun soy muy joven para que me ofrezcáis algo así. No desearía pasarme toda la eternidad siendo tratada como una niña en lugar de como una mujer y… adoro la luz del sol… además de que os encanta beber de mi sangre y seguro que queréis hacerlo durante mucho tiempo. – Trató de excusarse, dándole razones de cierto peso para que olvidara aquella idea que le había pasado por la mente, al menos hasta dentro de algunos años. Al fin y al cabo ella tenía razón al decir que seguramente sería mucho más útil para cumplir con tareas cuando su cuerpo fuera el de una dama adulta en lugar del de una cría desgarbada.
Nego con la cabeza no solo para corregirla sino que para tambien sacarle el miedo a que hable. “Puedes opinar lo que quieras, incluso me vendria mejor que hables mas si eso me permite saber lo que piensas.” Comento dejando un momento de pausa antes de continuar. “Sin embargo te equivocas en pensar que los humanos serian capaces de creernos monstruos y no relacionarnos con los demonios. Estas tierras son adoctrinadas por la fe catolica, la cual nos muestra como siervos de demonios tanto a nosotros, como a los herejes o a los extranjeros del otro lado del mar. Asi ha sido desde el principio, algunos de nosotros incluso lo hemos pensado cuando fuimos humanos antes que nuestra conversión nos mostrara una realidad diferente.”
La respuesta de Leonor lo sorprendió y parecio causarle cierta gracia a pesar que ella estuviera rogando por su vida. “Mal interpretas mis palabras. No he sugerido convertirte, solo mostrarte que tu destino no tiene porque estar atado a él. Puedes unirte a nosotros y conservar tu lugar como uno de los habitantes de tu querida ciudad si lo deseas.” Le fue explicando de una forma que esperaba fuera mas clara. “Obviamente eso implicara que te acerques mas a nosotros, aunque no convirtiéndote en una de nosotros.”
Dicho eso volvio a acariciarla con delicadeza pareciendo buscar tranquilizarla del exalto que había tenido hace unos pocos segundo. “Por otro lado para mi ya eres una mujer, preciosa e inteligente...” Le decia concentrándose aun mas en los ojos azules de ella. “Respecto a tu sangre es cierto que nos gusta beberla, pero estarias dispuesta a darnosla cuando queramos?” pregunto con un tono picaro como si la pusiera aprueba mientras su rostro se acercaba al de ella.
Leonor se extrañó de la respuesta natural de Tomamaso, pidiéndole por favor que se expresara libremente. Para ella, que había sufrido sus maltratos cuando dijo lo que pensaba ante él, todo aquello parecía más bien un arma de doble filo, pero decidió asentir agradecida por la oportunidad que le daba, en lugar de cuestionar sus intenciones abiertamente.
-Tenéis razón. Lamentablemente la cultura popular asocia cualquier cosa que no comprende o que se sale de lo normal con el demonio… Una vez un mendigo me llamó a gritos “bruja” tan solo por tener el pelo rojo. Afortunadamente dejaron de molestarme cuando me disfracé de chico – Le contó, compartiendo algo de su pasado de hacía un tiempo.
Cuando Finalmente Tommaso le explicó que no pretendía convertirla en vampiro, la damita no pudo evitar que sus mejillas se tornaran rojas a causa de la vergüenza producida por el malentendido. -Yo… si… siento el malentendido. Dios santo debéis pensar que soy idiota – Le respondió, esta vez con sinceridad.
Tras ello, procesó lo que le decía como pudo haciendo que su corazón se viera dividido durante unos segundos. Por un lado, amaba a Konrad con todo su ser, y por otro estaba enamorada de su querida Venecia. No obstante, Tommaso no sabía que ella ya había tomado la decisión de alejarse de allí por una larga temporada para poder aclarar sus ideas con respecto a todo, y pretendía que siguiera sin saberlo.
Cuando las caricias de él alcanzaron su rostro, Leonor volvió a temblar al tiempo que le miraba hipnotizada por la intensidad con la que él la observaba. La pregunta que le hizo, también era una forma de ponerla a prueba, por lo que trató de complacerle, pero sin dejar de ser ella misma, tal y como el Lasombra le había pedido en un principio – No hace falta que esté dispuesta, puesto que podéis tomar por la fuerza todo lo que queráis de mí. Aun así, os daría mi sangre si me lo pedís, tan solo por complaceros. – Finalizó, tragando un poco de saliva ante la idea de sentir sus afilados colmillos en su piel.
Era extraño pero esa pequeña historia parecio fascinar al vampiro o al menos asi lo sintio la pequeña que tal vez solo lo confesaba como un ejemplo para agregar a la conversación. Aunque no siguió por ese lado decidiendo pasar al tema en ahora mismo estaba enfocado, ella.
“Pienso que estas muy nerviosa, aun lo estas con nosotros. Lo que es bueno y malo al mismo tiempo pero que sera algo que con mi ayuda podría cambiar bastante.” comento el vampiro de forma mas comprensiva que otras veces.
Finalmente llegaron a la pequeña prueba que el lasombra habia puesto sobre ella, la cual la chica respondia con cierta precaución aunque sin dejar una impresión en Tom. “Que interesante respuesta. Por esto es que no pienso que seas una tonta, pero tal vez mas fiera de lo que deberias con nosotros.” Dicho eso con delicadeza corrio su rostro a un costado y dejo sentir su aliento en el cuello de ella. Dejando que pase el tiempo las posibles ansias de Leonor mientras empezaba a hacer sentir sus labios en ella. “Tu sangre es una tentacion.” Fue lo ultimo que dijo antes que finalmente te mordiera tu frágil cuello.
Escena Terminada