Partida Rol por web

Era un día soleado y calido como la mayor parte del año en Venecia, el mar no había sido severo con la permitiendo que hallan calles que pudieran transitar a pie. Aunque siendo Gianna una noble no tenia ni debía transitar por esos lados. Ella poseía una góndola lo suficiente grande para ella y algunos guardias que le acompañarían a ver el barco elegido por Alfio.

Gianna tenía los detalles de este escrito en una carta que mando el joven rubio, pero había decidido que lo mejor era verlo con su propia vista. Por eso ahora se encontraba yendo al puerto principal de Venecia.

El puerto estaba lleno de barcos como era de esperarse algunos con la banderas de las respectivas casas, otras del gobernador pero lo que mas destacaba era el Leon Veneciano. De cualquier forma no eran solo barcos de la ciudad los que descansaban en el puerto, barcos de otras naciones se encontraban ahí por una razon u otra. Cerca estaba el Arsenal de Venecia donde vivia la guardia y el fuerte donde muchos de los extranjeros debian pasar antes de ser aceptados totalmente dentro de la ciudad.

Con paciencia la noble recorrio el puerto sintiendo el olor tipico de este a pescados y a algo de suciedad por el excesivo trafico. Fue tras un tiempo que llego al supuesto barco que le habia marcado Alfio, la bandera de su familia se mostraba orgullosa aunque siempre debajo del leon veneciano. El puente se encontraba bajo y algunos marineros hablaban cerca de este.

Era un día espléndido para pasear pero realmente Gianna sabía que aquello era mucho más importante que un simple paseo así que no se demoró y cuando finalmente llegó al muelle, se dio cuenta que realmente iba a suceder y que pronto emprenderian ese viaje que posiblemente la llevaría a tomar una decisión más que importante en su vida.

-Vayamos a bordo.

Dijo a sus guardias y se dispuso a abordar aquel barco, se fijó un poco más en los escudos y suspiró, extrañaba a Cirino y le dolía pensa que él a ella no.

Los pasos de la noble resonaron en cubierta mientras buscaba por todos lados al capitán de la nave.

-¿Capitán?

Los guardias la siguieron hasta el barco ayudándole a abordarlo mientras cruzaban la floja tabla de abordaje. Los marineros hablando no la estorbaron o trataron de detenerla tal vez dandose cuenta de quien se trataba.

A bordo del barco se encontro unos cuantos marineros apostando con dados en el suelo de madera, algunos trabajando para mantenerlo en buen estado. Aunque esas actividades eran interrumpidas cuando notaban la presencia de ella, no siendo timidos en sus miradas hacia ella por su belleza.

La llamada al capitan hizo que uno de ellos digiera que lo llamaría. Tras unos cortos segundos el capitan se mostró, portando un aspecto algo elegante aunque se notaba que el hombre se esforzaba para parecer de mayor status de lo que en verdad era.

“Buenos dias mi señora. En que desea que la sirva? Acaso ha venido a revisar el barco?” pregunto el hombre inclinandose educadamente e invitándola hacia adentro del barco.

La noble finalmente se encontró con el capitán luego de que un marinero fuera por él. No se le escapaba el modo en que alguna parte de la tripulación la miraba porque estaba acostumbrada a ese tipo de miradas.

-Buen día, capitán. Realmente he venido a conocer el barco y a usted, claro.

Se daba cuenta que el hombre se esforzaba y no lo veía mal, miró a su alrededor y luego lo acompañó mientras Bastien y el otro guardia la seguían.

-Espero que no le moleste. ¿Cuándo podríamos partir?

El capitán sonrio con picardía e incluso se peino con sutileza su bigote negro. “Entonces le enseñare el barco y luego hablaremos en mi camarote sobre mi. A menos que hablemos primero y luego examine su navio. Ha estado en un barco como este antes?” pregunto con cortecia y sin embargo la pregunta era media rara de hacer a una veneciana o veneciano.

Con un leve gesto le pidio que lo siguiera dentro, apartándola de las miradas de los marineros. “No me molesta, es su barco después de todo.” Señalo con una sonrisa relajada. “Ahora mismo no podriamos, hay que juntar a los hombres que andan en posadas cercanas, las provisiones dependiendo del destino, firmar algunos papeles en el fuerte y otras cosas. Supongo que para mañana si el viento nos acompañara podriamos estar lo mas pronto posible, pero si desea partir otro dia debera darnos un dia de aviso y estaremos listos. En si estamos mas preparados que otros barcos para salir, ya que el joven señor Alfio nos aviso de un posible viaje.” Le informo con unos cuantos detalles para que ella se hiciera una idea del trabajo que se tendria que hacer.

“Ah y si viene con invitados deberiamos preparar un par de camaras para ellos antes del viaje.” Agrego acordandose de ello.

A Gianna le gustaba la gente servicial pues después de todo, estaba acostumbrada a ello. Siguió al hombre lejos de las miradas de los marineros mientras lo escuchaba atenta.

-Ciertamente no es mi primera vez en una nave como ésta, aunque debo decir que es mucho más espléndida y grande.

Lo pensó unos segundos y luego asintió, tenían cosas que hablar, eso estaba más que claro.

-No os preocupéis, os avisaré con tiempo. Primero tengo que encontrar a un amigo... Ahora, debo decir que varias personas vienen conmigo, dos amigas, un amigo, dos de mis guardias y claro, el signore Alfio. Espero que no me digáis que no podemos alojarlosa todos.

Lo miró inquisitivamente.

-Vayamos primero a ver el navío, luego podemos hablar de los detalles si lo deseáis.

El capitan sonrió con complicidad. “Su familia ha sido muy amable con nosotros, manteniéndonos bien equipados y mejor posición que otros. Por esto estamos muy agradecidos.” Le devolvió de nuevo con una exagerada educación.

El hombre nego. “Este barco podría alojar a un centenar mas de personas, el problema es que ninguno podría tener muchas comodidades. Pero sus acompañantes podrán alojarse aquí sin problema y confortablemente.” Le contesto guiándola por un pasillo algo estrecho pero sin terminar de ser incomodo.

“Como guste iremos primero a los camarotes de cada uno…” dicho eso le mostro una de la habitaciones, no era tan grande como una de las habitaciones de su mansión pero eso era normal ya que unas dimensiones asi solo para una habitación seria demasiado para esta epoca. Por eso era un lugar pequeño para una persona con las comodidades básicas solucionadas.

“Estas seran las habitaciones de los invitados mientras la suya sera una mas grande. Sígame que la guio.” La guio hasta una habitación en la parte mas atrás del barco. Detrás de una gruesa puerta de madera se encontró con su habitación, se encontraba vacia excepto por los muebles mas basicos y tal vez por eso se veia mas grande aunque su tamaño de por si no era chico. “La hice limpiar, si desea puede mandar sirvientes para que lo arreglen como le guste.”

Gianna estaba contenta de no tener que renunciara ninguno de sus invitados y que hubiera espacio para cada uno de ellos.

-Me alegro mucho, de cualquier manera no tendríamos que preocuparnos por sus incomodidades, estoy segura que todo entenderán perfectamente que estos viajes conllevan algo de incomodidad.

Le guiñó un ojo y lo siguió por ese pasillo estrecho, a Gianna le hizo gracia.

-Son excelentes camarotes pero me alegra que el mío sea más grande, a veces querré que mis amigas vengan a compartir un rato conmigo.

No lo dijo pero estaba claro que sus amigos también.

-Tengo una duda, capitán: ¿Sabe más o menos cuánto tardaremos en llegar a destino?

“Me alegro que entiendan, hay gente que no es tan razonable como ustedes mi señora.”  Pareció agradecerle mientras le seguía mostrando el barco estaba vez yendo a mas abajo a un comedor común con camas colgadas. “La habitación de mis hombres.” Describió con un gesto de la mano que abarcaba todo.

Asintio al comentario de su camarote. “Seria un buen lugar donde les sirvieran las comidas a usted y a sus amigas. Claro que si quiere también esta invitada, junto a sus invitados, a comer en mi habitación.” Le informo con cierta formalidad aunque sin sacar su tono amable y educado algo forzado.

Fue ante la pregunta que se quedo pensando un poco. “Yo creo que sin demoras podria estar en un par de dias en tierra para continuar el viaje. Tambien podriamos dejarla en pisa para que recorra menos camino de tierra, pero usted sabe que ambas ciudades son rivales y no se si fue familia es recibida ahí.” Comento las posibilidades, dejando que la memoria de Gianna trabajara un poco aunque sin éxito para saber como podrian tratarla en pisa. No tenia una gran idea de los negocios de su padre, aunque esperaba nada terrible.

Gianna se preguntaba si él estaba siendo amable y educado porque le apetecía, por ser quien era ella o simplemente porque alguien le había dicho que tenía que serlo.

-Capitán, ¿me está invitando a su camarote?

La joven mujer esbozó una sonrisa maligna, aunque era una broma, él realmente no podía estar seguro de ello porque no le conocía de nada. Ella se acercó un poco y le confió:

-Son mis invitados pero no me harán quedar mal y si alguno lo hace, vos tenéis que decírmelo que yo me haré cargo.

Lo decía muy en serio, Gianna era un espiritu libre que no se detenía mucho a mirar estatus sociales y esas cosas, la prueba de ello era que había adoptado a Leonor sin importarle su procedencia.

-No quiero ir a Pisa... No me interesa. Prefiero hacer todo el trayecto en el barco y llegar a donde sé que no me esperan. ¿No hay alguna copa de vino para mí aquí?

Lo miraba a él a veces y otras el lugar, el ambiente estaba templado y le gustaba. Miró a Bastien y le sonrió, luego se acercó a su guardia personal y le dijo algo al oído:

-Te extraño, ¿querrías verme esta noche?

Pero no era una petición realmente, ambos lo sabían.

El capitán se sorprendió con el tono usado con ella y se mantuvo a una distancia de ella. “La invito a usted y a sus invitados.” Le aclaro rápidamente con un tono neutral, dejando la diversión de ella detenida ahí mismo.

“Me parece bien, le informare si hay algun conflicto para que o arregle a su manera.” Comento volviendo a un tono mas amistoso pero sin dejar de ser sumisa a ella apurándose a dejar el supuesto mal entendido de ellos atrás.

“Oh si, las hay pero deberiamos ir a donde esta la bodega.” Dicho eso continuo avanzando por el barco, subiendo y luego bajando a una habitación custodiada por dos guardias. Sin muchas palabras y presentando a Gianna, el capitan logro ingresar.

Dentro de la bodega habian muchas cosas, muchos tipos de comida e incluso un gato negro que estaba ciego de un ojo custodiando. “Dejame ver…” dijo y sacando de unos cajones cogio una copa de cristal. “No es nada elegante como esta acostumbrada pero creame que esta limpia.” Luego de uno de los barriles saco un poco de vino oscuro y se lo alcanzo.

 Entre tando Bastien sonreia y asentia con sutileza al ofrecimiento de ella, aunque los gestos no eran necesarios ya que ella bien sabia que aceptaria.

Por suerte para ella, el capitán no era su tipo así que no vio problema en su respuesta y lo siguió en silencio hasta la bodega, una vez allí miró la Copa y asintió.

-No lo dudo pero haré traer algunas mías y otras cosas que pueda necesitar.

Aunque fuese un viaje en barco, ella no se iba a privar de las comodidades que tanto disfrutaba.

-Entonces supongo que yo ya no puedo ayudar en nada con los preparativos.

Bebió un poco de aquella copa echando una mirada a Bastien sin dejar de sonreír porque él la ponía de excelente humor.

-¿Tiene Alguna recomendación para mis invitados?

“Como guste mi señora.” Respondió sumisamente el capitan dejando que tomara o no pero esperando a que ella decidiera si seguían o no con la exploración del barco. “Si desea ayudar en algo dígame lo que pretende mi señora y vere si es posible incorporarlos a nuestros preparativo.” Comento sin negarle nada pero dejando ver que habian ciertos limites.

El capitan pareció ignorar las miradas que ella daba a uno de sus guardias, también lo hacian los demás guardias. Todos seguramente tuvieran cierto sentido común para no decir nada. “Si son damas lo mejor es que no interactúen con mis hombres, son hombres que saben muy bien que no deben tocarlas inapropiadamente y demás cosas, pero no estan educados para hablar con damas refinadas…” respondio rapidamente. “A los hombres le sugiero que no apuesten con mis hombres, pero por lo demas confio en estos lo suficiente para decir que no les causar problemas a quienes traigan.” Decia con una pequeña sonrisa confiada, sin parecer nervioso de esa futura convivencia.

-Creo que no me ha entendido bien. No pretendo ayudar en nada, soy una dama noble y de barcos no se mucho por eso le pregunté si había algo que pudiéramos hacer.

La noble comenzaba a sentirse un tanto molesta, después de todo necesitaban un capitán seguro de si mismo.

-Mis chicas no molestarán a sus hombres y si lo hacen, imagino que serán consientes de lo que hacen.
-Sobre los hombres no os aseguro nada pero agradezco sus recomendaciones. No le quitaré más su tiempo, capitán. Se que Alfio nos pondrá en contacto de ser necesario.

“Ah...” dijo dandose cuenta del fallo. “Lo siento, mal interprete sus palabras. En si el barco esta preparado, como dije antes solo necesitaria un dia de anticipación antes de salir.” Comento rapidamente y haciendo un gesto con la mano para sacarle importancia al asunto.

“Como desee, permítame que la acompañe.” Asi hizo el hombre guiándola por los pasillos hasta afuera y esforzándose en que desembarcara de una buena forma para que la confucion no fuera el ultimo recuerdo de la noble.