Partida Rol por web

El cerdo estaba mas que delicioso, era claro que era un sabor que recordaría toda su vida en especial por las especias que le habían untado encima. Hasta ese momento no habia entendido del todo porque tantos autores se dedicaban a describir con mucha frecuencia las especias de los platos por ensima de todo pero habiendo probado aquel delicioso cerdo le hacia ver lo ensima que estaba de los otros que habia robado en toda su vida.

Mas no dedico todo su dia a comer cerdo, pero el sabor seguía siendo fuertes en sus labios haciéndola ver como una gatita mientras se relamía pensando en el plato y esperando a que los hombres terminaran su visita a aquel burdel.

Cuando finalmente partieron bastante alegres todos ellos y volviendo a la posada con los bolsillos mas vacios pero sin darle mucha importancia. Tras unos minutos apareció Cinzia en una de las ventanas dándole un guiño provocador y gesto para que entrara. Dentro como antes el ambiente seguía calmado a pesar que hace poco habían entrado los norteños, aunque al parecer el dueño o las chicas conocían formas para conservar la buena imagen.

Fue un corto recorrido al cuarto que habían estado antes, el lugar estaba arreglado sin duda y la ventana abierta pero aún se notaba en parte lo que había pasado ahí dentro, incluso la cama seguía teniendo un calor encima.

“Bueno pequeño, tengo buenas y malas noticias. ¿Por donde quieres comenzar?” pregunto calmada sentándose en la cama esperando la respuesta del joven.

-Las malas siempre primero, milady. Así las buenas tendrán un regusto menos amargo - Respondió la pequeña Leo, con cierto humor, alegrándose de ver a Cintia de nuevo y esperando que ninguna de las chicas hubiera pasado algún momento desagradable.

Ciertamente el lugar estaba igual que como lo recordaba, salvo por el detalle de las sábanas revueltas y aquel ambiente cargado.

“No me digas Milady, ese titulo no me corresponde para nada pequeño Leo.” Fue lo primero que dijo corrigiendo un detalle que si bien era cariñosa la mujer parecía no preferirlo.

“Las malas noticias son que ninguno de los hombres aquí admitieron o hicieron alguna clase exhibición del anillo robado. Las chicas hicieron las preguntas adecuadas para que no sospechen  para recibir alguna información de ello pero no resulto. Por lo que pienso que lamentablemente estos hombre no tienen que ver con el robo.” Comento con cierta seriedad que recordaba a un informe y por la manera en que lo daba parecía estar acostumbrada. “La única mención es acerca de ese chico de color que mencionas y un par creen que es el culpable aunque no tienen pruebas.”

Cuando termino se le quedo mirando al chico por unos segundos en silencio para que pensara lo que le habia dicho. “La buena noticia es que averigüe de su señor del cual querías saber cosas, Aunque un poco de todo sin ir por nada preciso. Pero pregunta espero poder responderte al menos en esto.” Le propuso la mujer mirando mientras con una mano iba acomodando las sabanas.

-Descuida que no volveré a emplear ninguna palabra que no desees escuchar – Se disculpó el supuesto joven, con una sonrisa cariñosa. Acto seguido escuchó las malas noticias sobre la imposibilidad de encontrar al culpable entre aquellos hombres. Lo cual le hizo meditar que quizá podía tratarse de alguien externo, o quizá no fuera ninguno de los que habían venido a pasarlo bien.

-Mi amigo no es el culpable… Estoy seguro, aunque quizá alguien del servicio en la posada tenga algo que ver con el asunto – Le respondió, bastante empeñada en probar la inocencia de Imanu por encima de todos los dedos que le apuntaban como culpable.

Al escuchar que habían sacado información sobre su señor, Leonor alzó la mirada con bastante interés. Dudaba que supieran mucho sobre él, pero se arriesgó y comenzó a hacer preguntas esperando que Cinzia pudiera aclararle algunas cosas – ¿Si? ¡Eso es genial! Ummm, por ejemplo ¿Qué tipo de persona es? ¿Cuánto tiempo hace que están a su servicio? ¿Cuáles son los motivos que le traen a esta ciudad? ¿Con qué personas se tiene que reunir aquí y para qué? … y quizá algún detalle de su vida privada que puedan haber comentado.

“Te deseo suerte para que encuentres al verdadera culpable pequeño y que puedas limpiar el nombre de tu amigo.” Le dijo con lo que parecía un verdadero deseo que pase, aunque tal vez la acompañaba en el empeño que tenía ella.

La sonrisa de la mujer se amplio al ver el interés del supuesto chico, luego quedo en silencio escuchando las preguntas. “Todos llevan unos cuantos años con èl, algunos casi 20 años de servicio. De cualquier momento eso no lo hace mas social con ellos, guardando muchos de sus planes en su cabeza y dejando adivinando a estos.” Comento suspirando sintiéndose mal al excusarse de esa manera.

“Es un gran líder eso no lo niega ninguno, incluso lo admiran por las veces que ha ido en la vanguardia cuando estuvieron en batallas. Por lo demás es algo mas frio fuera de la batalla, pero nunca los ha maltratado o dejado sin comer o beber bien.” Le fue respondiendo mientras hacia memoria y dejaba la cama para moverse por la pequeña pieza. “Saben que vinieron por el comercio a esta ciudad, aunque uno de ellos sospecha que vino a buscar información acerca de la situación política de Venecia. Ya sabes de esa guerra que algunos pesimistas creen que pasara. Por eso mismo cree que se ha reunido con algunos nobles.”

Luego parecio ponerse algo mas sombrio su gesto y tardo un poco mas en continuar. “Como dije no es de contar mucho a sus hombres, mas bien parece que lo que saben es porque lo han descubierto con los años. Pero algo que tienen por seguro es su odio acérrimo por los perros, al parecer algo que le paso hace años con estos lo dejo muy resentido con ellos. Todos sus hombres tienen prohibido traer perro, incluso a uno de ellos le prohibió un sobrenombre que tenía porque era el de un tipo de perro.” Negó con la cabeza no muy contenta con esa información posiblemente porque le gustaban esa clase de animales o por algo mas. “A pesar de su nobleza y edad no se ha visto muy interesado en buscar esposa. Aunque dicen que al parecer consiguió una novia hace poco aquí mismo.”

Leonor agradeció de corazón que la chica le deseara justicia para su amigo, mientras su rostro mostraba una gran determinación ante el camino que tenía por delante. No obstante, cuando Cinzia le reveló toda aquella información sobre el Vampiro, los ojos de la joven brillaron cardados de curiosidad, e incluso se inclinó hacia adelante para prestar toda su atención a la mujer sin perder ni un detalle.

Veinte años era mucho tiempo de servicio, y aun así ni uno solo había mencionado el hecho de que su líder parecía no envejecer. Posiblemente Konrad usara algún tipo de poder para mantener dicho dato en secreto, o alguno de ellos conocía la verdad sobre su naturaleza y se había guardado muy mucho de revelarla. El hecho de que Konrad fuera reservado con sus hombres no le sorprendía lo más mínimo, puesto que había percibido ese rasgo de primera mano, aunque el hecho de que hubiera venido para conocer la situación política de Venecia la intrigaba en sobremanera, puesto que pese a que lo intentaba, no existía una razón aparente en su cabecita para que alguien que habitaba en un lugar tan lejano pudiera desplazarse hasta Italia por algo así.

-Ummm, ¿Sabes quienes son los hombres que más tiempo llevan a su servicio? – Preguntó por si acaso ese dato le era útil en el futuro. - También sería de agradecer saber el nombre de los nobles con los que se ha entrevistado hasta ahora… o si hay alguno con el que piense reunirse y aun no lo haya hecho, así como si planea vivir aquí o pretende volver a su país.

El dato sobre el odio del Vampiro hacia los perros fue algo que la pilló totalmente por sorpresa ¿Por qué alguien que tenía tanto poder se molestaría en sentir una emoción tan fuerte por un simple animal? ¿Acaso había sufrido un episodio traumático en el pasado que involucrara a los cánidos hasta el punto de prohibir a sus hombres ponerse un estúpido sobrenombre? La mente de la jovencita viajó un paso más allá, llegando incluso a imaginar que la mujer a la que Konrad amó en el pasado, pudo haber sido atacada por un perro.

Pero el comentario sobre la nueva novia del noble la pilló tan desprevenida, que sus mejillas se sonrosaron sin que pudiera evitarlo al tiempo que abría mucho los ojos – No… no creo que tenga novia. Me imagino que tan solo será una distracción de esas que tanto les gusta a los nobles y que luego se cansará de ella. ¿Sabes si la chica en cuestión es de alta cuna? – Preguntó finalmente tratando de disimular ante su reacción inicial.

Asintió sonriendo ante su pregunta. “Se quiénes son los que llevan más tiempo en el grupo que trajiste. Eran…” sin demora señalo a los dos que parecían llevar vente años en servicio del noble, ninguno de los dos era el norteño con el que la joven habia podido charlar entre bromas sino uno de los que parecían algo reservados.

Suspiro y negó desilusionada. “No estas prestando atención pequeño, el hombre no es alguien de hablar mucho con sus hombres de sus planes o tal vez sus hombres son tan leales para no decir nada frente a nosotros. De cualquier forma no pudo contestarte nada de lo que me pides acerca de las entrevistas que ha hecho…aunque lo más seguro es que habrá hablado con el Dogo, todo noble lo hace al llegar o eso supongo.” Dijo pareciendo triste de no poder compartir mucho mas datos con ella, incluso acariciando su brazo cariñosamente como si pidiera perdón.

Puede que fuera por los gestos o por las palabras de la joven que la actitud de la mujer cambio como si hubiera descubierto algo en ese mismo instante. “Puede ser…aunque tal vez queda hipnotizado con su belleza y caiga a sus pies enamorado.” Comento sonriendo divertida casi riendo mientras su mirada seguía avivada por algo. “No sé nada de la chica, no me pediste que averiguara de ella. Pero creo tener una idea de cómo es ella, parece una pequeña algo buena e inocente al menos en ciertos aspectos. Al parecer tiene un amigo que quiere salvar y no le teme a espiar su amante.” Termino respondiendo.

La joven prestó atención cuando Cinzia le señaló a los hombres que más tiempo habían pasado con Konrad y no le extrañó en absoluto que fueran los más reservados de los norteños. Al fin y al cabo tenía sentido que con el tiempo prefirieran ajustarse al carácter de su señor, aunque en cierto modo agradeció que aun así, no hubieran perdido su humanidad y aun se interesaran por asuntos tan mundanos como echar una canita al aire.

Cuando la mujer le recriminó que no la estaba escuchando, Leonor no pudo evitar sonreír al darse cuenta de que había imprimido un poco de presión sin darse cuenta, por lo que se apresuró a corregirse a sí misma – Perdona, me emocioné un poco al escucharte hablar. No te preocupes que me has dado una información extremadamente valiosa y más que suficiente. Te estoy eternamente agradecido.

Pero de repente, la pequeña huérfana abrió mucho los ojos al escuchar como su nueva amiga la había descubierto, al mismo tiempo que sus mejillas volvían a adquirir ese tono rosado que le daba un aspecto aun más tierno y angelical si cabe. – Yo… ¡Maldita sea! Por favor, no digas nada, te lo ruego. Me meteré en un lio enorme si alguien me descubre. – Le dijo apresuradamente con el ceño fruncido por la preocupación, mordiéndose de forma inconsciente el labio inferior.

La mujer hizo una pequeña reverencia, que a pesar de que a  ella no le había gustado en el principio el sobrenombre, la hacía ver como una noble o alguien con educación. “No fue nada pequeño. Les dare las gracias a mis compañeros por ti.” Dijo sonriendo de forma mas rescatada que antes pareciendo prepararse para el final de la conversación entre ambos.

Cinzia no parecio dar mucho sorpresa ante la revelación de la joven, solo un cambio de mirada donde parecía examinarla como si buscara mas rasgos femeninos en la pequeña. “No soy de meter en lio a  las personas que me pagan, eso creo que lo deje en claro luego de nuestro primer arreglo.” Le dijo calmada pareciendo algo confiada con las palabras que ella decía. “Tu secreto esta seguro conmigo linda. Incluso no pienso cobrarte para conservarlo asi pero sabrás entender que ni yo ni mis chicas sabíamos que estábamos haciendo vigilancia a un señor por parte de un amante y es algo mas arriesgado a lo que pensamos en un principio.” Comento colocando sus hombros en sus bellas manos. “Espero que compredas…” termino agregando mientras su sonrisa se volvía mas gatuta y atractiva aunque por una razón muy opuesta a la inocencia de Leonor.

-Sabía que no me equivocaba con vosotras. Sois extremadamente eficientes y discretas. – Le respondió devolviéndole la sonrisa y pensando que seguramente volvería a este lugar cuando necesitara de algún futuro encargo similar.

No obstante, cuando la mujer comenzó a examinarla, detectando sus rasgos femeninos mientras renegociaba los términos de su trato, la joven pelirroja bajó los hombros derrotada, sabiendo que después de aquello ya no le quedaría casi nada. – Para ser su amante tendría que querer serlo… La razón por la que oculto mi condición de mujer no es otra que para evitar que cualquier desalmado se intente aprovechar de mí y supongo que tu más que nadie comprenderás mi situación. No obstante no me gustaría irme de aquí teniendo la impresión de que te has sentido engañada, por lo que puedes tomar el resto de grossos que me quedan, que yo ya me las apañaré para conseguir comer esta noche. – Respondió mientras abría su bolsa y contaba las monedas que le quedaban, con algo de preocupación en su hermoso, rostro.

-Ha sido un verdadero placer conocerte, Cinzia. Espero que nuestros caminos se vuelvan a cruzar. Eres alguien especial. – Finalizó, regalándole aquellas palabras de corazón a pesar del cambio de su acuerdo en el último momento.

“Comprendo la situación que me comentas y se bien porque escondes tus rasgos para evitar el posible problema que cause un indeseable. Indeseables con lo que lamentablemente debo encontrarme en mi trabajo, que hace años que realizo.” Comento pareciendo ser comprensiva mientras dejaba de examinarla para mirarla correctamente.

Acaricio su mejilla con delicadeza haciéndola levantar su mirada preocupada y sonriendo. “No sé cómo sea la relación entre ambos, pero como antes de descubrirte me doy una idea. Tu situación aunque no la mejor en este mundo es discutiblemente mejor que la mía por lo que veo por tu presencia en este lugar y no encerrada sin salida en un lugar que finge ser más fino de lo que en verdad es.” Comento no con un tono que marcado de reto por no comprender una diferencia importante en sus circunstancias, sino con algo de cariño. “Trata de disfrutar mientras dure.”

Dicho eso le volvió a besar en la mejilla y luego paso a la otra dejando una marca en ambos. “El placer ha sido mio, pequeña. Buena suerte.” Saludo antes de retirarse por la puerta.