Partida Rol por web

Era la mañana de nuevo dia en la mansión Scarpati, Gianna se encontraba en su cama recién hace poco se habia despertado de su sueño pero aun no se habia dedicado a levantarse. En si no habia una necesidad de prisa esos días, mucho de lo que pasaría estaba siendo organizado por otras personas en su vida y ella parecía solo tener que estar presente en algunos de los eventos y sonreir complacida.

Aquello la llenaba con algo de tristeza pero lamentablemente no era algo que podia evitar. Por otro lado en esa cama que tantas cosas buenas habían pasado se sentía mas segura y calida disfrutando de los aromas de ciertas personas cercanas a ella. Se sentía como un lugar seguro, incluso le era fácil olvidar el mal asunto con los ladrones que nunca mas volvieron a su hogar.

Aquella era una linda mañana para llamar a uno de sus amantes para compartir la cama, pero lamentablemente el destino tenia preparado otro evento para ella. De repente sintio unos golpes en la puerta si bien no eran unos agresivos se escuchaban apurados. Escuchando mejor se daba cuenta de algunas voces ahí afuera discutiendo tras los golpes.

“Gianna!” escuchaste un grito, era de tu tio que no se habia atrevido a cruzar la puerta. “Dime que estas depierta y puedo ingresar a tu habitación. Ha ocurrido algo terrible querida, la boda se ha detenido!” grito desde a fuera, volviendo a golpear por si era necesario despertarla. De cualquier modo se veía muy apurado para entrar aunque mas allá de eso respetaba el espacio de tu habitación.

Estaba muy a gusto, no quería salir de la cama porque aquel era su refugio y el mejor lugar de la casa para ella por todo lo que significaba. Sopesaba las posibilidades aquel día, tal vez desayunar con Cirino haciéndolo llamar con cualquier pretexto o salir y buscar a Leonor para lo mismo, tal vez esa era mejor idea pues aún temía al rechazo de su primo pero no pudo seguir planeando su día entre las sábanas porque alguien llamó a su puerta con una premura que la hizo sobresaltarse. Saltó de la cama rápidamente al escuchar del otro lado la voz de su tío.

-¡Un minuto, tío!

Se estaba poniendo el albornoz de seda con dibujos a la usanza de la época cuando escuchó la última frase de su tío. Se quedó fría y muda por un instante, paralizada pero luego se obligó a caminar hasta la puerta y abrir para luego mirarlo confundida.

-¿De qué demonios habláis, tío querido?

Lo invitó a pesar con una seña y se sentó en la cama totalmente descolocado, aquello tenía que ser una broma.

Si bien podías sentir a tu tío inquieto del otro de la puerta escucho tu pedido de esperar unos minutos en la puerta sin entrar de repente. Al abrir la puerta lo viste muy serio, bastante sombrío en especial cuando viste a la sirvienta tuya casi temblando de miedo en su presencia.

“Es como dije la boda esta parada.” Comento haciendo especial acentuación en el estado que habia quedado la boda. La siguió dentro y se quedo caminando de un lado al otro enfrente de la cama pareciendo pensar como decirle lo que le iba a decir.

“Gianna…hemos escuchado de nuestros informantes en la calle algo desconcertante, que tuvimos que confirmar hace poco.” informo primero deteniéndose frente a ella y posicionando su mano en su hombro. “Gianna, alguien ha asesinado a Leonzio. Según los informantes parece que el culpable ha sido alguien de un culto pero tengo la impresión que otra familia noble fue la culpable de este incidente.” Le termino revelando con una voz mas calmada para que ella pudiera entender bien lo que le decia.

Por un momento pensó que su tío se había vuelto loco, que no había posibilidad de que eso fuera cierto. Tomó las manos de su tío y las apretó con fuerza.

-No es verdad, debe haber un error.

Lo miraba a los ojos con dolor, no lo amaba tal vez pero tenía aprecio y cariño por Leonzio, además iba a ser su esposo, aquello no podía estar pasando. Rodó una lágrima por su mejilla.

-¡No puede ser cierto! Tengo que ir a verlo...

Soltó las manos del viejo hombre y se dispuso a vestirse, buscando ropa en el armario y sin dejar de llorar.

-Tiene que ser un error...

Tomo las manos de ella y también las tomo con fuerza. Escuchando con paciencia esperando a que ella terminara antes de volver a hablar.

“No es ningún error, incluso algunos miembros de la familia nos lo confirmaron. No hay razón para que nos mientan.” Le respondió el anciano sirviente con desilusión en el rostro, no pareciendo una locura del momento.

Por lo demás asintió. “Si tendrías que ir a presentar tu pésame a la familia…mas pronto que tarde.” Le recomendó a Gianna, pero había algo en su mente que parecía algo reservado en decirlo. “Tambien deberemos ver que pasa con la boda.” Comento en un susurro por lo bajo mirando al piso sin atreverse a mirarla tras sus palabras.

A Gianna le parecía una locura que Leonzio hubiera andado por allí sin precaución y sin guardias, que lo hubieran matado así como así. Ella tenía que saber bien lo que había sucedido.

-¿Pero cómo fue? Quiero saberlo, tío. Todo, lugar, circunstancias, todo.

Mientras iba buscando ropa pero cuando habló de la boda se volvió a él.

-Tio, si mi prometido esta muerto es obvio que no habrá boda. ¿De qué estás hablando?

Lo miró atentamente. Estaba triste ppr Leonzio, no podia pensar en ese momento en otra cosa.

El tio negó con la cabeza. “No se mas que lo mataron en la calle. Ni estoy seguro donde se dirigía cuando salio. Eso es algo que deberemos interrogar a su familia para saber más o simplemente esperar a que tengamos más información pero no es lo adecuado.” Comento su tío con cierta vergüenza ya que sabias que deseaba contestarte más que ello.

Vincenzo se habia dado vuelta para dejarle privacidad mientras se cambiaba. “No habrá boda con Leonzio. Pero tiene otros hermanos…no es que te esté apurando a ir con ellos o algo así, pero el padre de Leonzio está interesado en la boda asi que es mejor que estés preparada Gianna.” Lo que decía era bastante feo en especial si probaba ser verdad y el padre terminara reemplazando así no más a un hijo perdido.

Gianna sintió como una puñalada en el corazón y dejó todo lo que estaba haciendo para ir hacia donde estaba el pobre hombre que no tenía culpa alguna de lo que sucedía.

-¿¡Qué has dicho, tío!?

Sus ojos estaban muy abiertos y respiraba con cierta dificultad, se notaba que estaba fuera de sí y no era para menos.

-No voy a casarme con ninguno de los hermanos de Leonzio... ¿Me entendéis?

Esta a triste y furiosa, se arrodilló ante él.

-Quiero casarme con tu hijo...

Esperó a ver cómo reaccionaba y esperaba que bien porque ni siquiera se lo había dicho a Cirino.

El tio de ella se sorprendió bastante ante el grito de ella dándose vuelta enseguida para mirarla sin importar en la forma que se encontrara, dirigiendo su mirada como siempre a la cara de ella. Por eso mismo que rápidamente se preocupo al verla asi de alterada.

“Tranquila Gianna. No es algo que seguramente vaya a pasar, esta la posibilidad pero no estoy seguro que vayan a pedirlo pero tenemos que prepararnos para ello.” Comentaba su tio mientras hacia gestos con la mano para tratar de calmarla.

Aunque cuando ella se arrodillo, él quedo desconcertado tomándola de los hombros y teniendo la intensión para levantarla de nuevo. Pero entonces escucho algo que lo dejo quieto. “No digas esas cosas Señora, se que esta nerviosa. Pero lamento decirle que mi hijo no es lo suficiente bueno para usted mi señora, aunque agradezco el gesto.” Decia el hombre algo nervioso, no encontrándose para nada en su momento mas comodo. Su vista incluso iba a la puerta para revisar que estuviera cerrada.

Gianna sabía que su tío iba a ser complicado con eso y que para convencerlo necesitarían más que buenas palabras. Ella lo miró fijamente.

-Tio, no entiendes. No es por beneficio, Cirino es mas que cualquiera...

Tomó sus manos con suavidad.

-Amo a tu hijo, ¿es tan difícil de entender?

Se levantó lentamente pero sin dejar de mirarlo, respiró profundo y siguió hablando.

-Si el padre de Leonzio viene con una propuesta, rechazala. No quiero casarme con un Ruzzini.

Gianna había tomado una decisión.

El tio la miro con clara sorpresa. “¿Cómo puedes amar a mi hijo? ¿Que te ha dicho él?” pregunto pareciendo querer cerrarse y negar ese amor que decias. E incluso empezaba ver un culpable en su hizo que por un gesto casi imperceptible se habia ganado un castigo.

Agradeció que se levantara ya que no estaba comodo mirándola desde arriba. “Gianna entiendo que aun estes dolida por lo que paso con Leonzio, eso es algo muy noble de tu parte…. Por lo que rechazare cualquier propuesta de matrimonio que pueda llegar a darme pero también le pediré tiempo hasta que puedas reponerte mi querida.” Dijo acariciándole el hombro y sonriendo para mostrarle que podía negociar con él, aunque habia cierta idea en su cabeza. "Que te parece si dejamos esta charla aca? y tu te terminas de vestir para estar lista para nuestra salida? Yo tengo algo que hacer."

La mujer estaba cada vez más molesta.

-No es él, no ha sido él, tío. Me enamoré de él pero veo que no puedes entenderlo y pensé que lo harias.

Se metió en la cama de nuevo.

-No quiero que le pidas tiempo, dile que estoy enferma y envía algo por mí o ve tú en mi representación.

Había pasado de la tristeza al enojo y eso no se arreglaba fácilmente.

“Si quieres que entienda entonces explícame como te has enamorado de él.” Contesto tu tio que trataba lo mejor que podia de conservar la calma aunque se le notaba en la frente una vena agrandándose.

Suspiro al verla corriendo a la cama y fue tras ella sin pensar por un segundo en apoyarse en la cama de ella. “No seas caprichosa Gianna, no conmigo y no ahora. Vístete como corresponde y acompáñame por favor.” Dijo tranquilizándose mientras mas hablaba. “Si no lo haces por mi hazlo por Leonzio, que el chico se merece que vayas vos misma dar tu pésame. Te prometo que nadie te molestara con otra boda.” Le dijo tratando de convencerla para que no se quedara encerrada en la casa dejando mal a la familia.

Gianna se sentó en la cama, no quería molestarlo más pero él ya estaba bastante molesto con ella.

-Simplemente sucedió. No sé por qué es tan difícil de entender... Ambos somos jóvenes y nada más... No sé si él siente lo mismo por mi.

Negó con la cabeza.

-Tio, soy una mujer poderosa que puede darse el lujo de casarse con quien quiera... Yo no hice un trato con la familia de Leonzio sino con él y él ya bo está.

Estaba abrumada y molesta.

-Esta bien, si así pensarás mejor las cosas, iré pero no voy a pactar un matrimonio con nadie. Y si no das tu consentimiento para casarme con quien yo quiera, me iré de Venecia.

Estaba hablando muy en serio.

El hombre la miro si bien podia estar enojado con ella su enfado era con algo que ella debería enfrentarse. Ya que como hacia siempre se cruzó de brazos y suspiro con fuerza mientras usaba su cerebro para pensar una solución. “Ya veo, bueno pensare en ello pero no ahora.” Respondió seguramente pensando que lo mejor sería dejarlo de lado y si era posible que lo olvidaran ambos.

“Tienes razón en el trato y en que eres una mujer aunque tienes que entender que para mi sigues siendo una niña. No todo es tan fácil Gianna.” Comento con algo mas de calma dispuesto a marcharse de la habitación para que ella se cambie.

“Te pido que me dejes tiempo para pensarlo pero no te precipites y demos nuestra pésame para hablar seriamente de esto nosotros tres.” Concluyo queriendo darle un final rápido a la conversación mientras se marchaba.

-Me parece justo, tío. Saldré en ubos minutos.

No le parecía que su tío fuera a ceder tan fácilmente pero realmente sólo le pedía su punto se vista por dos cosas: porque era el padre de Cirino y porque le tenía cariño pero realmente ella era huérfana y podía hacer lo que ella quisiera. De todas maneras le tenía aprecio a su tío y posiblemente su suegro así que era mejor estar bien con él.

Se vistió de luto y se ató ella misma el cabello, luego de un buen rato fue a buscar a su tío ya lista para una de las tareas más pesadas de su vida.

Cuando por fin estuvieron todos preparados partieron del puerto privado de la casa Scarpati. El viaje en góndola prometia ser la forma mas rápida para llegar hacia la mansión de Ruzzini y de paso les evitaba al grupo de Gianna toparse con cualquier multitud que en este momento podría ser peligrosa. Aunque no por ello el tio dudo en traer unos cuantos guardias como escolta, incluyendo a Bastien en ellos.

Tras un corto tiempo llegaron a la mansión que se paraba de forma orgullosa delante del sol con una altura y unos arreglos por todas sus esquinas que mostraba que no tenia nada que envidiarle a la mansión de Gianna. En los techos no solo vieron paredes terminadas con un arreglo fino sino una gran cantidad de guardias vestidos con sus armaduras medianas y usando ballestas y arcos para desmotivar a cualquiera que fuera a tener la intensión de atacar a los Ruzzini en ese momento. El portal de entrada para las góndolas era un diseño habitual con una pesada reja impidiendo la entrada hasta que el grupo se identificó y fue dado el visto buen para que ingresen.

Pero aun adentro parecía haber un pesada tensión en el aire notándose muchos guardias armados tal vez mas de cuenta y todos los sirvientes moviéndose corriendo de un lado al otro. Aunque finalmente dieron con el jardín central donde la ceremonia se realizaba. Un ataúd se encontraba en medio con la que parecía su madre llorando desconsolada, un poco mas atrás se encontraba su esposo y los demás hijos de la pobre todos saludando con mejor compostura al fallecido. Habian otros invitados de otras familias, a algunos los reconocía por los emblemas en la ropa y otros simplemente por ser participantes de sus fiestas. Algunos notaron su llegada, pero mas allá de eso no parecieron muy animados para saludarla eso incluyo a la familia de Leonzio.

Gianna sabía que no debieron haberse presentado en aquel lugar. Cuando estuvo prometida con Leonzio él no parecía muy animado por llevarla a su casa y presentarla con la familia, especialmente con su madre así que dudaba mucho que ahora justamente, esa mujer quisiera recibir el pésame de la prometida de su hijo.

-¿Lo ves, tío? No debí venir... Ellos no quisieron volver a verme cuando me comprometí con su hijo y dudo que me quieran ver ahora.

Los ojos de Gianna iban directamente al ataúd, no podía creer que Leonzio estuviera muerto. Sencillamente le parecía un mal sueño y no sabía cómo reaccionar a eso. Ya habia tenido muchas pérdidas pero esto era distinto.

-Tal vez sería mejor que nos fuéramos...

La chica estaba nerviosa allí y no quería estar mucho tiempo pero si ella era terca, su tío lo era más. Al menos tenía a Bastien cerca y discretamente acarició su mano escondiéndolas tras el faldón de su vestido.

Tu tio se te acerco enseguida hasta estar casi pegado. “No digas eso, seguro que quisieron verte. Nadie se oponía a tu matrimonio. Ahora lo que pasa que están dolidos querida, tenles paciencia.” Le susurro su tio mirándola de costado sin perder de vista a la gente que tenían cerca.

“Ya es tarde.” Sentencio su tío antes de saludar con un corto gesto de la cabeza a la gente que pasaban.

Si su tio estaba cerca para contenerla, Bastien también estaba cerca aunque a una distancia apropiada. De cualquier forma ella pudo llevar con su mano y recibió una pequeña caricia de su parte.

Aun con el nerviosismo de Gianna el grupo era impulsado hacia delante  por la pura voluntad de Vicenzo, que lamentablemente ya tenía mucha experiencia con estos procedimientos. Por lo que lo que a pesar que saludaba a todos  se dirigía los familiares de Leonzio.

Primero al padre que no solo se parecía por su cabellera rubia sino que tenía los ojos azules de Leonzio aunque estoy parecían mas serios, era un hombre que por sus hombros suponías que en algún momento pudo ser un buen guerrero y aun con la edad suponías que no estaba tan desgastado aunque ahora con la muerte del hijo podría ir para peor. No muy lejos del padre aparecieron los hermanos más jóvenes de Leonzio. Ambos parecían tan distintos aunque conservaban ese rubio del padre y la seriedad que convocaba aquel feo evento.

“Lo siento mucho tiene mi pésame, señor Ruzzini.” Dijo tu tio y con una mirada te indicaba que hicieras lo mismo.

No sé sentía confortada para nada en ese avance, no se iba a sentir bien nunca haciendo eso. El roce con la mano de Bastien la hizo sentir un poco menos de ansiedad pero no el suficiente pues conforme avanzaban, ella intentaba contener el aliento y que su corazón no se saliera. Sabía que por protocolo tenía que hacer aquello pero no quería hacerlo, además, estaba enfadada con Leonzio por no estar vivo y dejarse matar. Finalmente llegaron, llegó el momento y no podía, ni debía quedarse callada y no lo hizo, si de algo sabía ella era de protocolo.

-Mi señor, jóvenes, lamento mucho vuestra pérdida. Mi mas sentido pésame.

Los miró a los ojos uno a uno pero no se soltó del brazo de su viejo tío, quería terminar con aquel trámite y marcharse cuanto antes pero entonces se dio cuenta que se sentía triste, que una lágrima recorría su rostro. No era Gianna una mujer que mostrara demasiado en público pero en ese momento se lo podía permitir.