Partida Rol por web

Gianna estaba màs que molesta para cuando llegaron a su casa pero el recinto la hizo sentir màs segura, confortada de alguna manera. Llevò consigo a Leonor hasta su alcoba para que pudieran hablar con toda la tranquilidad que aquel asunto necesitaba porque si de una cosa estaba segura ella, era de que aquel si era el hermano de su amiga, por la manera en que Leonor se habìa comportado. Una vez en la alcoba le pidiò a Bastien que les trajera algo de comer y una botella de vino, mucho vino porque lo iban a necesitar. Una vez que el soldado volviò con lo encargado, le pidiò que no se marchara, estaba segura de que iban a necesitar a Bastien.

-Sè que es tu hermano, no me queda la menor duda. No sè què demonios pudo darle esa mujer pero lo vamos a averiguar, querida, no te aflijas. Lo importante es que ahora sabes dònde està y que èl està bien.

Tomò las manos de Leonor y mientras lo hacìa, pensaba còmo iban a conseguir recuperar al muchacho. Estaba claro que aquella mujer querìa mantenerlo alejado de ellas.

-¿Bastien, crees que podrìas hacerme un favor?

La noble sabìa que no necesitaba hacer esa pregunta pero en este caso, al ser algo que interesaba a Leonor tambièn, preferìa ser educada. De sobra sabìa que Bastien harìa por ella cualquier cosa pero le sonriò y tendiò la mano hasta èl.

-¿Podrìas conseguir que veamos al muchacho a solas?

Un secuestro tal vez no era la mejor opciòn pero si la ùnica y ella querìa agotar las posibilidades antes que a esa bruja se le ocurriera llevarse al guapo hermano de su amiga lejos de allì.

-¿Te gustarìa eso, Leonor?

La jovencita podía percibir que su amiga no estaba nada feliz con este asunto. Realmente toda la situación no solo había resultado frustrante, sino que desde el capitán hasta la misma noble extranjera habían tratado a lady Scarpati como si su título y su posición en la ciudad no significaran gran cosa.

Lo peor de todo es que las habían tratado a ambas como si fuesen idiotas, puesto que la excusa de que le estaba confundiendo con otra persona era tan pobre, que se caía por su propio peso.

Leonor aceptó la comida de su amiga de buen agrado, puesto que con todo lo que había ocurrido, ambas habían estado muchas horas sin comer. Lo que la huérfana no estaba del todo segura era de si debía beber más vino, puesto que no solía tolerar sus efectos demasiado bien.

-Te parecerá extraño, pero estoy tan feliz de haberle encontrado con vida, que todo este asunto me parece un mal menor. Su seguridad es mucho más importante que lo que pueda pasarme a mí, y aunque esa bruja le ha hecho algo a su memoria, ahora sé que no está ni herido ni enfermo, y su cuerpo no ha sido pasto de los peces en ningún canal olvidado. -Expresó con alegría mientras aceptaba las cálidas manos de aquella mujer tan especial.

-Gianna yo… ¡No sabes lo mucho que agradezco lo que estás haciendo por mí! claro que me encantaría ver a Theo a solas, aunque… ¿crees que es prudente hacerlo antes de la cena? Pensaba que quizá podrías distraer a esa mujer para que yo me quedara con mi hermano a solas un rato y ver si se trata de un embrujo o una droga, o Theo simplemente está intentando protegerme de algo. – Razonó, pensando en más posibilidades para lo que estaba ocurriendo – Igualmente contratar algún espía que ellos no hayan visto para que vigile que el barco no zarpe, o para que nos avise de los movimientos de la griega, podría estar bien, aunque no deseo que gastes más oro por mí.

Bastien andaba se encontraba silencioso en esa reunion, no era porque no tuviera que decir sino que no queria interrumpirlas en los planes que parecian tener cada una.

"Si averiguo sus movimientos y encuentro un buen momento podriamos encontrar un momento para traerlo aqui con la ayuda de mi amigo." comento el caballero no pareciendo tener problema en entender lo que Gianna pretendia. "La unica dificultad seria si este nos enfrenta, aunque no lo vi muy agresivo al muchacho. Asi que solo necesitaria tu permiso y lo intentare Gianna." agrego y las dejo seguir charlando.

Gianna mirò a Leonor, esbozò una sonrisa breve pensando que si la situaciòn no fuera aquella tan apremiante, seguramente habìa respondido con algo como "Quien quiere verlo a solas soy yo" pero la verdad es que no estaba para nada predispuesta a las bromas; sin embargo, no podìa, ni queria hacer sentir mal a su amiga, asì que suspirò.

-No te preocupes por nada, querida Leonor, vamos a hacer que Bastien traiga a ese muchacho como sea y que puedas hablar con èl a solas como deseas.

Bueno, despuès de todo lo que habìan pasado juntas para poder encontrar al muchacho, a Gianna no le hacìa nada de gracia que no la quisiera cerca cuando se trataba de averiguar què era lo que estaba sucediendo con èl pero no dijo nada al respecto, ùltimamente Gianna habìa empezado a callarse cosas que sabìa que los demàs no querìan escuchar.

-Escucha una cosa: No quiero que te preocupes por el dinero, si no es para este tipo de cosas, es para fiestas asì que en lo que a mì respecta eso es mucho màs importante. Ahora...

Soltò las manos de la muchacha y se levantò para ponerse de pie frente a Bastien, acariciò su mejilla y se puso en puntillas para darle un beso suave y tierno, no importaba que la vieran porque estaba cansada de tener que esconderse con cada uno de sus amantes cuando debìan sentirse dichosos de tenerla a ella en el lecho y en sus vidas.

-Pon guardias en el muelle, que avisen de cualquier movimiento. Lleva los hombres que necesites, no tienes por què pedir mi permiso y trae a ese niño a aquì... Cuanto antes, sè que puedo confiarte esta tarea, de hecho no se la confiarìa a nadie y lo sabes. Y vuelve temprano porque no quiero pasar ninguna noche sola, ¿entiendes?

Le dio otra beso y volviò con su amiga.-Come y descansa. Cuando Bastien tenga a tu hermano, seràs la primera en saberlo.

Leonor miró a Gianna, sintiéndose terriblemente tentada a hablarle de las criaturas de la noche y de todo lo que podían hacer con sus aterradores poderes. No obstante, sabía que si le contaba cualquier cosa, probablemente estaría sentenciado el destino de su amiga. Tenía prohibido hablar sobre vampiros y otros seres, y si rompía tal promesa, seguramente no solo matarían a todo aquel que lo supiera, sino que probablemente la castigaran duramente… no podía permitirse poner a su querida amiga en un peligro semejante, o incluso hacer que viviera preocupada el resto de su vida por todo cuanto la rodeaba.

Por todo ello, lo único que pudo hacer ante las buenas intenciones de Lady Scarpati, fue tratar de hacerla desistir de cualquier movimiento impulsivo con respecto a la misteriosa mujer griega que tenía el destino de su querido hermano en sus manos.

– Gianna, Bastien yo… agradezco vuestra ayuda, pero el comerciante amigo de la Diosa ya nos dijo que esa mujer es muy peligrosa. Ella y todos sus hombres ya conocen a Bastien, por lo que no es buena idea que le vean cerca. Los guardias en el muelle son una excelente idea, pero yo recomendaría estudiar a esa dama y saber más sobre sus movimientos antes de actuar. Por eso mismo me pareció una gran idea esa cena, puesto que podrás tener a ambos en tu casa. Si intentamos secuestrar a mi hermano y algo sale mal, posiblemente puedan acusarte ante las autoridades, o tratar de emprender medidas menos legales contra ti. Yo… No soportaría que te pusieras en peligro por mi culpa. ¿Harás eso por mí? Por favor, no arriesgues tu vida ni la de Bastien cuando aún no sabemos nada de esa gente ni de lo que son capaces. ¿Quién sabe? Quizá la Diosa tenga contactos que nos puedan decir algo más. Parece una mujer de muchos recursos. Podrías incluso invitarla a la cena, y yo podría traer a Lord Konrad. – Le propuso, esperando que no se tomara a mal sus sugerencias.

Las palabras de Leonor no le causaron mucha alegrìa a Gianna pero no serìa ni la primera vez, ni la ùltima que Gianna disimulara una decepciòn. Mirò a Bastien como preguntàndole con la mirada què pensaba èl pero sabiendo que muy posiblemente èl no dirìa nada o al menos no lo harìa delante de la pelirroja. La noble bajò la cabeza, habìa hecho de todo por ayudar y no parecìa que eso sirviera de nada.

-Leonor, mi casa es tu casa. Te la he brindado desde que te conocì. Reconozco que al principio no fue ni tu dulzura ni tu cariño lo que me hizo fijarme en ti sino tu belleza, poco a poco fui conociendo a esa persona noble que eres y a la cual aprecio entrañablemente, tanto que no quise insistir en llevarte a mi cama... Pero claro, todo en la vida tiene un precio, tanto para vos como para mì. Bueno, vos sabèis màs de vuestro hermano, de lord Konrad, de lo que sea y como dije al principio, esta es vuestra casa y podèis disponer de ella como mejor os plazca.

Gianna se puso en pie y le dio un beso suave en la frente a su amiga.

-Disponed de todos mis sirvientes, de todo cuanto hay en mi casa y podèis invitar a cualquier persona que deseèis, no os preocupèis por nada. Bastien darà la orden a la servidumbre para que os atiendan como si fuera yo misma. Organizad la cena, la llegada de esa peligrosa mujer a la cual parece que a pesar del poder familiar que me ha quedado no puedo hacerle frente y de lord Konrad, avisadme cuando tengàis decidido esto y aquì estarè para haceros compañìa como siempre os he ofrecido, sinceramente. Ahora, perdonad si no me quedo màs pero estoy muy cansada y deseo pasar la noche sea durmiendo o sea disfrutando del lecho con algùn apuesto soldado.

Le hizo una seña a Bastien y esperò a que este le abriera la puerta para salir, ya habìa hecho hasta donde podìa por el hermano de Leonor, evidentemente no estaba en sus manos resolver aquel asunto.

Leonor se puso algo colorada cuando Gianna le hizo aquella confesión a pesar de que ya le había dicho algo parecido en el pasado. No obstante, la presencia de Bastien fue lo que hizo que la jovencita se ruborizara, puesto que le resultaba tremendamente extraño que dijeran algo tan descarado en presencia de otra persona. En su interior, admirara la valentía de aquella querida amiga que estaba muy por encima de las opiniones de los demás o de los estándares sociales, y pensó para sus adentros que le gustaría tener un pedacito de la valentía de lady Scarpati.

Yo… te quiero Gianna – Fue lo único que pudo decir ante aquel beso, siendo consciente de que su amiga parecía contrariada, pero sin saber muy bien cómo hacer para que se sintiera más feliz.

Deseaba decirle que sí que estaba en sus manos todo este asunto, y que sin ella no hubiera podido ni siquiera encontrar a Theo. Gianna era la valiente mujer que había puesto esperanzas en su corazón y la que estaba a punto de librarla del yugo invisible de los Lasombra cuando ambas partieran en barco en busca de Cirino, una vez que rescataran a su hermanito… Pero supo que aquel no era el momento de tratar de impedir que se fuera, o de pedirle que se quedara a su lado.

Si deseaba alejarse de ella, lo menos que podía hacer era respetar su decisión, por lo que le dio un cariñoso abrazo y permaneció esperando unos segundos a que Bastien se quedara con ella, para que pudieran hablar sobre lo que hacer con esa misteriosa mujer griega.

Tras unos minutos los tres se habían separado con Bastien yendo junto a Gianna. Pero Leonor había esperado que el caballero francés se quedara un momento con ella para hablar, algo que tuvo que esperar hasta que finalmente el hombre volviera por donde iba y la viera a ella esperando.

“Disculpa estabas esperando a alguien?” pregunto el hombre acercándose a ella mientras corría un cabello rebelde que le tapaba la vista.

El hombre se encontraba vistiendo una armadura liviana común en los guardias de las casas nobles o comerciantes de Venecia. Era algo común para cuidar que los soldados no terminaran ahogándose en los canales y tuvieran algo mas de velocidad, aunque ella sabia que habian casas que eso no les parecía importar e equipaban a los guardias con armaduras pesadas con la idea de volverlos mas intimidantes y mostrar el poder económico de ellos.

Leonor miró extrañada a Bastien antes de responderle:

– Si… tenía la impresión de que deseabas hablar y querrías discutir sobre qué hacer con esa mujer, pero si no es así, me iré para no importunarte. – Respondió mirándole fijamente a los ojos, no pudiendo evitar fijarse en la forma en la que se apartaba el mechó rebelde que le tapaba un poco el rostro.

“Oh…puede ser.” Dijo el hombre que parecia intentar que la joven no se sintiera incomoda por el posible error. “No me importunas, eres la amiga de Gianna y necesitas ayuda que podria darte si me dices lo que planeas.” Comento quedándose en el lugar y apoyándose contra la pared como si esperara una larga conversación.

Leonor le miró con una sonrisa ante su respuesta. Estaba empezando a entender por qué Gianna le apreciaba tanto. Bastien no solo era guapo, sino que además era tremendamente gentil. Estaba claro que haría lo que fuera porque Gianna fuera feliz, y eso era algo que la pelirroja apreciaba más que cualquier otra cosa.

-Bastien… siento incidir en el asunto, pero Gianna es muy importante para mí y no quiero que le pase nada ni a ella ni a la gente que le importa. No me gustaría que por mi culpa pudiera ponerse en peligro y tampoco quiero que tú o los tuyos sufráis ningún daño. Verás… esa mujer parece mucho más peligrosa de lo que aparenta y está claro que después de nuestra visita, reforzará su seguridad. La vigilancia en el muelle me parece bien siempre y cuando le resulte imposible vincular a los hombres que asignes con nada relacionado con Gianna, pero secuestrar a Theo y traerle aquí antes de la cena puede ser una sentencia de muerte para quien intente realizar la tarea… Ojalá pudiera tener a Theo junto a mí ahora y tratar de deshacer lo que sea que le ha hecho esa mujer, pero… ¿Qué piensas tú? ¿crees que la cautela puede ser nuestra mejor aliada? Al fin y al cavo tu eres un guerrero y estoy segura de que mejor estratega que yo en cuanto a tácticas ofensivas se refiere.

“Leonor…puedo llamarte solo por tu nombre?” pregunto educadamente luego de escuchar sus palabras. “Se que tienes temor de que alguna daño podria llegar a Gianna, pero te prometo que yo hare hasta lo imposible para que eso no pase a Gianna.” Pareció jurarle mientras tocaba su pecho en un gesto de promesa, en un gesto de caballero.

Sonrio con simpleza. “No quiero molestarte con detalles, pero soy un caballero no un guerrero. La diferencia tal vez no es muy clara pero debe saber que un guerrero elegiría sin dudar la opcion de capturar a tu hermano. Pero como caballero reflexiono un poco.” Le aclaro con un tono relajado sin parecer genuinamente molesto por ese titulo errado que supuestamente le habias dado.

“Pensandolo un poco, la cautela es una buena politica en tu caso ya que se supone que si ella y Gianna son personas de palabra entonces tu hermano estaria viniendo aquí por sus propios medios la noche de la cena.” Comento tras meditarlo un poco. “Aunque no se hasta cuanto podemos confiar en las palabras de la griega. Ellos por lo que se los odias a ustedes los venecianos y a mi los franceses. No se parece medio raro que nos acepte una invitacion a cenar…si me lo preguntas.”

- Claro que puedes llamarme por mi nombre - respondió amigablemente la pelirroja, justo antes de escuchar atentamente sus explicaciones con respecto a la seguridad de Gianna.

- Lo entiendo y lo siento. En ningún momento pretendía insinuar que no sabes hacer tu trabajo - afirmó sonrojándose ligeramente al darse cuenta de que Bastien podía llegar a pensar aquello. - Está claro que un caballero no es un guerrero, y tú especialmente tienes más clase que muchos de los que he visto - dijo apreciativamente con honestidad.

Tras ello, y después de escuchar las elucubraciones sobre la Griega, Leonor respondió pensativa - No conozco el honor de esa mujer, pero aquellos que viajan a tierras extranjeras tienden a ser más tolerantes que los que permanecen en sus tierras de por vida. Quiero creer que la diplomacia es mejor que una confrontación directa... además, rechazar una invitación de un Scarpari puede considerarse una falta de respeto entre la nobleza local ¿me equivoco? - preguntó sin estar demasiado segura de la política veneciana a ese respecto, pero intuyendo que esa podría ser una razón válida.

 “Gracias. No te hagas problema yo solo hago lo que puedo y trato de comportarme lo mejor que puedo con la gente. Lo que sería lo básico para ser un buen caballero.” Comento el hombre con cierta humildad, a pesar de todo no se lo veía como alguien que regodeaba el cargo y eso se notaba solo porque no le pedia a Leonor que se dirigiera a èl por su titulo.

Tras pasar al tema de la griega, el caballero se quedo pensando en las primeras palabras de la joven como si pensara si realmente era verdad, finalmente asintió un par de veces antes de continuar.

“Tienes razón en las cosas que dices, en todas por lo que en si debería terminar viniendo a cenar pero tengo aun mis dudas aunque no tengo razón para tenerlas.” Confeso el guardias que si bien se convencía con las palabras de Leonor, seguía teniendo sus dificultades para creerlo. “Supongo que lo veremos esa noche.”

Leonor comprendía cada vez más la razón por la que Gianna consideraba a ese hombre alguien de confianza. Independientemente de su atractivo, era una persona honesta y gentil, además de tremendamente caballeroso. Todas las cualidades que hacían de él alguien excepcional.

-Yo también tengo mis dudas, por eso mismo he querido ir con cautela. No me gustaría que la dama griega se sintiera amenazada y reforzara sus defensas… O topara represalias frente a Lady Scarpati. Entonces ¿Enviaréis espías para que controlen sus movimientos en el puerto antes de la cena? ¿O cual es vuestro plan exactamente? – Preguntó algo inquieta, temiendo que Hypatia planeara zarpar sin que se enteraran, abandonando Venecia antes de tiempo.

“Mandare soldados a vigilarla, junto a un amigo mío. Matheu se llama, creo que lo conoces.” Respondió el caballero pensando un poco en su respuesta antes de responder. “Mi plan seria informarme de sus movimientos, esperando que no hiciera nada loco o que pudiera afectar los planes de una cena. Aunque a decir verdad no sabría bien como comportarme ante alguno de esos problemas.” Confeso negando con la cabeza aunque tratando de bajar su voz como si quisiera susurrar ese comentario.

“La verdad esto lo deberíamos hablar con Gianna presente, porque esto también le involucra a ella y mis acciones podrían traer consecuencia a ella. En especial si planeas que haga algo con la griega si esta hace algo que no corresponde. Tienes algo pensado?” pregunto mirándola fija dejándole con la decisión a ella, algo que la verdad no era del todo raro o si ya que aunque Leonor fuera amiga con Gianna el caballero era solo de Gianna y tal vez por eso ahora le preguntaba como pensaba arriesgar a su amiga.

-Sí que le conozco, aunque no he cruzado muchas palabras con él – Confesó cuando Bastien mencionó a Matheu. Acto seguido, y cuando el caballero afirmó que se mantendría informado y alerta ante los movimientos de la mujer, Leonor se sintió algo más aliviada.

-Yo también pienso que lo deberíamos hablar con Gianna presente, y me apena que se haya encontrado indispuesta y haya preferido que lo discutamos ambos. ¿podríais comunicarle todo cuando se encuentre mejor? ¿o avisarme de alguna forma para que lo haga yo? No me gusta ver mal a Gianna – Le confesó, recordando la forma en la que lady Scarpati había salido de la habitación.

-Por lo pronto avísame su algo raro ocurre. Prefiero que, si hay que realizar algún tipo de movimiento, sea a través de Lord Konrad, puesto que él dejará la ciudad en breve y sus acciones no repercutirán en los Scarpati. Te aseguro que nada malo le pasará a Gianna si puedo evitarlo. – Afirmó, sabiendo que su Domitor tenía más recursos para defenderse de las acciones de un Vampiro que su querida amiga.