Partida Rol por web

No habia tardado demasiado tiempo en el barco y por lo que se veia el transporte iba en buena condición aunque el capitan dejara ciertas dudas. De cualquier forma Gianna no se puso a pensar en ello dejándose llevar por las tranquilas aguas que recorria la góndola encontrándose fácilmente relajada. Aunque de pronto tuvo la idea de un nuevo regalo para Leonor y tras dar unas pocas indicaciones el remero se encontró yendo al barrio comercial donde su familia compraba.

El hombre no tuvo que hacer un gran esfuerzo para llegar al lugar que quedaba en el camino entre el puerto y la mansión de los Scarpati. Pronto arribaron a uno de los puertos pequeños donde podian volver a tierra. El hombre estaciono la góndola no demasiado lejos y se quedo en el lugar para recibirla de vuelta con sus compras.

El barrio estaba lleno de personas, de diferentes status pero en general con cierto cuidado para que no se metieran quienes podrian ser desagradables para los compradores. Aunque desde el momento que llego sintio unas cuantas miradas en ella, de parte de unas mujeres y de algunos hombres de edad, no podia descifrar mucho en ellas. Pero no parecian amistosas sus miradas, pareciendo como si hubiera algo malo con ella que la miraba rara.

Eso prosiguió por un tiempo hasta que al final un hombre enmascarado se acerco a ella con una sonrisa lobuna. Se le veia la sonrisa porque la mascara no era entera sino que permitia ver la mitad baja de su rostro. Tus guardias por supuesto no lo dejaron pasar lo suficiente cerca para que pudiera hacerte algo pero eso no detuvo la sonrisa del hombre.

“Dicen que el que avisa no traiciona, cierto? Pero antes quisiera un par de monedas por el aviso.” proponia el hombre o mas bien muchacho por lo joven que sonaba.

Gianna estaba decidida a hacer de Leonor su dama, así que la muchacha necesitaría estar a su altura, claro que ella no tenía ni idea de que eso era imposible por lo cual, continuó con esperanza su andar hasta que fue detenida. ¿Qué tenían esos ojos? ¿Quién era ese hombre?

-Interesante...

La noble miró a su soldado más cercanos, no sería ella quien se ensuciara las manos sacando su propio oro.

-¡Dadle una moneda y que hable pronto!

El humor de Gianna en aquellos momentos no era el mejor. Su vista no se apartaba de la de aquella máscara.

El guardia hizo asi sin discutirle, lo cual el hombre enmascarado acepto contento. Tras guardarse las monedas continúo hablando.

“Muchas gracias mi señora. Me gustaría darte buenas noticias, pero esas no parecen corresponderte mi joven viuda…” comento retrocediendo por si alguno de los guardias tratara de tomarlo por el tono bromista que usaba para nombrar el fallecimiento de Leoncio.

“Seguro sientes las miradas y no es algo que viene sin razon. Hace mucho que se conocia de tus andadas pero muchos decidieron mirar a otro lado pero ya no mas. Tu forma de ser esta mal, haces quedar mal a las demas mujeres y contaminas a sus hijos….” Comentaba aun con ese tono divertido. “Ya la gente no mirara a otro lado, ya no esconderán su desagrado. Porque al final que seria de la vida de los que tiene dinero si no pudieran criticar a uno de los suyos que acaba de caer en desgracia…” decia con mayor maldad ”Aunque muchos quieren verte mas abajo y no de la forma que te gusta.” Dicho eso rió antes de salir corriendo para dejarte con la atmósfera de rechazo del resto.

Entonces notaste una mirada que no esperabas encontrar ahí o mejor dicho que no querias ver. Era la madre de Leonzio y tu actual amante Alfio, parecia mirar con cierta satisfacción al enmascararlo sin esconderlo demasiado.

Gianna escuchó a aquel hombre pero lo que le dijo no le gustó en absoluto, no por lo que pensaran los demás de ella que le importaba bastante poco, no, no era eso, sino porque al final, vio la cara de aquella maldita mujer y eso la sacaba de sus casillas.

-No soy la viuda de nadie, imbécil.

La atmósfera de rechazo no le importaba para nada, estaba claro que dentro de su círculo había gente a la que podía no gustarle cómo era o cómo se conducía, a su propio tío no le gustaba pero el rechazo de ese tipo de personas a Gianna no le importaba.

-Señora Ruzzini, un precioso mensaje el que me habéis enviado... Seguro a vuestro esposo e hijo les encantará. Buenas tardes.

Y ella misma caminó en dirección contraria a la mujer, sabía que posiblemente la seguiría por lo cual le pidió a Bastien que no se lo permitiera.

-Si se acerca más de lo que consideres necesario, no la toques pero sácame a mí de aquí tan rápido como puedas. Tal vez sea la peor de las putas pero Leonzio no se murió por mi culpa y esa maldita bruja tiene que entender.

El enmascarado se encogió de hombros ante el insulto como si no lo sintiera y continúo su huida. Por su parte la Ruzzini no temió en ningún momento que te acercaras e incluso pareció ir al choque aunque no hay contacto entre ambas mujeres.

“No se de que mensaje me hablas.” Le nego rapidamente al tiempo que la seguia. “Si tengo que decirte algo te lo dire personalmente puta.” Le decia sin miedo a insultarla en publico.

Bastion asintio aunque parecia que no deberia esperar demasiado antes que tuviera que seguir la orden. “Que pasa te quieres escapar de mi, no te animas a tener una conversación con la mujer a la cual le mataste al hijo.” Le decia desafiándola a que se quede.

 Pero la orden estaba clara y pronto volverian al bote a menos que Gianna deseara hacer algo mas con aquella mujer.

Gianna sonrió ampliamente deteniendo su andar y mirando a la mujer fijamente a los ojos porque no le tenía nada de miedo.
-Si eso la hace feliz, pensar que yo lo maté y llamarme puta, está bien pero no debería tener una mala relación con su futura nuera. Pensadlo bien y portaros como una señora, al menos en la calle... Luego si lo deseáis, puedo enseñaros a ser una buena puta. A vuestro esposo le gustará y a vos os cambiará la cara.

Se colgó del brazo de Bastien y siguió caminando, si la maldita bruja quería algo con ella y era realmente valiente, tendría que seguirla.

-¿Qué te parece si me guías al mejor restaurante de esta ciudad?, quiero comer algo y tú serás mi acompañante...

Ningún Ruzzini iba a conseguir hacerla sentir mal.

“Futura nuera?!” pregunto sorprendida ante la declaracion de Gianna antes de verse aun mas enojada. “No me digas que ese hombre piensa sacrificar otro hijo nuestro contigo.” Comento de nuevo sin medir sus palabras o tono a pesar del pequeño consejo de Gianna.

Pero claro que el consejo fue ignorado en especial tras las siguientes palabras que salieron de parte de ella. “Eres una maldita ramera. Crees que esto es un juego y te dejare irte sin una explicación?” pregunto la mujer que seguia a Gianna como si fuera una polilla a la luz.

Bastien si bien guardaba los comentarios parecia verse agraviado a diferente de la noble, aunque igual avanzaba con ella y se ponia a ver las calles en busca de ese famoso restaurante donde podrian comer. Entonces te susurro al oido que tenia una idea de un buen lugar para ir.

A Gianna le importaba más bien poco lo que Mariola pensara de ella pero no la quería tener cacareando detrás suyo todo el tiempo. Sin embargo, la noble no se detuvo, si ella quería la guerra, Gianna no se tocaría el corazón. Le daría lo que estaba buscando, pero no ahí.

-Qué los guardias hagan una barrera y no le permitan acercarse a mi.

Fue la orden que le dio a Bastien pero la noble se detuvo de súbito y la encaró.

-Estoy aquí para escucharla, amable dama de tan fino lenguaje. Cualquier duda que tenga, pregunte en vuestra casa... No es mi culpa que no sepa mantener a sus hombres en casa y una cosa mas: yo no maté a Leonzio y en cambio, si lo hice feliz, fuera y dentro de la cama... Tendrías que haberlo visto disfrutando. Ahora, si me permitís, voy a comer tranquilamente y como la puta que soy, luego iré a revolcarme con tu hijo o con tus dos hijos... Buenas tardes, Madame.

Gianna sonrió y volvió a coger su camino, bien flanqueada por sus hombres.

Los guardias se formaron como ella había ordenado, en un círculo frente y detrás de ella cubriéndola de cualquier peligro que pudiera ocasionarse con la mujer que Gianna discutía o con cualquier otro individuo que quisiera aprovechar el momento.

Mariola pareció sorprenderse ante la súbita vuelta que dio la noble, aunque tuvieron que pararla los guardias para que no avanzara mas de la cuenta. Aunque seguramente Gianna también se sorprendió al ver como Mariola se le quedo escuchando relativamente tranquila ya que sus ojos y algunas venas marcaban un enojo creciente.

Fue tras la despedida que trato de meter su mano para tomarla de la cabellera o la cabeza a Gianna, aunque su objetivo no termino haciéndose claro ya que uno de los guardias intermiso tomando el brazo de la señora. Si bien lo soltó luego de apartarlo, eso no lo salvo de un fuerte cachetazo que le dio Mariola, pero no fue el único en escribirlo siendo otro guardia e incluso Bastien victima de la ira de esa mujer que ya distaba mucho por su comportamiento de una dama fina.

“Infelices, poco hombres defendiendo a una puta como ella!” les expreso a los guardias la noble. “Ya verán ahora actúan así porque piensan que esta idiota puede pagarles y protegerlos, pero los demás nobles nos hemos cansado de ella y pronto lo descubrirás querida.” Les dijo a ellos aunque termino mirándola a ella para una ultima amenaza.“Sera mejor que te alejes de mis hijos.”

Dicho eso se arreglo el vestido que habia desarreglado en el arrebato contra los guardias. Antes de irse sin decir mas palabras dejando a Gianna sola con algunas miradas curiosas que habian visto el espectáculo entre las nobles.

Gianna se vio cubierta por sus soldados pero ya no estaba de humor para quedarse en la calle por mas que en su rostro esto no se notase. De una cosa estaba segura, Ruzzini estaba dando manotazos a ahogado y la quería hacer sentir mal y temerosa de perder su fortuna pero eso no le preocupaba a Gianna, sin embargo si la había hecho enojar y no quería saber nada de nadie.

-Vamos a casa, Bastien.

No dijo más nada y enfiló hacia donde estaba su góndola, deseando encontrar al hermano de Leonor para pide largarse de allí cuanto antes.

El caballero volvió a poner su atención en Gianna una vez la histérica mujer dejo de molestarlos. Asintió ante el pedio de la noble, dispuesto a llevarla hacia su casa. “Asi haremos Gianna. Aunque me gustaría creer que eso no se quedara asi?” pregunto a Gianna como buscando una respuesta antes de agregar mas. “Cuanto mas vas a dejar que te insulte y agrave. Si bien te veo serena no puedo evitar pensar que por dentro no soportas esto y pienso que no deberías hacerlo.” Comento su guardián francés que parecía acercarla hacia él para hablar mas en privado.

“Deberíamos hacer algo con ella y con cualquiera que te trate mal Gianna. No te mereces nada de eso, pero si no hacemos nada la gente pensara que se puede salir impune.” Concluyo el caballero buscando incentivarla aunque hacia que acción era algo que debía preguntar o pensar ella.

Gianna se acercó acercó Bastien con una sonrisa pícara.

-¿Estamos hablando de un asesinato?

Estaba muy cerca de él pero tampoco le importaba mucho si los veían, Bastien había cuidado más de ella que todos los otros inútiles.

-No lo creo, tú no harías eso... Y no te voy a meter en esas cosas por mí, soy una puta, no una asesina...

Gianna casi rozaba sus labios.

-¿Pero..., no te gustaría discutir esto en casa? Ya no quiero que nos miren.

El caballero no hablo en un principio dejándola a ella continuar, de paso disfrutaba de la cercania de ella.

“No eres una puta, solo disfrutas de la vida Gianna.” Le corrigió o mejor dicho corrigió a la noble que acaban de perder. “Yo ya estoy metido en tu temas. Por eso te sugiero la idea ya que no quiero verte asi de mal.” Comento el hombre deteniendose al sentir el rozamientos de los labios de ella y aguantando para no dejarse llevar por sus deseos ya que aun estaban en publico.

“Vayamos a casa entonces. Supongo que comprara en otro momento.” Acepto llegando a la góndola de su familia, pronto estarian en casa si nada mas pasaba.

Gianna miró a Bastien y negó con la cabeza efusivamente.
-No, no vamos a matar a nadie... Pero si vamos a ir a su casa. Voy a hablar con su esposo y sus hijos. Encargate de solicitar esa audiencia y vendrás conmigo.

Lo tomó de la mano y la apretó suavemente.-Ahora, ¿qué te parece si vamos a mi casa y disfrutamos de la vida en mi lecho?
Mañana nos ocuparemos de los Ruzzini.

Y era verdad pero ella seguía pensando en todo, si su tío hubiera aceptado que se casara con Cirino, nadie y menos esa mujer, se habría atrevido a faltarle como ella lo había hecho. Aún esperaba por la respuesta de Bastien.

Bastien suspiro y asintió con su rostro no del todo convencido pero conociendo bien que la voluntad de ella era lo que al final importaba. “Bien, encargare la audiencia como deseas. También iré a acompañarte y cuidarte.” Comento el caballero dejando esa pequeña discusión saldada.

Acepto el apretó e incluso movió la mano de ella hacia sus labios para dejar un beso. “Me parece una maravillosa idea, que estuve esperando toda la tarde escuchar.” Dijo con una sonrisa encantadora esa que lo habia hecho muy atractivo la la primera vez que se conocieron.

No comento nada de los Ruzzini, creyendo que no era lo mejor por el momento. Mañana ambos verían lo que pasa con esa particular familia, que sin que Gianna pudiera evitarlo había terminado uniéndose al destino de la Scarpati aunque no de la forma que lo habia pensado su padre y tio.

Un nuevo viaje a la mansión de los Ruzzino la lleno de muchas sensaciones. Sus primeros pensamientos fueron al pasado recordando como ella y Leonzio jugaban siendo unos niños, como algunos otros chicos y los dos hermanos de Leonzio a veces se unían. Pero el lindo recuerdo era cada vez mas rápidamente reemplazado por otro mas recién, uno del cadáver de Leonzio que yacía inmóvil en un ataud.

A pesar de su inmediata tristeza debía proseguir el viaje que ya solo faltaba unos minutos mientras abrían la entrada por los canales a la mansión. De nuevo como la otra vez Gianna observo una cantidad importante de guardias en los techos, aunque también había guardias recibiéndolos a ellos. Casi como si se trataran de una amenaza.

Tras pasar la entrada y llegar a la plaza principal de la mansión, donde Leonzio habia sido velado, Gianna fue recibida por Salomon Ruzzini que parecía algo cansado con almohadas oscuras bajo su rostro. De cualquier forma al verte hizo su mejor sonrisa, junto a un saludo. No muy lejos de él estaban ambos hijos que parecian mejor descansados y con mayor facilidad para saludarla. Quien faltaba ahí era Lady Ruzzini, aunque ninguno de los tres dio algun tipo de explicación.

“Buenos dias Lady Gianna. Ha ocurrido algo para que convocara esta audiencia?” pregunto yendo al punto tras un poco de cortecia.

Gianna no estaba feliz haciendo aquella visita pero consideraba lógico y necesario hacerlo. Cuando llegó lo hizo como era ella, con toda su majestuosidad y sin deberle nada a nadie, esa mujer no la iba a amedrentar.

-Mi lord... Caballeros.

Echó una mirada especial a Alfio, cómplice.-Me temo que no es una visita de cortesía y no quisiera quitarle más tiempo del necesario.

Gianna no era una mujer que se anduviera por las ramas.

-Vuestra esposa ha decidido declararme la guerra tratándose de... Seré directa porque todos somos mayores, de puta. Y esta bien, ella puede pensar de mi lo que desee pero debe dejar de amenazarme o algo malo pasará.

Respiró profundo y miró a Alfio de nuevo, está vez dirigiéndose a él.

-Lo siento mucho, querido.

Alfio comprendió la mirada de ella y la correspondió, aunque también observo a su padre con precaución como si tuviera miedo que notara las miradas entre los amantes.

“Lady Gianna, le aseguro que no me quita nada de tiempo.” Dijo rápidamente el señor a la cortesía de ella, antes de prestar atención a lo que ella decia. Aunque empezabas a notar gestos de enojo cuando nombraste a su esposa y cuando terminaste de decir lo que hacia. “Esa mujer…” dijo pero se mordio rapidamente el labio mientras empezaba a caminar algo alterado de un lado al otro.

Aunque algo lo hizo detener en sus pasos, algo que parecio darse cuenta recien. “A que se refiere con que algo malo pasara?” pregunto y luego observo a su hijo Alfio el cual no bajo la mirada pero con un movimiento de la cara hizo centrar de nuevo a su padre en Gianna y no en la relacion entre ambos.

Gianna se dio cuenta que a Alfio parecía molestarle o por lo menos incomodarle lo que su papá pensara sobre ellos y supo entonces que él tampoco era el indicado. Sonrió y respiró profundo.

-Con algo malo no me refiero a ella sino a mí, mis negocios y mi fortuna se verán afectados y muy posiblemente reciba muestras de odio para con mi persona que no sabemos en qué puedan terminar pero en algo bueno seguramente no.

La joven mujer se levantó dispuesta a irse, no tenía nada que hacer en esa casa y quería irse cuanto antes.

-Alguien me ofreció deshacerme del problema que supone su esposa pero lo crean o no, no soy ese tipo de persona. Así que considero que lo mejor para todos nosotros es que no volvamos a vernos. Señores... Buenas noches.

Ni siquiera miró a Alfio ésta vez, Gianna sabía perfectamente lo que quería y lidiar con alguien como esa bruja durante el resto de su vida no estaba en sus planes, especialmente cuando se daba cuenta que el hombre que debía defenderla no iba a poder hacerlo. Hizo una seña a Bastien, estaba lista para ir a hacer cualquier otra cosa.