Partida Rol por web

Pronto se visualizaron mas personas, entre ellas una que parecia tener vestimenta de comerciante aunque lo trataba de esconder bajo una gran capa. Era un hombre mayor ya con parte de su cabello perdido por tras sus años, pero teniendo una barba blanca recortada elegantemente.

“Buenas noche.” Saludo a todo los presentes con un acento que sonaba Veneciano. “Espero no hayan tenido problema alguno para llegar al lugar. La guardia parece estar muy activa estos dias.” Comento el hombre sin iniciar necesariamente una pequeña charla pero si rellenando algo del silencio que habia quedado.

Miro por un momento detenidamente a Gianna con un semblante neutro tal vez esperando una presentación. “Un nuevo recluta? Acaso has empezado a desconfiar de mi que traes mas gente?” pregunto en ningun momento con tono acusador pero si de broma. Aunque estaba curioso por ella.

Sin mas llamo a uno de sus hombres que le acerco un objeto tapado en una manta, entonces el mercader se lo paso a Ignacio. Ignacio parecio pesarlo por unos segundos antes de desenvolverlo y dejar ver la espada reluciente escondida en la manta. Ignacio se la quedo examinando y aunque Gianna no sabia mucho de armas podia intuir que estaba en buen estado casi nueva pero no dejaba de ser una espada comun por la falta de adornos.

Gianna sabía que estaba siendo observada, no le molestaba pues siempre lo había sido, de una manera y otra era el juego que sabía jugar. Ladeó un poco el rostro y sonrió, sabia que su sonrisa era demasiado femenina pero estaba muy segura de ella.

-Hagan de cuenta que no estoy.

Pero la muchacha se interesó en la espada que su futuro esposo estaba mirando.

-Bonita espada aunque...

Hizo un silencio y sonrió con malicia, había visto espada mejores o peores pero si Ignacio iba a comprarla, tal vez podría ayudarlo a obtener un buen precio.

El mercader sonrio de vuelta a ella, una sonrisa mas completa de lo que podian mostrar los hombres que acompañaban a cada lider. Este simplemente asintio, volviendo su mirada a Ignacio.

“Es bonita…espero que el resto tambien lo sea.” Comento en el momento que el mercader dejo ver que esta era una de gran cantidad de espadas que parecian estar a la venta para el Giovanni. Con algo mas de paciencia Gianna pudo ver como acercaba una gran caja que llevaba mas espadas al menos por los mangos que se dejaban ver.

“Me gustaria probarlas aquí mismo…Tal vez alguno de los tuyos podria animarse a un duelo corto a primera sangre.” Comento mirando a Gianna como buscando su opinión en ese tema a la vez que tambien buscaba la opinión del mercader.

Aunque el hombre tras pensarlo nego lentamente su cabeza, siendo muy precavido. “No deseo que alguien salga herido en este negocio, ya que eso solo crea tension y drama que no es bueno para nosotros. No le parece?” pregunto con una pequeña sonrisa.

“Seria mejor que probara otro metodo para impresionar a tan bella mujer. Una buena cena siempre funciona.” Aconsejo el mercader danle una corta mirada a ella.

Gianna están divertida con lo que sucedía, no se derretia por los halagos porque los conocía y sabía diferenciar unos de otros. Le hizo una seña a Ignacio.

-A mí no necesita impresionante, ya me ha impresionado bastante. No en vano se ganó mi corazón.

La mujer sonrió ampliamente y se detuvo frente a Ignacio.

-Lo que quieras hacer, por mí está bien... Tal vez aún puedas impresionarme más.

Se apartó entonces y dejo que su futuro esposo decidiera qué hacer. Ella allí era una espectadora.

“Oh…trayendo a una novia a un negocio? No seria la primera vez que lo veo.” Comento el mercader que seguía esperando la respuesta del Giovanni. Aunque miro con suspicacia tras el acercamiento de Gianna al Giovanni.

Ignacio sonrio con malicia. “Tus palabras me hace pensar en tantas cosas, pero mejor no las llevo a cabo.” Comento dandole un guiño antes de volver con el mercader.

“Me agrada la mercancía, me llevare un par de cajas y en unos dias nos volveremos a encontrar...” Dijo y le hizo señal a uno de los hombres para que le diera el oro al mercader. “Sabes si la próxima vez traes mas variedad de armas te tendré agradecido.” Agrego aunque rápidamente puso la mano arriba. “Si se que es riesgoso, pero mi familia sabra compensártelo. Confía en mi.” Concluía con un tono que no necesariamente inspiraba solo confianza sino que daba algo de temor, como si hubiera una amenaza en sus palabras aunque el Giovanni no lo habria querido.

El mercader asintió a todo aunque por la rapidez de hacer y al no pronunciar palabras suponías que era mas una confirmación que lo escucho aunque no sabias si le haria caso.

“Querida…” dijo mirando a Gianna y sin revelar su nombre. “Ven que el negocio esta terminado por el momento, hay que dejar que los hombres se encargue del resto. A menos que desees negociar algo con él.” comento con media sonrisa retirandose de la escena del negocio. De nuevo parecia ir a la orilla, aunque la tomo rapido para acercarla unos arbustos.

Sin decir muchas palabras le señalo un barco oscuro que se acercaba, parecia de lejos como un tronco enome flotando en el mar pero enrealidad era un grupo tratando de llegar sin ser visto.

Gianna iba a responder al hombre, le daba igual que hablara de otras mujeres, no sólo porque ella misma tenía otros amantes sino porque además, sabía perfectamente que ella no era para nada especial para el Giovanni.

-Los negocios los haces vos, querido...
Conmigo o con otras novias.

Se dejó guiar por Ignacio hacia donde el la llevaba, al fin que sabía a qué habían ido y como moverse allí. Entonces cuando la llevó hacia los arbustos pensó en algo pícaro pero no fue así, le señaló un barco en la penumbra.

-¿Qué está sucediendo?

Gianna podía no ser comerciante pero estaba claro que allí sucedia algo más.

“Las fuerzas de la ley, querida Gianna. Las fuerzas del Dogo no soportan mucho que otros que no sean de su familia ganen dinero, en especial cuando el dogo no esta en medio del negocio.” Le explica como si pudiera estar seguro de quienes venían eran quien decía.

En la oscuridad de la noche era difícil identificarlos, incluso si los navegantes no estuvieran ocultando lo mejor que podían sus identidades con algunos tapados.

“Habia una posibilidad que aparezcan. Aunque…” dijo reflexionando viendo para atrás donde estaba la mercadería y luego a Gianna. “Dime querida que piensas que deberíamos hacer? Yo tengo mis ideas pero seguro vos tendras algunas mas emocionantes en mente.” Comento y por un momento parecio que el hombre habría planeado esto pero no parecía practico para sus negocios que buscara entorpecerlos èl mismo.

Gianna estaba emocionada, esa era la realidad, asì que no dudò en responder a su amante.

-Bueno, tal vez podrìa poner a prueba la fidelidad de esos hombres...

Tomò sus manos y le guiñò un ojo.

-No soy una mujer a la que muchos puedan dejar de mirar, tal vez distraerlos y esperar a que todo suceda mientras se fijan en tu prometida.

Se acercò y lejos de besarlo le mordiò el labio inferior.

-Dime que no te gusta la idea y no lo harè.

El hombre empezo a sonreir con maldad al escuchar como ella se animaba a seguirle el juego. Cuando ella dejo mas trasparente su plan la miro por unos segundos para ver si habia duda en ella pero las ultimas palabras le dejaron claro que no era asi.

“Me parece interesante tu idea y me gustaria ver como la realizas.” Comento Ignacio que le devolvía el guiño antes de retroceder un poco. “Distráelos lo mas que puedas y trata que no te arresten.” Le dijo al final antes de retroceder de la vista de ella aunque seguias en parte sintiendo su mirada en tu espalda.

Mientras los hombres del pequeño barco terminaron de llegar a la orilla para desembarcar. Aun no la habian visto a ella ni a los demas, se trataban de tres hombres vestidos con armaduras oscuras para pasar aun mas desapercibidos en la oscuridad. No se los veia muy grandes o con el suficiente numero para tomar represaria contra los contrabandistas pero no creias que vendrian solo para ver la isla.

Nunca habìa sido arrestada, asì que esperaba que esa noche no fuera la primera vez. Se dio cuenta que los hombres estaban tan ensimismados que no habìan reparado en ella por lo cual se acercò ràpidamente sin decir nada a su futuro esposo y fue a dar de bruces contra los recièn llegados, se levantò tan ràpido como cayò para que los hombres notaran su presencia como un accidente.

-Yo... Eh... Lo siento, señores, me perdì.

En la cara de Gianna habìa inocencia pura, su corazòn latìa aprisa pero màs que nada por lo que estaba haciendo, no tanto por el temor que pudiera acarrearle la situciòn.

-Tal vez vosotros podàis ayudarme a volver a mi hogar...

Iba de una mirada a otra, sabìa reconocer las miradas de los hombres cuando se interesaban en ella.

Los hombres se sorprendieron bastante ante la repentina aparición de Gianna, en un principio parecieron prepararse para una batalla pero entonces cuando vieron que era solo ella se relajaron visiblemente pero seguían viéndose algo desconfiaos.

Las palabras de ella confundieron a un par de ellos aunque por lo que conocías de las miradas de los hombres, ya te estaban examinado completamente mas de lo que fuera necesario para ver si escondías un arma en tus ropas.

“Como llego aquí señorita?” pregunto el mas despabilado y posible lider de ese pequeño grupo. “Esta isla no esta habitada y es peligroso para usted que este sola aquí.” Siguió hablando acercandose a ella tomando su brazo no con fuerza pero adivinabas que si hacias un movimiento raro podria fortalecer su agarre.

Gianna tendía que pensar rápidamente si no quería terminar rápido con aquella historia. Puso cara de tristeza y lo miró lastimosamente.

-No lo sé... Desperté aquí, creo que fui sustraída de mi casa y ahora quisiera volver...

Bueno, si eran guardias seguramente se verían en la obligación de ayudarla.

-Mi casa estará muy agradecida con vosotros.

Esperaba que Ignacio estuviera listo para cualquier movimiento que hubiera que hacer.

A pesar de lo extraño de la historia los guardias no tenian forma de comprobar la falsedad de esta y se miraban entre ellos como si pensaran como responder. Para suerte de Gianna el supuesto lider libero su brazo dejandole mas libertad.

“El problema es que nos encontramos trabajando ahora mismo...” Comento de nuevo el lider. “Creame que la llevaremos a su casa cuando podamos, pero hay otras…” continuo hablando pero fue interrumpido por uno de ellos que hace tiempo la miraba de una forma menos que elegante.

Entonces se reunieron en un pequeño circulo algo alejado de ella pero de vez en cuando mirandola para comprobar que seguía presente. Fue tras terminar que el lider se volvio algo mas serio o al menos se encontraba fingiéndolo mientras los otros sonreian. “Dígame cual es su casa? Por favor le pido que no nos engañe que aunque se trate de alguien humilde la ayudaremos.” Pregunto con un interes que parecia cambiado al de antes como si algo hubiera generado que guardara calma en su mision.

Gianna sabìa perfectamente que aquellos hombres estaban en algo y que si ella no se apuraba a decir un nombre, seguramente terminarìa metida en un buen problema, pero por curioso que fuera, confiaba en Ignacio y esperaba que llegado el momento no sòlo la sacara de allì, sino que no se viera comprometida en algo.

-Lo sè y lo siento mucho, no ha sido mi intenciòn entorpecer vuestro trabajo, se los prometo.

Al menos la habìan soltado pero ella no querìa correr, querìa quedarse y ver què sucedìa.

-Mi casa es Scarpati y espero volver pronto a ella; sè que estàn trabajando asì que esperarè el tiempo que sea necesario para no entorpecer sus nobles tareas.

Mirò a su alrededor, no sabìa dònde estaba Ignacio pero deseaba que apareciera pronto.

La respuesta final de Gianna, parecio extrañamente desilusionar a los guardias que sonreian antes. Mientras el lider negaba con su cabeza como si se sacara un pensamiento de su mente.

Pero antes que pudiera hablar otro de los guardias intervino. “Seguro que terminaste aquí luego de una de tus fiestas, cierto?” pregunto con cierto sarcasmo en su voz. “Que este saca no puede ser una confidencia, todos saben que tienes amantes. Acaso estas con uno de ellos aquí a la noche?” pregunto aunque por su tono parecia que él ya tenia una respuesta a su propia pregunta.

Tras estas palabras esperabas la presencia de Ignacio pero este aun no aparecía a pesar de lo impertinente que parecia uno de los guardias. Acaso seguia probándola jugando con ella o simplemente se habia ido a sus negocios, eso ella no lo sabia. “De cualquier forma como sabemos que no mientes y te haces pasar por una noble?”

Gianna habi sido muy estúpida al meterse en eso pero con o sin Ignacio tenía que salir de aquel embrollo.

-Para ser un simple guardia sabes demasiado de mis fiestas y nos costumbres... Espero que no tengas que tratarte tus palabras.

Empezaba a ponerse de mal humor.

-Soy Gianna Scarpati y no estoy aquí con ningún amante. No tengo como prpbarlo aquí pero si me conducen a mi casa cualquiera se los dirá. Si no pueden y están aquí por alguna razón, vayan y yo encontraré la manera de llegar, claro que por la mañana, tendré que ir a donde corresponda e informar de este infortunado encuentro.

La mujer comenzó a quitarse las ropas, las más pesadas, iba a nadar o lo que fuera pero no iba a dejar que tanto esos idiotas como Ignacio, siguiera jugando con ella.

-Gracias por su benevolente ayuda.

Dicho eso se lanzó al agua, sabía nadar, lo malo sería perderse pero ya estaba jugada.

“Todos conoces las fiestas de Lady Scarpati. Es de lo que hablamos de vez en cuando imaginando que cosas hacen los nobles en esas fiestas descontroladas.” Respondió el guardia que al menos le confirmaba que nunca había estado ahí y su conocimiento era más bien superficial y basado en rumores.

Los hombres se quedaron escuchando las demas palabras de Gianna, el lider pareciendo algo preocupado por las advertencias que ella les daba mientras los otros dos por el contrario parecian de tan mal humor como ella. A pesar de ello los tres le permitieron sacarse algo de su ropa y moverse a través de ellos hacia el agua.

Pero finalmente uno de ellos adivinando lo que iba a hacer, la tomo del hombro con fuerza. “¿quien te dijo que podias irte mujerzuela?” pregunto dejando cualquier delicadeza de lado.

Tras esa pregunta parecia que cualquier plan de Gianna no se realizaria como ella queria sino como los hombres deseaban pero eso no fue algo que duro demasiado. Sin dejarse oir notaste al Giovanni acercandose rapidamente.

Pronto estuvo junto a uno de los soldados y sin ningun tipo de reserva tiro de él para que este lo mirara de frente antes de darle un fuerte puñetazo en la cara. Tras dejar caer al suelo al primero fue por el segundo, quien en un principio habia liderado ese pequeño grupo, y lo patio en el estomago antes que él pudiera sacar su espada.

Tras unos cortos segundo solo quedaba un guardia que la habia tomado, aunque viendo como iba la pelea la manipulo para tirarsela a Ignacio y usar el momento para correr. Ignacio no dudo en recibirla sonriendo con cierta confianza y dandole un corto beso en los labios antes de apartarla, el hombre no llego lejos ya que Ignacio sacando un gran cuchillo en su cinturón se lo tiro en la espalda.

Cuando el guardia callo él fue a buscar su cuchillo ensangrentado para volver con ella. “Siento la demora…te hicieron daño?”