Partida Rol por web

-Lamento oír que vuestras historias no son compatibles y también lamento que haya tantas rencillas entre los vuestros. Aunque, ahora que lo mencionas… nunca me has dicho de que clan eres, amor mío – Le respondió con curiosidad, dándose cuenta de que realmente sabía muy poco de él a ese respecto.

No obstante, cuando Konrad le hizo recordar detalles para darse cuenta de que Theo no había sido convertido en un Vampiro, la jovencita se sintió aliviada, aunque pronto nuevas preguntas se forjaron en su cabecita – ¿Ella sabe que yo soy vuestra… ghoul? – formuló sintiéndose algo extraña al usar aquella palabra para sí misma - ¿Qué creéis entonces que la ha sucedido a la memoria de mi hermano? ¿Algo como lo que me hizo el príncipe? – Dijo entre imperceptibles susurros para que nadie escuchara aquello.

Por último, y al ver que la dama griega podía sentirse desatendida, Leonor le dio un beso en la mejilla a su Domitor antes de decir – Voy a hacerle compañía a la hermosa dama. Ojalá pudierais acercaros a Theo, aunque no se si será posible.

“Gracias mi lady…” respondió dispuesto a decir más pero la repentina cercanía de Gianna lo detuvo. Ella podía sentirlo dando una rápida bocanada de aire por la sorpresa y poniéndose colorado al sentir el rozamiento de sus labios.

Quedo callado ante la pregunta, no se sabia bien si era porque la estaba pensando o simplemente porque no quería responderle a esa pregunta tan directa. El tiempo transcurrió pero finalmente recibió una respuesta. “Cosas que no se podrían hacer aquí, en frente de tantos invitados.”

Los ojos del joven se fijaron en Gianna, solo corriéndose cuando ella nombro a su señora. El final de sus palabras lo habían dejado de nuevo callado, pero no por tanto tiempo como antes. “Yo en verdad soy alguien muy curioso…y me gustaría conocerte.” respondio con una media sonrisa, tratando de sonar algo mas confiado pero sin duda no era como gianna. “Pero si prefieres entonces podríamos hablar de otra cosa. Incluso podríamos empezar la cena si asi lo deseas y me puede como es que terminaron encontrándome en el barco de mi señora.” Consulto de buena gana curioso por algo que aun no habia entendido como ocurrio.

La miro un buen rato y se le quedo pensando como si tratara de hacer memoria. “Es extraño creía que te habia dicho, perdón por la falta. Mi clan es uno antiguo y noble, es el clan del dragon el clan Tzimisce.” Le respondio un susurro mucho mas bajo y acercándose a su oído.

“¿Porque piensas que lo debería saber?” pregunto confundido de porque ella llegaría a esa conclusión a menos claro que habría pensando que ya lo habia descubierto a èl. “Es posible o mejor dicho lo mas probable. Será fácil descubrir si es asi.” Le fue respondiendo con mayor confianza con cada palabra.

El hombre sonrio al beso y escucho atento también fijándose en la mujer. “Me acercare a èl, ten cuidado.” Le susurro antes de separarse de ella y yendo donde estaba Gianna.

Gianna sonrió, eran un muchacho agradable y el hermano de Leonor, porque aunque no lo aceptara, se notaba la inocencia en ellos.

-Si, las cosas que hago cuando estoy a solas con un hombre pueden ser muy incómodas.

Al menos para los demás y tal vez a eso se refería el chico, no quiso seguir haciéndole ver que prácticamente le había dicho que a solas con ella se sentiría incómodo.

-Creo que puedo decir que las puertas de mi casa están abiertas para ti, siempre hay cosas ricas que tomar o beber por aquí.

Era sólo una cordialidad aquella invitación pues sabía que probablemente él no aceptaría.

-¿Tienes hambre?

Se apartó lentamente, no sin pesar pero Gianna sabía que aquel no era como el médico o como su prometido, era un muchacho con un corazón enorme y ella por primera vez temía estropearlo. Le quitó la Copa de la mano y la puso a un costado junto con la suya para luego señalar en dirección a la mesa.

-Claro que puedo contártelo mientras comemos.

Leonor escuchó el nombre de clan que le daba su Domitor sin tener la menor idea de qué implicaba aquello. No obstante lo memorizó como siempre hacía y lo guardó en un rinconcito de su cabeza, para poder aprender más sobre ello en un futuro próximo. El clan dragón le sonaba a cuentos que le habían narrado de pequeña sobre criaturas mágicas que volaban, aunque también era una de las interpretaciones del demonio en la biblia, por lo que no tenía nada claro a qué se debía aquel apodo.

-Bueno… no sabía si le habías dicho que estoy contigo y lo que hago en tu vida, por eso preguntaba – Le respondió tranquilamente, viendo su razonamiento como algo lógico teniendo en cuenta que ambos vampiros se habían identificado como tales.

-Espero que tengas razón y que sea fácil descubrir si ha sido así – Le susurró justo antes de sonreír con ternura ante en aviso de su amor. – Tendré cuidado, te lo prometo.

Una vez dicho eso, se acercó a la hermosa dama haciéndole una respetuosa inclinación de cabeza antes de decirle – Espero que estéis pasando una hermosa velada, mi lady. Me alegro mucho de que aceptarais la invitación de Lady Gianna. Es un honor poder compartir esta bonita noche con vos.

El joven suspiro ante la respuesta de ella. “No lo desea en esa forma, solo decía que no es algo que…podríamos hacer ahora.” Comento tratando de rectificar sus palabras rápidamente tal vez percibiendo algunos de los pensamientos de ella. Asintio sonriendo ante la propuesta de recibirlo cuando quisiera.

“Si me invita, podemos ir a la mesa.” Respondio dejándose quitar la copa como ella quería y siguiéndola en dirección a la mesa.

En el camino se encontraron con Konrad, que sonrio a ambos pero se quedo viendo fijo por un momento a Elio antes de acompañarlos a ambas hasta la mesa. “Los acompaño, si quieren también puedo unirme a su charla con tan interesante mujer.”

La dama tardo un tiempo en contestarle mirándola con curiosidad y una sonrisa. “La estoy pasando bien, haciendo memorias con tu compañero. Es un hombre bastante educado.” Comento sonriendo amistosamente y por primera vez en la velada dándole su atension a Leonor.

“Lady Gianna me dijo en el barco que no podría decir que no y la verdad es cierto. No seria educado y además creo que podría ayudarle a usted tener una charla con Elio…” comento con su mirada fija en ella, tomando algo de su copa antes de seguir hablando. “Tal vez le ayude a entender que lamentablemente no se trata del hermano que perdió, sino de otra pobre alma que se habría podrido en esta ciudad si no lo hubiera ayudado.” Aclaro con cierto orgullo.

“Digame Lady Leonor que opina de èl. De mujer a mujer.” Pidió.

La damita no supo discernir si la sonrisa que le mostraba Lady Soiledis era sincera, o simplemente la miraba de forma despectiva. No obstante, decidió mostrarse tal y como era ante ella, puesto que Gianna tenía razón en muchas cosas que le había dicho en su cuarto no hacía mucho: Esa dama era hermosa y poderosa, pero ella también era especial, y no estaba dispuesta a sentirse diminuta en su presencia.

Tenía la intención de tratar de conocerla, puesto que no debía ser tan mala si algo había visto en su hermano, ya que parecía que le estaba cuidando muy bien a juzgar por las apariencias. No podía negar que Theo seguramente se encontraba mucho mejor que si hubiera seguido en la calle, por lo que se dijo a sí misma que le daría el beneficio de la duda a la hermosa y fría mujer que la estudiaba mientras hablaban.

-Espero que también hayáis decidido venir para pasar una bonita velada y no solo por etiqueta, bella Hypatia. – Le respondió sonriente – Os agradezco enormemente que hayáis ayudado a Elio. Puede que no sea mi hermano, pero verle a vuestro lado me ha devuelto parte de la alegría perdida y me ha hecho volver a tener esperanzas para no rendirme en mi búsqueda. – Respondió algo soñadora y de forma natural, como si estuviera hablando con una amiga en lugar de con la dama que podía arrebatarle a su ser más querido en un abrir y cerrar de ojos.

No obstante, cuando le preguntó qué era lo que opinaba de mujer a mujer, Leonor no pudo evitar mirarla desconcertada primeramente, para luego ponerse terriblemente colorada – ¿Yo? Bu..bueno, os confieso que el hecho de que se parezca tanto a Theo descarta cualquier opinión como mujer que pudiera llegar a tener, pero os diré que, además de guapo, es atento, dulce y divertido, y si vos permanecierais más tiempo en Venecia y lo permitierais, me encantaría poder conocerle mejor. – Afirmó con sinceridad, mirándola directamente con sus penetrantes ojos azules.

-¿Y que me decís de vos? Desearía descubrir algo sobre vuestra historia e intentar eliminar los malos recuerdos que podáis haber tenido. Lo cierto es que esta ciudad encierra magia en sí misma que me encantaría enseñaros algún día si os gusta la aventura… aunque lamentablemente también hospeda demasiados prejuicios y rencor. ¡Podríamos obviar esa parte para que os enseñara todo lo bello de mi ciudad, aunque solo fuera por un día! ¡Y podría contaros mil historias que os harán sonreir! ¿Qué me decís? – Le preguntó emocionada por unos segundos al recordar los hermosos y recónditos lugares que tan solo unos pocos afortunados había contemplado.

Nego con la cabeza. “No, por supuesto que no vine solo por etiqueta. Aunque le paresca raro no he sido invitada a muchas casas importante en esta ciudad.” Confeso sonriendo como si no le importara eso ultimo pero su mirada parecía encenderse un poco al mirarla a ella. “No tiene que agradecer y tampoco debe rendirse en la búsqueda de su hermano ya que estoy segura que lo encontrara en algun momento.” Le dijo dándole un liguero golpe con su copa a la de Leonor, como si fuera un brindis de suerte en su búsqueda.

Una sonrisa lobuna apareció sin disimulación en el rostro de Hypatia al ver tu gesto, al parecer su pedido habia logrado lo que quería. Escucho las palabras de Leonor pero por su futura respuesta parecio engancharse solo con ciertas palabras. “Es todo eso y mas. Incluso me ama de una forma muy dulce que no podría comparar con otros hombres.” Admitió dándole una mirada a Theo notándolo cercano a gianna y dándole una seña a Leonor para que también lo vea. “Es por eso que me costaría mucho dejarlo a solo con otras mujer, no porque no confie en èl pero…” dejo sin decir las siguientes palabras dejándolas a la imaginación de la joven, contrarrestando la mirada azul penetrante mirada con una que la griega parecía tener practicada para imponerse en sus idea.

“Me invitas a una salida? Debo confesar que me tomas por sorpresa.” Decía viéndose sorprendida o al menos fingiéndolo muy bien. “La verdad sea dicha, nunca vi esta ciudad como una mágica. Sino como una ciudad de comerciantes, que gastan horas obteniendo dinero o fabricando leyes que le ayuden a tener mas dinero extranjero. Hecha con un diseño espontaneo sin pensar en un futuro como los arquitectos de otras tierras. Ademas que sus ultimas adquisiciones, como los caballos de su basilica, han sido robados de mis tierras. Por lo que estas segura que me puedes mostrar algo que valga la pena ver?” pregunto su humor bajando bastante de las sonrisas que antes daba con facilidad a ella. Aunque a pesar de las duras palabras que dijo sentias que se habia guardado mucho de su opinion de esta ciudad.

La anfitriona sonrió al inocente joven y cuando iba a decir algo apareció Konrad. Se dio cuenta que estaba de más en esa cena pero no dijo nada.

-Siempre es un placer conversar con mis invitados.

Les hizo una cena para que fueran a tomar sus asientos y cedió su sitio a su tío por ser la persona de mayor edad ahí, ella ocupó un lado a la izquierda del viejo.

-Cuando las damas lo deseen podríamos empezar a cenar.

Ya todo estaba dispuesto pero no quería ser descortes.

Junto a ella se sentó Theo, Konrad siguiendo al joven pero sin sentarse permaneciendo parado como si no estuviera decidido en qué lugar sentarse o tal vez cuando se debía integral a la conversación.

Son darle mucha importancia a eso, Elio continúo su charla con ella. “Entonces que piensas de la pregunta que te hice antes. Como fue que terminaron con mi señora buscando al hermano de Leonor?” pregunto de nuevo a pesar que Gianna habia elegido antes ignorarlo.

De los demás solo el sacerdote se acerco colocándose frente a Gianna, sonriéndole amistosamente. Mientras la griega se quedo esperando a que la joven le respondiera para acercarse a la mesa.

-Si no os han invitado ellos se pierden vuestra compañía. Tampoco es que muchos nobles merezcan la pena. – Le respondió con naturalidad, mirando en dirección a Gianna con cariño, sabiendo que su amiga era totalmente diferente a la gran mayoría de los nobles pomposos que había conocido en su vida.

El brindis por su victoria la pilló por sorpresa, pero no por ello dejó de corresponderla, brindando a su vez al tiempo que decía – Espero que tengáis razón. Ha pasado bastante tiempo ya, pero vuestras palabras me ayudan a no perder la fe.

Tras ello, escuchó atentamente las afirmaciones sobre Theo, dándose cuenta de que Hypatia realmente sentía algo muy especial por él y que su hermano no era un mero juguete de usar y tirar como podría haber temido en un principio. Aquello la reconfortó puesto que, si al final no podía recuperarle, al menos le quedaría el consuelo de que sería amado y se encontraría bien. – Entiendo… se nota que os admira muchísimo y ahora veo que su cariño es correspondido. Ambos sois afortunados. – Le susurró dulcemente, empatizando con la dama a pesar de las circunstancias en las que se encontraban.

-¡Claro que os invito! Venecia es hermosa en muchos aspectos, pero la gran mayor parte de ellos están ocultos para los ojos que no saben mirar. Eso incluye a los comerciantes que mencionáis y que lamentablemente pueblan no solo Venecia, sino la mayor parte del mundo, buscando no solo dinero extranjero, sino tratando de expoliar a sus propios hermanos. Venecia es cuna de artes innovadoras y de ciencias modernas, y a veces es difícil entender parte de las ideas que promueve, pero es uno de los pocos lugares neutrales donde no se castiga directamente el cambio, por lo que aún se puede caminar con la barbilla bien alta, sin demasiado temor a ciertos prejuicios. – Respondió intentando que considerara su ciudad desde otro ángulo muy distinto. – Estoy dispuesta a arriesgarme con vos y creo que puedo enseñaros cierta belleza que merece la pena, independientemente de las atrocidades del hombre… Solo si me dejáis, claro. – Afirmó finalmente justo antes de guiñarle un ojo, tratando de conseguir que volviera a sonreír.

– Pero no hagamos esperar a nuestra anfitriona, estoy segura de que podremos conocernos mejor más adelante. Sois alguien interesante, lady Hypatia – Finalizó tras darle un espontáneo beso en la mejilla antes de dirigirse a la mesa y sentarse donde le indicara Gianna.

La respuesta de Leonor ante la confesión de la situación entre ella y Elio, pareció sorprenderla un poco aunque también la dejo algo perdida. De cualquier forma volvió a colocarse de buena manera para continuar. “Es cierto somos muy afortunados, por eso supongo que entiende porque Elio no puede andar en solitario por esta ciudad.” Dijo en un tono bastante protector y marcando tal vez algo que se había perdido en su anterior comentario.

Pero si las anteriores palabras de Leonor la habían sorprendido, las siguientes la dejaron desconcertada e hicieron que por curiosidad no la interrumpiera mientras trataba de convencerla a ella sobre las bondades de esta ciudad. Sin embargo también notabas una molestia creciente en ella mientras procedías.

“Se nota que eres una veneciana y una italiana, solo ustedes podrían describir a un par de maderos sobre el agua como algo magnifico…” comento sin esconder cierto desprecio que tenia a la ciudad, sin embargo la sonrisa que tanto buscaba la pequeña volvió a aparecer en el hermoso rostro de la griega. “Igual tienes razon en un par de cosas que dices, aunque otras cosas debería comprobarlas con mi propia vista para darte la razon. Asi que por el momento deberías ponerte a pensar donde llevarme.” Comento pareciendo aceptar la invitación.

“Gracias.” Dijo al tiempo que la esquivaba y ponía su copa frente al beso de Leonor evitando que tocara su piel. “Aunque no te tomes mucha confianza…jovencita.” Declaro mientras la seguía hacia la mesa sentándose junto a ella. Del otro lado enfrente se sento Konrad junto a Gianna y a Elio.

Leonor había decidido ser ella misma, puesto que tampoco tenía demasiado que perder. Prefería mil veces mostrar su verdadero yo al intentar recuperar a su hermano, que fingir ser alguien que no era y perderlo por ello. Por esa razón no perdió la esperanza ante el recordatorio de la griega sobre que no pensaba dejar solo a Elio por las calles.

Además, la conversación con Hypatia estaba siendo más amena de lo que hubiera cabido esperar. A ella le encantaba una buena charla, y la dama parecía alguien difícil de convencer, pero a su vez accesible, cosa que no hubiera imaginado en un principio.

-Jajaja, si que soy Italiana, pero aun así no pienso que Venecia sea la mejor ciudad del mundo, sino más bien que todos los lugares tienen algo que les hace únicos y especiales, con las gentes que los habitan y con sus diversas construcciones arquitectónicas... aunque se trate tan solo de un par de maderos. – Respondió animadamente, con un guiño ante la descripción de la dama.

-Realmente no tengo que pensar donde llevaros, puesto que tengo una idea bastante clara. Tan solo espero que a vos os guste, puesto que quizá ello os haga querer regresar algún día… cosa que me encantaría. – Le confesó, sin darse cuenta de que realmente lo decía en serio y que aquella mujer le gustaba de verdad.

El hecho de que esquivara su beso, tan solo incrementó la sonrisa de la pelirroja. Lady Soiledis podía ser fría y directa, pero Leonor encontraba bastante refrescante que no fuera una hipócrita como muchos nobles que había conocido… eso, teniendo en cuenta que además era una cainita que no la miraba como un insecto, hacían que la huérfana la respetara bastante. – Bueno… espero ganarme vuestra confianza entonces – Le respondió tras sentarse en la mesa y mirarla con alegría.

A Gianna le sorprendió que Elio insistiera con aquel tema porque si no era el hermano, no tenía mucho sentido saber eso pero lo dejó pasar.

-Bueno, un amigo nos dijo que había visto a alguien parecido al hermano de mi amiga en el muelle y con una hermosa señora, sólo tuvimos que buscar un poco pero como ya sabes, no sirvió de nada.

Le sonrió con amabilidad.

-Realmente ya no tiene nada de importancia.

Sus ojos fueron a las dos mujeres que más debían importarle a aquel joven muchacho.

-Tal vez Leonor pueda contarte más sobre eso.

Y así lo creía de verdad.

El hombre se vio interesado por la información que daba ella, aunque no fuera la mas exacta posible. “Pero quiero escucharlo de ti, lady Gianna. Ella parece estar a gusto con mi señora y yo lo estoy contigo.” Le aseguro con una sonrisa calida y amistosa, sus ojos no yéndose de ella.

“Si no tiene importancia, tal vez quieras que hablemos de algo mas. Yo lo siento si insisti con esto pero quería saber quien hizo este lio que por suerte no termino tan mal.” comento yendo por su copa de vino y disponiéndola para un brindis.

Entonces se acerco a ella sin dejar de sonreir pero claramente queriendo guardar en algo de secreto lo que conversaría. “Si dije algo malo me disculpo. Mi señora me enseño algunas cosas, pero creo que sigo diciendo cosas tontas con damas tan lindas.” Expreso en su oído con genuino arrepentimiento.

“Un comentario bastante extraño de parte de una italiana, posees bastante mas humildad de lo que esperaba Lady Leonor.” Comento la griega siendo bastante sincera como Leonor tal vez esperaba aunque no por eso menos ofensiva en sus palabras. “Me llama la atención igual que hables de esa manera, acaso eres una gran viajera?” pregunto curiosa no por el hecho en si sino para averiguar porque de su rara opinión.

Sonrio divertida ante su confesión recobrando de apoco su compostura. La idea de volver parecía volverse por su cabeza en ese pequeño momento, aunque termino negando. “Podrías mostrarme algo que me guste de esta ciudad, aunque lo dudo realmente. Pero aun asi no se si eso conseguiría hacerme volver tanto como quieres. Necesitaría tal vez una razon mas fuerte para hacerlo.” Confeso ella esta vez buscando con su mirada algo mas de la joven.

“Buena suerte.” Le deseo no con total sinceridad, pero poco importaba ya que al sentarse junto a ella igual le daba la oportunidad.

Gianna comenzò a relajarse, màs que nada por el vino, porque la verdad era que todo aquel asunto parecìa escapar a su entendimiento. Desde la presencia de algunas personas allì como el sacerdote o lo que sea que fuera aquel hombre y el de su tìo mismo pero tampoco querìa entender nada. Buscò por todo el recinto a Bastien, querìa esa mirada conciliadora que sòlo ese hombre era capaz de brindarle; Gianna lo pensò un momento y se lamentò de que Bastien no fuera un noble, ese serìa el hombre ideal para casarse, el ùnico que la amaba realmente pero bueno, las cosas eran como eran y volviò a mirar a Elio, la verdad es que era una vista muy agradable.

-Para nada me molesta hablar contigo de lo que quieras, querido...-lo miraba a los ojos.-Un amigo mìo del teatro, nos llevò hasta este hombre que decìa conocer todo de los venecianos y de la gente importante que està en la ciudad, sea de paso o por algunos meses, entre ellos tu señora.

La noble se preguntaba si Elio serìa amante de Hypatia, por un lado ella no se lo pensarìa si tuviera a Elio entre sus filas y por otro, esa mujer no parecìa ser de esas recatadas y reprimidas pero no podìa o no querìa preguntarlo en ese momento, despuès de todo, si asì fuera, èl no se atreverìa al ligero y timido coqueteo que le dedicaba a ella. Aprovechando el sitio en que habìan quedado, Gianna estirò una mano hasta la pierna de Elio y acariciò sutilmente el muslo como si fuera una caricia en el brazo y del todo inocente, aunque en realidad no lo fuese.

-Yo dudo mucho que digas cosas tontas... De hecho me parece que te guardas cosas y no està mal, no tengo nada que disculparte, por el contrario, agradezco que estès haciendo de esta velada algo mucho màs interesante para mì... A menos que te moleste, claro.

La joven mujer dijo eso justo en el momento en que su delicada palma se abriò sobando màs del muslo del joven e incluso bajando un poco màs, era casi como refirièndose a eso pero antes que pudiera responder, un sirviente se acercò a preguntarles si deseaban algo en ese momento. Gianna casi se echa a reìr, claro que ella sì deseaba algo màs pero dejò que fuera Elio quien respondiera.

La jovencita continuó de buen humor ante las preguntas de la dama, incluso agradeciendo que cuestionara sus palabras, puesto que eso la hacía más interesante aún – ¿Yo? No no, aunque me encantaría poder viajar y contemplar otras hermosas ciudades. ¿Sabéis? Yo adoro leer, ya que los libros pueden transportarme a bellos lugares a pesar de no haberlos visto nunca y también me hacen cuestionar pensamientos que mucha gente considera hechos… Es bueno cuestionar lo que uno cree desde un principio, para poder crecer un poco más como persona – Le respondió entusiasmada, ante la pregunta de si era una viajera, y pensando para sus adentros que su humildad quizá se debía a su procedencia pobre, o realmente era porque su hermano le había enseñado muy bien.

Cuando Hypatia le dijo que necesitaría una razón más fuerte para querer volver, Leonor la estudió unos instantes, escudriñándola de nuevo con sus hermosos ojos azules antes de encogerse de hombros al afirmar – Bueno, en ese caso tendremos que encontrar dicha razón… una buena amistad quizá. – Le sugirió, añadiendo dicha posibilidad y deseando realmente volver a ver a la dama en un futuro.

Entonces, todos se sentaron a la mesa y Leonor sonrió al haber terminado sentada junto a la griega. Se sentía cómoda a su lado, cosa que jamás hubiera creído posible. Incluso pensó en volver a intentar besarla en la mejilla como revancha por no habérselo permitido antes, aunque se contuvo para no incomodarla, totalmente ajena a lo que estaba ocurriendo al otro lado de la mesa entre Gianna y su hermano.

Bastien no estaba cerca de la mirada de la noble, un arreglo que no sabias quien había hecho pero imaginabas que una buena razón para ello eran los soldados que había traído la griega. De cualquier modo presentías que volvería ni bien tuviera arreglado el problemita.

Elio juntaba su mirada con la de ella, con unos ojos distintos a los de Leonor ahora que lo tenia tan cerca de ella. Con un marrón que en otras personas se veria como sosos, pero en èl parecían complementar con su rostro y actitud envalentonada a pesar de que se guardaba ciertas cosas para èl.  “Ya veo un hombre bastante informado por lo que suena, tal vez podríamos hablar de èl…” comenzó a decir pareciendo concentrado en el tema al menos hasta que sintió los toques de ella debajo de la mesa.

En principio el toque solo hizo detener las palabras del hombre, pero no por eso hizo que se apartara dejando la pierna al merced de la dueña de la caza mientras el hombre miraba con atención el rostro de Gianna tal vez tratando de adivinar su próxima idea.

“No me molesta nada de lo que hace mi lady.” Contesto autorizando si era necesario el movimiento de ella. Al sentir la mano de ella bajar Elio fue también con su mano abajo, apoyándola arriba de la de ella y acariciándola. “Me alegra que sea vuelva mas interesante nuestra velada, lo menos que quiero que se aburra en su casa y con nuestra presencia.”

Entonces parecio que diría algo mas pero el sirviente termino callándolo y generando un suspiro de impaciencia en èl. Mientras su mano seguía junto a la de ella pidió la comida que habían preparado los cocineros de Gianna junto con algo más de vino dulce. Fue tras quedar de nuevo supuestamente solos que volvió a concentrarse en ella.

“A veces guardo cosas en mi pero solo por temas de etiqueta. Aunque no pretendo detenerla ahora mismo solo que tampoco deberíamos quedarnos callados o alguno sospecharía.” Decía con una media sonrisa divertida.