Partida Rol por web

La mujer se encontraba examinando cuidadosamente a Leonor mientras habla, no creyéndose lo que escuchaba de parte de ella. Posiblemente tampoco se esperaba que terminaran hablando de algo así con ella.

“Así que todo lo que conoces es por los libros. Lo que no es un mal medio para enterarse de los demás lugares en el mundo y como dices algunos te hacen cuestionar los pensamientos…pero esas cosas no superan a una buena discusión. Creeme que aprenderás mas hablando con la gente que con un libro que generalmente es modificado aun por el mismo autor para que este no sea quemado por la iglesia o por un poder igual de fuerte. Mientras las palabras pueden ser tan desafiantes como uno quiere si esta en el lugar adecuado.” Le devolvió la griga pareciendo concentrada en la conversación que tenían e incluso esperaba una respuesta de Leonor aunque fuera un desafio a sus palabras.

Nego con la cabeza de nuevo. “Lamento decirte que no tienes mi amistad. Como dije antes tendras que esforzarte para ello.” Comento haciendo un gesto con su mano para detenerla con frialdad. Lejos parecía estar de esa amistad aunque habían empezado a intercambiar palabras. “Pero me pregunto si es asi como actuas siempre o te estas esforzando para hacerme sentir comoda jovencita?” pregunto al final como Leonor estando ajena a lo que pasaba con Elio.

Aunque le pareciera extraño a Hypatia, Leonor estaba hablando con el corazón, totalmente ajena a que su interlocutora pudiera pensar que fingía.

-¡Oh si! Tenéis toda la razón. Seguramente nada de lo que pueda leer en un libro supera la experiencia vivida, a pesar de que la narrativa no pueda ser tan rica como la plasmada en escritos y pergaminos. Lamentablemente la única experiencia extranjera, la he tenido intentando hablar con gentes que acuden a Venecia de todos los lugares. Como vos, por ejemplo, y sobre todo con personas que atracan sus barcos en el puerto, principalmente las menos favorecidas, las cuales tienen una visión única sobre lo que han visto en su recorrido por la vida. – Le respondió, recordando todas las historias que había oído de boca de cualquier viajero dispuesto a compartir sus experiencias.

-No me malinterpretéis. No esperaba tener vuestra amistad tan pronto, mi lady. Eso es algo que me tendré que ganar, y espero que entendáis que también será recíproco si se diera el caso. – Afirmó con alegría, dejándole ver que ella tampoco la consideraba su amiga de momento – Pero espero que todo eso cambie porque, de momento, me está gustando mucho lo que veo.

Entonces Hyapatia le preguntó directamente si fingía frente a ella, lo cual hizo que Leonor la mirara fijamente antes de darle una respuesta clara y totalmente sincera. – Jajaja, os aseguro que si estoy actuando así es porque soy yo la que se siente cómoda a vuestro lado… lo cierto es que no pensaba que pasaría, puesto que en un principio creí que seríais como la gran mayor parte de los nobles que conozco.

Gianna se dejò de preguntar por un momento acerca de Bastien, èl siempre sabìa volver a tiempo y a donde ella estaba asì que se concentrò en el chico de ojos marrones que tenìa frente a ella; al parecer, conforme tomaba confianza, dejaba de ser tan ingenuo y eso estaba bastante bien o al menos a ella le parecìa que era asì. Estaba tan cerca de ella que si se acercaba un poco màs podìa comerle la boca de un beso pero Gianna sabìa jugar bien con esas situaciones y esperò pacientemente; màs que nada porque si era el hermano de Leonor, no sabìa còmo le sentarìa a ella que se llevara a su hermano a la cama.

-En Venecia hay muchos hombres informados, la verdad no me acuerdo su nombre pero si es tan importante para ti puedo buscarlo o puedes venir conmigo a hacerlo aunque si no eres Theo, no sè què podrìa decirte pero no tengo problema en hablar de èl o de quièn tù desees o de lo que desees.

Aunque hablaba sòlo para ellos, estaba claro que estaba sucediendo algo entre ellos aunque no fuera tan claro para los demàs que estaban metidos en sus propias conversaciones. Ademàs, la comida habìa empezado a ser servida y se notaba que estaba buena, las copas de vino se rellenaban ni bien sus comensales tenìan algo vacìas èstas, la comida era exquisita y nadie podìa decir que se escatimò en algùn detalle. Asì era todo en casa de Gianna. No importaba eso, no le importaba a ella, sino obtener precisamente la reacciòn que esperaba, tenìa aquel muslo tibio a su merced y no dejò de acariciarlo, especialmente tras sus palabras.

-Entonces tal vez tendrìamos que hacer màs cosas-sintiò la mano de Elio acompañando a la suya y esa fue toda la confirmaciòn que la noble esperaba.-La verdad es que a mì tambièn me alegra que se haya vuelto màs interesante para ambos...Dudo mucho, Elio, que pudiera aburrirme con tu presencia.

Su mano se deslizò un poco màs, mientras con la otra se llevaba algo a la boca, con esa rozaba una parte mucho màs sensible del muchacho pero apenas un poco, dejàndolo sentir lo que realmente podrìa resultar interesante para ambos. La noble no retirò del todo la mano luego de aquel roce pero lo mirò a los ojos y dijo sin importar mucho si alguien la escuchaba o no.

-Te lo demostrarè cuando estemos a solas.

Gianna bebiò de su vino y apretò suavemente el muslo que en ese momento era como una presa, luego lo soltò suavemente pero no parecìa que aquel movimiento fuera definitivo, mientras comìan y conversaban ella aprovechaba para tocarlo, la camisa, la mano, el muslo, no fue màs allà, le divertìa a ella misma el juego de esperar y de ponerlo un tanto ansioso tambièn.

-A menos que tù prefieras otra cosa, Elio.

Desde donde estaba podìa ver a sus dos invitadas charlar animadamente y se alegraba de no haber invitado a su prometido o al doctor, lo estaba pasando bien a pesar de todo.

La respuesta de ella intereso a la griega aunque también parecio decepcionarla en parte a pesar que le estaba dando la razon en su enfoque para conseguir conocimiento.

“Entonces que sabes del lugar de donde vengo, que te han dicho los demás extranjeros y  los mas humildes entre ellos? Me encuentro curiosa y espero que sigas siendo lo suficiente sincera para decírmelo todo.” Comento rápidamente sin ignorar lo que decía ella, pero no encontrando lo que buscaba en las palabras que decía la pequeña.

La noble levanto una ceja ante la devolución de Leonor ante su falta de amistad y especial escuchando ese ultimo comentario. “El problema que tienes que yo no soy de buscar amistades tan rápido, prefiero estar seguro que la persona sea de mucha confianza antes de tratarla de una manera mas amistosa de la que se merece.” Le explicaba sin dejar su tono algo frio pero cautivador que empezó a usar al momento que empezaron a hablar de una posible amistad. “Que es lo que ves que te gusta?”

Se tomo un buen trago de vino antes de seguir hablando, alejando un poco su atension de Leonor para observar a Elio por unos segundos. “Supongo que no has conocido muchos nobles y menos nobles griegos. Yo no soy muy distinta al resto de los nobles, aunque supongo que hablas de los nuevos nobles italianos que lamentablemente parecen crecer…” dijo con lamentación y negando con su cabeza. “Me alegra que seas sincera y no una halagadora compulsiva como parecías.”

“Nunca esta de mas conocer a hombres tan informados, en especialmente informados sobre esta ciudad. De paso seguro le serviría a mi señora.” Comento continuando la conversación que habían tenido aunque era claro que ambos habían pasado a otro tema muy diferente que no involucraba a ese hombre informado.

Elio sonrio ante su afirmación acerca del poco aburrimiento que tendría con èl. Todo eso parecía incentivarlo a el también que de apoco adoptaba una actitud menos timida, aunque seguía restringiéndose como habia afirmado antes.

“Comer algunos bocados y tal vez seguir bebiendo, aunque sea para disimular como la estamos pasando.” Comento aunque sabia que se referia a otras cosas con sus palabras. Pero igualmente copio su accionar comiendo y bebiendo un poco, teniendo cuidado cuando hacia cada una ya que con un simple toque picaro de la mujer Elio no podía evitar temblar y temer que se atragantaría con algunas de las comidas, en especial cuando fue por lugares mas sensibles.

Finalmente la confesión de ella lo saco de la incomodidad un poco, no porque lo rechazara sino porque temiera que la escucharan. “Tienes demasiada confianza…” decía volviendo a sonreírle a ella. Aunque sus palabras quedarían cortas ante los demás toques destinados hacia su cuerpo. “Yo estoy bien. Ya te dije que no me desagrada lo que me haces.” Le confeso en un susurro al oído de ella.

Más allá de lo que se podía pensar, la realidad era que la cena estaba saliendo mucho mejor de lo que Gianna hubiera creído que pasaría y eso estaba bien, las fiestas le gustaban de esa manera y si terminaban con algún encuentro interesante, mucho mejor para ella. Las reacciones de Elio la hacían sonreír, no era maldad, simplemente le resultaba divertido azuzar a un caballero siempre que este respondiera favorablemente a sus avances.

-Bueno, ven a buscarme y podemos visitar a ese hombre pero primero tú y yo. Ya luego le preguntarás si quiere ver a tu señora. Este tipo de hombres son muy reservados con su identidad y si algún día lo necesito, no quiero que me odie por esto, espero que lo entiendas.

A veces Gianna liberaba a Elio de su mano para coger un trozo de pan o su copa pero al poco volvía, estaba segura que más lejos de ellos no se notaba lo que hacía pero quizás Konrad si notara que algo sucedía, de todas maneras eso no la detenía.

-Si no estuviera segura en mi propia casa, no lo estaría en ningún lado. Ojalá eso no te moleste.

La traviesa mano se acercó un poco más a ese límite que habían marcado de alguna manera entre los dos y el roce fue tal que ella pudo sentir más de lo que había venido sintiendo.

-Es verdad, al menos en este momento tenemos que comer. Tendrías que alimentarte bien, así tendrías fuerzas para otras cosas.

Gianna liberó su muslo, con el último movimiento deliberadamente rozó su miembro por encima de la tela pero se levantó con la copa en mano dirigiéndose a todos sus invitados.

-Quiero hacer un brindis por la presencia de todos ustedes aquí esta noche. Tío, gracias por siempre estar a mi lado, aunque tengamos diferencias, sabes que te amo y que te respeto. Konrad, no nos conocemos mucho pero el hecho de que hagáis feliz a mi mejor amiga ya me es suficiente, siempre seréis bienvenido en mi casa. Sacerdote, no entiendo mucho vuestra presencia aquí pero seáis bienvenido. Lady Hypatia, la verdad que celebro que hayáis aceptado venir, después del exabrupto que tuvimos al ir a vuestro barco, deseo de corazón que sirva para limar nuestras asperezas. Elio, la causa por la que en realidad estamos todos aquí, espero que lo paséis bien y que aceptéis nuestras disculpas así como vuestra señora, sois bienvenido las veces que deseéis mientra os encontréis en Venecia... ¡Salud!

Levantó su copa, esperó por todos y luego bebió para volver a sentarse y sobre la mesa tomar la mano de Elio.

-De verdad sois bienvenido cuando lo deseéis y no sólo a mi casa.

Soltó la mano rápidamente, como si se estuviera portando bien y tras algunos minutos, dejando que todo el mundo se recuperara y volviera a sus cosas, posó aquella mano diestra sobre la musculosa pierna acariciándola de arriba a abajo. Si, Gianna podía pasar la noche entera preparando el mejor camino; si no era él, sería Bastien o llamaría al médico o iría en busca de su prometido.

Leonor hizo memoria de todos los libros que había leído y de lo que le habían contado las gentes en diversos lugares antes de responder a la pregunta de lady Soiledis, la cual parecía ponerla a prueba.

-Bueno, los hombres provenientes de Grecia afirman que Venecia lleva demasiado tiempo aprovechándose de la ayuda prestada al emperador Comneno contra los Normandos, y que los privilegios concedidos por defender las posesiones griegas son una exageración. Muchos afirman que la supremacía política, militar y comercial de la republica Veneciana en el Levante es un insulto, y que a pesar de que el Senado está favoreciendo la llegada de todo griego que desee instalarse en Venecia, no les gusta cómo está siendo gestionado ni las infames viviendas que se les concede. – Comento con sinceridad, sin importarle si aquello era una prueba o no.

-Por otro lado, casi todos los venecianos con los que he hablado afirman que la gran mayor parte de los griegos que se instalan en Venecia son marineros y comerciantes, los cuales, al no amar la ciudad, suelen generar disturbios y tratan de expoliar cuanto pueden…. Como veis, hay opiniones para todos los gustos y creo que ambas partes tienen su trocito de verdad. – Indicó, haciéndole ver que entendía varios puntos de vista, y no solamente el que favoreciera a la ciudad que amaba.

No obstante, cuando Hypatia le preguntó directamente qué era lo que le gustaba de ella, la joven pelirroja no dudó ni un instante al constestar.

– Creo sin temor a equivocarme que sois alguien que sabe perfectamente lo que quiere y que no se deja agasajar por nadie. También os gusta una buena conversación fluida, donde podáis compartir diversos puntos de vista incluso si no son los vuestros, sin que eso os moleste ni os preocupe. Como ha quedado claro, no os gusta nada que os piropeen ni que intenten compraros con palabras melosas, todo lo contrario a lo que he visto tanto en los antiguos como en los nuevos nobles italianos… aunque he de decir que si os dije que lucís realmente hermosa es porque así lo pienso. – Finalizó con un guiño ante la descripción de Hypatia sobre ella.

La noble se quedo escuchando con atención, incluso habia indicios de sorpresa y  por los conocimientos que mostraba la joven. Tanto fue eso que la viste dedicarle una mirada rápida a Konrad, encontrándose con el noble sonriendo con algo de orgullo a pesar que se hacia como si no prestara atención a la conversación de ellas.

“Sabes bastante jovencita, mucho mas de lo que se ve en primera vista y eso me agrada. Incluso me sorprendes gratamente como no muchos venecianos han hecho recientemente. Elio también me sorprendió con su conocimiento la primera vez que me lo encontre.” Confeso mirando al joven unos segundos recibiendo la mirada de este con algo de timidez.

“Respecto a lo que dicen los Venecianos son estupideces…” dijo sin bajar en ningun momento su voz, importarle poco quien la escuchaba insultando a la ciudad. “Los griegos que vienen son refugiados, la cuarta cruzada auspiciada por Venecia dejo muy dañada a grecia y vienen lo hacen esperando un lugar mas seguro y justo. Pero bien sabes como terminan esto o lo que opinan de este refugio.” Declaro con frialdad aunque sin impedirle que ella continuara defendiendo a su tierra si lo deseaba.

Aunque su gesto frio fue cambiando mientras escuchaba las razones que tenia Leonor para quererla aunque la habia conocido hace tan poco. Cuando ella termino la noble suspiro y sonrio divertida, mas relajada que en otros momentos. “Te agradezco lo que me dices, te confieso que halagas mucho mejor que otros hombres. Aceptare que me digas hermosa y ese guiño tuyo.” Comento yendo por su copa no para tomar sino para brindar con Gianna que pedia un brindis. “Es muy interesante todo esto y tu en especial jovencita.”

Elio asintió a las palabras de Gianna, comprendiendo bien a lo que ella decía. “Tienes razon, supongo que luego le dire a mi señora que me dé un tiempo para visitar a ese hombre contigo.” Comento haciendo un énfasis en ella como su compañía.

Sentir la mano de ella bajo la mesa de apoco se volvió mas familiar o Elio se fue acostumbrando a esa dulce sensación que resultaba algo toxica en especial cuando notaba alguna mirada de los demás invitados mas atentos. “Para nada, me alegra que seas asi.” Le devolvió el joven rápidamente, sonriendo en gran medida ante el movimiento audas de la noble antes de levantarse para brindar.

Como el resto siguió a Gianna en el brindis tomando su copa y compartiendo el brindis, negando disimuladamente cuando volvia a ser el centro de la atension. Aunque su negativa no era algo que hacia por no querer aceptar la disculpa. “Le agradesco su brindis lady Gianna y también su atencion aunque al final resultara ser para alguien que no se la merece de esa forma.” Su mirada fue a Leonor y a Hypatia. “Es una lastima que este encuentro este algo teñido por la ausencia de una persona querida, pero espero sepan que me he sentido muy bien recibido aquí. Algo que parezco compartir con mi señora.” Dijo sonriéndole a la griega que le devolvió la sonrisa antes de brindar y volver con Leonor. Mientras

Elio tomo la mano que le daba Gianna y descendió con ella de nuevo a sus respectivos asientos. Dejo ir la mano de la noble aunque no se quedó ahí solo recibiendo sus caricias sino que bajo también su mano y empezó a pasarla por la falda de ella copiando sus movimientos. “Muy bien recibido.” Repitió enfocándose en ella.

Pero parecía que no era el único que recibió el mensaje del brindis, frente a ella el sacerdote la miraba fijo luego de tomar su vino tras el brindis.

“Espero no interrumpir…” dijo mirando a ambos como si supiera lo que pasaba entre ellos, incluso haciéndole un gesto al tio de Gianna evitando una intercepción de su parte. “Discúlpeme señor que interrumpa nuestra conversación, pero al parecer no se entendio mi presencia aqui.” Le dijo rápido a su tio.

“Mi querida Lady, si desea saber porque estoy aquí porque no me lo pregunta personalmente. Créame cuando le digo que es por algo que se relaciona con usted y la sagrada institución a la que pertenezco.” Comento mirándola sonriente esperando a que ella preguntara, que pidiera mas información como habia reclamado erróneamente en el brindis.

Gianna no podía estar más divertida en aquel momento, aunque a veces le diera la impresión que Elio prefería mantener aquella situación en pausa, ella ya conocía esas sensaciones: finjo interés, así no me molestas de más. Bueno, al menos esa noche iba a tener que soportar los embates de la dama.

-Será mi placer acompañarte.

Suponía que el hombrecito realmente no tenía intenciones de encontrarse con el informante pero daba igual para ella. Sintió su mano moverse y rozar la tela de su falda, era algo difícil que llegara más lejos pero eso le decía a la noble que el muchacho al menos tenía agallas.

-Se que no era necesaria esta bienvenida pero no lo hice como una formalidad, Elio, lo hice porque quise y porque...

Ella dejó de mover la mano en el muslo del muchacho, fijó su rostro en el sacerdote, claro, tenía la soberbia de los hombres de Dios y debió esperarse aquello.

-Tuvo, mi señor, al menos una oportunidad de decírmelo y a menos que fuera la situación de mi casa para con la Iglesia, creo que no lo hizo-puso ambas manos sobre la mesa sin dejar de mirarlo.-Pero ya que habéis decidido llamar la atención de toda nuestra mesa y hacerlo público, bueno, estoy esperando que me digáis cuál es el motivo que os trajo hasta mí... Imagino que no es muy importante puesto que habriais solicitado una audiencia de ser así.

A veces Gianna tenía ganas de dar rienda suelta a su impulsividad y mandar a todos al diablo, pero la gente que se saltaba las reglas tenía con ella siempre una oportunidad. Apuró lo que tenía en su copa y esperó pacientemente la respuesta del invitado de Hypatia.

Elio se habia quedo esperando la respuesta de Gianna pero al ver que ella se concentraba en el sacerdote, se quedo callado aunque su mano volvió a moverse esta vez deslizándose a un costado de ella y terminando en su espalda sin elevarse mucho por ella pero dejando que la noble sintiera sus dedos.

Mientras el sacerdote escucho todo lo que decía la mujer, esperando pacientemente y mostrando una calma habitual de la iglesia a pesar de las provocaciones que recibía de Gianna.

“La verdad es que pensaba en la mejor manera de entregarle una noticia que no es del todo…buena. Pero supongo que es mejor decirlo de una vez para no tenerla esperando.” Dijo aunque termino aguardando unos segundos en silencio antes de decirle. “Yo he visitado la basilica de la ciudad y he preguntado por ti, no porque mi señora me lo pidiera sino por propia voluntad ya que estaba curioso luego de su visita al barco….” Fue explicando cortando la comida que tenia enfrente y preparándose la para comer, de paso mientras lo hacia tenia su mirada puesta en su plato. “No fueron cosas agradables las que escuche de esos señores y por eso te pregunte antes tu relación con ellos, ya que no parecen estar muy de acuerdo con tu forma de vida o con tu irresponsabilidad.”

Dicho eso levanto la mirada viendo tanto a ella como Elio, con cierta seriedad pero sin impedirle que empezara a comer.

La jovencita brindó alegremente cuando Gianna alzó la copa y les dedicó sus mejores palabras. Realmente adoraba a eso mujer, y la forma tan elegante que siempre mostraba. Era una belleza deslumbrante y auténtica que siempre lucía esplendorosa y a la cual no le importaba demasiado la opinión de aquellos a los que no consideraba sus amigos de confianza. Además de ser la persona que había conseguido reunir a personas tan dispares en esta noche tan especial.

Cuando el brindis terminó , lady Soiledis continuó dialogando con ella, lo cual estaba empezando a animarla bastante al darse cuenta de que podía debatir por primera vez sin que la miraran por encima del hombro o con condescendencia por ser humana y, además, mujer – Os agradezco el cumplido. He de decir que, por lo poco que he hablado con Elio, también me ha parecido alguien informado y culto – Respondió, guardándose para sí que la mayor parte de lo que ella sabía era gracias a su hermano.

-Pero tenéis que reconocer que los extranjeros, y en especial los refugiados de cualquier ciudad que terminan echando raíces, no siempre consideran su nuevo hogar como propio, y eso puede llegar a generar comportamientos delictivos. Estoy segura de que Creta también posee refugiados de otras tierras, y el trato que reciben seguramente no es tan bueno como si se tratara de naturales de Grecia. Os aseguro que no justifico ni a unos ni a otros, pero puedo llegar a comprender la raíz del conflicto independientemente de que piense que habría que poner remedio a este problema de una forma muy diferente, que seguramente no agradase a nuestros respectivos gobernantes. – Afirmó, disfrutando de la conversación y sonriendo encantada ante las últimas palabras que le dedicó Hypatia.

No obstante, hasta ella, que se encontraba embelesada con la conversación, no pudo evitar notar la tirantez que acababa de forjarse entre Gianna y el sacerdote, el cual acababa de decir abiertamente delante de todos en la mesa, lo que opinaba la iglesia sobre las acciones de su amiga.

Estaba a punto de defender a la anfitriona, pero prefirió esperar un poco, puesto que su amiga seguramente se enfadaría por no dejarla lidiar sus propias batallas, por lo que permaneció alerta por si debía intervenir más adelante.

Gianna sonrió ante el claro ataque de Karsten.

-Bien, veamos si entendí porque digamos que soy algo estúpida, señor Karsten.

Había dejado de lado el protocolo, la actitud de ese hombre no la merecía.

-¿Usted vino aquí a decirme lo que ciertos hombres de la Iglesia piensan de mí pero sólo fue a preguntar por curiosidad?

En ese momento miró a Hypatia, no le parecía una mujer muy devota; tal vez él la había engañado para ir con ella. De todas maneras eso a Gianna le parecía una grosería.

-Perdone pero es complicado... Intento darle lógica a todo esto. Viene a mi casa a decirme esto cuando no lo invité. ¿Su señora sabía que aprovecharía para esto?
Peor aún, ¿su señora estaba de acuerdo?
No me responda, esta claro que no sabe usted manejarse como debería. Voy a darle...-Gianna sintió los dedos de Elio rozar su espalda pero ya no estaba de humor para eso.-Voy a darle la oportunidad de pedir una audiencia para tratar temas que conciernen a su fe con mi tío y no conmigo... Suficiente dinero gastamos en ustedes como para que venga a arruinarme la cena.

La noble se puso en pie, ninguno de los hombres había levantado la voz por ella pero podía defenderse sola, aún.

-Tío, se que puedes encargarte.

Desde el principio había sentido que aquella reunión sería un desastre, ahora sabía por qué.

-Caballeros, señoras, sigab disfrutando la cena. Comprenderán que no me siento dispuesta, sientanse como en casa. Leonor querida, desde ahora considerate la anfitriona. Buenas noches.

En realidad, poco y nada tenía ella que hacer allí. Se marchó lentamente hasta perderse en los pasillos de su residencia.

“Las tierras griegas recibe muchos refugiados, cristianos que son echados de tierra santa por musulmanes. Estos reciben un trato correspondiente como cristianos, ellos pueden echar raíces o no, lo segundo es en mayor medida porque esperan volver a su hogar luego que los reyes cristianos terminen expulsando a los musulmanes. Pero elijan lo que elijan deberán comportarse como dicen nuestras leyes.” Le explico dirigiendo su mirada a su copa y la copa de Leonor. “Lo mismo espero en Venecia, de la cual he escuchado muchos halagos de sus leyes y jueces que las ejercen, por lo que espero que se castigue correspondientemente a los griegos que no se comporten como gente civilizada.” Concluyo sin ninguna muestra de favoritismo por los griegos que hagan delitos.

“Pero no estamos hablando de ellos pequeña, sino de los que cumplen la ley ya sea la griega o la veneciana. Esos son los que me preocupan y me hacen enojar por la injusticia que sufren.” Dijo volviendo al tema que la tenía apasionada.

A pesar de eso como la joven, dio algo de su atención a lo que pasaba en la otra punta de la mesa. Con las palabras de su compañero pareciendo generar cierta gracia, a pesar que la situación habia terminado abruptamente. Entonces se quedo callado y pidió un momento a Leonor como si esperara algo.

“Uno siempre tiene curiosidad acerca de la situación de sus hermanos en otras tierras.” Respondió sin dar un si o un no, sino una respuesta algo mas complicada de la que debía.

Por lo demás espero paciente silenciándose a si mismo cuando ella se lo ordeno, estándose con un rostro neutro a pesar de la gran irritación que habia causado en la anfitriona. Solo cuando la vio levantarse fue que reacciono levantándose mas rápido que el resto, pero siendo detenido por un agarre del tio de Gianna que no sae veía complacido con el trato recibido ni con la reaccion.

“Buenas noches mi lady, no se preocupe que la iglesia recibirá su mensaje.” Dijo por lo bajo sin importarle que ella lo escuchara. Su siguiente movimiento fue agitar su brazo para que el hombre lo soltara. “Su familia no aporta lo suficiente para que sea agresivo conmigo.” Le declaro al hombre que por fin lo solto.

Entonces se acerco a Hypatia mirando de costado a Leonor. “Supongo que es momento de irme, le agradezco el favor que me ha hecho a la iglesia mi señora.” Dijo inclinándose levemente. “Lady Leonor. Expresele a su amiga que la iglesia esta algo cansada de ciertos actos que se realizan en su contra o que al menos parecen en su contra a falta de explicacion, por lo que pídale a Lady Gianna que reconsidere su posición con nosotros. Infórmele tambien que la iglesia prefiere tener contacto con la actual dueña del patrimonio de los Scarpati, y que ello ayudara a restablecer las buenas relaciones que lamentable se han cortado.” Le explico con una prisa en sus palabras como si no buscara ser interrumpido por la pelirroja.

Hypatia termino mirando a Leonor y a Konrad buscando sus opiniones, con Konrad pareciendo no aceptar bien la huida de la noble de esa casa. Los demás hombre se veian entre confundidos como enojados, Elio no tardando mucho en perseguir a la noble hacia donde iba.

“Bueno parece que la cena ha terminado antes de tiempo.” Dijo con falsa preocupación. “Señor Karstan, espero que pueda ocuparse por si mismo de volver a la Basilica. Ya que por respeto creo que debería irse de esta mansión. Entiende?” le dijo al sacerdote que se inclino y se dispuso a irse si nadie lo detenia.

Elio fue tras la noble esperando alcanzarla rapidamente ya que ella andaba con un vestido, mientras el iba mas comodo en pantalones. "Espere Lady Gianna" El problema que este no era su hogar sino el de la noble que aunque no lo dijiera en voz alta muchos guardias entendian por sus gestos que ella queria ser dejada sola.

Por eso un trio de guardias intercepto al joven fuera del salon donde estaba la cena. Con Bastien encabezandolos y con su mano en el pomo de su espada por si el joven hacia un movimiento extraño. "No quiero hacerle daño a su señora, solo hablar con ella y disculparme." decia rapido y alto esperando que ella lo escuche.

-Estoy totalmente de acuerdo con vos con respecto a los refugiados y lamentablemente no todo el mundo actúa como debería. Aunque el problema es aún más complejo, puesto que se agrava al no recibir un trato equitativo por parte de aquellos que piensan que los recién llegados les usurparan sus trabajos o sus bienes o causarán estragos de algún tipo. Al sentirse poco querido, uno no suele quedar indiferente, llegando a realizar las acciones de las que se le acusa, por lo que el sentimiento es mutuo en ambas partes… Ojalá no fuera así, y tenéis razón al afirmar que mucha gente de bien recibe un trato injusto. – Contestó ante el asunto que las mantenía a ambas embelesadas.

Pero su conversación no pudo seguir, puesto que Gianna y Karsten se enzarzaron en una discusión que poco tenía de amigable, terminando abruptamente con la despedida de su amiga.

Leonor no podía creer lo que acababa de suceder en cuestión de segundos, justamente en el momento en el que realmente todos parecían estar disfrutando de la velada. No obstante, intentó ser rápida en reaccionar ya que Lady Scarpati le había otorgado el honor de continuar siendo la anfitriona. Por todo ello, y reuniéndose de valor, se levantó con calma al tiempo que comenzaba a repartir instrucciones a los presentes, con toda la entereza de la que fue capaz.

Lo primero que hizo fue escuchar las palabras del sacerdote, permitiéndole hablar sin interrupción alguna. Una vez estuvo segura de que había terminado de hablar, la dama de cabellos de fuego le respondió con educación. – Padre Karsten, no os preocupéis que sus palabras serán transmitidas. No obstante, os ruego que no os vayáis aun, puesto que Lord Vincenzo estará encantado de recibiros ahora mismo en su despacho privado, si no os importuna. Ni a él ni a mi querida amiga nos gustaría que os fuerais de la mansión Scarpati con una idea equivocada, por lo que os imploro que permanezcáis un poco más para que él os pueda aclarar que las buenas relaciones con la iglesia no han sido cortadas.

Entonces, se dirigió a Lady Hypatia mirándola con cierta ternura antes de dedicarle su total atención – Lady Soiledis… Gianna no ha pasado por buenos momentos últimamente y, aunque nunca lo pedirá, estoy segura de que agradecería una visita. ¿Me haríais el enorme favor de acompañarme a sus aposentos? No creo que Elio tenga nada por lo que disculparse, ni vos tampoco, pero seguro que podemos hacer que esta noche sea una velada especial… Os estaría enormemente agradecida.

Finalmente se dirigió al resto de hombres de la sala, en especial a su hermano y a aquellos que hacían guardia para evitar el paso a nadie. – Bastien, ¿Podríais permitirnos el paso a Lady Hypatia y a mí? No os preocupéis Elio, puesto que yo misma le transmitiré vuestras palabras. Lord Konrad no tendrá inconveniente en haceros compañía mientras las damas nos reunimos y Lord Vincenzo y el padre Karsten solucionan los asuntos de la iglesia. ¿Os parece bien? – Concluyó mirando a cada uno de ellos, esperando que este malentendido pudiera ser resuelto mediante el diálogo.

Gianna gozaba de buen corazón pero cuando la cansaban, todo se podia ir al diablo y el tal Karsten lo había conseguido, por eso cuando escuchó a Elio decirle a Bastien que no quería hacerle daño, no se detuvo. Perderse en su casa era cosa sencilla para ella, así que simplemente ignoró al no hermano de su amiga. Al poco Bastien apareció para decirle que Leonor y la griega querían hablarle*.

-No quiero ver a nadie, dales largas, llevalas a conocer la casa, dales tiempo a solas porque creo que ellas pueden entenderse y yo sólo necesito estar a solas. ¿Está claro?

No hizo falta que le respondiera, si en alguien podía confiar en aquella casa era en Bastien y sabía que haría lo que le estaba ordenando.