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Taberna de Facciolo

Una taberna muy amplia con el tamaño suficiente grande para tener varias fiestas dentro de ella y que aun haya el espacio. Se encuentra cerca de la plaza de San Marcos. La taberna es dirigida por una mujer rubia de nombre Camila, que se encuentra en el puesto mientras el dueño se encuentra de viaje de negocios en las tierras de ultramar de Venecia. El local tiene una fama o infamia por sus meseras jóvenes y lindas que se dedican a servir a los clientes en ciertas ocasiones de una forma mal vista. De cualquier forma posee una gran clientela de todo tipo, incluyendo extranjeros del otro lado de Ultramar.

Por otro lado es un buen lugar para que varios viajeros tomen refugio y duerman por la noche. Contando con la seguridad de un grupo de mercenarios europeos que fueron contratados por el dueño para cuidar la que siempre fue la morada de su familia.

Al ingresar a la taberna Leonor se encontro con un escenario ya visto con una clientela que a primer plano parecia tranquila, algunos guardias y mercenarios que tomaban por su lado las copas sin olvidar a las hermosas jovenes que estaban de meseras. En la mesada principal que recibia a los recien llegados se encontraba la hermosa Camila conversando con una chica, aunque eso no evito que notara su presencia y le diera un corto saludo.

Muchas cosas le habían sucedido a Leonor desde que Camila había decidido acogerla en la Taberna de Facciolo y le había dado un techo donde refugiarse. La huérfana le debía demasiado a la rubia tabernera y una amistad sincera había surgido entre ambas. Por todo ello, la joven había estado pensando mucho en qué hacer después de todo lo que había acontecido en estos días, por lo que finalmente, decidió acudir a verla, pero asegurándose muy mucho de que fuese de día para no tener distracciones desafortunadas que seguramente la desviarían de su tarea.

Cuando Camila la saludó, ella estaba vestida como un chico, con su gorro bien encajado en su cabecita, por lo que adoptó una pose algo pasota para adaptarse a su papel, y le hizo un gesto para que entendiera que se colaría a hurtadillas por el lateral del edificio para que nadie la viera entrar. No quería interrumpir su conversación con la chica con la que hablaba, por lo que salió de la taberna y se movió con sigilo, hasta trepar el pequeño muro que debía sortear antes de entrar en la sala privada de las chicas. Una vez dentro, subió con comodidad las escaleras y esperó pacientemente en la habitación de Camila hasta que la hermosa mujer tuviera tiempo de hablar con ella.

Paso un buen tiempo en la habitación de Camila ella sola. El cuarto como siempre se sentia muy acogedor, incluso muy íntimo si recordaba su último encuentro en aquel cuarto con las personas a las que debía ciertos favores por la amabilidad que le habían dado.

Cuando finalmente la Rubia cruzo la puerta de su habitación llego a ella con una sonrisa cómplice y se le acercó hasta darle un dulce beso en el cachete. “Buenos días Leonor.” Le saludo antes de irse a su escritorio donde aguardaba una jarra de vino que sirvió en un par de tazas. “Toma un poco.” Le ofreció.

La rubia se veía muy movida y alegre por alguna razón, energizada tanto en sus pasos como en su aspecto. Lo que hacia que su belleza se volviera aun mas brillante para la joven que observaba a la mujer desplazarse para sentarse junto a ella en la cama. “Te esperaba de noche Leonor, aunque me emociona que vengas de dia porque me hace pensar que deseas un encuentro privado conmigo.” Comento en un susurro complice mientras se le acercaba y retiraba el gorro de la joven con delicadeza para que el pelo de ella se dejara ver mejor.

Leonor permaneció en la sala ojeando los libros dispuestos en la estantería y distraída con las encuadernaciones. Aquel cuarto le gustaba y le hacía recordar momentos bonitos que conseguían sonrojarla ligeramente.

Cuando Camila subió las escaleras y entró en su habitación, la joven huérfana aceptó su beso con cariño y le devolvió un abrazo a la hermosa mujer de cabellos de oro – Buenos días. Espero no haber interrumpido nada importante en tu día de hoy. – Le respondió mientras aceptaba el vino de buen grado indicándole que se sentara a su lado en la cama, cosa que hizo con aquella sonrisa que la caracterizaba.

-Jajaja, he venido para verte a ti. Aunque Piero sea alguien especial, para mí siempre has sido y siempre serás mi ángel. Hoy te noto especialmente guapa y vivaz ¿Puedo saber el motivo? – Preguntó justo antes de que la tabernera retirara su gorro de forma repentina, sin que a Leonor le diera tiempo a prevenirla de lo que se encontraría cuando tratara de buscar unos hermosos rizos rojizos que ya no estaban.

La rubia le devolvió el abrazo quedándose un rato en ello hasta que ambas mujeres dejaron libre a la otra. “No interrumpes nada. Deje a Velia que se encargue de la posada mientras estoy hablando contigo.” Respondió la rubia como si no fuera para nada un problema esta pequeña visita que le hacías.

Camila sonrió divertida ante tu pregunta sin parecer dispuesta a dar una respuesta a esta. Incluso su respuesta se demoró aún más al notar como tenías el pelo cortado ya que le sorprendió y llamo mucho la atención. “¿Que te paso Leo? Quien te corto el pelo de esa forma?” empezó a preguntar pasando su mano por lo que quedaba de su pelo y de vez en cuando tocando su cráneo como si buscara algún tipo de herida. “Dime que no fuiste vos.” Termino diciendo suspirando ante el posible pensamiento que estaba en lo correcto.

-¿Qué tal le va a Velia? Esa chica es encantadora y con una gran personalidad. Espero que la vida le sonría. – Respondió acordándose de la camarera mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro, ante la respuesta despreocupada de Camila con respecto a su visita y las reticencias juguetonas que mostró ésta a la hora de darle una respuesta con respecto al por qué de su buen humor.

No obstante, cuando Camila acarició sus extremadamente cortos cabellos con expresión preocupada, la jovencita volvió a ponerse seria para darle la respuesta que quería.

-Si fui yo, pero no pasa nada… el pelo crece y es más seguro así. – Afirmó para quitarle importancia a pesar de que para ella misma aquello había sido una decisión extremadamente dura - ¿Te acuerdas que te conté que mi hermano y yo llegamos a la ciudad para huir del dueño del orfanato que quería venderme a una noble? Pues está en Venecia… y la noble también. No solo eso sino que ella ha contratado a un matón para buscarme y he visto como están preguntando a la gente de la calle si han visto a “su querida familiar desaparecida”, e incluso ofreciendo recompensas con mi descripción. Se están acercando tanto que incluso saben los lugares que frecuentaba buscando a mi hermano, por lo que seguramente no tardarán en acudir a tu taberna, si alguno de tus clientes le dice que me vio sirviendo mesas no hace mucho… Por eso he venido hoy a prevenirte, y por esa razón me he cortado el pelo. Para evitar que puedan dar conmigo y me reconozcan. – Le explicó pacientemente, no deseando alarmarla pero sabiendo que era justo que supiera todo aquello.

“Le va muy bien. Seguro que la vida le sonríe ya le he dado mas responsabilidades y me ha puesto orgullosa asi que ya la premiare cuando llegue el momento.” Dijo la mujer genuinamente contenta con la otra chica, sin problema en darte una especie de evaluación de ella.

Si bien era cierto lo que decía Leo sobre el pelo y era claro que Camila lo entendia, no terminaba de aprobar el método por alguna razón. Pero no lo expreso con palabras eligiendo quedarse callada mientras escuchaba lo que había pasado hace poco con ella. “Leo, el matón o mercenario que me dices ya paso por aquí. Pregunto por una chica pelirroja pero ninguna de mis chicas dijeron nada y los clientes tampoco hablaron. Tomo una copa y se fue.” Le confeso negando con la cabeza. “Me suponía que habla de ti pero hasta ahora mismo no estaba segura. El hombre era…” rápidamente empezó a describirlo coincidiendo demasiado con el hombre había visto ella para tratarse de otro hombre.

“¿Entonces finalmente has decidido disfrazarte totalmente de hombre?” pregunto terminando de ponerse seria.

-Me alegro mucho por ella. Sé que se lo merece. – Respondió Leonor con la misma genuina felicidad, al saber los logros de Velia

Sin embargo, cuando Camila le contó que el matón había estado en la posada preguntando por ella, primeramente se preocupó muchísimo por la seguridad de las chicas, para luego permanecer callada ante las explicaciones que le daba – Si… es el mismo tipo. Pero… Camila, aunque las chicas no hayan dicho nada, posiblemente algún cliente le haya contado sobre la camarera pelirroja que sirvió en la posada durante una temporada, pensando que de verdad estaba ayudando a encontrar a una familiar perdida ¿De verdad no ves lo peligroso que es? No tenía que haberme quedado tanto tiempo aquí y poner en peligro tu local, lo siento mucho. Siento que tan solo te traigo problemas. – Afirmó con preocupación, temiendo por la seguridad de las mujeres si ese hombre finalmente decidía volver con otros matones para obtener una respuesta diferente.

-No he decidido disfrazarme totalmente de hombre. Solo hasta que el peligro pase y esté segura de que mis perseguidores se han marchado de la ciudad… De verdad que no entiendo cómo han conseguido seguirme los pasos hasta ahora y saber tantas cosas sobre mí, pero… si en el peor de los casos me atraparan… ¿Harás el favor de contarle lo sucedido a mi Domitor? No le he dicho nada para no preocuparle más… y porque cada vez que piensa que estoy en peligro me corta un poquito más las alas – Confesó, poniéndose algo colorada al revelarle aquella pequeña muestra de rebeldía.

Camila negó con la cabeza. “Primero que nada quienes atendiste esa noche no fueron mucha gente. A uno lo conocemos y no hablara, el otro grupo misterioso no volvió pero no me da que hablen mucho, respecto al último podemos encargarnos.” Comento con una mayor seriedad la mujer que apoyaba sus manos en los hombros de ella. “De cualquier forma no creo que estemos en un peligro importante sino que son ellos lo que lo están si se meten en esta taberna con animos violentos.” Le aseguro.

Pero a pesar de sus palabras se quedo escuchando las preocupaciones de la joven y su ultima petición. “Se lo contare a Piero.” Afirmo haciendo acentuación en el nombre de su domitor y dejando clara sus acciones ante un posible mal futuro. “Te encontraremos pequeña.” Agrego dándole un beso cariñoso en la frente.

“Aunque no haz pensado en dejar de huir, en enfrentarte a ellos para no estar sin hogar toda tu vida?” le pregunto con tristeza pareciendo querer orientar a otro lado a Leonor.

-Pero no solo me refería a la gente que atendí anoche, sino también a aquellos que me han visto pasear por aquí el resto de días en los que salía vestida de mujer – Replicó la joven, que no se las tenía todas consigo con las explicaciones de Camila – Igualmente espero que tengas razón y que el peligro lo corran aquellos que intente haceros algo malo – Finalizó suspirando con impotencia al no poder hacer nada para cambiar la situación.

Ante la mención sobre Piero, Leonor no pudo evitar mirarla fijamente durante unos segundos antes de asentir – Al menos dile a Piero que deseo que Konrad esté al corriente si algo malo me pasa… No quiero que se preocupe sin saber donde estoy o lo que me ha podido pasar – le confesó, aceptando aquel beso que le daba con una sonrisa tierna en el rostro.

Pero cuando Camila le sugirió que quizá debía luchar y enfrentarse a su destino, la huerfanita la miró pensativa, considerando esa posibilidad a pesar de que fuera una opción casi imposible - ¿Cómo podría alguien como yo enfrentarse a personalidades tan peligrosas? No soy más que una huérfana y no he querido causarle más dolor de cabeza a Konrad con mis problemas… ¿Crees que debería decírselo? – Preguntó con más dudas que certidumbres en este asunto.

“Te prometo que es así y deberás preocuparte por los clientes que hayan hablado de más. Después de todo ellos igual no saben nada de ti o de donde estas.” Le dijo con la intensión de tranquilizar a la joven huérfana.

La mujer también se le quedo mirando por unos segundos antes de responder. “Se lo dire, aunque también deberías decírselo vos misma para que tenga mas efecto en èl tu pedido.” Le aclaro suspirando al pesar en su domitor aunque poniendose también un poco colorada.

Nego con la cabeza “No deberías si no lo consideras necesario.” Le respondio primero levantándose de la cama a buscar un de sus libros en la estantería. “No estoy diciendo que vos seas la que se enfrente a ellos de frente, sino te estoy ofreciendo usar a los mercenarios están al servicio de Piero y yo. Son hombres muy capaces que podrían encargarse del maton y los demás que te persiguen querida.” Comento la rubia mientras iba abriendo el libro para mostrarle unos cuantos nombres.

En la compañía mercenaria con nombre que parecia aleman, que te mostraba tenían 100 nombre, junto con la edad y algunos números que mostraban su sueldo. “No tienes que hablar con Konrad, solo debes darnos un lugar donde ir y los mercenarios se encargaran. No tendras que preocuparte mas por ellos.” Concluyo dejando en la pequeña la decisión acerca de que hacer.

Leonor asintió, aunque en su fuero interno deseara decirle que estaba más preocupada por Camila y sus chicas que por ella misma. Sabía que la tabernera no lo veía así, por lo que no era cuestión de insistir más al respecto.

-Hablaré con él, aunque hoy quería tenerte toda para mí – Respondió con cariño ante la petición de la dama de rubios cabellos, sobre que era mejor que le contara a Piero acerca de los matones que la perseguían.

No obstante, cuando Camila fue hacia los libros y le enseñó los hombres que tenía en nómina, la damita puso cara de no saber leer y no entender lo que decían las letras, pero asintió ante el mensaje que claramente le ofrecía.

-No se… tengo que pensarlo. Aun no sé por qué ese interés por mí y no quiero ser responsable de muertes innecesarias… Aunque te agradezco mucho el ofrecimiento ¿Puedo darte una respuesta más adelante? – Preguntó, no estando para nada segura de que Lady Selene mereciera sufrir daño alguno tan solo por querer encontrarla.

La rubia sonrio mas grande cuando le dijiste que estabas para ella y con cariño acaricio la mejilla de Leonor. “¿Toda para ti? Muy egoista de tu parte pero lo acepto querida.” respondio en parte divertida ante la propuesta. “Dime que deseas de mi, que quieres que hagamos hoy?” pregunto dejandola de acariciar para apoyar sus manos en sus piernas quedandose como sumisa a su posicion.

“Como desees, no es una decision facil pero queria que supieras que esta en la mesa.” dijo ella casi de golpe cerrando el libro y volviendolo a la mesa. “Solo espero no te tomes mucho tiempo, ya que no me inspiran confianza gente que recorre kilometros buscando una jovencita huerfana.” afirmo volviendo a su lugar junto a Leonor.

-Tan solo quería ver como estabas y charlar ¿Tan egoísta te parece? – respondió a su pregunta con otra pregunta y un guiño – Lo primero que deseaba era saber que estabas bien, por lo que eso ya lo he conseguido, y lo segundo no lo he pensado, aunque si hay algo que quieras, trataré de complacerte si está en mi mano. – Continuó bastante más animada que antes.

-Muchas gracias por el ofrecimiento. Me lo pensaré lo más rápidamente que pueda, te lo prometo – Respondió ante la oferta de la tabernera, justo antes de que sus ojos se abrieran de par en par al tiempo que decía - ¡Ah! He descubierto que una noble extranjera ha llegado a la ciudad y tomo a un chico de la calle bajo su protección. Dicho chico podría ser Theo, pero no he logrado encontrar a la dama en cuestión ni saber nada de ella. ¿Tus hombres contratados podrían buscarla? No tengo muchas más pistas de mi hermano.

“Para nada me alegra que quieras hablar en especial por lo que nos une más que nadie más.” Comento haciendo referencia a lo que ambas tenían con Piero. “Me encuentro muy bien y no necesito que me des nada aunque podríamos poner a pensar las dos que hacer.” Comento Camila mirándola animada como ella y con cariño. “Podria contarte porque estoy tan feliz, eso si te voy diciendo que se relaciona con Piero.”

Aquella información si parecio sorprenderle y la dejo pensativa por unos segundos. “Podrían ponerse a busca a una mujer extrajera, pero en esta ciudad vienen muchas de ellas. Aunque podria mandarlos al puerto para empezar por si descubren algo sobre lo que dices pero si tienes mas información podria hacer la búsqueda mas fácil.” Le aclaro mientras se mostraba pensativa pareciendo hacer planes para hallarlo. “De donde sacaste esta información?” pregunto sin poder resistirse.

-Bueno, para mí eres alguien muy especial, por lo que me gusta saber que tanto tu como la gente que quieres estéis bien. Si quieres podemos dar un paseo por la plaza o realizar algunas compras… si no tienes problema en caminar al lado de un muchachito de la calle – Contestó con una sonrisa en el rostro mostrándose animada – Aunque ahora que lo mencionas, saber por qué estás tan feliz me interesa más que simplemente pasear.

-Lo único que sé es que Un joven con mejor aspecto que mucho de los jóvenes en la calle termino ofreciéndose a una mujer noble extranjera por mucho dinero. Al parecer el negocio le funciono aunque dicen que el joven se ha convertido en la mascota de esta. La información me la dio un vagabundo enfermo considerado como un hombre santo por muchos ciudadanos pobres de Venecia. Su nombre es Nicolo, aunque so creo que es un vampiro a pesar de no estar segura del todo. – Respondió Leonor ante las preguntas de Camila. - ¿Sabes quien es?

“Me gustaría mucho mas caminar junto a una amiga por la plaza, aunque supongo que con tu actual peinado resultara algo incomodo.” Comento la rubia con una sonrisa complice. “Aunque deberas pensar que dirá el resto de la gente cuando nos vea, tal vez se piense que por fin he caído en los encantos de alguien aunque seguramente no del que imaginaban.” Comento con humor acercándose mas a ella mientras su mano dejaba s pelo para ir a su mejilla. “Pondras celosos a los demás chicos de la calle, mi querida Leonor.”

Pero el posible momento paso para que la rubia se alejara y se acostara en la cama como si estuviera cansada aunque no era asi. “Ayer tuve una cita con Piero, una muy romántica aunque apartada de los círculos mas vistosos de Venecia. Fuimos bastante sutiles pero igual me encanto mucho. No son muchas las veces que compartimos salidas de este tipo, con ambos ocupados con el trabajo. La salida no pudo ser mejor o tal vez si pero a mi no me importo porque estuve a su lado.” Empezo a contar la rubia que parecía usar otro tono diferente al estar hablando de Piero, uno marcado con mucho cariño y amor. “Piero no es como otros hombre. Si bien sus lugares a donde ir eran como el resto de los hombres educados ambos lo hacíamos mas por curiosidad de la demás gente que iba…suena raro pero fue asi, aunque no toda la noche.” Comento la mujer dejando una pequeña pausa en el relato pero dejando cierta intriga con sus ultimas palabras.

“Ya veo, seria un final desafortunado para tu hermano…” comento ante lo que escuchaba de la situación del hermano. “Si, lo conozco. No porque lo haya visto pero al parecer Piero si lo vio de alguna forma y si es muy probable que sea un vampiro aunque no se su verdadera identidad. Aunque Piero dice que es verdaderamente religioso y a la vez no.”

-Jajaja, ¿Y no puedes caminar junto a alguien sin que necesariamente estés enamorada? La gente siempre piensa de más… igualmente creo que será mejor que nos ahorremos ese paseo hasta que no vuelva a crecerme el pelo ¿Te parece? - Respondió guiñándole un ojo y viendo los inconvenientes que podría acarrear.

No obstante, cuando Camila le habló a de su cita romántica con Piero, Leonor sonrió de oreja a oreja por su querida amiga. Realmente se merecía ser feliz, y estaba claro que ese Vampiro conseguía hacerla feliz con su mera presencia y sus buenas acciones para con ella. Durante unos segundos se encontró deseando un paseo del brazo de aquel hombre tan maravilloso, para poder percibir su dulce aroma de nuevo, aunque apartó esa idea de la cabeza por lo absurda que resultaba – ¿No toda la noche? – Preguntó al fin, sin poder reprimir su curiosidad – Uis… perdona si soy un poco indiscreta. No era mi intención. – Se corrigió, dándole pie a que no le revelara nada si no lo deseaba.

-Yo también desconozco su verdadera identidad, aunque fue amable conmigo a pesar de que las circunstancias de nuestro encuentro fueron extrañas… Me pone triste pensar en lo que me dijo sobre que no volvería a verle nunca más y me gustaría que no fuera así… Yo… actué a la defensiva durante todo el tiempo pensando que podía ser peligroso, por lo que creo que no querrá saber más de mí, pero me hubiera gustado conocerle y saber más sobre sus historias y sobre su vida… ojalá pudiera curar la enfermedad de su rostro – Se sinceró, sintiéndose insegura ante todo aquello que pasó en la casa cuando Nicolo y ella hablaron.

La rubia rio ante la pregunta no pudiendo evitarlo. “Por supuesto que podría aunque ya sabes como es esta ciudad…” comento negando con la cabeza ante el pensamiento. “Como lo desees pequeña, podemos ir a pasear aun cuando tengas el pelo asi o podríamos ir a una de las islitas cercanas donde haya menos gente chismosa.” Le sugirió dando opciones para que la idea del paseo no quede abandonada.

De nuevo la rubia negó pero esta vez a la disculpa que ella daba. “No sos indiscreta yo empecé a contarte esto y no tenia intensión de dejar sin contar nada cuando empecé. Después de todo ambas estamos unidas por el mismo hombre que hablo.” Comento levantándose y dándole un abrazo a ella aunque lo hacia más para tener su boca más cerca del oído de ella. “Ademas tal vez si te gusta algo que te cuento puedes pedírselo para que lo haga contigo querida.” Le susurro en el oído dándole beso en una de las mejillas que ahora tendría coloradas antes de apartarse con calma.

“Volviendo a lo de anoche…” dijo iniciando de nuevo su relato. “Pasamos por un puerto medio abandonado en nuestro camino y Piero quedo algo hipnotizado con el agua con el reflejo de las estrellas por lo que nos quedamos viendo un momento. Eso duro hasta que nos terminamos sacando la ropa y tirándonoslos al agua para nadar un poco por el mar.” Le decía con una gran sonrisa de satisfacción en el rostro. “De ahí las cosas escalaron rápidamente, sintiendo la luna arriba nuestro nos empezamos a besar mientras flotábamos en el agua…”

Otra vez la dejo con cierto suspenso antes de continuar pero sabia que si seguía se olvidaría del otro tema que hablaban. “Tal vez es lo mejor que no vuelvas a verlo o no se. De cualquier forma si te apareció enfrente una vez dudo que no lo haga de nuevo.” Comento para darle esperanza. “¿Su rostro estaba mal?” pregunto con genuina curiosidad como si fuera un dato nuevo para ella.

-Ummm, lo cierto es que si consiguiera una peluca podríamos pasear juntas sin despertar celos, aunque la idea de ir al resto de las islas no está mal tampoco, aunque mucho me temo que habrá gente chismosa en todos lados. – Respondió con un guiño y una sonrisa divertida.

Pero cuando Camila le habló sobre lo que habían hecho Piero y ella, Leonor sintió como un cosquilleo recorría su piel al imaginar qué sentiría ella si todo aquello le pasara. Y más aun al ver la forma en la que Camila hablaba, sugiriéndole incluso la posibilidad de cederle al vampiro totalmente, sin que hubiera el mismo indicio de celos por su parte – Camila… nosotras estabamos unidas antes de que Piero entrara en nuestras vidas – Se defendió, haciéndole ver que la quería a ella por lo que era y no por quién estaba a su lado.

A medida que la tabernera hablaba, el rubor se iba apoderando de ella, llegando incluso a sentirse acalorada a causa de las circunstancias cuando Camila la besó en la mejilla. Parecía que la rubia disfrutaba escandalizándola, y eso era algo que la irritaba y la aturdía a partes iguales.

-Si… parecía que estaba asolado por la enfermedad. Como si la viruela se hubiera comido su piel – Respondió tras ordenar sus pensamientos, ante la pregunta sobre Nicolo.