Partida Rol por web

Leonor ya estaba empezando a acostumbrarse a las respuestas directas del Sabio, hasta el punto de no encontrarlas ofensivas. Además, tenía razón al decirle que no tenía tiempo, y ya había empezado a ver lo rápidamente que transcurrían las cosas para ella, especialmente ante la presencia de los Lasombra que habían decidido usarla a su antojo cada dos por tres.

La expresión de interés que mostró el Vampiro ante sus explicaciones fue algo que le sorprendió, pero no fue nada comparado con el comentario de Vinay al afirmar que lamentaba que sus conocimientos y dones se terminaran desperdiciando en el norte. Aquel hombre era el único que la había viso como algo más que una mera muñeca de sangre, y la damita se sintió apenada al ser consciente de que, muy posiblemente, pronto no volvería a verle.

Pero entonces corroboró su teoría de que no pertenecía a la misma secta, abriendo mucho los ojos ante la palabra “diabolista” la cual no era la primera vez que alguien pronunciaba en su presencia. No pudo evitar santiguarse de forma involuntaria al tiempo que decía – Pero… eso significa que sabéis quien es la asesina. ¿Creéis que hay más de sus hombres en la basílica? Puedo seguir investigando si me lo pedís. No quiero que nadie más salga herido o muerto por culpa de esos diabolistas, y parece que tienen algo en contra de los sacerdotes franciscanos y de los religiosos de la basílica. El maestro del hombre que os he traído aun anda suelto y puedo preguntar a algún espíritu, además de investigar por los pasillos del templo. – Afirmó, deseosa de poder servir de algo más de ayuda.

Cuando finalmente Vinay le respondió que no podía revelarle la información que ella le pedía sobre los espíritus, Leonor asintió con una sonrisa comprensiva al tiempo que decía – No os preocupéis. Lo entiendo perfectamente.

El vampiro no se santifico aunque vio con algo de curiosidad el gesto de ella, sin decir nada de este sobre lo que en verdad opinaba. Otra cosa fueron sus palabras. “Con esa descripción cualquier vampiro medianamente informado de lo que pasa en el mundo lo sabria.” Respondió sacándole importancia al hecho que él lo conozca.

“No tengo pruebas para pensar lo contrario…” respondió ante la pregunta de ella por si habia mas hombres del Diabolista. “La iglesia siempre ha cazado diabolistas y lo ha hecho objetivo, a pesar que ha llamado diabolistas a muchos que no lo eran y se he equivocado gravemente con ciertos juicios.” Comento tirando una posible teoria de porque un diabolista atacaría a la iglesia.

“Si quieres investiga, pero antes que vayas necesitas saber que las amenazas de ellas son todas ciertas. Puedes terminar con el sacerdote Vico vagando por la eternidad o podrias ser contaminada en ese caso no deberías esperar piedad alguna de nosotros los hijos de Cain, incluido tu Dormitor.” Le advirtió sin entregarle un si o un no a su propuesta que ella fuera a investigar.

“Lo dudo, pero tal vez si vives lo suficiente lo haras.” Concluyo tras las palabras de Leonor acerca de entender lo que habia dicho.

La damita escuchó todo lo que le decía en silencio. Tenía mucho que recapacitar, aunque estaba claro que aún había muchas cosas que no sabía y que seguramente no lograría saber en toda su vida.

Lo que si le sorprendió fue el hecho de que Vinay no le prohibiera volver a entrar en la basílica, teniendo en cuenta lo que le había mencionado su sirviente sobre la prohibición del príncipe a causa de los templarios. ¿le hablaría bien de ella al príncipe? No sabía si éste se enfadaría o cambiaría un poco su concepto de ella al haberle entregado en bandeja a un diabolista. No obstante, prefirió no sacar el tema, y se limitó a preguntar con algo de temor ante la posible respuesta que recibiera – Perdonad pero ¿Qué significa “contaminada” en este caso?

Acto seguido, y mirando de nuevo al vampiro a los ojos, volvió a realizar otra difícil pregunta a pesar de que intuía la respuesta – y… ¿Cuál va a ser el destino de ese hombre? ¿Está él contaminado?

El sabio la miro y tras unos segundos se decidio a responder. “No es una pregunta que esperaria de ti, pero supongo que es razonable preguntar ello. Contaminada en ese caso seria que tuvieras sangre infernalista, que hayas participado en un ritual de ellos contaminando tu alma o que con sus poderes te atrofiaran de tal manera que ningun ser pensante te considerara un humano de nuevo. En resumen a eso me refiero.” Respondio pareciendo meditar en algo especial mientras daba la respuesta.

De nuevo la miro unos segundo antes de responder.“Ya te lo he dicho. No hay piedad para los que estan contaminados con la esencia de los infernalistas.” Respondio secamente sellando el destino del hombre dando una respuesta clara a la damita.

Leonor no supo muy bien por qué no se esperaba esa pregunta de ella ya que nadie le había dicho nada al respecto. El saber que si un infernalista le daba un poco de su sangre la contaminaría, hizo que se asustara bastante, puesto que los vampiros tenían la mala costumbre de obligarla a beber aunque no quisiera. Tendría que tener mucho cuidado a partir de ahora para evitar cualquier cosa relacionada con esos seres, puesto que nada la horrorizaba más que acabar siendo uno de ellos.

Cuando el sabio Vinay le comunicó el destino de ese falso sacerdote, la joven huérfana volvió a sentir ese terrible nudo en el estómago. Se sentía mal por su inminente muerte, y el hecho de que fuera prácticamente un monstruo sanguinario no la hacía sentirse mejor. A partir de ahora, trataría de pensar más en sus acciones y en las consecuencias que estas conllevarían.

-Os agradezco vuestro tiempo. Espero haber hecho una buena acción para con el príncipe y por Venecia. – Afirmó haciéndole una reverencia y suponiendo que ya no tenían más de que hablar.

Asintio. “Lo haz hecho, aunque no esperes una recompensa por ello.” Le dijo dejándole que se vaya con esas últimas palabras que no terminaban siendo un acierto completo pero había cierta esperanza en sus palabras.

Al salir de la biblioteca se encontró un cielo mas oscuro que cuando habia salido, se encontraba algo cansada tras lo que habia vivido, tambien sentía algo asqueada la boca recordando ese vomito que habia hecho hace poco. Sin embargo a pesar de esas cosas sentia que su cuerpo podría continuar unas horas mas.

La plaza se encontraba vacia en comparación al dia, con algunos transeúntes nocturnos en ella, nada saliendo de lo habitual aunque la pequeña podria preguntarse si alguno de ellos fuera un vampiro o tal vez un ghoul.

La joven asintió contenta ante las palabras de Vinay. Sabía que no debía esperar nada más cálido de sus labios, por lo que tampoco le sorprendió su falta de delicadeza. Le bastaba con saber que el Sabio lo veía de ese modo y que seguramente hablaría bien de ella ante los Lasombra.

Por todo ello, le hizo una reverencia y un saludo al ayudante del Vampiro y se fue respetuosamente de allí. Su primera acción sería acudir a la fuente de la plaza, donde poder beber un poco de agua para quitarse ese sabor desagradable de la boca. Estaba cansada, y sabía que ya no podía volver a la basílica hasta el día siguiente, por lo que decidió encaminarse hacia el puesto de la guardia que ahora era su hogar, para intentar dormir algo y quizá hablar con Maximiliano a la mañana siguiente.

Le suponía un pequeño rodeo, pero antes de ir a dormir y sin saber muy bien por qué, sus pasos la encaminaron al lugar de las estatuas donde supuestamente habría tenido un encuentro clandestino, si la desgracia no se hubiera cernido sobre los hombres de fe. Quería saber si podía averiguar algo que se le hubiera pasado por alto, teniendo en cuenta que ahora sabía bastantes más cosas que antes.

Las calles de Venecia se encontraban relativamente vacias en ese momento solo habituadas por figuras de dudosa reputación que no podrian salir de dia a vagar por alguna razon y ademas como Leonor ahora sabia tambien habrian vampiros deambulando.

Pero a pesar que su instinto se alteraba ante ese posible peligro los pasos de la joven agiles y silenciosos como los de los gatos fueron en dirección contraria a las barracas o ante la posada de Konrad. Se dirigían a la esquina de famosas estatuas que se suponia que eran un castigo de Dios a una familia.

Al llegar admiro con precaución las estatuas blancas de los distintos miembros de la familia y del sirviente que habia recibido el mismo castigo. Ella sentia que ahora tenia mas información para encontrar algo mas en ese lugar, por lo que se empezo a dejar llevar por su memoria de lo que habia leido del cuadernos. Empezaba a recordar las veces que se habia nombrado el lugar, a veces con un tono humilde en su escritura como si comprendiera bien porque dios les hizo esto y otras veces con diversión del destino de esta familia.

Aunque algo habia quedo en el hombre o al menos una de las estatuas habia llamado mas su atención que el resto. La del siervo que se encontraba ahí con su amo. No sabias bien que terminaba de atraerlo a este si era por su posición social, por el destino compartido con su amo o simplemente por esa nariz oscura que lo hacia destacar del resto. Pero parecia haber una razon mas planificada para usar esa estatua.

Acercándote a este lo examinaste con cuidado, hasta que por fin diste con varios papeles. Recordabas por el diario que esa estatua era utilizada por los vecinos y otra gente para denunciar anonimamente ciertas actividades de injusticia. Aunque se habia vuelto tambien en un punto de contacto al parecer por uno de los papeles que encontraste...

“Esto seguirá si no hacemos nada. Muchos sacerdotes morirán y nuestros líderes no escucharan lo que les advertimos. Será mejor juntar hermanos que dispuestos a accionar como se debe en estos siniestros momentos. El lugar sera una casa con una cruz violeta cerca del Ponte della Moneta. Del lado oriental y de noche. Ven con cuidado.”

Los demaspapeles eran sobre hechos delictivos que se suponian que debian llegar a los guardias, pero igualmente la chica los examino por si acaso solamente encontrando relatos de injusticias algunos de los cuales eran tristes pero no parecian estar relacionados con lo que ella buscaba.

Leonor caminó con cuidado por las calles de Venecia, sabiendo que en cualquier momento podría ser sorprendida por cualquiera con malas intenciones que intentara dañarla. Por eso mismo, debía ser silenciosa y pasar inadvertida ante cualquier mirada curiosa que pudiera posarse en ese muchacho con ropas sencillas que se desplazaba como un gato silencioso.

Finalmente, llegó hasta el lugar de las estatuas y, gracias a que ahora tenía una idea más clara y una visión algo más global, tras meditar sobre lo que había aprendido, sus pasos se encaminaron hacia la figura del sirviente que había sufrido el mismo destino que su señor.

Tras encontrar varios papeles denunciando hechos delictivos que hicieron que se sintiera impotente ante tantas malas acciones, únicamente uno llamó su atención en relación al asunto que investigaba. Tras leerlo detenidamente, supuso que si el que había escrito aquello les pedía reunirse de noche, quizá se tratase de un vampiro, por lo que pensó que no sería ninguna mala idea echar un vistazo.

No debía desviarse mucho del cuartel de la guardia, por lo que encaminó sus pasos para ubicar el lugar del encuentro con aquella cruz violeta, por si tenía la suerte de descubrir algo nuevo que pudiera ayudar a aquellos que deseaban hacer daño a inocentes de su ciudad.

El camino hacia el cuartel no se desviaba mucho del puente de la moneda, por lo que la huérfana podía seguir este camino y revisar la casa con la cruz en busca de más pistas. Aunque claro esto también la ponía en un mayor peligro no solo por su cercanía a ese lugar sospechoso sino por que seguía andando por la oscura noche de esa ciudad.

Tras un tiempo se encontró con el puente, una plataforma de madera que se encontraba suspendida con unos pilares que parecían mas seguros que propia plataforma. Pero a pesar de su aspecto Leonor habia cruzado ese puente miles de veces y habia visto carros cruzándolos asi que sabia que este era seguro. Ademas junto a este del lado que estaba ella se encontraba un distrito importante comercial, donde por el dia pasaba una cantidad asombrosa de gente, sin duda era uno de los puentes mas ocupados de Venecia.

Sin embargo ella no estaba por el puente sino por la casa con la cruz, examinando un poco la pudo encontrar aunque fue un poco complicado encontrar el violeta oscuro de la cruz en la oscuridad.

La casa era la típica veneciana con dos pisos, una residencia donde bien podrian vivir los dueños de alguna tienda o un hombre muy afortunado. Pero ahora mismo era un lugar de reunión para los sacerdotes. Buscando algun tipo de entrada además de la principal dio con una cantidad de ventanas, muchas de las que estaban abiertas en la planta superior mientras abajo estaban cerradas y algunas en la parte de atrás tenían muebles grandes que impedían la vista hacia dentro.

La jovencita caminó sigilosa por temor a ser asaltada. Ahora que su hermosa melena no existía, tenía menos posibilidades de que la descubrieran, pero aun así, había muchas personas dispuestas a querer causarle daño a un muchacho solitario, por el mero placer de hacerlo.

Por eso mismo, Leonor fue cautelosa y trató de evitar que ninguna mirada se posara en ella. El puente podía ser intimidante de noche, pero ella lo conocía lo suficiente como para saber que resistiría su peso y mucho más.

Una vez que logró llegar a su destino, estuvo un tiempo buscando la casa con aquella cruz morada que mencionaba el manuscrito. Finalmente, y tras un buen rato intentándolo, dio con ella y logró atisbar una tenue luz en los pisos superiores.

Aquello era arriesgado, pero ya había llegado hasta ahí, no podía simplemente marcharse. Tenía que prevenir a los sacerdotes del peligro que corrían, o al menos averiguar qué estaba pasando.

Haciendo acopio de valor, se dispuso a trepar la fachada, utilizando cualquier saliente que estuviera a su alcance, y procurando no ser descubierto. Su intención era colarse en las ventanas abiertas de la parte superior o, en su defecto, permanecer escuchando fuera del edificio, si la reunión se producía en una de las ventanas iluminadas.

Trepar la fachada fue mas sencillo de lo esperado, aunque no pudo encontrar un camino demasiado sutil dejándola algo expuesta a cualquier persona o ser que pasara por esa oscuras calles. Pero por suerte nadie parecia con interes de pasar por esa zona y los guardias no se encontraban haciendo ronda por ese lugar.

Lo primero que se dio cuenta rapido fue que aunque la luz escapaba de un par de ventanas, no era en gran medida ya que habia una vela solitaria puesta cerca pero sin nadie acompañándola. Posiblemente por alguna razon, querian dar la impresión que estaba habitada la casa. Donde salia un poco mas de luz eran en habitaciones contiguas a estas, pero tambien salia un olor duro a sangre que estremecía el estomago de Leonor.

Solo una puerta separaba a Leonor de ese olor, notaba que estaba abierta aunque abrirla le parecia algo arriesgado. Por lo que espio por la cerradura esperando ver la situación.

Lo que vio del otro lado la impacto, no podia ver lo que habia del otro lado pero notaba que habian cadáveres recien hechos del otro lado. Algunos se les notaba la sangre aun escapando de su cuerpo y algunas pequeñas agonías finales de otros. Los causantes de todo esto eran hombres y mujeres con sotanas oscuras al menos algunos, otros estaban tan desnudos como cuando su madre los trajo al mundo. Parecia que se disponian a hacer algo con ellos, pero si era algo que Leonor quisiera ver o no tendria que decidir rapido.

Leonor escaló aquellas piedras sin demasiada dificultad colándose sin hacer ruido en la casa señalada. Le costó unos segundos orientarse, pero pronto descubrió que la luz que había percibido provenía de una pequeña vela que iluminaba la estancia lo suficiente como para que el lugar pareciera habitado.

No obstante, aquel penetrante olor a sangre fresca detuvo los pasos de la jovencita, la cual se paró a escuchar antes de seguir adelante. La luz proveniente de las habitaciones contiguas le confirmó que no estaba sola, y los movimientos que escuchaba al otro lado hicieron que se moviera aún más sigilosamente si cabe, limitándose a espiar el otro lado de la puerta a través de la cerradura.

Sus temores se vieron confirmados al descubrir aquellos cuerpos recién asesinados desplomados en el suelo, algunos aun agonizantes, que habían sido víctima de unos monstruos despiadados ataviados con sotanas oscuras como la misma noche, o totalmente desnudos. El horror se reflejó en los azules ojos de la jovencita al ser consciente de que no solo habían acabado con sus vidas, sino que se disponían a hacer algún tipo de ritual blasfemo e impío para mancillar sus memorias aun más. No cabía duda de que seguramente se trataba de esos infernalistas que Vinay le había advertido, los cuales habían atraído a pobres inocentes hacia una trampa que Leonor había descubierto demasiado tarde para poder salvarles.

La damita retiró la vista de aquella horrenda escena y se dispuso a escapar de allí, acentuando aún más su sigilo. Tenía que evitar que la descubrieran bajo ningún concepto, puesto que, si no, acabaría como esos desdichados o algo incluso peor. Su prioridad era salir de aquella casa maldita cuanto antes, para poder informar al príncipe de lo que estaba ocurriendo sin importar lo que Los Lasombra quisieran hacer con ella. No sabía cómo lo haría, pero aquellas muertes no podían quedar impunes, por lo que era imperativo que nadie descubriera su presencia en aquel lugar para comunicar lo que había visto y que alguien les detuviera.

Nerviosa como estaba la joven sentia el ruido de sus pasos mientras se queria marchar, aunque para su mala suerte un ruido mas lamentable se empezó a escuchar en sus oidos. Pedidos de misericordia de algunos sacerdotes se empezaron a escuchar, algunos solo pedian por dios piedad, otros trataban de influenciarlos diciendo que pertenecían a la Basílica y que seria peor para ellos si no los soltaban pero a pesar de los dos intentos distintos de persuasión ambos recibian la misma respuesta unas risas divertidas de los agresores.

Pronto sentio algo siendo arrastrado, un objeto por el ruido que hacia contra el piso, pero no tenia idea de que se trataba. Pero entonces un ultimo pedido de clemencia se escucho antes que un golpe contundente lo señalara. Lo ultimo que escuchaste antes de irte de la habitación fueron risas y palabras que no entendia la joven pero el efecto de escalofrio que sentia en todo su cuerpo la hacia temer estar ahí.

Fuera del edificio y parada en la calle dejo de escuchar los ruidos. No sabia como eso era posible pero en ese barrio parecia como si estuviera todo tranquilo e incluso las velas que hacian luz en las ventanas se apagaron de de repente.

De cualquier forma ella ya tenia otro objetivo y se corriendo hasta donde se encontraba el principe con la idea de avisarle lo que estaba pasando. Al llegar casi se cae por el impulso que habia tomado y por la energia extra que habia utilizado involuntariamente para moverse mucho mas rapido en esa fria noche. Era extraño pero aun el frio de ese lugar no se le terminaba de quitar a la joven a pesar que hace tiempo que se encontraba lejos del lugar.

Guardias esperaban frente al palacio del Dogo, guardias con armaduras lujosas y un símbolo de la casa del Dogo. Los guardias la miraron con neutralidad pero ninguno dijo palabra alguna.

La joven damita trató de escabullirse de allí antes de que nadie la descubriera. Descubrir los cuerpos sin vida de los hombres de Dios desplomados en el suelo de aquella habitación, había sido demasiado para ella. Ahora tan solo quedaba actuar con rapidez para tratar de vengar sus muertes.

Pero entonces, el sonido de algunos de ellos implorando por sus vidas o exigiendo que les dejaran libres hizo que se detuviera durante unos desesperantes segundos. Había creído que estaban todos muertos, pero ahora… ¿Debía irse y dejarles a su suerte? Leonor se encontró en una de las decisiones más difíciles de toda su vida aunque, tras una titánica lucha interior, se rindió ante la evidencia de que si irrumpía en aquella sala, tan solo moriría junto a ellos sin poder revelarle a nadie lo que estaba sucediendo en aquel lugar.

La determinación se apoderó de ella cuando por fin pudo escapar de allí y encaminarse a toda carrera hacia el palacio del Dogo, usando incluso sus poderes para ir todo lo rápido que le permitieron sus piernas. Tenía que llegar a tiempo. Tenía que informar al príncipe para que tomara medidas cuanto antes y quizá, solo quizá, pudiera salvar a alguno de las desdichadas víctimas de los despiadados infernalistas.

Leonor casi tropezó frente a la puerta del palacio cuando se situó frente a los dos guardias que la miraron impasibles. Su expresión era angustiada mientras trataba de recobrar el aliento, y unas palabras de urgencia surgieron de sus labios mientras rezaba para que fueran suficientes como para que la dejaran pasar.
-Por favor, tengo un mensaje urgente para Lord Aliprondo. Dígale que el siervo de Lord Konrad necesita verle en este mismo instante. Si él no está disponible, Informen a Lord Tommaso Bresiano de mi presencia y díganle que este asunto no puede esperar. Es algo de vital importancia. – Les solicitó con mirada suplicante, esperando que no la echaran a patadas de allí.

Los guardias esperaron con extraña paciencia a que ella recobrara el aliento y que sus palabras salieran de su boca. De nuevo fueron pacientes aunque ella vio que los distintos nombres que daba la pequeña saca de su neutralidad la cara de los guardias.

Cuando ella termino uno de ellos golpeo un par de veces a la puerta del palacio y aunque susurro el mensaje la pequeña huérfana pudo escuchar que pedía que abrieran la puerta. Lo que ocurrió pocos minutos después pero la joven antes que pudiera correr dentro fue tomada por el hombre por uno de los guardias, el cual le hizo avanzar hacia dentro.

Dentro esperaban muchos más guardias que ahora la tenían rodeada y con la puerta cerrada podria parecer que el destino de ella seria una golpiza de la que no podria escapar o al menos eso era lo que ella podia pensar por las varias interacciones que tuvo antes con guardias, sin embargo lo que en verdad paso fue que el guardia que la habia tomado la solto.

“Quédate aquí. Uno de nosotros ira a informar para ver si tienes la oportunidad de hablarles.” Comento el guardia con una voz seria y casi apagada. “Tu te quedas aquí esperando.” Agrego rapidamente para ver lo que pasaria con ella mientras el mensajero iba. No era como si tuviera muchas opciones o no muchas que fueran contraproducentes en una situación asi.

Tras unos largos minutos una figura que la pequeña no habria deseado ver nunca volvio mostrarse. Lord Bresiano se encontro frente a ella con una mirada algo compleja por las distintas emociones en ella, pero de cualquier forma le hizo un gesto para que viniera. “Dejenla pasar, podra hablar conmigo de lo que desea.”

Tras esas cortas palabras los guardias se apartaron del camino de Leonor permitiendole a ella que ascendiera por las largas escaleras a la entrada hasta donde se encontraba el vampiro. “Buenas noches leonor.” Le saludo y empezo a avanzar por uno de los pasillos del palacio. “Que te trae aquí de noche? No era una hora que me imagina que vinieras aquí.”

La espera estaba consiguiendo que su corazón se acelerara aún más a causa de la angustia. La joven disfrazada de muchacho sabía que cada segundo era primordial si quería salvar a aquellos hombres o, al menos, atrapar a los asesinos para que no volvieran a matar de nuevo.

Por eso mismo se dejó llevar cuando aquel guardia golpeó la puerta y cuando prácticamente la introdujeron a rastras para rodearla en lo que parecía, a todas luces, un inminente linchamiento ahora que no existía escapatoria alguna en el interior de aquella lujosa mansión.

Pero nada de aquello paso, y Leonor se limitó a asentir cuando le solicitaron que permaneciera a la espera mientras informaban de su llegada. Lo que fuera que estuvieran pensando de un pobre muchacho con ropas sencillas que parecía un monaguillo por el corte de pelo que lucía, era algo que nunca sabría, tan solo deseaba que su pedido no fuera desestimado, o nada de lo que había hecho habría valido la pena.

Pero entonces, un escalofrío recorrió su delicado cuerpecito cuando Tommaso Bresiano hizo su aparición, indicándole a los guardias que la hicieran pasar y ordenándole a ella que se acercara y le siguiera. ¿Por qué aquel vampiro conseguía abrumarla con su mera presencia? La jovencita se odió a sí misma por sentirse tan débil y vulnerable a su lado, mientras hacía exactamente lo que le había pedido, y caminaba junto a él por aquellos ostentosos pasillos.

– Disculpad la intromisión milord, pero acabo de presenciar como unos infernalistas, algunos con túnicas negras y otros totalmente desnudos, estaban matando a varios sacerdotes en una vivienda decorada con una cruz violeta cerca del Ponte della Moneta. Aún deben de estar allí, puesto que pretendían hacer algo malvado con ellos. Si os dais prisa puede que incluso salvéis a algún sacerdote. Por favor, os suplico que hagáis algo rápido. No he podido saber el número por temor a ser descubierta, pero no eran pocos. – Le respondió angustiada, asegurándose de que nadie más les escuchara.

Nego con la cabeza “No es ninguna intromisión, la verdad lo prefiero asi por obvias razones.” Comento en medio de las palabras de ella.

Lo próximo fue dejarle hablar mientras seguian transitando en solitario por los pasillos del palacio, hasta que por fin ella finalizo y él detuvo la marcha para darse vuelta hacia ella.

“Infernalistas?” pregunto queriendo tener una confirmacion a lo que preguntaba aunque no sin antes aclararle un par de cosas. “Informar algo asi no es algo liviano Leonor, por lo que espero que sepas la gravedad de tu castigo si esto fuera una mentira. Los infernales son criaturas muy peligrosas.” Le informo mientras una de sus manos se le acercaba al rostro con delicadeza antes de moverse al cuello de ella con suavidad aun empezando a rodearlo pero sin aplicar fuerza alguna. Aunque igual marcando cierto castigo.

“Si estas segura de lo que viste haras un gran servicio y mandare a guardias especiales para que se encargen pero debo preguntarte de nuevo si estas segura de lo que viste.” comento mirando con severidad sus ojos.

Leonor desconocía cuales eran esas obvias razones que el vampiro mencionaba, aunque supuso que de Nuevo se trataba de su juego para conseguir hacerla sentir totalmente a su merced y en su propio terreno.

Estaba a punto de pensar que Tommaso no la tomaría en serio, cuando la mención de infernalistas hizo que se detuviera para colocarse justo frente a ella. La mano que puso en su cuello en señal de control, hizo que la damita temblara ligeramente al recordar detalles del pasado que hubiera preferido borrar de su mente. No obstante, tras suspirar profundamente, los preciosos ojos de ella le miraron con convicción justo antes de responder.

-Estoy totalmente segura de lo que vi. Varios hombres y mujeres con túnicas negras o totalmente desnudos estaban asesinando a sacerdotes que imploraban por su vida o que les exigían que les dejaran ir, alegando que pertenecían a la basílica. Nada de aquello les sirvió puesto que esos hombres les mataban mientras se reían. – Explicó con cierta urgencia en sus palabras.

- Todo ello pasó justo después de que yo atrapara a un infernalista por accidente y se lo entregara al Sabio Vinay. Ciertas cosas que dijo tras la tortura de Vinay me hicieron atar algunos cabos y decidí investigar dicha casa por si merecía la pena comunicároslo. Jamás esperé encontrar semejante masacre, y puede que podáis salvar a algún sacerdote si os dais prisa. ¿Creéis que le comunicaría al príncipe una información semejante si no estuviera segura de lo que vi? Podéis usar vuestros poderes si lo deseáis para obligarme a hablar. Veréis que tan solo digo la verdad y que estoy muy preocupada por el destino de esos hombres de fe. Por favor, salvad a esa pobre gente…y… tened mucho cuidado – Le advirtió al final, sin saber muy bien por qué se preocupaba por el bienestar del monstruo que había jugado con ella a su antojo y que tanto daño le había causado hasta ahora.