Partida Rol por web

La rubia asintió algo complacida con las palabras de la joven, aunque seguías viendo preocupación en ella. “Espero que no tan mal, es un cliente muy bueno para tener en la taberna. Al menos con él las chicas se sienten tranquilas.” Comento con tono amistoso hacia el guardia sin duda la relación entre ellos debía ser buena y tal vez iba mas a allá de solo tratarlo de cliente.

Cuando estuvieron ambas de pie la atrajo hasta la puerta. “Estoy segura que entre los tres podremos encontrar mas fácil descubrir lo que quieres. Tal vez no lo parezca pero Piero tiene sus momentos de gran ayuda.” Comento abriendo la puerta. “Ademas siento que lo necesitas ver no solo por tu hermano.” Le confeso antes de empezar el pequeño viaje a la habitación de ella.

Leonor no necesitaba a la rubia para llegar hasta su cuarto, su memoria le permitia estar segura del camino aunque también le hacia recordar un par de hechos que la dejaba con una opinión y sentimiento algo dispar con el dueño de la taberna.

Al entrar ambas se lo encontraron a Piero que se encontraba desatando sus piernas que parecieron atados a la cama. Al verlas entras continuo algo mas lento y se las quedo viendo. “Que vergüenza…esperaba que fueras mas rápido.” Comento la rubia antes de agacharse junto a Leonor. “Es un juego nuestro, yo fui quien le ato y él se debía desatar.” Le explico bien resumido.

“Leonor volvió, aunque necesita nuestra ayuda para encontrar a su hermano.” Le explico ahora al hombre que termino de desatarse. Mas alla de eso el hombre se encontraba de forma normal vestido y con una mirada curiosa, fija en Leonor.

-No me refería a ese tipo de mal, aunque empiezo a pensar que Amedeo te gusta más de lo que imaginaba – Afirmó la pelirroja con una sonrisa, ahora que comenzaba a entender un poco más la forma de pensar de la rubia tabernera y su relación con Piero. Lo cierto es que a ella también le gustaba Amedeo, ya que había sido el primer hombre después de su hermano que la había tratado con respeto y algo de cariño. Quizá las cosas hubieran podido ser diferentes en otras circunstancias, pero sus caminos no estaban predestinados a encontrarse de aquella manera, por lo que ni siquiera se paró a plantearse la más mínima posibilidad a ese respecto.

Ante la afirmación de que entre los tres conseguirían descubrir qué era lo que quería, Leonor permaneció en silencio con el semblante algo serio. Lo que sentía por Konrad era muy difícil de asimilar. Por un lado le era imposible olvidar que la había perseguido sin descanso hasta dar con ella, para luego forzarla en contra de su voluntad. Pero por otro lado… sentía algo tan fuerte por él, que solo de pensarlo le latía intensamente el corazón y se aceleraba su respiración. No podía escapar de su embrujo, y siempre que estaba lejos de él, tenía como una especie de vacío que no la dejaba descansar.

No obstante, todos aquellos pensamientos desaparecieron en el mismo instante en que vio a Piero allí atado a la cama, terminando de desatarse en un juego que tenía toda la pinta de no ser para nada inocente. Al momento, los colores se aglomeraron en el rostro de la jovencita, la cual aun no estaba acostumbrada a este tipo de situaciones, a pesar de las explicaciones de Camila.

Cuando ambos permanecieron en silencio esperando su reacción, la huerfanita suspiró profundamente antes de dirigirse al hombre que hacía que su mirada quedara perdida en sus hermosos e intensos ojos de ensueño – Yo… puedo volver en otro momento si estáis indispuesto. Además, aunque sí necesito ayuda con el asunto de mi hermano, no he venido por eso, sino para despedirme, ya que ahora mi destino está ligado al de lord Konrad – Se reiteró, imaginando que el supuesto vampiro sabría de lo que estaba hablando.

La rubia solo contesta las palabras de Leonor con una sonrisa enigmática y casi risueña, dejándola con sus pensamientos. Al menos hasta que llegaron a su habitación para encontrarse con Piero, dándole una corta explicación y luego negando con fuerza cuando la joven sugirió irse.

Sin embargo quien hablo mas en esa extraña reunión. “Lord Konrad…es un nombre del norte cierto? No del sacro imperio sino del este donde reinan el frio y las bestias.” Comento el hombre con su dulce voz que hacia sonar bien aun esa macabra descripción del lugar.

“Estas muy cambiada en tu interior Leonor, pareces una persona totalmente distinta pero aun seguís viéndote igual.” Comento el vampiro observándola aunque ella extrañamente sentía que no la miraba a ella sino a su interior.

“Dice que eres un vampiro y que estuviste con ella de noche.” Dijo finalmente interviniendo Camila que habia cambiado su posición poniéndose detrás de la joven, ya sea para contenerla o para bloquearle la salida.

El vampiro la miro y se movio hasta salir de la cama quedando parada. “Yo no soy un vampiro, soy un sueño tuyo. Asi lo fue esa noche, obedeciendo tu voluntad y tu deseo mientras te observaba de la mejor manera. Como hago ahora.” Comento el misterioso hombre acercándose unos pasos a ella pero conservando la distancia.

Por su forma de hablar, Leonor no necesitó más pruebas. Aquel hombre era un Vampiro y ella no se había imaginado nada de lo que le había sucedido hasta ahora en su presencia. Resultaba tan sumamente atrayente y posesivo, que le costaba trabajo incluso luchar contra una cercanía que la ponía más nerviosa de lo que habría esperando antes de este encuentro. Ahora, bajo el amparo de aquellas paredes, comenzó a pensar que quizá no había sido tan buena idea el hecho de acercarse sola hasta la boca de un lobo tan apuesto, como terrible.

-Si pertenece a los reinos del norte, pero seguro que vos le conocéis o al menos habéis oído hablar de él – Respondió, tanteándole y tratando de ignorar la cruel descripción de las tierras del que ahora se hacía llamar su Dómitor.

Estaba a punto de replicar ante la apreciación que Piero realizó sobre su interior, cuando Camila soltó de improviso lo que la huerfanita le había confesado en privado. En ese momento no pudo evitar sentirse traicionada y mirarla con incredulidad, al tiempo que se daba cuenta de que directa o indirectamente estaba tapándole la entrada.

-¿Podéis dejar de hacer eso? No necesito que me observéis de ninguna manera y tampoco necesito que me confundáis más. Siempre que hablo con vos habláis en acertijos y me tratáis como si fuera idiota o como si no mereciera recibir ningún tipo de explicación – Replicó tratando de aferrarse a su enfado para poder hacer frente a aquel poderoso ser situado tan cerca de ella, y que tanto la atraía haciendo latir su corazón, sin que pudiera evitarlo – Hicisteis exactamente lo mismo cuando Guilelmo me llamó a su presencia, y aun no sé qué es lo que ocurrió realmente ni por qué. ¡Por Dios Santo! Más que un sueño mío sois la más extraña de las pesadillas. ¿Queréis ser claro por una vez?

El hombre no respondio si lo conocia o no, solo sonrio de forma enigmatica dando una corta mirada a Camila que se encontraba detras de la joven casi pegada. Aunque no fue el unico que la miro siendo tambien la pelirroja que se sentia traicionada. "Lo siento querida, pero Piero es muy importante para mi y que sepa estas cosas lo hara mas sincero." le explico no sorprendiendo del todo en sus primeras palabras, aunque las otras solo confirmaba que lo conocia bien tal vez mas de lo que habia admitido antes.

Se noto su sorpresa cuando lo nombraste junto al principe, aunque rapidamente su gesto cambio a una sonrisa divertida sin parecer importarle el enfado que se habia producido en ella. "No puedo dejar de observarte aunque me arranque los ojos, podre ver tu belleza tanto interior como exterior." comento el hombre en un tono meloso acercandose lo que faltaba para poder tocarla con delicadeza en la mejilla. "Yo tampoco se lo que paso en ese lugar pero supongo que ha sido hermoso, al estar ambos juntos..." dijo a Leonor aunque dio un mirada a Camila que hace rato etaba callada y tal vez un poco enojada. "Aunque ahora es mejor estando los tres presentes." agrego para luego acercarse lo que faltaba aunque esquivando el rostro de la pelirroja y clavarle un beso a la rubia en los labios, siendo testiga privilegiada Leonor estando en el medio.

No fue algo que haya durado mucho sin embargo para la pequeña huerfana parecio algo eterno ya que a demas de ver el beso de cerca sentia el cuerpo de ambos y sentia las manos en ella que le impedian irse de su lugar. "Lamentablemente es asi de vez en cuando, depende de su humor." empezo a decir tras el beso Camila. "No intenta confundirte aunque lo paresca solo te expresa lo que en verdad siente por ti y por mi." comento sintiendo como esta te acarriciaba. "No es su culpa ser como es, él ve el mundo de una forma muy distinta a la nuestra pero si de verdad lo quieres puedes apreder a vivir con él. Aunque te puedo asegurar que no estuvo con el Principe hace poco."

Se sentía atrapada y se arrepentía de haber venido sola. Ella siempre pensó que camila la quería de verdad, pero ¿Por qué la había acogido en su casa? ¿Por qué no le había confirmado que Piero era un Vampiro cuando ella le preguntó? ¿Qué era todo esto?

Inconscientemente dio un paso hacia atrás, en el mismo instante en que Piero avanzó hasta situarse frente a ella. Sus palabras sonaban dulces y atrayentes a pesar de que Leonor sabía que se estaba quedando cada vez más sin vías de escape entre las paredes de la hermosa habitación. Y entonces, como si de un mal sueño se tratase, aquel descarados Vampiro comenzó a besar apasionadamente a la tabernera, sin que a ninguno de los dos les importara lo más mínimo que ella estuviera allí y, para empeorar la situación, la misma Camila comenzó a acariciarla tras recibir las atenciones del que a todas luces era su Dómitor, haciendo que la huerfanita abriera los ojos de pura sorpresa y sus mejillas se tornaran rojas como el carmín.

-No estuvo con el príncipe hace poco… – Repitió Leonor asimilando el significado de aquellas palabras por parte de la rubia mujer, la cual sabía perfectamente la existencia de un príncipe de los vampiros - ¿Por qué me has mentido, Camila? ¿Tan malo hubiera sido que me hicieras salir de dudas y que quitaras ese peso de mi corazón? – Le increpó mientras forcejeaba para intentar zafarse del agarre y de la vergonzosa situación en la que se encontraba.

-Piero… No sé qué me hicisteis aquella noche en mi dormitorio para que olvidara que me robasteis la virginidad, y tampoco sé por qué aparecisteis durante mi presentación ante el príncipe, pero Lord Konrad es mi Dómitor y no creo que le guste saber que estoy aquí. Yo… tan solo quería hacer las cosas bien y disculparme ante Camila por no impedir que me besarais. Incluso estaba dispuesta a asumir toda la culpa cuando fuisteis vos el principal responsable, pero veo que he sido muy ingenua y que nada de eso era necesario. Hasta me atrevo a pensar que Camila sabía perfectamente por qué me fui realmente de aquí, sin necesidad de que acudiera esta noche a contárselo. – Afirmó, dejando paulatinamente de estar enfadada, para mostrar una profunda y sincera tristeza que podía verse reflejada en sus ojos.

-Antes habéis dicho que estoy muy cambiada… No os equivocáis, puesto que no he dejado de ser nada más que una simple marioneta de las criaturas de la noche – Se sinceró, mientras le miraba tristemente con sus profundos ojos claros – Si de verdad os importo ¿Podríais por favor eliminar las barreras que alzasteis sombre mi mente? Os ruego que me permitáis recordar aquello que no consigo entender y que seguís insistiendo que fue un sueño… os lo suplico. - Le imploró pensando en aquella noche junto a él, pero sin ser consciente de que si aquel vampiro le devolvía todos sus recuerdos, incluidos los de su más tierna infancia, podría caer presa del dolor más devastador que jamás hubiera soportado en su vida.

Camila suspiro tal vez esperando esa pregunta o tal vez pensando que no habia necesidad que ella la hiciera. "Leonor, pareces tomar mi accion como algo personal contra ti. No puedes estar mas equivocada, ya fueras vos o otra habria mentido por Piero. Porque por eso lo he hecho por Piero, para cuidar su seguridad. Aunque lamento que tomes mis acciones asi como un ataque a tu persona cuando mi idea para traerte aqui cuanto antes es saciar todas las dudas que podamos." le explico aun sostenianendola pero no con fuerza, ya que quien empezo a sostenerla en ese lugar fue Piero.

"Te libere de las ataduras de esta sociedad tan fria y estructurada..." respondio en un principio sonriendo con calma poca o ninguna culpa se veia en su hermoso rostro. "Yo no me he visto con quien llamas principe, ni con Lord Konrad a quien ahora empiezo a recordar y seguramente no le gustes que estes con nosotros." comento aunque no se lo veia ni contento ni triste de desafiar al otro vampiro sino mas bien pensativo. "Has pensado que en realidad no hay culpa en ninguno de los lados, que simplemente en ese momento nos hemos dejado llevar por una pasion tan agradable que nos ha movido a expresarla con nuestros cuerpos?" le pregunto acercando su rostro a ella labiendose sus labios con lentitud como si saboreara el beso con ella. "No estes triste, por favor." le pidio soltando su agarre y uniendo ambas manos en su rostro.

Nego con la cabeza. "No lo dije por ello, hay algo raro en tu interior algo que me atrajo a ti y esta parte progresando de una forma importante aunque no pareces darte cuenta." dijo sonriendo enfocando sus ojos en ella, antes de darle una mirada a Camila. "Es su deseo." le dijo a ella como si le explicara antes de volver a Leonor.

"No apartes tu mirada y escucha mis palabras Leonor." susurro con un tono tan dulce como magico que sin ni siquiera darle tiempo la hizo volver en sus recuerdos.

Los recuerdos de ella volvieron en instante tan rapido que se sintieron casi como si siempre hubieran estado ahi solo que se habia olvidado hasta ese momento. Lo primero que recordo fue aquel encuentro pasional que tuvieron ambos en esa habitacion que le habia pertenecido antes de irse, los sentimientos que habia sentido en ese momento volvian a ella uno por uno con la misma intensidad que ella habia sentido en ese momento haciendola suspirar y temblar en sus piernas. Sin embargo a pesar de ello, ella seguia observando los ojos azules del vampiro como si estuviera cautivada y era verdad porque en ese momento no sentia ni el menor deseo de detenerse a pesar de la verguenza que se habria apoderado de ella en otras ocasiones.

Terminado ese recuerdo sintio cierta satisfaccion, pero continuo internandose en sus recuerdos. De pronto vio a Camilia entrando en esa habitacion su rostro pareciendo agrietado de tal forma que se veia imposible que fuera real, conteniendo dos gestos en el mismo rostro siendo una gran felicidad y gran tristeza algo que le genero preocupacion a la joven que la veia rota ahi mismo. Camila siendo cuidadosa la levanto llevandola a otra cama donde la deposito y dejo dormir por un rato. Tiempo mas tarde volvio a ser movida a su cama original aunque esta estaba cambia, recordando ahora que cuando habia volteado a ver a Piero al ser llevada habia descubrio que la sabana estaba llena de sangre como si la hubieran desangrado completamente ahi mismo. Sin embargo la cama ahora en frente se encontraba bien y se via confortable con PIero cerca.

Finalmente su recuerdo termino con ella durmiendo pacificamente observando, antes que Piero cerrara la puerta, unas cuantas figuras oscuras rotas que no llegaba a distinguir. Luego el sueño la termino arrastrando a su mundo.

-No me tomo tu acción como algo personal contra mí, sino que… resultaba evidente que conocía de la existencia de los vampiros. Tan solo quería… dejar de sentirme tan sola. – Respondió algo más calmada a pesar de la tristeza – pero tienes razón… no podías decirme nada sin su consentimiento. No te preocupes que lo comprendo – Le respondió, mirándola a los ojos justo antes de que Piero se acercara a ella y sostuviera su rostro entre sus seductoras manos haciendo que temblara inconscientemente.

-Hubiera preferido que me preguntarais antes de liberarme de dichas ataduras. Y... ¿Como pensabais que me liberaría exactamente si me borrabais los recuerdos? – Preguntó la jovencita que aun guardaba una pequeña pizca de rebeldía. Aunque dicha rebeldía no duró mucho tiempo, cuando el Vampiro mencionó que había algo en su interior que estaba luchando por despertar, cosa que le inquietó mucho más de lo que estaba dispuesta a reconocer.

Estuvo a punto de decir algo, cuando ese hermoso Dios hecho carne, concedió su deseo y abrió su mente a unos recuerdos que resultaron tan intensos que casi le fue imposible que sus piernas la sostuvieran. La pasión que experimentó en un segundo fue tan devastadora, que se encontró a si misma totalmente acalorada y respirando con intensidad sin poder contenerse.

No obstante, aquel encuentro íntimo terminó tan rápidamente como había venido, dando paso a una imagen distorsionada del rostro de su querida Camila, justo antes de que la moviera cuidadosamente de unas sábanas ensangrentadas a otra cama, para más adelante depositarla de nuevo en su habitación junto a Piero y aquellos extraños seres rotos que aparecieron fugazmente antes de que el vampiro la dejara sola.

-Yo… ¿Pero qué?... ¿Me desangrasteis? No lo entiendo… – Exclamó con una mezcla entre horror e incredulidad - Camila, tu rostro estaba agrietado, como si no fueses tu… feliz y triste a la vez…. - murmuró, mirándola con los ojos muy abiertos – Y las figuras oscuras en mi habitación... me observaban mientras dormía…. Yo…. No entiendo nada… yo….necesito una explicación…. Yo…. tengo miedo… - Confesó, mientras sus manos se crispaban aferrándose a Piero con fuerza como si fuera a caer en un abismo del que solo él la pudiera salvar.

Antes de voltearte notaste un lo siento de parte de los labios de Camila. Sin embargo aquellas no fueran las palabras que más le importaban en ese momento teniendo a Piero enfrente hablando de una liberación. “No necesitas tus recuerdos para liberarte, tu cuerpo ya fue adaptándose a tu nuevo yo sin pedirle permiso a tu mente sin advertirle de ninguna manera. Es algo muy común. Borrar parte de tus recuerdos tiene otro fin que entenderás mas tarde.” Le respondio ignorando el reclamo sobre preguntarle a ella.

Cuando todo termino ambos seres se quedaron callados por un tiempo escuchando todas las dudas de la joven y no pudiendo mirarla extrañados e interesados por lo que decia. Aunque finalmente ambos terminaron rodeándola con un abrazo para tranquilizarla.

“Puede que estes viendo lo que en verdad pasa en el mundo, lo que muchos temen ver. Finalmente fue buena idea que recuperaras tus recuerdos, incluso tal vez debería destruir todas las barreras que tienes dentro.” Comento pareciendo emocionado mientras hablaba dejando sentir sus fuertes caricias por tu cuerpo y por el de Camila. “Te imaginas lo que puede contarnos ella de cómo ve el mundo?” pregunto a Camila, la cual hace rato guardaba silencio y algo de seriedad en comparación con Piero. Sin embargo continuaba en silencio a pesar de la pregunta.

La jovencita escuchó el “lo siento” por parte de Camila, pero fue incapaz de responderle al tener tan cerca al hombre que conseguía que su sangre se acelerara. Trató de entender el significado de sus palabras, pero algunas simplemente se escapaban a su comprensión. ¿Qué es lo que entendería más tarde? No lo sabía, pero prefirió mantener silencio, tras darse cuenta de que Piero había ignorado deliberadamente sus deseos de poder disfrutar de libre albedrío.

Después, tras recuperar parte de sus recuerdos, Leonor les miró con los ojos muy abiertos mientras esperaba alguna explicación de lo que había presenciado. En su lugar, un cálido abrazo la envolvió, y durante unos segundos se sintió reconfortada. No obstante, en lugar de aclarar su situación, el apuesto vampiro añadió más interrogantes a su estado, e incluso sugirió la posibilidad de abrir aún más su mente ante las visiones que había presenciad.

-No… no lo entiendo. ¿Destruir todas las barreras? ¿Qué barreras? No sé de qué me habláis, pero he visto como Camila me sacaba de mi cama repleta de sangre y me transportaba hasta dejarme dormida en otra, el tiempo suficiente como para cambiar las sábanas… Camila ¿Eso es lo que pasó? – Preguntó sin poder evitar que un pequeño suspiro se escapara de sus labios a causa de las caricias que estaba recibiendo.

“Las barreras que la gente pone en tu cabeza, que los vampiros también hacen o las que te has impuesto vos misma. Esas que te impiden comprender el mensaje de lo que dices, un mensaje que solo vos podrias al ser tus ojos los que vieron aquello.” Comento el vampiro pareciendo intentar ser mas claro mientras continuaba sus carisias que se internaba aun mas en ella, haciéndola sentir el calor de su mano en la piel de ella.

Mientras Camila que también se hacia sentir con su cuerpo en ella negó con la cabeza. “No estaba repleta, pero la manchaste con un poco de sangre al ser tu primera vez por eso te cambiamos la sabana.” Le contesto mas claro que su Domitor, sonriendo al ver como la ponían las caricias a Leonor. “No se porque me viste de esa forma a mi, pero me sigues viendo asi?” pregunto la rubia que al verla de nuevo se veía igual de linda como siempre.

-Yo… desearía poder comprender lo que ha pasado – Respondió la jovencita ante la explicación de Piero, aun sin entender muy bien qué pasaría si eliminaba las barreras de las que hablaba.

Una parte de ella intuía que quizá el hecho de que fuera capaz de ver espíritus había conseguido que también pudiera contemplar los sentimientos como si fueran imágenes, y por eso había visto a Camila con dos expresiones muy diferenciadas a la vez, como si la tristeza porque perdiera la virginidad sin su permiso fuera equiparable a la felicidad porque estuviera junto a ella. Aunque no podía estar segura de aquello, como tampoco podía saber qué eran esas figuras que habían aparecido en su habitación.

-No… ahora eres la misma de siempre – respondió ante la pregunta que le hacía sobre si continuaba teniendo esas visiones sobre ella, mientras su corazón se aceleraba por la corta distancia de ambos, y por las descaradas manos de Piero sobre su delicada y temblorosa piel de seda.

-Tú… lo has sabido todo este tiempo… que ya no era virgen… y yo… yo pensé… que había sido lord Konrad quien me… - Se detuvo sin poder terminar la frase, totalmente colorada al pronunciar en voz alta algo tan sumamente personal.

“Toma su tiempo…me parece que piensas mucho de nosotros, no tenemos todas las respuestas. Aun nosotros no lo comprendemos todo pero tratamos de buscar una respuesta.” Comento la rubia mientras le acariciaba la cabeza en un gesto mas familiar que osado como lo que hacia Piero.

Sonrio ante su respuesta pareciendo complacida. “Es mejor asi, no quisiera asustarte.” Sin embargo se puso mas seria al escuchar las demás palabras de ella. “Lo sabia, pero me dijo que no digiera….” Comento aunque parecio llamarle la atension la mención de Konrad.

“Supongo que Piero no ha sido el único vampiro interesada en ti, no se en que te has metido fuera pero es un error que este con ese otro vampiro. Seria mejor que lo dejes, en especial si planea alejarte para vayas con él a tierras peligrosas que te son desconocidas.” Decia la rubia con una decisión en sus palabras Piero quedándose en segundo plano e incluso dejando de acariciarla por alguna razón quedándose viendo junto a Leonor a la rubia.

La rubia observo a ambos dejando ver su liderazgo al menos en esa ocasión.“Quedate con nosotros. Aca podrás tener una vida mas tranquila, con mayor amor y con quien deberas deseas junto a ti.” Comento pasando su mano por el rostro de Piero quedándosele mirando por un rato dominada por esos ojos azules. “Él no estuvo con el príncipe pero si lo viste ahí es porque en tu interior sabes que deseas estar con él en los momento difíciles.”

Leonor seguía pensando que quizá lo que había visto era una visión exagerada de los estados de ánimo y las impresiones de aquello cuanto la rodeaba, aunque no podía estar segura – Dime Camila ¿Qué sentiste cuando entraste en la habitación? – Preguntó para saber si coincidía con aquel rostro suyo que había contemplado en su visión.

No obstante, el semblante de la jovencita volvió a entristecerse al escuchar de los labios de la tabernera que todo este tiempo había sabido que perdió la virginidad a manos de Piero. No podía culparla puesto que había sido una orden de él el hecho de mantenerlo en secreto, aunque algo en ella se sintió terriblemente desdichada.

-¿Te acuerdas del enmascarado que me persiguió cuando Donna me dejó sola en la fiesta? Pues se obsesionó conmigo, comenzó a buscarme por toda la ciudad y no paró hasta conseguirme – Le contó con calma, tratando de ignorar las caricias que estaba recibiendo para centrarse en la conversación – Camila… tu más que nadie deberías entender que no puedo dejarle. Ahora le pertenezco. Me… me dio su sangre y me ha presentado formalmente ante el príncipe. Además, me ha prometido que no nos marcharemos hasta no encontrar a mi hermano y asegurarse de que está bien – Respondió con algo de pesar al seguir sintiendo que su alma estaba dividida en dos por sentimientos muy fuertes y difíciles de contener.

Camila se quedo algo sorprendida con la pregunta de ella y por un momento parecio que no le responderia a la joven pelirroja. “Cuando entre senti varias emociones, no solo las que me viste. Si admito que estuve algo alegre pero no por lo que piensas.” Respondio la mujer continuando acariciándola.

Luego quedo en silencio escuchando con una expresión preocupada que se movia de vez en cuando a Piero como buscando algo, aunque el hombre no respondia nada y una sonrisa facil decoraba el rostro de él.

“Comprendo, aunque no es lo que deseo.” Fue la respuesta de la mujer. “Es un extranjero no se hasta que punto puedas creerle querida. Bien ahora podria estar vigilándote si esta tan obsesionado como dices y al verte con nosotros podria ponerlo nervioso.” Comenzo a decir la mujer con gran lamentación, aunque no completamente derrotada. “¿Que dijo el Principe de esto?”

“Yo tampoco lo deseo…tu tampoco.” Dijo señalando con la mirada a Leonor y refiriéndose a las anteriores palabras de Camila. “Por lo que no veo nada de malo en que sigamos viendonos. Después de todo lo nuestro no se puede borrar con la decisión de un tercero, que estes aquí y que hayas recordado lo que te borre lo demuestra.” Comento el vampiro con una voz seductora.

“Igual esta noche no te iras, pero no te tendremos encerrada.” Concluyo sonriendo y alejandose de ella hasta ir  ala ventana para observar fuera.

La jovencita se sintió confundida con la respuesta de Camila, no pudiendo evitar preguntarle - ¿Por qué estuviste alegre entonces? – tras la enigmática respuesta de la tabernera que no había dejado de acariciarla. La situación se estaba volviendo de lo más extraña puesto que sentir a los dos rodeándola mientras permanecían de pié en aquella habitación, tan solo conseguía hacer que sus piernas temblaran ligeramente y que su respiración se acelerara un poco.

-El príncipe le dio permiso para que continuara a mi lado, pero le dijo que no podría irme con él hasta asegurarse de que me encontraba bien, ya que era una veneciana – Respondió la joven, que comenzaba a ponerse colorada, no solo ante las caricias, sino también ante el recuerdo de Lord Aliprondo sobre ella susurrándole palabras dulces al oído.

Pero su situación no hizo sino parecer aun más extraña si cabe, cuando Piero le habló con aquella voz seductora suya, y se acercó a la ventana para contemplar la lejanía - No me iré pero no me encerrareis... ¿Por… por qué decís eso? No entiendo vuestra forma enigmática de hablar – Afirmó confundida, aunque una parte de ella tan solo deseaba acercarse de nuevo a él para sentir su delicioso aroma.

“Ya lo entenderás pequeña, te lo prometo.” Le respondio tal vez tomando una nota de su Domitor respecto a guardar un par de secretos a Leonor. Sin embargo su tono era distinto como si pidiera un poco mas de paciencia. “Ya hablaremos mas tarde a solas.” Termino aclarando un poco la mujer que no parecía generarse consecuencia alguna al prometerle cierto secretismo enfrente de su Domitor.

Ante la repetición de la palabras del príncipe, no fue Piero quien intervino pareciendo algo perdido en ese momento pero sino Camila de nuevo. “Eso es bueno, eso quiere decir que tu viaje con él no es algo inevitable y aun el príncipe podría descantar porque te quedaras con nosotros.” Dijo con alegría dándole un fuerte abrazo no sin notar la mirada que daba la joven por Piero que ahora comenzaba a alejarse.

“Porque piensa que elegirás voluntariamente quedarte con nosotros Leonor.” Le susurró al oído como si tuvieran una conversación privada aunque el vampiro no estuviera muy lejos. “Con el tiempo iras entendiendo sus palabras y gestos, no te desesperes pequeña. Pero necesitas tener una mente abierta y olvidarte de toda la educación contracturada que hayas aprendido.” Le aconsejo aun susurrándole al oído.