Partida Rol por web

-Yo creo que ella quería a su tío como a un segundo padre, pero ahora se está empezando a dar cuenta de que tipo de persona es – Le respondió ante los consejos sobre lo que debía hacer su amiga con su vida – Yo pienso que Gianna es una persona inteligente y estoy segura de que ya está tomando cartas en el asunto, pero sacaré el tema de conversación en algún momento, amor. Gracias por la advertencia. – Continuó, agradeciéndole sus palabras puesto que demostraba preocuparse por el destino de la gente que le importaba.

Cuando Konrad habló de interrogar a la guardia y finalmente le habló sobre la bandera, la jovencita abrió mucho los ojos prestando atención a todo lo que oía – ¿Filósofos? ¿Exaltados? ¿Significa eso que están locos? Perdona mi amor, pero la descripción que me das es aplicable a cualquier vampiro. Todos pueden hablarme con educación y al momento siguiente destrozarme física o mentalmente porque les contradiga – Le explicó, no queriendo volver a sacar el tema de Tommaso en aquel callejón, pero teniéndolo muy presente en su cabeza. – De hecho, también es aplicable a casi todos los humanos con poder que he conocido – Recapacitó.

Cuando finalmente él le respondió a su deseo de llevar consigo a sus amigos hasta las tierras del norte, Leonor volvió a arrugar la nariz contrariada, al tiempo que le respondía – Pues tu deseo es llevarme contigo y no parece que tengas muchos problemas en cumplirlo. – Totalmente ajena a que seguramente él estaba pensando en la dama que tanto se parecía a ella y que fue asesinada tiempo atrás.

“Los locos son de otro clan distinto. Dicen ellos mismos que son pasionales.” Le aclaro tras negarle un poco con la cabeza. De nuevo nego con la cabeza ante la nueva suposición de la joven. “Es cierto en parte lo que dices, pero los Brujah no solo van contra humanos si se los contradice también lo hacen con vampiros, con hombres lobo y demás seres, incluso hay rumores que fueron contra el primero de ellos. No se como hizo como hizo Cain para evitar un conflicto con ellos, pero sospecho que solo no fueron documentadas esas peleas.” Comento esperando que entendiera mejor la falta de limete que podia tener aquel clan.

“Aunque en verdad es algo comico que digas que parecen humanos, porque justamente son los que mas humanos se creen entre nosotros. Es algo asi como su orgullo.” Le siguió relatando de ese clan que era nuevo para ella.

El vampiro no respondió a ese pequeño comentario mordaz no era el momento ni el lugar. No estaba con intención de pelear con ella por eso fue que se acerco con cierta prisa a su rostro y sello con un beso una preventiva paz entre ambos amantes.

Leonor asintió muy atenta ante el nuevo conocimiento que Konrad le daba sobre ese misterioso clan de vampiros. Sabía que tarde o temprano terminaría sabiendo más sobre todos ellos si seguía junto a su Domitor, aunque también se daba cuenta de que él parecía no desear contarle más de lo necesario por alguna extraña razón que no comprendía… ¿Quién sabe? Quizá no quería cambiar su forma de ver el mundo tan rápido, o quizá se trataba de otra cosa. Aunque, según ella, cuanto menos supiera, menos preparada estaría ante las cosas que le ocurrieran en un futuro.

Por todo ello, cuando él la besó, la jovencita decidió rendirse ante él, abrazándole a un más y correspondiendo con dulzura. No sabía por qué le amaba tanto, pero ese sentimiento iba creciendo cada día más en su interior a peligrosa velocidad. Tenía que hacer algo si deseaba descubrir si su amor por él era real… y tenía que hacerlo pronto.

Leonor se sentía nerviosa. Había estado tanto tiempo buscando a su hermano que había llegado a perder la esperanza. Sin embargo, gracias a su querida Gianna por fin le había encontrado, y la mera idea de volver a perderle, la inquietaba hasta el punto de intentar buscar ayuda de todas las personas que conocía.

Por eso mismo, la jovencita volvió a uno de los lugares que más amaba de la ciudad, y cuando atravesó las puertas de la taberna de Facciolo, un montón de sentimientos se agolparon en su cabecita haciéndola sonreír.

Tenía ganas de abrazar a Camila, por lo que la buscó con la mirada en esa bonita noche llena de esperanza, esperando también poder volver a ver esos hermosos ojos verdes de Piero que no habían dejado de cautivarla desde que le vio por primera vez.

Una taberna muy amplia con el tamaño suficiente grande para tener varias fiestas dentro de ella y que aun haya el espacio. Se encuentra cerca de la plaza de San Marcos. La taberna es dirigida por una mujer rubia de nombre Camila, que se encuentra en el puesto mientras el dueño se encuentra de viaje de negocios en las tierras de ultramar de Venecia. El local tiene una fama o infamia por sus meseras jóvenes y lindas que se dedican a servir a los clientes en ciertas ocasiones de una forma mal vista. De cualquier forma posee una gran clientela de todo tipo, incluyendo extranjeros del otro lado de Ultramar.

Por otro lado es un buen lugar para que varios viajeros tomen refugio y duerman por la noche. Contando con la seguridad de un grupo de mercenarios europeos que fueron contratados por el dueño para cuidar la que siempre fue la morada de su familia.

La taberna como siempre recibia a sus visitantes, aunque Leonor no era un visitante mas en ese lugar. Ella no venia de noche a escaparse de su esposa o buscaba un refugio para dormir o tenia un negocio clandestino como podrian estar haciendo algunos de los clientes que se encontraban ahora presentes.

Ella buscaba a gente conocida y por eso con su vista enfocada en ello no tardo en encontrar a Camila detrás barra observando alegremente como Donna bailaba en una de las mesas atrayendo a muchos de los clientes. Aunque ella no era la unica con esa actitud festiva viendose a otros clientes y meseras bailando contentos, junto con algunos guardias de la Taberna.

Aquel ambiente de festejos sorprendio a la pequeña que parecia ser ignorada por los presentes, pero lo que mas le sorprendió en ver a Piero sentado en una de las mesas. No estaba solo con una de las chicas (Velia) durmiendo apoyado en él. Velia sonreia contenta y Piero parecida pegado a la danza de Donna como tantos otros.

El camino hasta la plaza de San marcos no fue complicado puesto que ya se lo conocía de memoria y no estaba relativamente lejos de la posada donde se alojaba Lord Konrad.

Nada más entrar, Leonor no pudo evitar contagiarse de la alegría que se respiraba en el ambiente, con la hermosa Donna alegrando la vista al personal gracias al movimiento de sus caderas, y la sonriente Camila observando a la clientela con alegría.

Pero una cosa sí que llamó la atención de la jovencita, puesto que era la primera vez que veía al apuesto Piero en el gran salón de la taberna, y mucho menos sosteniendo a su querida Velia, la cual dormía plácidamente junto a él.

La huerfanita había decidido acudir como Leonor, al no haber tenido tiempo para cambiar sus ropajes tras la estancia en casa de Gianna y su posterior conversación con su Domitor. Por eso mismo, y con la intención de no despertar a Velia, la damita decidió acercarse hasta Camila, para darle un gran abrazo.

No supo como pero antes de terminar de acercarse a Camila sintio la mirada de Piero sobre ella, era un sentimiento extraño el que sentia ya que no era como el de otros hombres o seres oscuros, algo en su mirada era distinto tanto que no sabia si era bueno o malo. Pero al sentirse curiosa y mirarlo, noto que estaba concentrada en ella por un largo instante.

De cualquier forma ella siguió ya que el hombre no se levanto de su lugar y volvio su vista a Donna. El abrazo de ella fue respondido primero con un pequeño salto de susto antes de darse cuenta de quien se trataba y devolver el abrazo.

“Crei que alguno de estos se habia olvidad de nuestra regla de no molestar a la chica tras la barra…” le dijo con una falsa molestia, que era clara por una sonrisa divertida que tenia y que arruinaba cualquier tipo de actuación. “Me alegra que fuiste vos querida. Hoy prefiero no cachetear a nadie. Mucho menos a mis amigas.” Comento y volvio a abrazarla con fuerza antes de invitarla a que viniera a sentarse junto a ella como una compañera mas.

“Ha pasado un tiempo? Como te ha tratado la ciudad?” pregunto curiosa examinandola un poco queriendo averiguar por su cuenta. “¿Quieres comer algo?”

Leonor no pudo evitar quedarse quieta unos segundos al sentir los ojos del apuesto Piero clavados en ella. Ese hombre era especial, como si pudiera leer su alma en la distancia, pese a la gran cantidad de gente que se arremolinaba en la taberna, bailando y cantando alegremente al compás de los pies de Donna.

No obstante, tras aquellos segundos de indecisión, la jovencita siguió andando y decidió no cambiar sui trayectoria, para evitar que Velia se despertara.

El sobresalto de Camila consiguió sacarle una sonrisa divertida y hacerle olvidar momentáneamente la sensación que le producía Piero. Cuando finalmente la mujer la abrazó, Leonor se dejó arropar cariñosamente por su amiga, la cual había echado de menos más de lo que esperaba.

-Sinceramente me siento afortunada de no ser un aprovechado, puesto que sé perfectamente de lo que eres capaz y no me gustaría ser víctima de una Camila enfurecida – Le respondió con la misma alegría, acompañándola hasta la barra donde se sentó tal y como le pedía.

-No he venido a abusar de tu hospitalidad, aunque jamás le diría que no a un poco de ese riquísimo estofado de la casa – Afirmó categórica, recordando las delicias de la cocina de aquella entrañable taberna – He venido para darte una buena y una mala noticia, aunque preferiría que fuera en un lugar con menos oídos, la verdad. – Finalizó mirando a todos los felices parroquianos, sin saber decir si alguno podía estar espiándola.

“Sabes lo que puedo hacer? Lo siento pequeña pero no me has visto enojada.” Le dijo dándole un guiño cómplice mientras la dejaba pasar tras la barra y echaba un vistazo alrededor a los demás. En especial miro a Piero quedándose un rato pareciendo esperar su mirada de vuelta pero no la recibió, siendo porque el hombre volvió a mirar a Donna.

“Lo tendrás, solo tendrás que esperar a que lo cocine.” Dijo con una fácil sonrisa al referirse al estofado. Pero su sonrisa se hizo mas chica al escuchar sobre las noticias que tenia ella.“No me gusta como suena, pero te agradezco que confíes en mi de esa manera. Vamos a las habitaciones, no debería haber nadie ahí.”

Dicho eso la llevo a la habitación que había sido de Leonor y hasta donde ella sabía seguía siendo de ella. Por el estado de esta aun no se usaba. En el pasillo no se encontraron a nadie y el único sonido venia de la sala común que seguía festejando. “Dime n el orden que prefieras las noticias, yo te escuchare todo lo que necesites.” Le ofreció esperando paciente a que empezara a hablar.

Leonor sonrió ante su guiño cómplice. Le gustaba ver a la hermosa mujer feliz, y hacía tiempo que no disfrutaba de una conversación distendida y sin dobles intenciones.

-Dicen que si algo merece la pena, te hará esperar con gusto ¿No estás de acuerdo? – Respondió refiriéndose al estofado, justo antes de asentir y acompañar a Camila a su antigua habitación.

Le resultó bastante grato volver a aquel pequeño y acogedor lugar, y más aún al ver que no pertenecía a ninguna otra chica y que parecía todo igual que como lo dejó. Aquello le trajo bonitos recuerdos, y por ello tomó de la mano a la tabernera y se sentó junto a ella en el borde de la cama antes de hablar, tal y como ella le pedía.

- ¡Camila, he encontrado a Theo! ¡Mi hermano está vivo! – Comenzó con una amplia sonrisa que se vio reducida ante sus siguientes palabras – Lo malo es que creo que está en poder de una Vampiro de un clan llamado Brujah, le ha hecho algo para que no se acuerde de mí y pronto partirá con él hacia tierra griegas. – Le soltó de sopetón, sabiendo que seguramente comprendería inmediatamente su angustia.

“Mmm No se. No me gustaria esperar toda mi vida por algo asi, ni lo haria con gusto. Soy algo ansiosa queria.” respondio medio en broma medio en serio, para luego llevarla a su habitación no sin antes dar una ultima mirada a Piero.

Cuando estuvo la joven lista para dar las noticias, Camila solo se centro en escucharla. Sorprendiéndose con alegria del hallazgo de Theo, antes de verse preocupada por lo que decia que le habia hecho otro vampiro.

“Eso suena horrible querida. Tan cerca de él pero buscan alejártelo de ti. Siento que pases por esto…” lamento tomándola para darle un nuevo abrazo para contenerla completamente en esta circustancia. “Cuéntame que harás con esta vampira? Tienes a alguien ayudándote a lidiar con ella o iras sola? Yo te recomiendo que no hagas esto ultimo, ese clan no es muy…comprensivo cuando tienen una idea en la cabeza.”

Leonor volvió a sonreír ante la respuesta que le dio Camila. La jovencita podía visualizarla perfectamente perdiendo la paciencia ante algo que realmente quisiera, aunque también sabía que la guapa tabernera tenía un corazón lo suficientemente bueno como para permitirse esperar con gusto por aquello que importaba de verdad.

Tras aquellos pensamientos, ambas pasaron al tema de su hermano. La huerfanita se dejó abrazar agradeciendo de corazón aquella muestra de cariño que pocas veces obtenía en la vida cruel que le había tocado llevar. Tan solo unas pocas personas le habían mostrado ternura, y Camila era una de ellas.

-Acudí a mi Domitor tras descubrir el paradero de Theo y fue él quien me dijo que podía tratarse de una Brujah. De momento ella ha aceptado asistir a una cena y Lord Konrad ha sugerido vigilar sus movimientos mientras tanto para conocer más de ella. Mi plan es dejar a Theo a solas con Lord Konrad para que intente devolverle los recuerdos, aunque sé que Piero es muy bueno en esos asuntos y tú me contaste que hay hombres bastante capaces a vuestro servicio. Por todo ello, pensé que compartir mis problemas contigo y con Piero era una buena idea. – Afirmó mirándola a los ojos con una sonrisa, dejándole ver cuánto confiaba en ella.

La rubia escucho con atención las palabras de Leonor, afirmando en ciertas partes para que ella continuara revelando lo que habian planeado.

“Piero es muy bueno recuperando recursos y tu lo sabes de primera mano. No se como es tu Domitor en eso pero si te es posible trae a tu hermano con nosotros si es que tu Domitor necesita que lo asistan en el trabajo.” Le explico aunque sin insistir demasiado en la posibilidad que fuera Piero quien se encargara.

“Tenemos buenos hombres aquí, defensores de las mujeres. Aunque estos sirven a Piero cuando esta presente, por lo que deberias preguntárselo a él si quieres la ayuda de estos.” Le respondio con una pequeña sonrisa peinándola un poco.

“De cualquier forma trataremos de ayudarte lo mejor que podemos con tus problemas. No quiero que pierdas a tu hermano.”

-Lo mas difícil será traer a mi hermano. No creo que esa mujer se separe mucho de él por lo que he visto y oído. – Respondió con expresión preocupada mientras se situaba junto a ella de tal manera que facilitaba que Camila pudiera peinarla si lo deseaba.

-Quería preguntarle a Piero directamente, pero Velia estaba dormida junto a él y no la quise molestar… No es que me vaya a ir corriendo nada más llegar, y menos si me está esperando el estofado – Afirmó tratando de no parecer demasiado ansiosa por el asunto de su hermano.

-No sabes cuánto agradezco tus palabras, Camila. Saber que Theo está vivo me ha devuelto la alegría a pesar de todo, y no pierdo la esperanza de recuperarle… Tan solo espero que el precio no sea demasiado alto para ninguno de los dos – Finalizó, sin atreverse a decir en voz alta que estaría dispuesta a cualquier sacrificio con tal de que Theo estuviera a salvo y fuera feliz.

Camila parecia peinar a la pequeña para calmarla un poco mientras escuchaba su relato. Pero ya hacia tiempo que se encontraba repasando su trabajo en un movimiento automatico.

“Esperaria que no te bajas corriendo…” dijo con una pequeña sonrisa que no duro demasiado. “Aunque espero que te bajas como otras veces. Dejándome preguntándome si te encuentras bien por tu cuenta en esta ciudad.” Comento no como una reprimenda pero dejando ver su tristeza en las idas de la pelirroja. “No la molestaras. Piero tambien te extraña y seguro si se lo pides vendra contigo a hablar en privado.”

La rubia sonrio de vuelta. “De seguro encontraras la mejor forma de recuperar a tu hermano. Ya sabes que nosotros estamos para ayudarte, pero Piero deberia ser quien sugiera algun plan ya que podria saber mas del tema.”

Leonor se dejaba hacer totalmente encantada porque acariciaran sus cabellos.

-Estoy bien, aunque las cosas están bastante extrañas ultimamente. Me han ocurrido cosas tristes, aunque aun consigo llevarme algunas alegrías como el hecho de encontrar a mi hermano sano y salvo a persar de todo. - Respondió pensando en todo lo que había perdido pero tratando de ser positiva.

Cuando Camila le insistió en que llamara a Piero, la huerfanita asintió al tiempo que respondía - ¡Bien! en ese caso, comeré ese estupendo estofado y cuando termine molestaré a Velia para que me ceda al guapo de Piero durante un ratito - Le respondió con una sonrisa, permitiendo que Velia aun pudiera disfrutar de la compañía del Vampiro.

Camila trato de calmarla o al menos mitigar un poco las preocupaciones que tenia la joven, aunque sin terminar de llegar al fondo ya que no tenia una completa idea por lo que habia pasado Leonor en esas noches frias de Venecia.

Pero igual por el momento parecio que tendria calma y ademas comería un estofado lleno de cariño que Camila no tardo en dejar frente a ella tras unos minutos en la cocina. El estofado era muy rico y llenaba bastante en comparación a la comida que habia comido por años la joven pelirroja. Incluso podria llegar a pensar que los hombres no solo venian para saciar su apetito mirando solo con las lindas chicas que habia.

Tras comer a su ritmo junto a una Camila que le contaba como habia estado el local sin ella, con solo algunos hombres que se propasaban y algunos duelistas borrachos siendo el mayor de sus problemas. Por lo demas se encontraban tranquilas y ahora algo mas contentas con Piero supuestamente volviendo de su viaje. Hubo un par de visitas de ciertas personas mas nobles para hablar con él, pero con cierta decepción Camila afirmaba que este no termino aprovechando las situaciones.

Cuando ella termino de comer le dijo que esperara ahí y que ella llamaria a Piero para que venga a su habitación, de paso contendria a la enojada Velia. Dijo esto ultimo con una sonrisa complice y un guiño para que Leonor no se lo tomara muy enserio.

Leonor sonrío con el mismo cariño que Camila le dedicaba y aceptó el estofado mientras se relamía ante el suculento plato frente a ella. Aquel lugar había sido el primero en el que le habían ofrecido amor y ayuda sin pedir nada a cambio, y ella jamás lo olvidaría pasara el tiempo que pasara.

- ¿Por qué piensas que no aprovecha las situaciones? - Se interesó la joven al escuchar las explicaciones sobre lo que había sucedido en el local y sobre las visitas recibidas por Piero.

Cuando obtuvo su respuesta y, tras haberse saciado de aquella suculenta comida, Leonor finalmente aceptó que la tabernera fuera en busca del Vampiro. Realmente no deseaba molestar, pero recuperar a su hermano era demasiado importante como para no intentarlo todo, por lo que esperó pacientemente a que el apuesto cainita acudiera a su habitación.

La mujer sonrió pareciendo divertirse con la pregunta que le planteaba la pelirroja. “Podría hacer mejores relaciones con la nobleza, eso siempre es bueno pequeña. Pero tal vez estoy siendo algo ambiciosa pequeña. No te preocupes.” Le dijo con un pequeño guiño antes de retirarse rápidamente dejando en eso la conversación.