Partida Rol por web

La Busqueda

Primeros pasos (Prologo)

Cargando editor
12/12/2014, 16:23
Narrador

Silenciosa y con una habilidad envidiable, Leonor bajo del puesto sin llamar la atención de las personas en este. Sabino y Nano miraban el espectáculo con gran interés y lo mismos hacían el panadero y su hijo. Se había escabullido sin problema de ahí, queriendo avanzar hacia los monjes que repartían comida en el centro de la plaza.

Pero había olvidado lo que había costado antes avanzar por la gente o creía tener una mejor oportunidad ahora. Al final no estuvo del todo equivocada ya que la distracción que le daba el cardinal a la gente la hacía preocuparse menos de la joven que se encontraba ingresando entre ellos, tratando de llegar hacia la comida. Aunque tampoco era sencillo, llegando a casi la mitad empezó a experimentar la sensación de estar atrapada en la masa y algo desorientada.

Sin embargo aquella sensación no duro mucho cuando noto a un sujeto cerca suyo con una capucha tapándole el rostro abriéndose paso por la gente con menor problema que la chica. El hombre se lo notaba más fuerte y bien alimentado, junto a un limpio en el rostro que contrastaba con la ropa sucia que vestia. También noto que su mano se depositaba en el pomo de una espada, dándole una mala sensación a Leonor, que solo podia incrementarse con la mirada siniestra del sujeto al carruaje del cardenal. Atrapada como estaba no se podía mover mucho, por lo que en ese momento se quedó observando como el individuo comenzaba a avanzar de nuevo pero esta vez en una dirección más directa al carruaje del cardinal.

Nadie mas parecia darse cuenta de esto, excepto la Leonor.

Cargando editor
14/12/2014, 17:27
Leonor Amore

En el fondo de su alma, la joven huerfanita no podía permitir que el hijo del panadero se enfrentara a la furia de su padre por perder los preciados panes calientes. Por esta razón, se arriesgó a adentrarse entre la multitud para conseguir comida suficiente como para que Sabino y sus chicos quedaran lo suficientemente satisfechos.

Por todo ello, dejó el cómodo palco en el que se encontraba y comenzó a acortar la distancia que la separaba de la comida ofrecida por los monjes. Afortunadamente, sus sospechas no fueron infundadas, puesto que al estar totalmente distraídos con la llegada del Cardenal, nadie se fijó en un pequeño muchachito escurridizo que iba avanzando cada vez más y más hacia su destino.

Lamentablemente para ella, la muchedumbre era cada vez más y más numerosa, por lo que no pudo evitar quedarse casi atrapada en el bullicio en un momento dado. Cuando estaba empezando a desesperarse, sus ojos se posaron en una figura que avanzaba siniestramente hacia el carruaje, con una convicción que no le pasó desapercibida. De alguna manera, su cerebro supo rápidamente lo que aquel individuo estaba a punto de perpetrar, y sin saber muy bien por qué, la pequeña pelirroja simplemente decidió que no podía permitir que se produjera un asesinato, fuera cual fuera el objetivo, si estaba en su mano detenerlo.

Siendo totalmente consciente de que nadie la oiría si gritaba, Leonor hizo acopio de toda su fuerza de voluntad, para alcanzar el pequeño paso que el asesino dejaba tras de sí al apartar a la muchedumbre mientras avanzaba. Ella era más rápida, más menuda y más escurridiza, por lo que esperaba que aquello fuera ventaja suficiente para sobrepasarle a tiempo y alertar a la guardia antes de que el hombre lograra su objetivo.

Notas de juego

Mi intención es avisar a los guardias o al mismo cardenal, pero si no puedo, intentaré hacer tropezar al asesino o incluso robarle el arma si es posible antes de que mate a nadie…. ¡Maldita sea! Por qué tendré que haberle puesto naturaleza “Protectora” a mi pj. Seguro que termino muerta por esto :(

Cargando editor
14/12/2014, 21:08
Narrador

Efectivamente nadie podría escucharla gritar en ese momento importante. Para empezar porque la gente alrededor y cercana al cardinal se encontraba gritado en pidiendo ser bendecidos y alimentados, además también estaban los músicos que tocaban con una emoción que taparían cualquier advertencia y finalmente la huérfana sabia los límites de su voz, no necesitaba probar para estar segura que no alertaría a nadie más que al asesino si gritaba ahora.

Por otro lado seguir sus pasos resultaba más fácil, gracias a que este con la menor delicadeza posible empujaba a la gente ganándose insultos a su persona. Los más valientes trataban de detenerlo aunque parecía que una mirada del sujeto siniestro hacia detener cualquier impulso de venganza contra su persona.  Detrás de él quedaba un camino perfectamente transitable para la pelirroja, a pesar que no le daba tiempo de detenerse ya que la gente volvía a juntarse por lo que solo una corta pausa dejaría detrás a la huérfana sin la posibilidad de hacer nada.

Trato varias veces de adelantarse pero se volvió complicado y casi imposible hacerlo. Por lo que le quedaban solo unas cuantas ideas de que debería hacer, antes de que el asesino llegara a su objetivo que era protegido por una línea de guardias desde su llegada, aunque este no parecía desanimarse en lo mas mínimo por ello.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Antes que nada Astucia + Sigilo (dif 6), si logras 2 o mas exitos convertis a la accion siguiente en una sorpresa y ganas dos dados mas.

Tropezar al asesino = Destreza + Pelea (Dif 7)

Robarle el arma (Espada ancha) =  Destreza + Prestigistacion (Dif 7)

Cualquier otra accion que se te ocurra me la decis aca o en el off y te digo que tirar :)

Cargando editor
15/12/2014, 00:07
Leonor Amore

Leonor trató de apresurarse para evitar que aquel hombre se perdiera entre el bullicio, por lo que, tras descubrir que resultaba prácticamente imposible adelantarle, decidió colocarse justo detrás de él. Nada parecía detener al asesino, el cual miraba a su objetivo con una determinación que daba miedo, y la pelirroja intuía que, si él descubría sus intenciones, no tendría ningún reparo en darle muerte.

Tras evaluar rápidamente las posibilidades que tenía a su alcance, llegó a la conclusión de que lo más inteligente sería robarle el arma sin que éste se diera cuenta. Con lo pequeña y débil que era, no conseguiría hacerle tropezar, y siempre podía volver a levantarse y cumplir su cometido, pero si no disponía de su espada, no lograría matar a nadie… al menos con ella.

Con el pulso acelerado y el alma llena de convicción, Leonor se aproximó hasta su objetivo y alargó sus estilizados dedos para atrapar la hoja asesina antes de ser descubierta. Esperaba poder quitársela sin ser descubierta y tener tiempo suficiente para escapar, porque si algo salía mal, sus cabellos no serían lo único rojo que adornara su figura.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Le he sumado los dos dados por el éxito en Astucia + Sigilo :)

Cargando editor
15/12/2014, 01:02
Narrador

El sujeto pareció no darse cuenta en ningún momento de que la pequeña huérfana lo seguía, ni siquiera cuando se acercó lo suficiente para colar su mano por su ropa para alcanzar su espada.

Por su parte la jovencita anduvo detrás del sujeto un buen rato sin tomar la espada, porque este la tenía agarrada del pomo como visto ella antes.Fue cuando corrió a otros sujetos delante de él con esa misma mano que supo que debia aprovechar el momento. Con una destreza y sutileza bastante entrenada en el arte de arrebatar bolsas de dinero a los incautos hundió su mano entre su ropa hasta dar con el tomo de su espada. Su siguiente movimiento fue sacarla con una suavidad que no genero ningún sonido o creo presión alguna en el dueño de la espada.

Tras lo que pareció los segundos mas largos de su vida, la pequeña pudo sacarle su espada de la funda. Dejando supuestamente desarmado al sujeto. Este incluso siguio avanzando como si nada pasara.

Cargando editor
15/12/2014, 02:04
Leonor Amore

Los segundos parecieron eternos cuando, tras buscar el momento propicio donde el asesino no estuviera sujetando su espada, la joven huérfana sacó lentamente la hoja de la vaina. Casi no pudio creérselo cuando la tuvo por fin en su poder y aquel hombre continuó avanzando hacia su objetivo, completamente desarmado. No obstante sabía que no pasaría mucho tiempo hasta que se diera cuenta del hurto al que había sido sometido, por lo que decidió guardarse el arma lo mejor que pudo y fundirse entre la multitud. Lo mejor que podía hacer era esconderla en algún lugar para recuperarla más adelante, por lo que buscó el sitio más propicio para ello. En el fondo de su corazón quería estar segura de que aquella acción había sido suficiente para salvar vidas, aunque no sabía si el hecho de no contar con su espada, detendría al asesino, por lo que cuando lograra librarse momentáneamente de su tesoro afilado, pensaba buscarle entre la muchedumbre para tratar de averiguar sus intenciones.

Cargando editor
15/12/2014, 21:39
Amedeo Uccello

La obra de bien había sido hecha impecablemente o al menos eso había pensado Leonor antes de chocarse con un sorprendido guardia Veneciano. Era extraño que ella no lo había descubierto estando tan cerca de ella, pero al parecer el hombre también había decidido ir sigilosamente tras ellos.  “Eso fue sorprendente…” fue lo único que dejo mirándola por un instante, antes de cambiar su mirada a lo que era su verdadera presa.

Él también llevaba su mano en el pomo de su espada, aunque no tardo en sacarla mientras daba persecución al asesino. Incluso cerca estuvo de detenerlo al alcance de su espada si no fuera por un tipo que se le atravesó maldiciendo al guardia, luego de escuchar eso el asesino tardo un segundo en darse vuelta y otro segundo en darse cuenta que de alguna forma había sido desarmado por alguien de la multitud.

Pero el estupor no duro demasiado y en su mente se empezó a formar un plan, este para la sorpresa del guardia y Leonor fue de atacarlo de frente al primero. Sin embargo el Guardia no se dejó intimidar dándole pelea al asesino. Todo debió terminar en el momento que el guardia abanico la espada hacia abajo dando en el hombro del asesino, pero este continuo avanzando como si nada alcanzando las manos del guardia para tomarlas con fuerza.

En ese momento parecieron quedar en un punto muerto ninguno de los dos rindiendose ante el otro, pero no era asi se notaba mayor dolor en el guardia y como su postura iba decayendo con el fuerte apretón que hacia sobre él el asesino que se encontraba sonriendo con completa confianza. Mientras a los costados la gente parecia demasiado temerosa para ayudar algo al guardia.

- Tiradas (1)
Cargando editor
16/12/2014, 00:33
Leonor Amore

Estaba dispuesta a salir de allí cuanto antes para deshacerse de la mortífera hoja, cuando la intrépida joven fue sorprendida por un guardia Veneciano que la miró con los ojos abiertos e incluso la felicitó por su hazaña. Aun atónita por no haberse percatado de su presencia, Leonor no tuvo tiempo de responder ante aquel alago, puesto que el joven reemprendió la persecución que había iniciado para tratar de alcanzar al asesino.

Lamentablemente para él, uno de los transeúntes le delató, haciendo que el peligroso hombre se girara hasta encarar al guardia, incluso desarmado como estaba. Ni siquiera la estocada que recibió en el hombro le detuvo, y no cesó hasta realizar un agarre hacia las manos de su contrincante, imprimiendo tanta fuerza que la joven pelirroja estaba segura que aquel desconocido encapuchado terminaría saliendo vencedor ante los ojos de todos los presentes que nada estaban haciendo para ayudar al guarda en apuros. Sin detenerse a pensar en las consecuencias y sin saber muy bien por qué lo hacía.

Leonor salió de su escondite para atacar al asesino con su propia espada ancha desde la espalda. No obstante, cuando intentó levantar aquella espada para golpear, resultaba tan pesada que le fue totalmente imposible hacerlo, por lo que se vio obligada a descartar aquella posibilidad y a sacar la pequeña daga que siempre llevaba oculta ante cualquier eventualidad. Ella hubiera preferido apuntar a los brazos de aquel hombre para que no existiera la posibilidad de causarle una herida mortal y para anular definitivamente cualquier intento de ataque por su parte, pero si lo intentaba corría el riesgo de alcanzar al joven guardia, y no podía permitirse que le ocurriera nada malo por su culpa….

Tan solo esperaba no fallar en su intento de socorrer al joven, mientras en su interior se decía a sí misma que no debería estar arriesgando la vida por alguien que de seguro la patearía y la apartaría del camino por pertenecer a la chusma de las calles.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Ale, post evitado y nuevas tiradas hechas ^_^ Aunque tengo una duda. En mi libro de edad oscura pone que el ataque con daga baja uno a la dificultad, asi que no sé si sería dificultad 4 por darle por la espalda. Si es así, habría sacado 8 éxitos y la tirada de ataque sería de 10d10 (fuerza+1+éxitos) Ya me dices. Si quieres el daño lo tiras tu en oculto para que mi personaje no sepa lo herido que está el malo :)

Cargando editor
17/12/2014, 03:16
Narrador

El asesino sintió una presencia detrás al escuchar el sonido de la espada contra el piso, pero nada podía hacer mientras se concentraba en hacer sufrir al guardia. Además en su mente se le venía la idea de que se tratara de uno de los espectadores que dejo caer algo asustado por lo que presenciaba.

Es por ello que la daga de la joven se le clavo sin problema mucho problema en el confiado asesino y este reaccionando ahora si al dolor grito, antes de darse media vuelta a ver a la causante de ese dolor. Estuvo a punto de decirle algo a la joven, pero el guardia no le dio oportunidad aprovechando la distracción del sujeto para patearle con fuerza y de un fuerte tirón deshacerse del agarre de este.

Unos segundos los tres individuos quedaron quietos esperando que algún otro se moviera. Sin embargo no fue más que un instante antes que el guardia volviera moverse con la espada y el asesino tratara de esquivarlo, aunque esta vez los movimientos de este fueron más lentos posiblemente por la herida que había sufrido en su espalda. Finalmente el asesino termino vencido con la espada del guardia clavada en el estómago, atravesándole hacia el otro lado dejando que Leonor tuviera una buena vista de la punta de la espada.

Cuando el guardia retiro su espada del hombre, este cayo casi inerte en el piso tardando unos segundos en quedarse quito. “No puede ser…” Fue lo que expreso con un tono incrédulo como sus últimas palabras.

Cargando editor
17/12/2014, 03:44
Amedeo Uccello

Amedeo suspiro aliviado que el enfrentamiento había terminado, no quería admitirlo pero por poco este pudo resultar su último duelo con una persona. Aunque parecía que tenía un ángel de la guardia con él.

"Muchas Gracias joven." le agradecio sinceramente rodeando el cadáver, para acercarse a ella pero mas precisamente a la espada que había dejado caer. Tomandola con su mano libre continuo hablando. "Te debo la vida, otra habría sido si no estabas para ayudarme." dijo observando con rechazo al asesino que empezaba a formar un charco cada vez más grande con la sangre que brotaba de él.

Ahora un poco mas tranquila Leonor podia notar que el guardia era joven, aunque parecia tal vez un par de años mayor a ella. Otra diferencia que su rostro no parecia mostrar un asco al que estabas acostumbrada con los demas guardias, sino que parecia mas amistoso. Ahora si esa impresion era solo porque la joven le habia salvado la vida o era asi siempre, no podia estar segura.

Cargando editor
17/12/2014, 22:11
Leonor Amore

Leonor observó toda la escena sintiendo como si ella misma no estuviera allí y no fuera la protagonista de lo que estaba ocurriendo. Todo pasó tan rápido y estaba tan asustada, que casi no recordó cuando había tirado la espada y cuando había sacado su pequeña daga para apuñalar al asesino.

Pero al sentir sus clavados en ella, por un momento el mundo se detuvo a su alrededor, como si estuviera en medio de una de sus horribles pesadillas de la que no tenía forma alguna de despertar. A punto estuvo de echar a correr, cuando contempló como el guardia tomaba la iniciativa y contraatacaba, profiriendo una estocada mortal a su enemigo, que acabó con su vida dejándole tendido en el suelo mientras la sangre se escapaba inexorablemente de su cuerpo. Acto seguido, y con la joven aun petrificada, recogió la espada que ella había olvidado en el suelo, mientras le agradecía su actuación.

Aquellas palabras hicieron que por fin reaccionara ante los acontecimientos, y adoptando de nuevo la pose masculina que había ensayado tantas veces, respondió con tono esquivo, y a la defensiva – No he hecho gran cosa. Lo único que me debes es la comida que no he podido recoger de los monjes por no llegar a tiempo… Ahora no podré alimentar a mis hermanos. – Respondió adoptando el papel de chico duro y desabrido que tan bien sabía interpretar.

Cargando editor
18/12/2014, 00:16
Amedeo Uccello

Mientras hacías tu acto de joven malo de la calle, que el guardia parecía creer, este pasó un trapo por su espada ensangrentada para limpiarla mientras hábilmente encontraba una forma de sostener la espada del muerto. Hacia ese esfuerzo como forma de impedir que Leonor la tomar y decidiera escapar con ella, este no sabía si podría usarla pero prefería no arriesgarse.

Colocando su espada en su vaina, comenzó a hablar. “Comida de los monjes…hablas de los franciscanos supongo?” pregunto mientras echaba un vistazo a ellos.

El carruaje no se detuvo mientras la pequeña y el guardián combatían al asesino, aunque se notaba que los guardias junto al cardinal habían notado la pelea, decidiendo no abandonar sus posiciones. “Lo siento, aunque me parece raro que pienses que una espada puede comerse…” Comento risueño. “Yo lo que vi fue que le arrebataste la espada a un sujeto peligroso.” Le recordó mientras se masajeaba los nudillos parecía seguir adolorido del apretón que sufrió. El guardia quería creer que el chico no mentía pero tantas veces había escuchado historias sobre hermanos, primos o madres enfermas que le costaba dejarse engatusar tan fácil.

Notas de juego

Hablando de pesadillas, hace una tirada de Fuerza de Voluntad dif 7 :)

Cargando editor
18/12/2014, 01:39
Leonor Amore

Leonor sabia que vendiendo aquella espada podría sacar algo de dinero para comer. No obstante era consciente de lo peligroso que sería encontrar a los compradores adecuados para un objeto de dichas características, que no fueran potencialmente peligrosos o que no desearan arrebatarle el arma, clavándosela en el estómago de paso. Por todo ello, observó los movimientos del guardia decidiendo finalmente que lo mejor era que se quedara con el arma para que no pudiera caer en malas manos.

– Si, hablaba de los Franciscanos. Y evidentemente no quería comerme la espada, sino evitar que ese cazzo di merda hiriera a alguien y consiguiera que los monjes dejaran de repartir comida. Aunque, ahora que lo mencionas… como he ayudado a las fuerzas del orden salvándote el pellejo, y el antiguo dueño del arma ha pasado a mejor vida, supongo que sus cosas me pertenecen, así que aceptaré un justo pago por ellas si las quieres. Así al menos podré darle algo a las bocas que tengo que alimentar – Finalizó con una sonrisa radiante por su ocurrencia, sabiendo que seguramente el guardia no solo no le daría nada, sino que dejaría de tratarla con respeto muy pronto.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Ya he hecho la tiradita! Por cierto,mañana es muy posible que no pueda escribir, que es la fiesta de navidad de mi empresa y llegaré tardísimo seguro. :D

Cargando editor
19/12/2014, 04:31
Amedeo Uccello

El guardia no pudo evitar largar una carcajada ante las palabras de la joven. “Seguro alguno de los monjes te diría que uno no hace buenas acciones esperando una recompensa…Pero como no soy como ellos acepto que te debo algo por tu servicio en favor a las fuerzas del orden.” Dijo riendo un poco más cuando termino de hablar.

Aunque paro rápidamente cuando observo que se les acercaban tres guardias. “Si sos paciente recibirás la comida para tu familia.” Susurro mientras hacía un gesto para que se quera quieta. "Por cierto me llamo Amedeo."

Notas de juego

Nada, despertaste bien de tus pesadillas :P

Cargando editor
19/12/2014, 04:46
Narrador

Cuando los guardias llegaron Amedeo se les paro frente explicándoles lo que había pasado, mencionando tu asistencia apuñalando al sujeto pero omitiendo el detalle que le habías robado el arma. Los guardias escucharon, aunque se apuraron a mover el cadáver hacia fuera y le transmitían una orden del capitán para que Amedeo volviera con ellos.

Antes de seguirlos te comento que le siguieras y que no te pongas nervioso ya que él saldría a defenderte antes de que te hicieran algo. A falta de algo más que hacer, los monjes parecían haber agotado la comida decidiste seguir con algo de precaución.

Al volver te das cuenta que se habían reunido unos cuantos guardias cerca del puesto de panes que habias escapado antes. Incluso el panadero parecía hablar complacido con uno de los guardias, mientras en el techo escondidos seguían Sabino y Nano. Al parecer nadie parecía darles mucha importancia o porque el chico seguía sano suponías que aun no se lo habían dicho al panadero. Reteniendo tu vista por unos segundos ahí, te ganaste una mirada fría de Sabino que se notaba molesto contigo por irte.

Pero todas esas cosas se volvieron menos importantes cuando notaste los cinco cadáveres de hombres vestidos de una forma parecida al asesino que habia ayudado a detener. Aunque las coincidencias no terminaban ahí, notaste también en sus aspectos algo que los delataba de extrajeros, lejos estaban de ser musulmanes sino que parecían europeos del norte.

Algo muy turbio pasaba ahi.

Cargando editor
19/12/2014, 04:49
Severinus Zanin

Podias notar como entre los guardias destacaba uno, que poseían un porte autoritario que lo colocaba indiscutiblemente por encima de sus compañeros de trabajo. Era el capitán de la guardia, un hombre duro y según tu hermano muy peligroso para los sin casa. Aun desde la distancia que te encontrabas te daba un escalofrió que recorrió toda tu columna, incluso tu instinto te sugería no acércate al hombre por una razón que no comprendías del todo. No eras la única porque notabas la incomodidad de los demás guardias, al menos de los que no sabían esconderla bien.

“Voy a repetirlo a ver si entiendo bien….teníamos la información adecuada de este ataque, pero igual entre mis soldados hubo una incompetencia que permitió a uno de los asesinos escapar?” pregunto observando a un soldado en particular. “Es mis tiempos de joven se te azotaría hasta que te desmayaras por este error, lo comprendes?” volvió a preguntar al mismo soldado que parecía volverse cada segundo más blanco.

“Pero yo soy diferente a mi predecesor, te daré una oportunidad de redimirte encontrando al sujeto. Incluso te lo aceptare muerto ya que tenemos en camino al cuartel a uno vivo. Aunque como no posees mi total confianza todos los demás aquí presentes buscaran a ese sujeto también y si llegan a encontrarlo antes que vos recibirán una recompensa, mientras vos sufrirás muchos en ese caso. Asi que será mejor que te esfuerces.” Le explico en un tono frio que imaginabas con facilidad que se tratara de su tono habitual.

“No tengo más que decirles, bueno excepto buen trabajo a los que lo hicieron aunque no se confíen que esto no ha terminado.” Agrego lo que parecía como una felicitación. “Dispérsense.”

Cargando editor
19/12/2014, 05:07
Amedeo Uccello

Luego que el capitan se marchara hacia la Basílica y los demas guardias se dispersaran, Amedeo volvio contigo.

"Gracias por esperar..." dijo volviendo a sonreir luego de ese desagradable momento. "Quieres que te compre panes para los tuyos? eso deberia llenarlos." Pregunto diriguiendo su mirada al puesto aunque esperando tus palabras antes de hacer el negocio.

Cargando editor
19/12/2014, 19:10
Leonor Amore

La joven pelirroja se sorprendió visiblemente ante la actitud amistosa del guardia. Era la primera vez que un miembro de la ley y el orden la trataba con algo diferente que el desprecio más absoluto, por lo que su reciente explosión de humor, la pilló totalmente desprevenida, haciendo que decidiera permanecer a su lado algo más de tiempo antes que salir corriendo y desaparecer entre la multitud.

-Mi nombre es Leo. Es un placer… Especialmente si cumples tu palabra - Se aventuró a decir, pero aun sin atreverse a estrechar su mano por miedo a que quisiera retenerla. Ante la llegada de los guardias, Leonor permaneció en un discreto segundo plano, a pesar de que Amedeo se empeñó en involucrarla.

¡Maldita sea! Hubiera sido mucho mejor para él que se atribuyera todo el merito, lo cual la hubiera ayudado enormemente a pasar desapercibida y que ninguno de ellos reparara demasiado en su existencia. En lugar de aquello, el muchacho se empeñó en contar toda la verdad, por lo que la huérfana tuvo que limitarse a desear que no la condenaran por haber apuñalado a un hombre sin formar parte de la guardia de la ciudad. Sintiéndose como pez fuera del agua, de nuevo decidió seguir a las fuerzas del orden hasta donde se encontraba el capitán.

Cuál fue su sorpresa al contemplar como los soldados estaban concentrados cerca del puesto de panes donde Sabino y sus chicos aun permanecían agazapados y escondidos. No hizo falta demasiado para darse cuenta de que el joven jefecillo estaba visiblemente enfadado, aunque en estos momentos la huérfana tenía otras cosas más importantes de las que preocuparse, que de contentar a alguien que acababa de conocer, y que no había sido especialmente amable con ella.

Los 5 hombres muertos tendidos en el suelo, terminaron por recabar toda su atención y el imponente capitán que amonestaba duramente a uno de sus soldados, casi hizo que Leonor quisiera salir corriendo para esconderse en algún lugar fuera de su alcance. No sabía qué era lo que infundía aquel hombre, pero durante unos segundos se encontró paralizada escuchando sus órdenes, sin atreverse a mover un músculo que pudiera revelar su presencia o llamar su atención. Por lo que decía, Parecía que todo esto había sido un ataque organizado al carruaje del cardenal. Ni más ni menos que siete hombres habían intentado llegar hasta su objetivo.

Cinco habían perdido la vida, uno había sido apresado para ser interrogado y el séptimo había huido del lugar sin ser atrapado por el pobre guardia que estaba sudando la gota gorda ante un impasible capitán que le hablaba con vehemencia… Estaba claro que este movimiento era algo que probablemente había sido estudiado durante meses por parte del enemigo. Era una suerte que los soldados hubieran sido prevenidos porque, de lo contrario, lo más seguro es que no hubiera errado en alcanzar su objetivo.

Cuando los guardias se dispersaron por fin, y Amadeo volvió a captar su atención. Leonor parpadeó un par de veces antes de reaccionar a su pregunta – Sería de agradecer – Logró articular, suponiendo que nunca se enteraría de lo que estaba pasando ni de la conspiración de poder en la que se había visto envuelta por accidente.

Cargando editor
19/12/2014, 21:19
Amedeo Uccello

Le puso la mano en el hombro por un instante y lo empujo levemente hacia el puesto. “Lo será estoy seguro con lo bien que huelen, Leo.” Comento mientras se acercaban hacia el panadero.

“Siento que hayas tenido que ver eso, creí que se habrían encargado de ellos.” Dijo dirigiendo su mirada a los cuerpos inertes, que por fin eran sacados de la via pública por otros guardias. Imaginabas que luego de ser examinados por otras pistas serian tirados al mar como tantos otros.

El panadero la miro con mala cara a la joven, a pesar que parecía recibirlo de buenas ganas al guardia. Pero ella no tuvo que soportarlo demasiado cuando el panadero finalmente decidió ignorarla. Por su lado su joven hijo la miraba preocupado, pensando que ya lo tenían atrapado.

“Cuanto vas a querer, no te excedas que el sueldo de los guardias no es como muchos dicen.” Dijo ofreciéndote una vía libre para elegir entre los distintos panes que ofrecía el panadero. Notabas que aunque este era italiano, parecía capaz de hacer el pan de distintas formas desde francés hasta árabe seguramente para consentir el gusto de cualquier extranjero.

Notas de juego

No es necesario que seas exacta en tu pedido ;)

Cargando editor
19/12/2014, 21:49
Leonor Amore

Le hubiera gustado poder registrar a los asesinos. Quizá habría encontrado una nota o algo que le indicara quien les había ordenado atacar, o qué objetivo exacto tenían. No obstante se dejó conducir por el guardia hasta el mismo puesto, dedicándole una mirada tranquilizadora al joven panadero e ignorando la mirada aviesa del fabricante de aquellos deliciosos panecillos que habían hecho que su estómago gruñera, totalmente famélico, no hacía demasiado tiempo atrás. -Me basta con un surtido de pan para hoy y para mañana, suficiente para cuatro personas – Dijo al fin dedicándole su primera sonrisa amable, y considerando aquella petición como un pago justo. Al fin y al cabo sabía que Amadeo no mentía al mencionar la escasa remuneración que recibían los guardias.