Partida Rol por web

El patriarca de la familia dio una pequeña sonrisa a las palabras de ambos y asintió, sus hijos hicieron lo mismo poco después.

“Les agradezco que hayan venido.” Dijo a ambos con la mejor sonrisa que le salía en ese momento. “Mi hijo me dijo que eres una mujer muy buena y que estés aquí lo comprueba completamente. Gracias Lady Gianna.” Dijo tras tomar las manos de ella y darle un par de besos en agradecimiento.

Notando la lagrima de ella pero sin seguirla en ello, por un segundo miro a su mujer que parecía llorar por ambos y se quedo pensando por un momento antes de volver a hablar. “Me disculpo pero tendrá que ser paciente para despedir a Leonzio. Su madre…necesita este momento.” Se disculpo el hombre soltando por fin las manos de ella.

Por su lado los dos hermanos se habían quedado mirándola a Gianna hace un buen rato, tal vez examinadora pero sin nada dejando toda la conversación a su padre.

“Gianna, si lo desea podemos hablar en privado…” comento de repente como invitándola con un gesto sutil a hablar en una de las esquinas de ese patio.

Gianna lo observó, era un hombre educado tal como lo recordaba de cuando era niña t corría por los pasillos en compañía de su hijo ahora extinto. La muchacha asintió cuando escuchó lo que el fallecido había dicho de ella.

-Leonzio fue muy generoso, mi Lord.

La verdad es que se le quebraba la voz, no se imaginaba o no podía hacerlo realmente, que su prometido nunca mas estaría frente a ella, incluso había disfrutado en la cama junto a él y ahora simplemente no estaba. Sus ojos se pusieron llorosos y tragó saliva antes de empezar a hablar.

-No tengo prisa, no quiero incomodar a vuestra esposa, ella tiene todo el derecho de estar allí, yo sólo era su prometida...

Dejó que él la apartara un poco del resto y asintió, aunque no le hacía gracia que quisiera hablar con ella y no con su tío porque así sería más difícil negarse y sin embargo, ahí estaba yendo con él.

-Lo que sea vuestro deseo, mi Lord.

Salomon asintió muy sentido a las palabras que decías de Leonzio. Ante el tema de su esposa dio una corta sonrisa. “Tal vez tienes razón pero no te preocupes lo terminaras saludando como corresponde.” Le prometió como quien no acepta un no aunque sea de su esposa.

Si bien los hermanos jóvenes de Leonzio habían quedado con la madre, tu tio no se quedo detrás acercándose junto a Gianna hacia donde la convocaba Salomon. Bastien hizo un poco lo mismo pero notaste la mirada de los hombres que le marcaba un limite al caballero.

“Lo que ha pasado ha sido una tragedia, la peor en la historia de mi familia.” Empezó con un enojo que si bien no disimulaba en sus ojos azules rabioso si lo hacia en su voz y conducta. “Esto no debe quedar asi y no deseo que quede asi, por lo que pido a usted Gianna Scarpati a que responda como amiga de la casa para dar caza al responsable de todo esto.” Le comentaba mirándola fija aunque de vez en cuando se desviaba hacia Vicenzo que se encontraba en silencio pensativo, tal vez porque esto no habia salido como lo habia pensado antes.

La joven no necesitaba que el hombre se disculpara por no poder estar con el cuerpo de su prometido pero no insistió pues suponía que de esa manera el padre de Leonzio se sentía un tanto mejor o al menos no tan mal.

-Os lo agradezco, mi señor.

Y entonces comenzó a hablar sobre el horrible incidente que había terminado con la vida de su hijo mayor y ella no pudo menos que contener el llanto porque no quería afligir más al pobre hombre y cuando le sugirió ayuda al respecto del asesino de Leonzio, ella no lo dudó ni un instante, es más, ni siquiera necesito que su tío le diera el visto bueno.

-Señor Ruzzini, vos y vuestra familia cuentan con mi apoyo en todo sentido... Estoy segura que mi tío ayudará con eso.

Se volvió a mirar a su tío esperando su respuesta aunque ya la sabía. Se sintió mucho mad tranquila pues no le estaba proponiendo un nuevo matrimonio.

El tio de Gianna no dijo nada y cuando lo viste notaste cierto orgullo en su persona. Vicenzo por mas tranquilo que fuera no era un hombre que veía mal que ocurran este tipo de venganzas, las cuales era una costumbre muy arraigada en ellos.

“Me alegra mucho que pueda contar con su ayuda Lady Scarpati. Esto que ha ocurrido es imperdonable para ambas familia.” Afirmo cerrando con fuerza su puño dando un vistazo corto a su primogénito fallecido antes de volver con ustedes. “¿Que saben de lo que ocurrió? Hay mucho de que hablar pero me gustaría que todos supiéramos por lo que paso mi querido hijo.” Comento con una severidad que no podías ignorar por lo temible y triste que parecían sus palabras.

“Por lo demás le debo recordar que esto deberá quedar entre la gente que mas confié. Han pasado otras cosas y creo que el Dogo hay despertado con el deseo de tranquilizar todo. Aunque por otro lado también sospecho de este.” Comento mientras acariciaba su barba dejando en claro que ningún parecia salvarse de las sospechas de ese hombre excepto ella.

-Mi señor, no me dé las gracias... Es lo que corresponde, aunque no me haya casado con Leonzio, nuestras familias siempre estarán unidas.

Se acercó a él y tomó la enorme mano cariñosamente.

-¿Deseais contarme qué fue lo que pasó exactamente? Porque nosotros aún no sabemos nada.

Pero Gianna no iba a escatimar, realmente quería ayudarlos a encontrar a cualquiera que hubiera tenido que ver con la muerte de su prometido y además, no sólo eso, los harían pagar de manera que nunca mas en su vida pudiera herir a nadie.

Esa última frase de ella lo hizo detenerse un poco en su lugar como si le hubiera sorprendido sus palabras. Pero pronto se destrabó al sentir la mano de ella.

“Ya veo entonces les contare lo que digieren algunos testigos…” comento haciendo una pausa corta antes de continuar. “Lamentablemente los soldados que mandamos a ayudarlo, no llegaron a tiempo y dependemos de testigos en la escena. Leonzio se dirigía junto a unos guardias hacia tu mansión por una razón que solo él conocía, pero había hecho ni la mitad del camino cuando fue atacado por personas enmascaradas que empezaron a atacar a los guardias antes que ellos pudieran darse cuenta de la amenaza. Lo peor fue darse cuenta que solo fueron dos personas las responsables.” Relato con cierta dificultad los últimos momentos de su hijo. “Cuando todo termino dejaron una señal heretica y se marcharon.” Concluyo.

“Sin embargo yo no creo que se trataran de herejes yendo contra mi familia, sino nobles que hace tiempo han tenido celos con nuestro éxito. Este matrimonio con tu familia ha empeorado esa frustración y tal vez vos hayas sufrido algo igual de los nobles que conoces.” Comento no planteando una pregunta, pero dejando claro por su tono que queria ver si algo raro le habia pasado a ella.

Gianna estaba contrariado con las cosas que el hombre le estaba contando, porque si Leonzio estaba de camino a su casa, debía ser para algo importante que ya nunca sabrían.

-No tenía idea de que estaba camino a casa, nadie me ha dicho nada al respecto de ese evento, mi Lord...

Echó una mirada hacia su querido tío, posiblemente lo había hecho para protegerla pero ella ya no era una niña y sentía que debía estar informada. Entonces se dio cuenta de algo que el padre de Leonzio estaba insinuando. No creía que lo acontecido en la fiesta tuviera algo que ver pero de todas maneras lo dijo.

-Bueno, hace algunas semanas antes de comprometernos, unos hombres entraron a mi casa pero no creo que...

Gianna sintió un mareo, sus piernas no quisieron sostenerla y se desvaneció en el suelo. Tal vez no era tan fuerte como ella creía.

El tío de ella le devolvió la mirada con un claro desconocimiento en ellos, al parecer sabia tanto como el resto. Por lo que haya llevado a Leonzio a ir a la casa de ella parecía ser algo que solo el joven había decidido y sin comentarle a muchos.

“¿Unos hombres?” pregunto intrigado por lo que decía ella, mientras su tío la miraba con algo de preocupación pero no decía nada. “Dime de que ocurrió.” Le pidió pero la respuesta de ella parecía que no llegaría en especial porque ese desmayo había tomado por sorpresa a ambos hombres.

Aunque para la sorpresa de los hombres Bastien se encontró atajándola con una eficacia impresionante. La sostuvo en sus fuertes brazos mientras ella se recuperaba de su mareo. “Te encuentras bien?” fueron las palabras de Salomon, aunque por la mirada de Bastien sabias que le habia robado las palabras de la boca.

Gianna volvió en sí, habían sido demasiadas emociones y lo que quería era descansar pero al parecer eso iba a tener que esperar porque el padre de Leonzio quería saber más. Se incorporó como pudo y echó una mirada a Bastien que él conocía muy bien.

-Estoy bien, sólo es que he vivido muchas emociones en estos días.

Respiró profundo tratando de no decir más de lo que debiera pues aquella fiesta había sido un secreto o algo parecido. Al menos sabia que su tío no tenía idea de lo que había pasado con Leonzio y que no le había ocultado nada.

-Entraron dos hombres a robar y uno de ellos casi me viola pero no sucedió, Leonor y Cirino estaban conmigo.

No recordaba más detalles o no quería decir los así que simplemente se encogió de hombros negándose a hablar más del tema.

Bastien no se veía muy contento que aquel hombre siguiera interrogándola luego de ese desmayo y se veía que diría algo aunque las palabras de Gianna volvieron a enfocarlo en ella.

Por su lado el Padre de Leonzio se sorprendio bastante en lo que escuchaba. “Como es eso posible acaso sus guardias no pudieron defender a su señora?” pregunto y si cabia duda de que estaba decepcionado con ellos la mirada que le dio a Bastien lo confirmo. “De cualquier forma te agradezco que lo digas cualquier información siempre es necesaria. Ademas esto deja claro que ambas familias han sido atacadas y que por nuestro bien no debemos dejarlo pasar.”

Entonces finalmente Bastien la ayudo a que se incorpore y la empezó a alejar de a poco. “Lo mejor es que se tome un poco de aire, no esta bien nuestra señora.” Comento este (Bastien) avisando a los mas mayores.

Estos los miraron y asintieron. “Ve por el pasillo, la segunda habitación a la derecha debe estar abierta para que tome ahí. Iras con algunas guardias mios.” Le informo con seriedad. “Espero que se recupere pronto Lady Gianna.” Dicho eso dejo a la pareja a lo suyo.

Ambos no tardaron a llegar a la habitación que les ofrecio, una clara habitación de huéspedes con una cama grande y un pequeño balcón para ella. No estaba demasiado decorada comparada con las habitaciones de visita en la casa de Gianna pero tenia todo lo necesario para que los invitados estuvieran comodos.

Gianna miró a Ruzzini con algo de desilusión, no quería pensar que la muerte de su prometido fuera su culpa por no haber hecho nada con aquellos que habían entrado a su casa. Se seguía sintiendo mareada por eso le costaba hilar respuestas pero lo hacía como buenamente podía.

-Pensé que era algo al azar, que realmente no tenía que ver conmigo o mi mi posición y no le presté mayor importancia... Lo siento mucho, tío. Por no haberte dicho, no quería preocuparse en vano.

Al menos eso también era verdad. Asintió a las palabras de Bastien y lo siguió no sin antes agradecer al señor Ruzzini.

-Muchas gracias, volveré en cuanto me sienta mejor.

Se alejó de ellos junto con Bastien y cuando llegaron a la alcoba se sentó en la cama mirándolo.

-Tengo miedo...

Fue todo lo que le dijo.

El tio de ella negó con la cabeza, sin decir ninguna palabra aunque en su mirada notabas que te había perdonado o simplemente no deseaba discutirlo en presencia de terceros, aunque no parecía para nada disgustado.

Pero la charla entre ellos tuvo que esperar gracias a que Bastien le había conseguido un espacio de libertad en ese discusión que bien parecía avanzar mucho mas rápido de lo que ella podia contener.

“Es natural, por lo que escuche lo que viene no sera un paseo.” Comento con seriedad el guardian que miro un instante a la puerta para asegurarse que estuviera cerrada antes de darle un fuerte abrazo para contenerla. “Esto que paso es terrible, pero lo peor que el padre tu prometido parece concentrado en la venganza mas que el luto. No es como vos que desde que nos vimos te he visto muy palida y afectada por esto.” Opino el guardian aunque ella no le habia pedido sintiendo necesario decirlo.

Ella se dejó abrazar por Bastien y le sonrió, estaba algo descolocada y eso era verdad. Sentía que él la conocía como casi nadie en la vida y eso que hacía poco tiempo que había llegado a su vida. Le dio un beso suave en los labios y lo abrazó fuertemente.

-Estoy cansada, tuve que trabajar mucho para esta boda que ya no se llevará al cabo, así que ha sido en vano todo pero supongo que es así como debía ser.

La noble respiró profundo.

-¿Qué crees que haya pasado?

Sólo quería encontrarle algo de sentido a las cosas pero no podía por más que lo intentaba.

-¿Por qué razón habrías ido tú a verme si hubiéramos estado prometidos?

Bastien recibió contento su beso y abrazo tal vez queriendo mas pero conteniéndose. Porque más tarde paso a tener un semblante serio mientras escuchaba las palabras de ella, reflexionando en lo que le pedia.

“Lo primero que se me ocurre que queria pasar un buen tiempo contigo. Eso habría querido hacer si nos comprometiéramos.” Comento no pensándolo mucho porque en si no era algo que ocultaba de ella y ella debía saber bien a lo que se refería.

“Lo segundo es que quisiera decirte algo importante, aunque tanto secretismo lo hace algo difícil saber qué. Me dijeron que tuvieron una cena, tal vez quería continuar con alguno de los temas que hablaron.” Sugirió continuando pensando en las distintas posibilidades que se le ocurrían estando en el lugar del otro hombre. “¿Algo que los padres no debían conocer?” preguntó al final volviendo a pensar en el secretismo. Sin duda el caballero trataba de ayudar aunque hasta cierto limite llegaba el pobre.

Gianna escuchó con atención a su guardia y amante personal, no recordaba algo que hubiera quedado a medias en esa cena que tuvo con el extinto Leonzio pero era probable que así fuera.

-Ahora mismo no viene a mi mente nada que nos hubiera quedado sin tratar. Cenamos, hicimos el amor, poco más...

Se quedó pensativa. Su corazón latía aprisa, lo que necesitaba era una copa y una buena amiga con la cual llorar o contarle detalles que a Bastien mejor no se los contaba. Apretó sus manos y lo miró a los ojos, no sonreía y estaba pálida.

-Quiero irme a casa pero mi tío dice que tengo que estar aquí. Por favor no te separes de mi lado.

Mas que una orden o petición, era una suplica y él podia darse cuenta de ello. A veces Gianna volvía a ser la niña huérfana que no tenía a nadie en el mundo.

El guardián pareció anotar todo en su mente aunque tu respuesta no termino de sacarlo de su duda acerca de lo que podría atraer a Leonzio de nuevo a la mansión de Gianna.

“Está bien, no es algo que tengas pensarlo con fuerza ahora mismo. En especial si no te sientes bien.” Comento reconciliador Bastien tratando no forzarla demasiado y colocando su mano en el hombro de ella.

Asintio. “Me quedare junto a ti, si eso te ayuda.” Respondio extendiéndole la mano por si queria pararse. “Deseas que ya volvamos o esperamos un poco mas?” pregunto aunque el hombre no se veía para nada apurado en volver, pero Gianna sabia que no podría quedar ahí por siempre.

Ella lo miró, desde que Bastien había aparecido en su vida todo había cambiado y es que en él tenía no sólo al amante sino también al hombre que la protegía sin reparos.

-Está bien, volvamos ahora. Cuanto antes estemos allí, antes podremos irnos.

Se levantó y se acomodó las ropas para luego permitir que él le abriera la puerta y volver con los demás.

Bastien asintió. “Exacto.” Dijo antes de dirigirse a la puerta de la habitación para abrirla. Tras ello ambos llegaron de nuevo al patio donde descansaba el ataúd que tenia el cuerpo de Leonzio.

La reunión se encontraba casi como la habia dejado, excepto por la madre que se encontraba sujetada a uno de sus hijos mientras lo abrazaba con fuerza. El pardre por su lado charlaba un poco con tu supuesto tio, aunque detuvo la charla cuando te vio acercarse. Aunque antes que aguardaran en silencio te parecio escuchar tu nombre siendo dicho por Salomon.

“Lady Gianna, me alegro ver que te has recuperado. Ya me encargo que tengas un momento para despedirte de Leonzio, tomate el tiempo que necesites.” Le comento bajando la mirada antes de dirigirla al cajón que permanecía cerrado.

La noble se vio de nuevo entre aquellas personas para ella desconocidos, tal vez conociera a muchos de los hijos de esas personas pero a ellos no, así que cuando Salomon se le acercó, ella sólo asintió y caminó hasta el féretro se Leonzio.

-Lo siento tanto, querido...

Musitó agachandose sobre el féretro clmo si estuviera abrazándolo.

-Yo de verdad quería hacerte feliz pero... Debería estar enojada contigo.

Y lo pensaba de verdad pero no dijo mas, lo que si necesitaba era verlo porque aún no podía creer que estuviera muerto. Echó una mirada a Bastien y luego comenzó a abrir la caja sin pedir permiso.

-Bastien, ayúdame...

Porque ella sola no podía, lloraba y temblaba de pies a cabeza.