Partida Rol por web

El ex caballero se quedó pensando de nuevo tras la respuesta de la pequeña, se notaba que trataba de hacer memoria acerca del Fabio que él conocía. “Mmm son buenas enseñanzas a decir verdad.” Comento el hombre que parecía no estar muy convencido de lo que pasaba.

Acercándose más a ella aguardo un momento antes de continuar. “Me dijiste que esto no fue idea de él, que vos te sentiste, por tu propio juicio, dispuesto a acercarte aquí para trabajar. ¿Me equivoco en ello?” pregunto cuidando sus palabras mientras las pronunciaba como si quiera tener una respuesta clara a su pregunta.

“Sino es así tal vez deberíamos hablar en privado. Aunque no te preocupes que no es algo malo….” Comento con calma pero pareciendo faltarle algo en sus palabras. “Discúlpame no recuerdo que me hayas dicho tu nombre.”

-No os equivocáis, Ser – Confirmó sus palabras, aunque algo en su cambio de actitud la hizo desconfiar. Especialmente cuando el noble le pidió hablar en privado, cosa cuya finalidad no entendía y que había conseguido meterla en más de un problema en el pasado.

-Mi nombre es Leo, aunque no entiendo por qué deseáis hablar en privado conmigo al no venir recomendado, por lo que asumiré que no estáis interesado. No quiero abusar más de vuestro tiempo, así que no os molestaré más. Lamento haber acudido a solicitaros trabajo por mi cuenta en primera instancia y volveré cuando mi mentor tenga una carta de recomendación para mí. – Respondió con una inclinación de cabeza dispuesta a irse, teniendo un mal presentimiento de todo esto al pensar que quizá aquel hombrecillo no tenía tan nobles intenciones como pensaba y le gustaba abusar de muchachos desesperados por conseguir algo de dinero.

Afirmo luego de escuchar la respuesta de la pequeña. “Bueno Leo, puedes pensar lo que desees y también puedes retirarte. Aunque quiero dejar en claro que mi pedido a hablar en privado vendría por una posible recomendación de Fabio.” Le corrigió mientras seguía peinándose el bigote.

Al final negó con la cabeza. “Ve con tu mentor y pregúntale mas de su pasado, ya que tengo un presentimiento que no sabes de quien se trata. Espero que volvamos a vernos aunque aunque en otro contesto si es posible.” Dijo el caballero mientras se ponían mas firme en su posición y miraba a los costados.

“Ten un buen dia joven.” Se despidió y fue al encuentro de otra persona que parecía haber hecho como Leonor esperando su turno para hablar con el dueño.

La joven quedó bastante intrigada ante las palabras del noble. Realmente no se le ocurría nada malo que pudiera venir del agradable mensajero que la había ayudado tanto durante su aprendizaje en la guardia de la ciudad. No obstante, si espíritu precavido la obligó a no caer en la tentación de seguirle el juego, por lo que, con una reverencia cortés, le respondió como es debido.

-Efectivamente no conozco nada de su pasado y le agradezco el consejo. Yo también espero poder volver a verle señor, ha sido extremadamente amable.

Dicho esto, esperó a que se retirara para continuar hablando con otras personas de la posada y aprovechó este hecho para intentar colarse sin ser vista en las habitaciones superiores. Mientras huyó la noche en que fue descubierta por el perro, podo ver a Selena desde una ventana, por lo que esperaba que su memoria prodigiosa la ayudara a orientarse hasta encontrar la ubicación exacta de su dormitorio, sin ser vista. Tenía la sospecha de que Selena y Luca tendrían habitaciones contiguas o algo parecido, por lo que con un poco de suerte podría descubrir algo más sobre la razón de su visita a la ciudad.

Meterse dentro no seria fácil varios guardias rondaban la sala y algunos la observaban más detenidamente por haber hablado con el viejo caballero hace poco. Seria mas fácil esperar hasta más tarde o incluso a la noche. Pero la joven parecía apurada para aprovechar el día con el que contaba.

Tuvo que ser muy paciente esperando que los guardias que se fijaron en ella pasaran a un nuevo objetivo y lo otro fue esperar que una masa de gente suficiente importante para colarse con ellos aunque finalmente su paciencia dio un buen resultado y logro pasar desapercibida por lo necesario tras media hora de espera.

Pronto se encontró vagando por los pasillos del lugar, no sola pero con gente que parecía no darle importancia y podría perder fácilmente. Algo que logro simplemente con dirigirse a la planta de arriba. De ahí había cierta forma de orientarse aunque no estaba del toda segura por donde se dirigía en el segundo piso, hasta empezaba a pensar que debería subir de nuevo a otro piso de esa gran mansión. El problema que las escaleras al siguiente piso estaban con guardia.

No queriendo parecer sospechosa camino por el pasillo que iba por donde los guardias no podían mirarla, en ese pasillo encontró un par de habitaciones abiertas aunque debería si queria internarse para ver si habia alguien.

Le costó mucho tiempo conseguir encontrar el momento perfecto para subir a las habitaciones. No faltaba demasiado para la noche y, aunque en un principio había preferido no arriesgarse a que los vampiros pudieran despertar, estaba planteándose asumir ese riesgo si no conseguía alcanzar su objetivo.

No obstante, no hizo falta de momento, puesto que finalmente logró escabullirse entre la gente hasta subir al piso superior y pasar lo suficientemente desapercibida como para que nadie notara su presencia.

Tuvo que pararse a pensar durante unos segundos cual sería la habitación de Selena en relación a la posición en la que la había visto asomada a la ventana la noche anterior, por lo que, tras mucho meditarlo, dedujo que sus aposentos se encontraban incluso en una planta superior a la que estaba, cosa que le dificultaba aun más su tarea al estar custodiada por guardias a la entrada de la escalera.

Tan solo tenía dos posibilidades llegados a este punto: Esperar a un cambio de guardia rezando para que dejaran el pasillo desatendido durante el proceso, o meterse en una de las habitaciones abiertas y probar suerte trepando desde la ventana al piso superior.

Tras unos segundos de duda, la opción de entrar en una de las salas fue la más plausible, por lo que, intentando no hacer ruido, decidió internarse en la habitación más cercana, procurando cerciorarse con anterioridad de que no estuviera alojada en esos instantes.

Los guardias no parecían moverse de su puesto dejando que algunos de los visitantes les pasaran por en medio, aunque no de una forma parecida a la que aprovecho antes Leonor para meterse mas adentro en la posada.

Tras revisar una de las habitaciones se encontró con una ocupada pero abierta a la que decidido no adentrarse mucho para no causar una escena, su próxima habitación era muy diferente a la anterior y por suerte se encontraba sin nadie adentro. Aunque salir por la ventana y empezar a trepar por ahí no se sentía como lo mas adecuado para Leonor por lo que su primer pensamiento fue esperar por la noche pero eso no era del todo viable siendo que ella no estaba permitida en ese lugar.

Sin embargo mientras meditada sus opciones y esperaba paso otra cosa. Espiando por el pasillo esperando una cambia de guardias noto como Selena descendía con un traje claro por las escaleras, saludando a los guardias al pasar antes de continuar. Con un rápido movimiento la chica se escondió y la vio bajar por las escaleras principales ahora teniendo una nueva opción en esta aventura para saciar su curiosidad.

Una vez que fue capaz de encontrar una habitación vacía sin ser vista, Leonor esperó pacientemente para encontrar el momento propicio y poder subir a la habitación. La posibilidad de esperar a la noche era bastante arriesgada, puesto que quizá podía entrar con éxito, pero muy seguramente le sería extremadamente difícil salir de allí sin ser vista después. ¿Realmente le merecía tanto la pena arriesgarse de esa manera por un poco de información? Lo cierto es que la curiosidad la corroía por dentro, ya que el tiempo para encontrar a su hermano se estaba agotando si la historia sobre la noble que le contó el mendigo era cierta.

Se encontraba pensando en todo aquello, cuando de repente Selena volvió a entrar a escena con un precioso traje de tonalidades suaves. Desconocía hacia donde iría o con quien hablaría, pero intuyó que, si antes le había dado un encargo al sospechoso hombre armado, posiblemente acudía al salón para conocer los resultados de dicho pedido. Por todo ello, no le quedaba más que abortar su primera iniciativa y tratar de escabullirse entre la gente y la suntuosa decoración, para seguir a la dama. Esperaba que, esta vez y con un poco más de suerte, quizá pudiera enterarse de sus planes.

La dama bajo hasta la plantaba baja con una calma que Leonor debía esforzarse para copiar y así no ser descubierta por ella o por otro. Al volver al salón la mujer saludo casi sin mirar a otros invitados y siguió su camino hasta afuera de la posada. Leonor como pudo la siguió por suerte el Ser ya se había marchado del salón y los que recibían algún saludo de la mujer ni se daban cuenta o no le daban importancia a la pequeña.

Al salir el mismo hombre armado con el que había hablado antes la esperaba e incluso le ofreció el brazo algo que ella acepto de buena gana. No sabias porque pero ver eso no te daba una buena sensación en el cuerpo, pero igual cuando ellos avanzo los seguiste a ambos.

Los pasos de ambos los dirigieron en un principio a la famosa plaza de San Marcos, esa en la cual ella había pasado muchos días esperando a su hermano, aunque parecía que si ese dia se hubiera dedicado a esperarlo se le habría aparecido la mujer casi enfrente. Entonces separándose un poco empezaron a hablar cada uno con las personas cercanas.

La parsimonia con la que Selena se estaba tomando el descenso casi consigue desesperar a la pequeña huérfana, la cual tuvo que esforzarse bastante para adaptarse a su pausado ritmo sin que se notara su presencia en el lugar. Afortunadamente para ella, el Ser no se encontraba por la zona, y el guardia que le había pedido el poema para su esposa, tampoco. Por todo ello, cuando finalmente comprobó que la mujer se encontraba con el mismo hombre armado con el que habló antes y que, incluso, le ofrecía su brazo para que ambos caminaran juntos, no le dio para nada buena espina.

Le resultaba bastante extraño puesto que, por lo que ella recordaba y por lo que su hermano le había contado, Selena era la esposa de un noble llamado Angelo Mondavi, el cual debería ser quien controlara el destino de la dama. No obstante no le veía por ningún lado y estaba segura de que tampoco aprobaría las confianzas que se estaba tomando con aquel supuesto mercenario.

A pesar de todo, Leonor procuró centrarse en seguirles sin ser vista, hasta descubrir con sorpresa que ambos se detuvieron en la misma plaza a la que ella acudía cada Lunes a la misma hora para tratar de reunirse con Theo.

Lo que hicieron a continuación fue aun más extraño si cabe, y la jovencita reforzó sus precauciones para evitar ser descubierta mientras trataba de saber de qué estaban hablando con la gente de la basílica.

La plaza como siempre a esa hora del dia rebalsaba de gente tanto visitantes que recorrían la plaza as importante de venecia, como vendedores que aprovechaban esa visita para comerciar, también habían como era de esperarse guardias y sacerdotes cada uno ahí por su propia razón. Aunque lo importante para la joven es que ella podia ocultarse de alguna forma mas fácil entre la gente de lo que habia hecho en el salón del viejo caballero.

Acercándose a uno de ellos al supuesto mercenario por elección de ella, pensando que si la dama la veía entonces la reconocería sin duda a pesar del disfraz de chico que tenia. Por eso a través de la personas se fue acercando al hombre que parecía haberse alejado de Selena.

Al ponerse lo suficiente cerca empezaba a escuchar un poco de las interrogaciones del hombre, preguntando por una primita suya de pelo rojo por la cual su madre estaba muy preocupada. La descripción de esa supuesta prima era muy parecida a Leonor, aunque siendo mas una versión joven de ella.

La joven huérfana se movió con soltura entre la gente que deambulaba de aquí para allá aprovechando las últimas horas del día para finalizar sus asuntos comerciales, o para admirar la gran belleza de la plaza que era uno de los mayores orgullos de Venecia.

No fue difícil evitar ser vista, tanto por el hecho de ir disfrazada de muchacho con ropas pardas que ocultaba sus cabellos con un gorro bien escogido para no llamar la atención, como por su innegable circunstancia de chico de la calle, cuyo interés para los transeúntes era escaso, o más bien nulo.

Gracias a ello pudo acercarse con cuidado al guerrero, el cual había empezado a hacer preguntas para encontrar a una versión mucho más joven de ella misma, lo que confirmaba que, de alguna manera que aun desconocía, Selena Mondavi y Luca Vestini habían podido saber que Theo y ella habían decidido esconderse en Venecia una vez que consiguieron escapar del orfanato de Padua en el que habían estado recluidos.

Si su hermanito hubiera estado con ella, lo más sensato sería recoger todas sus cosas y desaparecer para empezar de nuevo en otra ciudad. De esta forma no tendría que convertirse en la muñeca de sangre de ningún vampiro y ni el príncipe ni nadie la obligarían a hacer cosas que no deseaba… pero Theo había desaparecido, y ella no podía simplemente huir de allí dejándole a su suerte. Esta y no otra, era la razón por la que seguía atada a esta ciudad que, aunque hermosa, había sido una maldición desde el momento en el que su hermano había desaparecido.

Mientras pensaba todo aquello y, tras cerciorarse de que al guerrero no le habían encomendado nada más, Leonor se escabulló entre los puestecitos y los grupos de personas que por allí había, para espiar brevemente a Selena antes de salir de allí.

El guerrero fue a preguntarle a otra persona, de nuevo con la misma descripción aunque con la misma respuesta negativa por parte de la persona interrogada. No parecía haber ninguna otra instrucción en sus ordenes aunque por otro lado no habia visto que estaba dispuesto a hacer el guerrero si alguien le llegaba a responder algo positivo.

Moviendose la joven se movio en dirección a Selena, la cual estaba hablando con mujeres a diferencia del guerrero. Una división nada extraña ya que tal vez ayudaría a ganarle confianza. El relato era el mismo sin variarlo mucho excepto porque esta afirmaba que la supuesta primita tenia costumbre de venir a la plaza. Incluso notaba que la mujer se movia en dirección a la Basilica el lugar donde la joven se sentaba.

Sin embargo para su suerte eso no era lo mas preocupante ya que sintió un escalofrio en su nuca, una sensación que habia sentido siempre que se encontraba con espíritu. Si bien podría pensar en un principio que se traba de Selena no era algo que tuviera sentido ya demás gente podia verla, por lo que reviso a su alrededor buscando esa extraña sensación y empezó a comprender que venia del lado del Palacio del Dux.

¡Estaba claro! ¡La buscaban a ella! Y de alguna manera habían logrado averiguar que solía frecuentar la plaza e incluso que pared era la que más visitaba. Lo que no sabía era quién podía haberles proporcionado aquella información y hasta qué punto sabía Selena que se disfrazaba de muchacho.

Afortunadamente parecía que también desconocía el hecho de que se paseara por la plaza en busca de su hermano únicamente los Lunes, por lo que no todo estaba perdido pero… ¿Qué debía hacer? ¿Debía confiar en Konrad y hablarle de aquellos que deseaban cazarla? ¿O quizá informar a Camilla, la cual ya sabía sobre sus perseguidores?

Estaba a punto de irse de allí para evitar ser vista, cuando sintió un terrible escalofrío. En un principio sus ojos se movieron de forma inconsciente hacia Selena. No obstante, tras unos momentos fue consciente de que aquel posible espíritu se encontraba en un lugar algo inaccesible. El palacio del Dux conseguía estremecer su cuerpecito sin que pudiera contenerse. No obstante, su curiosidad volvió a ganar la batalla y, tras asegurarse de no ser vista, Leonor encauzó sus pasos hacia aquel lugar, rezando para que no se tratara del mismo palacio, sin más bien de las cercanías.

Pero si bien el sentimiento venia en dirección del Palacio, lo que termino llamándole fue un lugar terrible donde en general se colgaba a todos los criminales bien a la vista del resto de la plaza. El lugar estaba entre la Basilica y el Palacio, justo enfrente del famoso Leon donde se ingresaban las acusaciones o confesiones de los habitantes.

Sin embargo ahora frente al Leon se encontraba una figura que hace tiempo que buscaba, era su compañero Imanu que parecía querer colocar algo dentro del Leon pero no podia. Parecia encontrarse algo oscurecido con unos cuerpos que colgaban arriba suyo, pero igual Leonor podia distinguirlo. Junto con algo mas siniestro, unas marcas en su cuello.

Su instinto la hizo mirar para arriba horrorizando al ver a ver entre los cadáveres colgados a su amigo, además chicos que fueron a la reunión de la secta y al alemán que parecía casi demolido a golpes. Ahí quedo la joven mirando sin poder moverse, descubriendo que algo habia salido muy mal.

Leonor continuó andando en dirección al lugar que su corazón le indicaba, hasta que no pudo sino detenerse frente al famoso león situado entre la Basilica y el Palacio. Sus ojos se abrieron de par en par al contemplar la figura de Imanu junto a ella intentando introducir algo en la funesta escultura que simbolizaba tanta desgracia para las gentes del lugar.

Al principio fue incredulidad, pero muy pronto sus ojos se llenaron de lágrimas al mismo tiempo que la desolación la consumía y caía de rodillas tras alzar el rostro y ver a todos aquellos niños colgados, cuyos cuerpos pendían sin vida a la vista de cualquiera. Pero ¿Qué había ocurrido? ¿Cómo era posible que alguien hubiera matado brutalmente a todos esos jóvenes de forma tan miserable? Y ¿Por qué Imanu y el Alemán estaban entre ellos? Ella creía que había salvado a su amigo de un destino horrible. Estaba dispuesta a protegerle costara lo que costara… ¿Acaso sin saberlo lo había condenado a muerte? Todo esto era culpa suya… Desconocía las razones pero de una forma u otra sus manos estaban manchadas con la sangre de aquellos muchachos… Jamás podría perdonarse a sí misma por esta atrocidad… tenía que haber estado junto a él… tenía que haberle protegido…

-¿Qué ha pasado? ¿Qué es lo que he hecho? Imanu yo… lo siento tanto… - Fue lo único que pudo decir mientras continuaba allí junto a él, llorando desconsoladamente y sin parar de repetirse que era una persona horrible que no merecía otra cosa que morir colgada junto con los demás.

Imanu continuaba tratando de depositar un papel en la boca del Leon pero de pronto sintió la voz de Leonor y se dio vuelta sorprendido. La miro y miro a la gente como si buscara por si había alguien vigilándolos.

“¿Qué haces aquí?” preguntó el joven moreno mientras su mano libre le indicaba para que se acercara. “Ven no quiero atraer a la gente.” Una vez ella hubiera hecho eso continuo. “De que te disculpas vos no hiciste nada malo, sos muy bueno conmigo. Perdón que me escape pero tenía que hacer algo.” Comento el espíritu que seguía con su acción aunque sin poder realizarla.

Como los otros este espíritu no parecía darse cuenta de lo que era, ni siquiera parecía haber mirado para arriba encontrándose con algo que no debía ver. Lo que era algo bueno porque Leonor había lidiado con espíritus que se daban cuenta de su verdadera naturaleza y no era algo que podría lidiar en el estado que se encontraba ella.

La jovencita tardó un tiempo bastante largo en reaccionar a causa de la aflicción que la invadía. Hasta ahora había hablado con espíritus que no conocía en vida, pero esta era la primera vez que un amigo aparecía ante ella desde el otro lado… y no podía evitar sentirse tan culpable por no haber podido protegerle, que le costaba respirar. Deseaba tanto cambiarse por él en estos momentos, que se habría quitado la vida sin con ello pudiera traer a su compañero de vuelta.

-Yo… pensé que necesitabas ayuda – Dijo finalmente al darse cuenta de que Imanu no era consciente de que acababa de morir. Aquello era doblemente terrible puesto que su cuerpo no solo colgaba inerte a la vista de todos, sino que su alma no había sido capaz de encontrar el descanso eterno que se merecía - ¿Pudiste hacer lo que necesitabas o quieres que te eche una mano? – Le preguntó, tratando de secarse las lágrimas. Era inútil que le reprendiera por escaparse puesto que ya nada podía hacer por él, salvo cumplir con su último deseo y asegurarse de que recibiera sagrada sepultura

- Si quieres puedo ser tu sombra e incluso hablar con quien me digas. Sabes que podías haberme contado que tenías cosas que hacer y.... y hubiera ido contigo encantado.- Finalizó, mientras reprimía de nuevo las lágrimas que amenazaban con asaltar su bello rostro.