Partida Rol por web

La invitación le habia llegado hace un par de horas, por un mensajero llevando ensima los colores de la familia de tu prometido, en la invitación pedia que ella se vistiera con elegancia ya que su noble prometido iria a buscarla para que tuvieran una cena afuera.

Con todos los preparativos para la boda y demás eventos los prometidos no habían tenido una buena oportunidad para verse de nuevo. Sin embargo antes que Gianna pensara en invitarlo a su casa llego esa invitación que prometía una cena nocturna donde tendrían tiempo para conocerse bien el uno al otro. Tal vez incluso de ir con mejor actitud a aquella boda que cada dia parecía mas cerca o por el contrario serviría para recordar a la noble lo que perdia.

Pero lo mejor no era pensar en esos asuntos, porque fue a la hora pactada donde Leonzio apareció frente a la entrada que daba a los canales del hogar de Gianna. Habia venido con la góndola de su familia y vestido de una forma parecida a su primer encuentro aunque los diseños de terminación eran distintos y su chaqueta tenia varios adornos dorados que tenían un claro objetivo de dejar resaltar su poderío económico. Su peinado tambien era distinto puesto para atras para dejar mas a la vista su guapo rostro.

Tras permitirles ingresar al puerto privado de la mansion, el noble le proporciono su mano para que subiera junto a él a la góndola. “Permiteme ayudarte querida mia.”

No podía negarse. Su prometido había enviado una invitación. No podía negarse, pronto aquella sería su familia y ella no quería más familia que la que ya tenía. No podía negarse y sin embargo era lo que más deseaba aquella noche, no obstante se puso uno de sus mejores vestidos, verde con un escote generoso y no había sido especialmente descuidada con el peinado, aunque parecía estar descuidado, lo cierto es que así quería usarlo y sobre aquel vestido color verde esmeralda había dispuesto una capa blanca que la cubría hasta el pelo en su totalidad pero sólo para salir de casa. Leonzio llegó a tiempo, justo a tiempo y eso le gustó a ella.

-Buenas noches, querido.

Lo miró de pies a cabeza, estaba espléndido como siempre, completamente correcto para ella. La verdad es que ella no estaba muy ansiosa pero tampoco era incorrecta, claramente sabía como comportarse con él y con cualquiera.}

-Espero no haberte hecho esperar.

La noble no se quitó la capa, esperaba no desentonar con lo que fuera que él hubiera planeado.

“Buenas noches…” le saludo mientras ella subia a la góndola con la ayuda de su prometido, el cual sin dudarlo le habia echado un  vistazo entero examinado la forma en que se habia adornando ella para la cita de ambos. “Estas preciosa querida, aunque eso implicaría que no lo estas siempre.” Comento aprovechando que tenia una de tus manos para besarla.

“No, me has hecho esperar nada. Has llegado a tiempo para que podamos partir.” Dicho eso le dio una orden al gondolero para que empezara el tranquilo viaje hasta donde se desarrollaría la velada de ambos.

Una vez dedo la orden volvió a acomodarle junto a ella tomando con suavidad la mano de ella. “Hace tiempo que no nos vemos, te extrañe mucho. Tal vez por eso que te pedi esta cita de forma inesperada. Espero no haber arruinado algún plan que tuvieras querida.” Dijo mientras su ojos mostraban la pregunta que su tono no formo.

Gianna sonrió cuando él la miró, estaba segura de sí misma, de verse bien y de oler mejor aún así que eso realmente no le preocupaba. Ella nunca había pensado en hijos pero si tenía hijos con Leonzio y evidentemente parecía que él querría que fuera así, tendrían niños hermosos.Le permitió el abrazo, no era nada en realidad y miró a sus ojos con cariño, cuando eran niños habían sido muy unidos, las cosas ahora eran distintas y ella amaba a otro hombre pero iba a tener que ignorar eso.

-No te preocupes, no ha sido inesperado aunque pensé que sería antes. Supongo que habéis estado muy ocupado con las cosas de la boda y de eso precisamente tenemos que hablar, pero esperaré un poco más para ello.

Tomó sus manos entre las suyas.

-No veo qué podría ser más importante que mi prometido...

Era una bribona mentirosa pero era lo que él esperaba que ella dijera, él o cualquiera así que simplemente hacía lo que el protocolo marcaba.

-¿A dónde iremos? ¿Es una cena familiar o es una cita entre tú y yo?

En ese sentido ella estaba confundida porque eso no le había sido aclarado.

“Cosas de la boda y otras cosas mas. Lo siento mucho si esperabas esta reunión antes, pero te prometo que ahora tendre mas tiempo para ambos no solo para cenar como haremos ahora sino para volver a conocernos como cuando eramos chicos.” Comento con una sonrisa mientras continuaba el abrazo y se inclinaba mas con ella. “Hablaremos en la mesa si es lo que quieres y sino lo hablaremos aquí, no te contengas Gianna.” Respondio el hombre ante la propuesta de hablar de la boda.

Su sonrisa se incremento ante el comentario sobre su importancia, si bien era esperado por él seguía siendo algo que le llenaba el corazón cuando lo escuchaba. “Ambos teníamos nuestra vida antes que te comentaría del matrimonio por lo que bien podrias tener mas cosas que pensar además de lo nuestro.” Contesto sin parecer presionarla a que cuente algo sino mas bien aceptándole que pudiera tener algo mas. Aunque cuanto le aceptaba era una duda que aun ella tenia.

“Hay un gran restaurante llamado La Hija del Dogo, ya sabes una referencia a la defensora de Venecia cuando esta aun era un pequeño pueblo en comparación a lo que es ahora. Es un lugar que seguro conoces.” Efectivamente ella lo conocía porque era un lugar para la nobleza, una posada antigua aunque no se sabia si tan antigua como la leyenda pero lo que si se sabia que los cocineros del lugar eran de los mejores en Venecia y el servicio era casi como el de los mejores palacios de Europa.

“No, es una cita entre nosotros. No quisiera tenerte rodeada con mi familia y sin ningún aviso querida.” Respondió riendo divertido, por lo que te acordabas tenia unos cuantos hermanos Leonzio aunque Gianna nunca tuvo una relación con ellos en comparación con Leonzio.

No le pareció raro que Leonzio quisiera hablar de cosas de la boda, lo cierto era que tenían que haberlo hecho antes pero como era más un trámite para Gianna, tampoco la ofendía demasiado que no la hubiera tomado en cuenta, aunque suponía que en eso también tendría que disimular.

-Esperaba la reunión, antes o después pero entiendo que tenía que ser así y aún así me alegra que ahora puedas tener más tiempo para mí... Nos vendrá bien. Me alegra también no tener que cenar con tu familia, no es que no quiera, es sólo que hace tanto que no los vea y me pondría nerviosa. ¿Qué opinan ellos, Leonzio?

Dejó que la abrazara y su abrazo se sentía bien, tierno, tibio, por suerte ella llevaba una buena capa pero él podía intuir su cuerpo bajo esta porque se pegaba en su pecho donde estaba el escote pero Gianna no era una persona a la que le preocuparan ese tipo de cosas, los cuerpos estaban para verse y mucho más si eran bonitos.

-Prefiero esperar y disfrutar de tu compañía. Si lo pienso, hace muchas noches que debiste venir a casa, no quiero casarme con un desconocido.

Lo miró y sonrió, claro que no lo era pero ambos habían crecido y cambiado en algunas cosas, de eso la mujer estaba segura. Además, ya no eran niños, eran un hombre y una mujer, esas cosas se notaban a leguas, incluso en el modo en que él la abrazaba.

-Siempre voy a pensar miles de cosas, las mujeres somos así y algunas nunca las sabrás... Otras tal vez te las diga y otras tal vez te las haga-Gianna se acercó a su oído para que el gondolero no la escuchara.-Otras tal vez tengas que descubrirlas, mi querido Leonzio.

Era mejor que de una vez supiera qué clase de mujer era, aunque por habladurías, alguna idea debía tener pero lo que era y lo que sería como su esposa, lo que necesitaría en el lecho y cada noche, esas cosas nadie podía contárselas a Leonzio más que ella y también quería que supiera que no era de las que se callaba lo que quería, que podía pedirlo con todas las letras. Si Leonzio quería una esposa devota y sumisa iba a tener que buscar en otro lado y aún estaba a tiempo.

-Conozco el restaurante, claro y me gusta mucho. Ya tocará el día en que te insista que me lleves con la familia o que ellos te lo pidan y espero que sea antes de la boda, querido.

La joven mujer recargó su cabeza en el hombro de él aunque estaban casi por llegar y levantó la vista hasta ponerla en los labios del muchacho. ¿Cuántas mujeres habría tenido? ¿Alguna lo habría marcado o realmente estaba enamorado de ella? La verdad era que lo dudaba mucho.

“De nuevo te digo que lo lamento por mi tardanza, aunque te juro que mi promesa de pasar más tiempo contigo no serán solo palabras.” Le prometia el rubio mientras sonreía contento, no habia razón para dudar de sus palabras. “Lo entiendo no te preocupes por ello. Sobre lo que opinan ellos es algo variado pero en si todos se encuentran complacidos, mi padre siendo el que mas lo esta aunque por otro lado mi madre no esta muy ilusionada. Pero no te lo pienses mal que son solo cosas de madre italiana, que no desea que su hijo se case nunca o la deje.” Dijo sonriendo aunque con ciertos nervios al final.

El abrazo de él era mas tranquilo de lo que ella podía imaginarse, parecía en parte hasta mas amistoso que de un posible esposo pero igual no se sepaba de ella estando cerca. Sobre su escote no dejo caer ninguna de sus miradas yendo a su rostro o manos.

“Tienes razón hace tiempo que tuve que ir a tu casa….” Comento el noble que sonreía, aunque no fue hasta escuchar el susurro de lo que tendría que descubrir que continuo sus palabras. “Si lo deseas cuando terminemos la cena podría ir contigo esta noche. Sin duda no quiero que me consideres un desconocido en la ceremonia.” Dijo riendo acariciando sus manos pero su tono habia cambiado un poco pareciendo mas picaro que en otras noches. Como ella se acerco para susurrar en su oído. “Me esforzare para descubrirlo todo y si puedo lograre que me cuentes todo.” Le dijo dándole un guiño y dejando que una sonrisa descarada revelara sus posibles métodos.

“Es como prefieras, aunque eso podremos hablarlo luego.” Comento el noble que no estaba muy entusiasmado con la idea, tal vez la única que no le gustaba. Parecio sentir la mirada de ella mientras ella se encontraba en su hombro y sonrio con cariño. “Te dije que eres muy hermosa?”

Ella lo escuchaba atentamente, con cariño casi y es que Gianna era así, no iba a cambiar eso porque no fuera su fin un matrimonio feliz.

-Me alegra que tu promesa de pasar más tiempo conmigo sea en serio, aunque sé también que eres un hombre ocupado...-las palabras sobre su familia la hicieron titubear un poco.-Lamento escuchar eso de tu madre, al fin y al cabo te vamos a compartir pero intentaré que te quede tiempo para ella.

A Gianna le desilusionó un poco saber eso, después de todo pensaba que al final tendría una figura materna en su vida, ya que nunca la tuvo, bueno, se dio cuenta que estaba equivocada y respetaría eso, no debía ser fácil perder a tu hijo o al menos creer que lo perdías.

La abrazaba cariñosamente y Gianna se dio cuenta que él era lo que otros no, la tranquilidad, la paz, quizá ni siquiera tenía los instintos que los demás dejaban salir cuando estaban con ella porque él ni siquiera miró su escote.

-No te preocupes por el tiempo, no te lo reclamo... Sólo lo pensé pero si, esta noche podrías venir, tomamos algo y conversamos en calma y sin ojos que nos estén encima. Ambos somos conocidos aquí y seguro que tendremos más de un ojo encima. El otro día fui a comprar zapatos y el zapatero me ha felicitado y todo. Estoy segura que vas a descubrirlo, querido.

Pero ella no estaba segura de que esos juegos le gustaran a su prometido, así que se sintió ligeramente nerviosa. Posiblemente tendría que esperar hasta la boda, él querría eso y ella tendría que conformarse con eso, no porque lo necesitara, que para eso podía seguir con Cirino o con Bastien, sino porque se le hacía demasiado raro entregarse solamente a él.

-Muchas gracias por decirlo, no lo habías hecho pero ahora está bien que lo hagas.

No se notaba soberbia en su voz, sólo era como algo natural para la muchacha. Le sonrió y vio que no estaban muy lejos de su destino.

-Y tú estás muy apuesto esta noche, mio caro.

Nego con la cabeza ante la propuesta de pasar mas tiempo con su madre. “No hay necesidad de esa gentileza, mi madre ya debería saber que no me estare con ella toda su vida y además también debe acostumbrarse que pasare mas tiempo contigo. Por lo que no te preocupes de ello, ya veras que lo terminara aceptando.” Comento haciendo un gesto con la mano para restarle importancia al asunto.

El noble rio un poco con el comentario del zapatero. “Si a mi también me felicitaron, al parecer la noticia de nuestro matrimonio esta siendo noticia en esta pequeña ciudad. No es algo extraño, nuestras familias tienen su dinero y contactos. Creo que eso atrae la irada de mucho y posiblemente atraiga a falsos amigos.” Comento tal vez porque ya por su lado habia pasado aunque Gianna podía imaginarse que le pasaría a ella. “De cualquier forma avísame si los ojos de la gente empieza a molestarte y nos retiraremos, para que sigamos la cita de forma privada.” Le propuso caballerosamente sin duda cumpliendo con lo que decia.

“Lo lamento, lo dire muchas mas veces.” Prometio como hacia mucho esa noche, entonces le sonrio ante el halago de ella acercando hasta poder apoyar sus labios en los de ella. Si bien su beso no se abria paso en ella con él de otros hombres, duro un largo instante que ambos labios se dejaron sentir por completo. Cuando termino al parecer ese fue su gracias.

El restaurante tenia unas escaleras que servían para que los nobles pudieran bajar de su góndola y estar a un par de pasos del restaurante. Este restaurante era muy grande dentro aunque lo que generaba la mayor atención ahora y antes a Gianna eran las mesas que se encontraban fuera decoradas con flores, además un clara visión del canal donde cruzaban mas góndolas.

“¿Te parece si comemos fuera?” pregunto invitándola a una de las mesas resguardadas por una pequeña rejas oscuras hechas con una buena calidad. El viento también parecía ayudar a la pareja dándoles una calidez y frescura relajante, junto a ello había un hábil juglar que tocaba tonadas románticas que parecía ya haber afectado a otras parejas uqe cenaban fuera debajo de una gran luna. “Dentro estará muy ocupado de gente y con ruido.” Le termino diciendo queriéndola inclinar por seguir fuera y ayudándola a que sentarse frente suyo.

“Que piensas pedir? Tal vez podríamos compartir un plato juntos.” Comento sonriendo mientras llegaba el mesero.

A Gianna le gustaba aquel lugar, así que le pareció una gran idea comer afuera.

-Estaremos bien aquí, seguro.

La mujer se sentó en la silla que él le ofreció y miró a su alrededor, la atmosfera era perfecta para un par de novios o amantes.

-No lo sé, te dejaré elegir a ti. Sorprendeme, así podré saber qué te gusta para ordenarlo cuando vivamos juntos porque comprenderás que no soy una chica de cocinas y demás.

La noble sonrió porque sabía que obviamente no lo era pero que además él no esperaba eso de ella.

El rubio sonrio grande pensando bien en su deseo comestible para esa noche. “No creo que te sorprenda mi elección, aunque te confesare que tantos años fuera extrañe bastante nuestra cocina con esa mezcla rara que pocas ciudades podían producir.” Finalmente tras alguno de meditación termino pidiendo varias porciones de bacalao aunque no pidió uno simple sino que este se encontraba untado por una buena cantidad de mantequilla junto con varias especias sacadas de oriente que le daban un sabor riquísimo. Acompañando con un vino tinto veneciano. “Eso seria todo.” Dijo al mesero que se retiro dentro para informar el pedido.

Leonzio quedo mirando al canal por un buen rato antes de volver a ella. “No, supongo que no lo eres. Pero seguro tienes talentos distintos que me gustaría descubrir.” Comento sin parecer hacer una referencia picara con sus palabras.

“Dime Gianna que has estado pensando de nuestro matrimonio. Supongo que pensabas en algo y por eso deseabas hablar.” Comento volviendo rápidamente al tema que tenían entre ellos dejando otros detrás mientras se relajaba con ella.

Gianna lo miró fijamente mientras solicitaba su orden pero no interrumpió hasta que se fue el mozo.

-Parece una excelente elección, querido.

Entonces se acomodó mientras él le decía aquello.

-Supongo que tienes que descubrir muchas cosas, igualmente intentaré no hacer las que te molesten.

Como buena esposa, si quería ser una, tendría que ceder en eso pero luego venía el tema escabroso y ella sólo intentó tomarlo como algo casual para no echar a perder la cena.

-Mi contador, mi primo, me ha dicho que deseas manejar mis negocios y fortuna... ¿Es eso cierto?

“Es muy considerado de tu parte querida.” Dijo extendiendo su mano para que ella apoyara la suya. “Igual tienes total libertad de mostrarme lo que desees Gianna, no me veras enojarme contigo.” Continuo el rubio sonriéndole de costado.

“Tu primo…” repitió pensativo. “¿No es tu primo de sangre cierto?” pregunto antes de contestar a lo que ella preguntaba. “Es cierto en cierta forma. Me gustaría ver los números de tu casa para poder integrar el dinero que poseemos ambos en un fondo común. Eso ayudara a ver como nos encontramos financieramente. Por eso quisiera manejar algo de tus negocios para que se produzca esta fusión, pero de ninguna manera pretendo que tu primo se quede sin trabajo…si eso lo que temes.” Le explico el noble tranquilo como si nada malo pasara en sus acciones.

Mientras charlaban la comida y el vino llego a su mesa, las porciones eran algo pequeñas pero abundantes lo suficiente para llenar a dos personas. El vino se le sirvió primero a Leonzio para que probara y diera su bene placito para repartirlo en las copas de ambos. “Huele rico, come un poco que si te parece podemos comer y seguir hablando.” dicho esto se sirvio una porcion a su plato y empezo a comerlo.

Leonzio era muy correcto y ella lo sabía, no podía ser de otra manera y estaba bien pero no era porque fuera considerada sino porque sabía comportarse aunque fuera una ligera, eso no cambiaba que había sido educada para comportarse conrrectamente en público.

-Me alegrará no enojarte, no soportaría una matrimonio de esos donde los esposos se gritan todo el día-la mujer sonrió.-No, ciertamente, no es mi primo de sangre todo el mundo lo sabe.

Ella se removió un poco nerviosa en su asiento cuando lo escuchó hablar sobre sus bienes.

-Leonzio, estoy de acuerdo en que veas cuáles son mis finanzas y la situación de mi fortuna heredada pero no consiento que las unamos, lo siento. Es algo en lo que no estoy de acuerdo y no es por ti, simplemente mi padre así querría que fuera y así lo haré.

Ella miró la comida, de pronto no estaba con hambre y aún así comió un poco para que él no sintiera que estaba enojada.

-Puedo ayudarte si es necesario, invertir en tus negocios y de tu familia pero las cuentas serán claras y se quedarán así, como están ahora. Si no te molesta, claro.

Y si le molestaba, bueno, sería otra noche fallida.

"Eso nunca pasara, no siento que me vayas a hacer enojar y ademas nunca he sido de gritar mucho, no me han educado de esa manera." le aseguro escuchando su respuesta a la que ahora sonaba como una pregunta tonta, que lo hizo sonreir divertido acompañandola "Supongo que sere alguien muy distraido o ingenuo para no darme cuenta solo." comento como burlandose de si mismo.

Leonzio no se vio ofendido ante la negativa de ella sino que en cambio asintio ante el deseo de ella. "Si ese fue un deseo de tu padre y si lo que deseas, entonces mantendremos los bienes separados. Aunque juntos podrimos evitar algunos impuestos y arranceles que tiene la ciudad.." comento aceptando tal vez por el momento o por el resto de sus vidas. "No me molesta en lo absoluto son tus bienes y es tu decision querida." dijo tras comer un bocado y limpiandose con una servilleta antes de sonreirle mostrandose tranquilo.

Nego con la cabeza. "Ambos invertiremos en los negocios del otro, es lo que corresponderia ahora si lo mantenemos separado. Pero no te preocupes que mi casa no esta necesitada y los negocios asi los podemos charlar luego." comento invitando a dejar el negocio a un costado, aunque Gianna conocias a los venecianos al serlo ella y sabia que a pesar que no quisieran ellos seguirian hablando de negocios. "Gianna, has pensado en que producira nuestra union? Sabes que nuestras casas tienen su poderio economico y cierta influencia importante, sin duda muchas de nuestras decisiones podrian afectar a Venecia si quisieramos." le comento pasando al futuro, el futuro de ellos juntos con un poder importante.

Gianna miró a Leonzio, realmente era un caballero o realmente le daba por su lado sólo para tenerla contenta mientras se casaban.

-Me parece bien pero me temo que sigues hablando de negocios, querido.

No estaba con mucho apetito pero aún así comía un poco para no hacerlo sentir que estaba molesta porque realmente no era así.

-Sigues hablando de negocios, cariño.

Ella bebió un poco y lo miró fijamente, realmente ella siempre estaba en el medio de una seducción.

-Si, lo sé pero creo que vas a tener que ser más especifico sobre lo que quieres hacer, lo que debemos hacer y en que sentido podríamos cambiar esta Venecia que tanto amamos los dos.

El comportamiento de Leonzio era el de todo un caballero, como le hablaba con tranquilidad y nada de prisa, como comia disfrutando del plato y como la miraba al rostro aunque cuando ella le ofrecia cierta seducción comenzaba a tomarla disfrutando de ella con una sonrisa traviesa.

“Lo siento, es una mala costumbre. Sera mejor que elijas un tema para que lo hablemos, no quiero ponerte incomoda con los negocios.” Comento dejándole a ella la decisión de lo que hablarían.

Nego suavemente. “No es lo que quiero, sino lo que queremos. Respecto a ser especifico la verdad que no sabría como podría hacerlo. Hay tantas cosas a cambiar para empezar que a pesar que ambos tenemos un dinero que supera a muchos nobles, hay ancianos que aun nos conceden el titulo que nos pertenece. Con eso esta la posibilidad que nuestras familias tengan un caro mas importante en la toma de decisiones y con ello modifiquemos lo que consideremos mal.” Comento con un tono serio mirándola en los ojos.

“¿Acaso no sientes que hay algo malo en nuestra sociedad algo que con riqueza podríamos cambiar? Yo por ejemplo pienso en la guerra y como hacer para no veamos expuestos a ella.” Termino acotando esperando la respuesta de ella.

No, ella no quería usar su riqueza para cambiar el mundo de los demás, ella quería su riqueza para cambiar su mundo pero como eso ya no iba a ser posible, podía dejar que Leonzio la llevara por ese camino.

-Supongo que podríamos contribuir sí ... Donaré una parte de lo que era destinado a mis fiestas. Una parte para los pobres de la ciudad y otra para esa guerra que mencionas y de la cual no sé nada.

Ella retiró sus cubiertos.

-De cualquier modo, supongo que eso lo tratarás con mi tío o con Cirino porque eso no entiendo nada.

Ella lo miró a los ojos fijamente y se encogió de hombros poniéndose el abrigo que descansaba cerca de ellos en una silla.

-Tengo algo de frío.

La miro sorprendido dejando de comer en ese mismo instante. “No sabes de la guerra?” pregunto algo incrédulo. “Veamos es algo muy complejo pero puedo resumírtelo en unos segundos. El Sacro Imperio Romano y las ciudades estados podría estar dirigiéndose a una guerra, por la culpa del actual Papa que se encuentra en conflicto con el Emperador. No sabemos bien cuando ocurrirá pero varias personas con poder en ambas esferas afirman que esta guerra ocurrirá y por eso además de adelantar la boda deseo que tengamos un papel importante en ella.” Le explico con paciencia.

“Te equivocas en tu suposición, prefiero tratarlo contigo que seras mi esposa. La mujer con la que pase el resto de mi vida.” Comento con una media sonrisa parándose de su asiento para acomodarle el abrigo correctamente en los hombros de ella. “Lamento que el tema te de frio…pero como dije podemos hablar de otro tema si asi lo deseas.” Comento aprovechando para pasar sus manos suavemente las manos por los brazos de ella.